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AAAS – ACC Reunión Profesional: Envejecimiento y Manejo de Desastres

REPOSITORIO
19-20 de marzo de 2024

Encuentro de la Academia de Ciencias de Cuba y la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias en Marzo de 2024 sobre Envejecimiento y Manejo de Desastres.

Por: Lic. Sergio Jorge Pastrana. Investigador Auxiliar, CIPI.

Los días 19 y 20 de marzo una delegación de la Asociación Americana para el Avance de las ciencias (AAAS, por sus siglas en inglés) visitó la Academia de Ciencias de Cuba para compartir experiencias previas y a su vez poder definir de conjunto las ulteriores acciones de cooperación entre investigadores de ambos países en beneficio tanto de ambos pueblos, como del futuro de la ciencia y sus aplicaciones en el plano internacional.

Un mes antes, del 14 al 16 de febrero de 2024, ya se había celebrado la Segunda Reunión Científica Conjunta Cuba – Estados Unidos en Salud bajo el título “Abordar los Retos de Salud Global a través de la Innovación Científica y la Investigación”. Organizada en el Instituto Pedro Kouri de Medicina Tropical, además de la investigación de enfermedades producidas por arbovirus y el manejo de pandemias, también abordó trastornos neurológicos, cáncer, avances y tendencias en tecnologías sanitarias, manejo de datos, y condiciones crónicas. Estos intercambios en aspectos de salud también se iniciaron desde hace muchos años a través de las relaciones entre la Academia de Ciencias de Cuba y la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias.

Desde el 2022, después del inevitable distanciamiento por el impacto de la pandemia del COVID-19, ambas instituciones reemprendieron los encuentros bilaterales, para lo cual acordaron y suscribieron un  nuevo Memorándum de Entendimiento actualizado en octubre, ratificando los campos en que se han iniciado tareas conjuntas y comprometiéndose a ampliarlos en temas tales como la conservación ambiental, los estudios marinos y oceánicos, diversos temas de salud, así como las políticas públicas en ciencia y tecnología.

En el año 2023 se produjeron visitas reciprocas. La visita de la AAAS a La Habana, Cuba, se realizó en  Marzo 20 y 21 de 2023, bajo la dirección de la Presidenta de la Junta Directiva, Gilda Barabino y el Director Ejecutivo, Sudip Parikh. Por su parte la delegación de la ACC realizó la visita a Washington, D.C. en octubre de 2023, bajo la dirección de su Presidente, Luis Velázquez Pérez, y la Vicepresidenta, Olga Fernández Ríos. En dicha ocasión, la delegación de la Academia también visito los Institutos Nacionales de Salud, la Administración de Océano y Atmosfera, y la Academia Nacional de Ciencias.

Antecedentes

Las relaciones entre las instituciones de investigación de Cuba y los Estados Unidos datan de las fechas en que dichas entidades comenzaron a organizarse. Tan temprano como en el siglo 18 se produce la eclosión y fortalecimiento de un movimiento interesado en las ciencias en ambos países. Es el resultado de la influencia de la ilustración en el desarrollo de identidades culturales locales en las colonias de las Américas. Se puede marcar como un punto de inflexión las visitas a estas tierras en 1800 y 1804 del Barón Alejandro de Humboldt, quién fue miembro de una de las más tempranas academias de ciencias del mundo: la Academia de Ciencias de Berlín, fundada por Leibnitz en 1700.

Por aquel entonces ya existían en algunas urbes americanas asociaciones de personas interesadas en las ciencias que se reunían periódicamente en tertulias en los llamados entonces “salones” de las clases sociales dominantes. Los hermanos Humboldt, Wilhelm y Alexander, eran asiduos participantes en las veladas científicas berlinesas. En ciudades importantes del continente americano como la Habana, Nueva York, Filadelfia o Boston, en la segunda mitad del siglo 18 aparecen en el seno de tertulias equivalentes los primeros grupos que luego se convierten en sociedades que reúnen a públicos interesados en las ciencias.

Durante las visitas de Alejandro de Humboldt a la Habana en 1800 y 1804, él tuvo la oportunidad de encontrarse con los primeros investigadores y profesores habaneros que se reunían en torno a la sección de ciencias de la sociedad patriótica, como entonces se conocía a la actual Sociedad Económica de Amigos del País, fundada en 1793. Es comprensible que a partir de su explicación de la misión encomendada por la Academia berlinesa y de la descripción de la propia institución académica, Humboldt ejerciera una influencia sobre sus colegas de las Américas que propiciara la organización a partir de ese momento de un conjunto de sociedades científicas en los países qué visitó.

A principios del siglo 19 bajo el liderazgo de Benjamín Franklin, un conjunto de investigadores que se reunía regularmente fundó en Filadelfia la Sociedad Filosófica Americana. Igualmente en Filadelfia, en 1812 se fundó la Academia de Ciencias local en la forma de un Museo de Historia Natural. En Nueva York por su parte en 1817 se establecía la Academia de Ciencias de Nueva York y en 1826, los científicos que se reunían en la sección de ciencias de la Sociedad Económica de Amigos del País en la Habana solicitaron por carta de los Doctores Tomás Romay y Nicolás José Gutiérrez a la corona española, la autorización para establecer en la Habana una academia de ciencias.

Tomaría 35 años hasta 1860 que la corona española concediera la autorización para el establecimiento de la Academia habanera. No es de descartar que la demora en la aprobación de la academia de La Habana estuviera relacionada con que solo existía en España una academia de matemáticas y no fue hasta 1848 que se estableció la academia de ciencias con sede en Madrid.

Ese mismo año de 1848 surge en Washington el antecedente que vendría a evolucionar hasta convertirse en la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias, la que hoy en día constituye la sociedad científica con mayor membresía en todo el mundo, institución que publica la revista científica Science, que es a su vez hoy la de mayor distribución a nivel mundial, con más de un millón de lectores semanales.

Tanto la Academia de Ciencias de Cuba, fundada en 1861 con el nombre de Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, como la academia que se fundaría dos años más tarde en Washington en 1963 con el nombre de Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, bajo los auspicios del presidente Abraham Lincoln[1] nacen a partir de estas asociaciones de carácter científico que surgen desde fines del siglo 19 tanto en Estados Unidos como en Cuba. Cabe destacar que aquellos científicos que fundan ambas academias provenían de aquellos grupos y ya desde mucho antes del nacimiento de ambas instituciones académicas mantenían un fluido intercambio de correspondencia

En los archivos de la Smithsonian Institution en Washington. D.C. se conservan los originales de la correspondencia del doctor Felipe Poey y Aloy con los doctores Joseph Henry y Spencer Baird (primero y segundo secretarios de la Institución Smithsoniana y fundadores ambos de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, como lo fue Poey de la Academia habanera).

Igualmente en los archivos de La Academia de Ciencias de Filadelfia, así como en los del Museo Peabody de Historia Natural en Harvard, o en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, existen tanto correspondencia como ejemplares de las colecciones que fueron descritos y donados por Felipe Poey. De igual forma su hijo Andrés Poey, iniciador junto con el Padre Viñes de los estudios meteorológicos en Cuba, los dos miembros de la Academia habanera, también mantuvieron correspondencia con investigadores de aquellas instituciones.

De entonces a la fecha los vínculos entre científicos e investigadores de ambos países se han mantenido a nivel personal, o de instituciones de enseñanza, asociaciones científicas y todo tipo de actividades de carácter académico, casi ininterrumpidamente.

También en el seno de las organizaciones internacionales al coincidir en muchos casos niveles equivalentes de intereses científicos y conocimientos se produce un intercambio natural entre científicos de Cuba y los Estados Unidos. De esa forma en organizaciones tan diversas como el Consejo Internacional de la Ciencia, la Red Global de Academias de Ciencias, la Organización Meteorológica Mundial, o la Asociación de Estudios Latinoamericanos y muchas otras, es común que investigadores de ambos países compartan tareas y responsabilidades de manera conjunta.

Paradójicamente, las relaciones que se iniciaron de esta manera y que alcanzaron un éxito considerable en el ejemplo paradigmático de la colaboración de Finlay con sus colegas, especialmente con el Doctor Jesse Lazear de la Escuela de Salud Pública de la Universidad John Hopkins, (trabajos que en sus conclusiones posibilitaron la erradicación de la Fiebre Amarilla tanto en la Habana como en Panamá) no podrían persistir con el mismo empuje después de la ocupación militar estadounidense en Cuba y la posterior política de masivas inversiones de las corporaciones norteamericanas en Cuba. La colaboración entre científicos de ambos países no prosperó con igual fuerza en la primera mitad del siglo 20 por cuenta de la falta de apoyo institucional de los gobiernos republicanos cubanos al desarrollo local de las ciencias.

Desde entonces la medicina pasó a ser la más destacada de las actividades de contenido científico en Cuba, e igualmente, la Academia cubana se destacó principalmente en las disciplinas de ese corte.

Sin embargo, la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias, conocida también como AAAS, por sus siglas en idioma inglés,  no dejó de tener una presencia importante en mayor o menor medida a lo largo de toda la historia de las relaciones científicas en ambos países por el seguimiento entre los científicos cubanos sobre todo de la revista Science, que convierte en miembros de la AAAS a sus suscriptores.

No obstante lo anterior, después del triunfo de la Revolución Cubana y la ruptura de las relaciones diplomáticas se produce un relativo hiato y los científicos cubanos vuelven sus ojos a  Europa en el fomento de las relaciones de colaboración científica. A diferencia de gobiernos anteriores y bajo el concepto esbozado por Fidel desde el 15 de enero de 1960, se produce un sostenido esfuerzo nacional con la voluntad política de desarrollar las capacidades nacionales en ciencias con destacados resultados en muy diversas disciplinas. A mediados de la década de 1970 se retoman encuentros entre las Academias de Ciencias y se renuevan vínculos en el seno de las comunidades científicas de Cuba y de los Estados Unidos.

Con motivo de la celebración del 30 Aniversario de la refundación de la Academia de Ciencias de Cuba después del triunfo revolucionario, en febrero de 1992 se recibió en la Habana la visita del Tesorero de la AAAS y miembro de su junta directiva, el Dr. William Golden, figura de alto prestigio como Consejero Científico de varias administraciones de EE.UU. Ya en junio de 1997 en los preparativos conducentes a la celebración de la Conferencia Regional de Ciencia y Tecnología del Caribe que se celebró en septiembre de 1998 en Trinidad y Tobago, los representantes de la Academia de Ciencias de Cuba y AAAS, que era uno de los principales auspiciadores, trabajaron de conjunto con la Academia Caribeña de Ciencias en la organización y puesta en marcha de estos eventos. Y comenzaron a explorar tareas de cooperación conjunta, con la visita de una primera delegación de la AAAS a Cuba, bajo la dirección de su entonces presidenta de la Junta Directiva, la Dra. Rita Colwell.

En febrero de 2002 una delegación de la Academia de Ciencias de Cuba fue invitada a participar en la reunión anual de la AAAS,  en Boston Massachusetts. Dicha delegación expuso las oportunidades de colaboración en investigaciones en los campos de la biotecnología, la agricultura las energías alternativas, la meteorología y los cambios globales en un taller en el seno de la reunión anual. Aunque dicha exposición estimuló el interés de las contrapartidas estadounidenses participantes en los debates, no fue hasta el mes de noviembre de 2009 que una importante delegación de la AAAS encabezada por su presidente el premio Nobel de Química Peter Agre, viajó a la Habana para un encuentro con la Academia de Ciencias de Cuba con vistas a explorar oportunidades concretas de trabajo conjunto.

Esta visita sentó las bases de una colaboración continuada que ha mantenido el flujo ininterrumpido de contactos, conversaciones, seminarios y talleres desde entonces a la fecha. En todo el intercambio que se ha podido fomentar a pesar de las limitaciones que imponen las medidas unilaterales de carácter coercitivo impuestas por el gobierno de los Estados Unidos a todas las relaciones entre personas e instituciones de Cuba y de los Estados Unidos, cabe destacar que existe un interés reiterado permanente que ha sido defendido por los científicos de profundizar los vínculos y relaciones en los temas que fueron abordados en el primer taller bilateral en 2002 y que han venido desglosándose desde entonces en aspectos específicos dentro de los ámbitos enunciados.

Desde la visita de noviembre de 2009, los vínculos de la Academia de Ciencias de Cuba con la Asociación Americana para el Avance de las Ciencias no se han vuelto a interrumpir. En adición a lo anterior, las relaciones entre las dos instituciones cabeceras han fomentado intercambios en tres aspectos fundamentales de las relaciones científicas bilaterales: Las investigaciones relacionadas con enfermedades transmisibles, la producción y aplicación de fármacos novedosos y las neurociencias.

Los intercambios periódicos tuvieron una formalización definitiva en la suscripción de un Memorándum de Entendimiento en 2014 y después del restablecimiento de relaciones diplomáticas en diciembre de 2015, la AAAS desarrolló un encuentro con nuestra embajada en Washington para apoyar conjuntamente la continuidad de los intercambios.

El Memorándum de Entendimiento firmado en 2014 posibilitó la organización de tres importantes eventos binacionales con figuras cimeras de ambos países. El primero de ellos en el campo de las neurociencias, también el Primer Simposio Binacional Cuba – Estados Unidos de inmunoterapia  del cáncer, celebrado en el Centro de Inmunología Molecular, así como la Primera Conferencia bilateral en enfermedades transmitidas por mosquitos, entre instituciones de salud estadounidenses y cubanas, organizado en el Instituto Pedro Kouri de Medicina Tropical; en agosto 14-17/2017.

Evaluando esta evolución de los contactos, el 18 de octubre de 2018 la celebración del 10mo aniversario del Centro de Ciencia y Diplomacia de AAAS reconoció y destacó el trabajo desarrollado por años entre dicha institución y la Academia de Ciencias de Cuba.

Conclusiones

La cooperación en áreas de la investigación científica entre instituciones y personas de Cuba y los Estados Unidos cuenta con antecedentes muy positivos de más de dos siglos y se ha mantenido bajo diferentes administraciones políticas y momentos de mayor o menor conflicto entre ambos países. A lo largo de toda esa historia han sido los propios investigadores los principales promotores de un clima  de intercambio intelectual que ha posibilitado resultados de nivel mundial. Las principales instituciones nacionales especializadas en estos temas de ambos países, no solo han promovido estas relaciones, sino que también han defendido en diversos escenarios en los Estados Unidos, la importancia que reviste este intercambio para los intereses nacionales de ambos países.

La celebración de estos encuentros bilaterales cuyo repositorio ponemos a disposición de los interesados, actualiza y promueve la continuidad de las relaciones de trabajo entre investigadores cubanos y estadounidenses en temas de interés común para ambos países.


[1]  Fundada en plena guerra de secesión bajo los apremios del interés de recibir asesoría en el gobierno sobre las mejores formas de aplicar los conocimientos científicos a la victoria militar.

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