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El lanzamiento del número 014 de la revista Cuadernos de Nuestra América en contexto

agosto 8, 2025   0

El pasado 1ero de Agosto tuvo lugar la presentación de la impresión en papel del número 014 (Nueva Era) de la revista Cuadernos de Nuestra América (CNA), que edita trimestralmente el Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) adscrito al Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba.

CNA es la revista científica dedicada a las relaciones internacionales que tiene más tiempo de publicación continua en Cuba. Entre el segundo semestre de 1983 y noviembre del 2010 estuvo a cargo del extinto Centro de Estudios de América. Desde el primer semestre del 2011 ha sido responsabilidad del CIPI, manteniéndose su publicación impresa hasta el 2020. En el 2021 comenzó lo que se ha dado en llamar su Nueva Era, porque se edita ahora cada trimestre de forma digital y, a través de Ruth Casa Editorial, se ofrece de forma gratuita en plataformas internacionales.

El número 014 de CNA correspondió al período enero-marzo del presente año y está conformado con propuestas de investigadores chinos y cubanos sobre temas de interés común, en particular, la conceptualización de la Comunidad de Futuro Compartido, propuesta por el presidente Xi Jinping e instrumentada a través de diversos mecanismos de la política exterior de la RP China. El CIPI propuso, y la embajada china en La Habana apoyó, la idea de dejar un testimonio material de este esfuerzo como parte de las celebraciones por el 65 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

El embajador Hua Xin consideró desde un inicio que este no debía ser un “acto más” para conmemorar la fecha, sino que podría servir como momento especial para reflexionar de conjunto sobre un grupo de temas. Por esa razón, entre otras, lo que podría llamarse como el “segundo lanzamiento” de CNA 014 fue planificado inmediatamente después que concluyera la Conferencia de Alto Nivel sobre Inteligencia Artificial Global, organizada en Shanghái, a finales de julio.

A los organizadores  del relanzamiento de este número de la revista nos ha sorprendido la cobertura nacional e internacional que tuvo el evento, lo cual agradecemos en toda su extensión. Al mismo tiempo, esta reacción nos obliga a realizar nuevas reflexiones sobre la “noticia” en sí misma y sus dimensiones para Cuba y para la región latinoamericana y caribeña.

Como explicara entonces la viceministra Josefina Vidal Ferreiro, el texto que se puso a disposición de los lectores es el resultado de una colaboración e intercambio directo entre el CIPI y un grupo de centros e investigadores chinos.

Un parteaguas en esa relación académica bilateral  se produjo cuando en octubre del 2023 el CIPI fue invitado a las celebraciones por el 10mo aniversario de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) y, específicamente, para exponer sus puntos de vista dentro del Foro de Tanques Pensantes. Durante el 2024 la Cancillería y la Academia de Ciencias Sociales china organizaron un intercambio con representantes de varios centros latinoamericanos, que también correspondió al CIPI coordinar, y más adelante fuimos invitados a participar en el taller bilateral sobre Futuro Compartido que se celebró en Beijing.

En el primero de estos encuentros, el jefe de estado chino no sólo realizó una reflexión sobre lo ya logrado por la IFR, sino que planteó una proyección sobre las prioridades del proyecto en el futuro inmediato. Aquí cabría hacer una acotación para el ambiente latinoamericano y caribeño, en el que muchas veces no se aprecia la magnitud de estos viajes al futuro de las contrapartes chinas, cómo construyen los escenarios, sobre qué bases teóricas y cómo relacionan sus acciones concretas con dichas conclusiones.

El caso es que el presidente Xi Jinping mencionó entre las próximas prioridades de la IFR la integración y el trabajo conjunto con tanques pensantes (incluyen los centros de investigación) de todo el mundo. Aquella propuesta pasó quizás casi inadvertida para la mayoría del auditorio, más enfocado en parámetros concretos como inversiones, comercio, grandes construcciones, transporte terrestre, o marítimo.

De hecho, coincidiendo con aquellos actos se comenzaron a producir importantes transformaciones en instituciones chinas como la agencia Xinhua, los servicios de CGTN y otros, que más que ofrecer cobertura periodística sobre hechos que ya sucedieron han pasado a crear contenidos y nuevos conceptos académicos vinculados a las relaciones internacionales.

En las universidades de toda la geografía china se ha registrado un crecimiento exponencial no sólo del conocimiento del idioma español (sin acento local, o europeo) sino de los centros de investigación sobre América Latina y el Caribe que estudian esta parte del mundo no para comprenderla por y para Beijing, sino para hacer corresponder los hallazgos a los intereses de cada provincia o gran ciudad china.

En el espacio particular del CIPI (en conjunción con otros centros cubanos) tratamos de traducir en términos concretos lo escuchado en el 2023, conociendo que  cada iniciativa o propuesta política de la dirección china está sustentada en miles de investigaciones previas y estarán acompañadas hacia el futuro en diversas acciones académicas.

Las palabras del embajador Hua Xin en el lanzamiento de CNA 014 nos reconfirman esas apreciaciones. Fueron breves y precisas. Se refirió al concepto de Comunidad de Futuro Compartido de la humanidad como “la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales; y como orientación estratégica, la implementación de la Iniciativa para el Desarrollo Global, la Iniciativa para la Seguridad Global, la Iniciativa para la Civilización Global; y tiene como plataforma de práctica, la construcción conjunta de la Franja y la Ruta de alta calidad” (subrayado del autor).

Más adelante, el jefe de misión fue mucho más específico al decir que “la globalización económica es una tendencia irreversible, y solo manteniendo una economía mundial abierta, se puede lograr el desarrollo común”. Esta afirmación va de frente contra todo lo que se escucha desde la vieja locomotora estadounidense, que una vez tiró fuerte de la globalización (neoliberal) y que ahora pretende caminar con el combustible de altos aranceles y más nacionalismo.

Y de nuevo, más allá de estadísticas y parámetros tangibles el embajador afirmó: “el progreso de las civilizaciones no puede prescindir del intercambio y el aprendizaje mutuo”. Con mucha modestia se refirió al aporte cubano a ese pensamiento de futuro compartido al recordarnos que “Patria es Humanidad”, según Martí, y que Fidel alertara de que están “llegando los tiempos de pensar en la patria mundial”. Dicho de otra manera, la academia china ha leído y estudiado con detenimiento los principales planteamientos internacionales sobre el régimen multilateral, para construir y proponer un proyecto que se basa en el pensamiento más avanzado y sostenible de la humanidad.

Si todas estas ideas parecieran muy elevadas y poco relacionadas con el día a día de esta parte del mundo, el embajador las “aterrizó”, relacionándolas con el magno evento que acababa de suceder en Shanghái.

La Inteligencia Artificial parecería ser un tema que interesa sólo a expertos y que tangencialmente tributa a la vida de los simples humanos, pero no es así. Y aquí de nuevo los pensadores chinos han viajado al futuro y están de regreso para contarnos los escenarios que podemos encontrar si no actuamos a tiempo y de manera conjunta.

En momentos en que las principales compañías estadounidenses que hacen minería de datos con la información que todos brindamos irresponsablemente en redes sociales, búsquedas sobre motores digitales y otros ingenios, rechazan la posibilidad de que se establezcan reglas internacionales compartidas para el uso de la inteligencia artificial, desde la sabiduría ancestral china se nos dice que la IA “no es sólo sinónimo de innovación tecnológica, sino que es una variable clave para el bienestar común del mundo y la configuración del futuro orden internacional”.

En el plan de acción propuesto en la cita de Shanghai se relacionan no una, sino trece prioridades en las que se debe trabajar de inmediato de manera conjunta, para que este campo del conocimiento pueda resultar en un bienestar compartido y que no marque un nuevo momento en la historia en el que una parte de la humanidad da un nuevo salto al desarrollo y el resto (la mayoría) queda aún más rezagado.

Para los que no observan de forma adecuada el sentido de la cronología que tienen las instituciones chinas, baste recordar que este cónclave internacional se produce después (y no antes) de que plataformas como Deep Seek, Zhipu o Stepfun hayan dejado sin respiración a muchos competidores “occidentales” de la IA y de que las autoridades chinas hayan puesto a disposición de países del Sur Global el sistema inteligente Mazu, para el alerta temprana sobre desastres naturales.

El embajador Hua Xin comenzó sus palabras en el referido acto del 1ero de agosto con una nota muy especial para los cubanos: “Hace poco, el hotel donde nos encontramos (Torre K) fue incluido injustificadamente en la lista de sanciones de Estados Unidos. Hoy, al hacer la presentación acá, damos una respuesta clara a este acto hegemónico”.

Mucho más que reafirmar una posición política tradicional respecto al bloqueo estadounidense contra Cuba, el representante chino estaba ratificando un principio básico en las relaciones internacionales de hoy: los espacios que se dejan vacíos son ocupados por otros.

En momentos en que desde Washington se intenta estremecer los sistemas políticos latinoamericanos y caribeños, influir en los resultados de las elecciones locales, tratar como ciudadanos de segunda clase a todos los inmigrantes, reducir los fondos dedicados al conocimiento científico, ignorar las propuestas de la academia, eliminar principios éticos que han sido más o menos compartidos, desde Beijing llega una propuesta concreta en sentido contrario y que está precedida por resultados tangibles.

Al viejo orden sólo le va quedando en cartera la amenaza del uso de la fuerza, la coerción y promesas incumplibles. El nuevo orden solo se podrá construir desde la inclusividad, la igualdad de los desiguales y el concierto de las diferencias.

En el CIPI hemos tratado de explicar estos procesos con la publicación de varios artículos científicos en varios números de CNA y otras revistas cubanas, así como con la edición reciente de los volúmenes China en perspectivas y China: hacia la modernización integral, también con Ruth Casa Editorial. Aún quedan ocho años para celebrar el 20 aniversario de la IFR. Desde ahora las contrapartes chinas trabajan en los razonamientos y las conclusiones que se expondrán entonces. En el CIPI y otros centros cubanos hemos aceptado el reto y también vamos construyendo  ese futuro, que necesariamente tendrá que ser compartido.


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