RUSIA – OTAN: Raíces y costos del conflicto en Ucrania. El surgimiento del nuevo sistema de seguridad colectiva en Eurasia

Intervención Especial del Excmo. Sr. Victor Koronelli, Embajador de la Federación Rusa en Cuba, en la X Conferencia de Estudios Estratégicos. Universidad de La Habana, 3 de octubre de 2025.
Somos testigos del colapso del sistema de seguridad en Europa establecido a raíz de los resultados de la Segunda Guerra Mundial. La táctica agresiva y acciones miopes del bloque militar OTAN causaron el inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania. En realidad los países miembros de la Alianza llevan a cabo la guerra híbrida contra Moscú utilizando el pretexto de la crisis ucraniana para efectuar una campaña antirrusa sin precedentes. Al mismo tiempo las consecuencias de este conflicto no solo pueden ser drásticas para Europa sino también tener un efecto multidimensional a largo plazo para el mundo entero.
No caben dudas de que es imposible resolver el conflicto en Ucrania sin eliminar las causas de su aparición, es decir, la ignorancia de la OTAN de los intereses de seguridad estratégica de Rusia. Ahora llegó el momento de entablar un debate amplio sobre un nuevo sistema de garantías bilaterales y multilaterales de seguridad colectiva en Eurasia, que estará abierto a todos los países, inclusivo los países miembros de la OTAN.
¡Queridos colegas y amigos!
En primer lugar, me gustaría agradecer a los organizadores de la X Conferencia de Estudios Estratégicos por la invitación a participar en un evento tan prestigioso, que desde hace tiempo brinda a expertos, profesionales, estudiantes y a todas las personas interesadas la oportunidad de intercambiar sobre temas de actualidad en las relaciones internacionales. El tema de esta intervención son las relaciones entre Rusia y la OTAN en el contexto de la Operación Militar Especial que nuestro país está llevando a cabo en Ucrania.
Es un secreto a voces que durante los últimos años el Occidente ha librado una «guerra híbrida total» contra nuestro país, con el objetivo de infligir una «derrota estratégica» a Rusia. ¡Nadie en la OTAN oculta estos objetivos! El régimen criminal de Kiev recibe un amplio apoyo militar y financiero, mientras se están tramando planes para desestabilizar la situación interna en Rusia, sometida a sanciones sin precedentes.
El Occidente lleva mucho tiempo preparando una campaña contra Rusia buscando destruir todo lo ruso en Ucrania, desde la lengua hasta la cultura. El Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha llamado la atención repetidamente a que el Occidente apoya las leyes represivas que se están introduciendo en Ucrania contra el idioma ruso, prohibiendo su uso en la educación, los medios de comunicación y el uso cotidiano.
En 2019, entró en vigor en Ucrania la Ley para Garantizar el Funcionamiento del Idioma Ucraniano como Idioma de Estado. Según el documento, todos los organismos gubernamentales y organizaciones públicas deben utilizar exclusivamente el idioma ucraniano. Esto constituye una grave violación de la Carta de las Naciones Unidas. Ucrania es el único país del mundo donde uno de los idiomas oficiales de la ONU está prohibido.
El Occidente ha lanzado una campaña de información masiva contra Rusia, destinada a “cancelar” toda la cultura rusa, intentando borrar a nuestro país del contexto global, del deporte y música mundiales, que por definición deberían estar fuera de la política. No es sorprendente que este rabioso impulso antirruso del Occidente sufrió una aplastante derrota, ya que es imposible “cancelar” a Pushkin, Dostoievski, Chaikovski, Plisetskaya, Shostakovich, pues su legado no pertenece sólo al pueblo ruso, sino a toda la humanidad.
Desde 2022, los medios occidentales han distorsionado la información sobre el conflicto en Ucrania, recurriendo incluso a falsificaciones descaradas. ¡Un ejemplo clásico es la provocación en Bucha! Durante tres años y medio, Rusia se ha esforzado por obtener la verdad sobre lo que realmente ocurrió en esta ciudad en abril de 2022, cuando ésta quedó bajo el control de las autoridades ucranianas. Es bien sabido que las llamadas «pruebas de los crímenes» solo surgieron después de que las fuerzas armadas ucranianas entraran en Bucha, acompañadas por periodistas occidentales, quienes al unísono apresuraron a difundir esta falsificación. Desde 2022, Rusia ha solicitado repetidamente que se presente la lista de víctimas en Bucha. En particular, el Ministro Serguéi Lavrov lo hizo personalmente ante el Secretario General de la ONU y públicamente en una reunión del Consejo de Seguridad. ¡Aún no se ha recibido respuesta! Claramente, no hay ningún deseo de exponer a los autores de estos sangrientos sucesos orquestados, y el régimen de Kiev y sus patrocinadores no necesitan la verdad. Mientras tanto, esta monstruosa puesta en escena fue utilizada para encontrar un pretexto para continuar la guerra y perturbar las negociaciones de paz de Estambul en 2022.
Ahora me gustaría decir algunas palabras sobre la confrontación en el ciberespacio. Estados Unidos y sus aliados más cercanos, en sus documentos conceptuales, ven a Rusia como una de las principales amenazas en el espacio de información. Desde la década de 2010, los países de la OTAN han participado activamente en la reforma de las unidades cibernéticas ucranianas y, desde 2022, han organizado un trabajo sistemático para llevar a cabo operaciones cibernéticas contra los objetos de información rusos utilizando el territorio y la infraestructura de red de Ucrania. Los ataques ucranianos a la infraestructura de información crítica en la Federación de Rusia no solo no son condenados por el Occidente, sino se alientan por él. Al mismo tiempo, las principales corporaciones estadounidenses de IT (Google, Microsoft, Apple, Facebook, Amazon y otras), así como las empresas especializadas en seguridad de la información, se despliegan en la máxima medida posible para proporcionar recursos e información para las operaciones cibernéticas antirrusas.
En Ucrania operan más de mil centros de llamadas fraudulentas que emplean a aproximadamente 100 mil personas. La infraestructura de estos centros se encuentra en los Países Bajos y Alemania. El 92 % de las llamadas realizadas por estos centros se dirigen a ciudadanos, agencias gubernamentales e instituciones financieras de Rusia.
Lo irónico es que criminales entrenados y equipados con la ayuda de agencias de inteligencia occidentales ya han comenzado a atacar activamente a los propios países occidentales. En el verano de 2023, se desmantelaron en Ucrania diez centros de llamadas fraudulentas que atacaban a ciudadanos de Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido y Australia. En Canadá, en particular, las pérdidas derivadas de estas actividades fraudulentas ascendieron a más de 300 millones de dólares.
Quisiera llamar la atención a otro frente de la confrontación: el económico. Cuba resiste las consecuencias del embargo injusto e ilegal que lleva varias décadas. Nuestro país también está sujeto a presiones ilegales: los activos de Rusia en el extranjero han sido congelados y, de manera regular, se imponen paquetes enteros de sanciones. Hoy en día, el número de sanciones impuestas contra Moscú supera todas las restricciones impuestas a otros países en conjunto. Desde 2014, el número de sanciones impuestas a personas jurídicas y físicas, así como diversas restricciones comerciales, ha superado las 30 mil.
Desde 2022, los activos soberanos de la Federación de Rusia han sido retenidos ilegalmente, privando al Banco de Rusia del derecho a gestionar estos fondos que pertenecen al pueblo de nuestro país. Además, los países de la UE y la OTAN están explorando opciones para su confiscación y posterior uso para apoyar al régimen de Kiev.
Continúan los intentos de inventar estructuras pseudolegales que permitan el uso de las ganancias derivadas de la reinversión de reservas «congeladas» o su transferencia forzosa a fondos específicos para la asistencia a Ucrania. La mayor parte de los activos soberanos rusos están congelados en la Unión Europea, que solo en 2025 transfirió 8 mil millones de euros a Kiev como ingresos futuros por el uso de fondos rusos (se prevé transferir otros 10 mil millones de euros para finales de este año). El presidente ruso, Vladímir Putin, ha calificado claramente los intentos de expropiar activos rusos como robo.
Es evidente que estas políticas de los países de la UE y la OTAN, y sus imprudentes medidas para bloquear y confiscar los activos rusos, tendrán graves consecuencias para el sistema financiero y el clima empresarial global. Se está gestando una situación peligrosa, en la que cualquier país que lleva a cabo una política soberana se enfrenta al riesgo de perder por completo sus fondos y activos en jurisdicciones occidentales. Está en riesgo una parte significativa de los activos extranjeros de los Estados del Sur Global. La posible confiscación de activos rusos conllevará la renuncia definitiva e irrevocable a los derechos de propiedad, el desequilibrio en las finanzas globales y la exacerbación de los problemas acumulados de déficit presupuestario y deuda.
En este contexto, son particularmente relevantes los esfuerzos de los países de la Mayoría Global por construir nuevos vínculos financieros y económicos sostenibles basados en el Derecho Internacional y los principios de igualdad soberana: cabe mencionar el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS y la reciente decisión de establecer el Banco de Desarrollo de la OCS.
Hablaremos brevemente sobre la eficacia de las sanciones. A pesar de la magnitud sin precedentes de las sanciones impuestas contra nuestro país, el año pasado Rusia mantuvo el lugar de la cuarta economía del mundo, superando no solo a Alemania, sino también a Japón. Según datos del Banco Mundial, el PIB de Rusia en paridad de poder adquisitivo (PPA) alcanzó los 6,92 billones de dólares, frente a los 6,45 billones del año anterior.
Estamos entre amigos. Ustedes comprenden perfectamente las causas y el origen del conflicto en Ucrania. La operación militar especial rusa fue, en esencia, la respuesta a la política agresiva de la OTAN hacia Moscú. La Alianza sobrepasó todos los límites concebibles e inconcebibles al orquestar un golpe de Estado en Kiev en 2014 para involucrar a Ucrania en las actividades de este bloque militar.
Como resultado de las acciones irreflexivas de la OTAN, la arquitectura de seguridad anterior en Europa, establecida tras la Segunda Guerra Mundial, se ha erosionado, exacerbando toda una serie de desafíos y amenazas a la seguridad internacional. Vemos las consecuencias de esta política agresiva en muchas regiones del mundo (Yugoslavia, Irak, Libia, Siria, Ucrania y, lamentablemente, la lista sigue creciendo). Ignorar los intereses nacionales de Rusia ha llevado a los países de la OTAN a una trampa política y económica de la que ya no podrán salir victoriosos. Esto, por cierto, ahora se evidencia claramente en el ánimo de los votantes de Francia, Alemania, el Reino Unido y los países de Europa del Norte.
Cabe recordar que en 2007, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, el Presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que la expansión de la OTAN hacia el Este representa una amenaza para la seguridad de Rusia y que no la toleraremos. En aquel momento, Occidente ignoró estas palabras del Presidente ruso y prometió a Ucrania la adhesión a la OTAN.
Rusia ha preguntado públicamente en repetidas ocasiones: ¿Contra qué países dirigieron la expansión de la OTAN hacia el este de Europa? ¿Qué pasó con las garantías de no expansión que nos dieron nuestros socios occidentales tras la disolución del Pacto de Varsovia? El cinismo occidental en este asunto fue y sigue siendo extremo.
Moscú se quedó prácticamente sin otra opción. El régimen neofascista de Kiev llevaba ocho años matando a civiles en el Donbás con la flagrante connivencia de los países garantes, Francia y Alemania, que utilizaron los acuerdos de Minsk para dar tiempo a Ucrania para «fortalecer su posición militar». Posteriormente esto fue reconocido de manera abierta por la excanciller alemana Angela Merkel y el expresidente francés François Hollande.
Quisiera señalar que los enfoques de Rusia para resolver la crisis en Ucrania son sumamente claros. Este país debe confirmar su estatus neutral, no alineado y no nuclear, de conformidad con su Declaración de soberanía estatal de 1990. Por su parte, Rusia está dispuesta a reafirmar sus garantías de seguridad para Ucrania y su compromiso con la inviolabilidad de las fronteras de los Estados miembros de la UE y la OTAN. En términos territoriales, reafirmamos la pertenencia constitucional de Crimea, Sebastopol, la República Popular de Donetsk, la República Popular de Lugansk y las provincias de Jersón y Zaporiyia a Rusia, basada en la voluntad de sus habitantes y el derecho de los pueblos a la autodeterminación, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas.
Como señaló el Presidente ruso, Vladímir Putin, durante su discurso en el Foro Económico del Lejano Oriente en septiembre, las tropas de la OTAN serían objetivos legítimos para el Ejército ruso si aparecieran en Ucrania. Una vez que se logre la paz en Ucrania, no será necesario desplegar tropas occidentales allí.
Quisiera reiterar: Rusia siempre ha abogado por una solución pacífica al conflicto ucraniano. Sin embargo, dada la aparente incapacidad negociadora del régimen de Kiev, también estamos listos para defender nuestros intereses por otros medios. A pesar de la política destructiva de los líderes europeos, no cabe duda de que los objetivos de la Operación especial militar en Ucrania, establecidos por el Presidente ruso, se alcanzarán y se implementarán plenamente.
***
Creo que todos aquí presentes estamos de acuerdo con que vivimos en una época de grandes cambios, quizá incluso mayores de los que pudiéramos haber imaginado hace apenas un par de décadas.
Hay una expresión SUPUESTAMENTE basada en una traducción de una maldición china tradicional: «Que vivas tiempos interesantes». Nosotros, sin duda, estamos viviendo una época turbulenta que encarna el drama de los grandes cambios de civilización en el desarrollo humano. La pregunta es solo desde qué perspectiva observamos estos procesos y si vemos el “vaso medio lleno” o “medio vacío”.
La singularidad de la etapa actual de la historia mundial reside en que las capacidades económicas y organizativas del Sur y el Este Globales han cambiado radicalmente en el siglo XXI. Los Estados no occidentales , quizás por primera vez en varios siglos, son capaces y están dispuestos, independientemente de los «estrategas» y «arquitectos» euroatlánticos del orden mundial, a comprender y diseñar juntamente modelos de cooperación y desarrollo regionales, transregionales y globales basados en ideas de justicia, igualdad y beneficio mutuo.
Ante nuestros ojos, se está configurando un orden global completamente nuevo, diferente a todo lo que conocemos del pasado, como los sistemas de Westfalia o Yalta. Este nuevo orden global se diferencia de las versiones anteriores del orden mundial por la combinación, la coexistencia paralela, de dos fenómenos aparentemente excluyentes: el rápido crecimiento de los conflictos y la fragmentación de las esferas política, económica y jurídica, por un lado, y la continua y estrecha interconexión de todo el espacio global, por el otro.
Es evidente que necesitamos un nuevo sistema de seguridad colectiva en Eurasia, capaz de frustrar los intentos de algunos Estados de garantizar su propia seguridad a expensas de otros. Formatos de cooperación como la Organización de Cooperación de Shanghái, la Unión Económica Euroasiática y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva podrían sentar las bases para la creación de un sistema de seguridad universal en el continente.
La cumbre de la OCS celebrada en septiembre en China demostró que los países miembros están haciendo una contribución tangible al fortalecimiento de la cooperación, ayudando así a sentar las bases políticas y socioeconómicas para la formación de un nuevo sistema de estabilidad, seguridad y desarrollo pacífico en Eurasia.
Es evidente que la nueva arquitectura debe reemplazar los obsoletos modelos eurocéntricos y euroatlánticos. Debe basarse en los principios de la ONU, incluyendo la supremacía del Derecho Internacional, el derecho de las naciones a la autodeterminación, la igualdad soberana y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados. Todos estos elementos fundamentales siguen siendo válidos hasta la fecha.
Para concluir, deseo a todos los participantes de la Conferencia un trabajo interesante y debates fructíferos durante su tercer y último día. En este difícil período de transición que todos estamos atravesando, es crucial tomar decisiones políticas equilibradas, basadas en un análisis profesional y de alta calidad de todo el conjunto de procesos internacionales.
¡Muchas gracias por su atención!
Déjanos tu comentario