Kamala vs. Trump: el debate
Crédito: Prensa Latina
Los debates entre candidatos presidenciales son parte importante de sus campañas electorales. Su objetivo por lo tanto es el de obtener votos. Son observados por millones de televidentes, más otros millones más que lo ven por otros medios, o se enteran de los aspectos más importantes a través de la prensa o las redes sociales. Este reciente entre el ex presidente Donald Trump y la candidata demócrata Kamala Harris, lo vieron 67 millones de personas en Estados Unidos, solamente por televisión.
Los espectadores se interesan siempre por las posiciones de los candidatos ante los principales problemas que les afectan, aunque nunca es ello lo que predomina al valorar los resultados del debate. Factores de tiempo para explicarse o la conveniencia de no ser muy claros en algunos aspectos donde el electorado se encuentra dividido, o por alguna otra razón, traen por consecuencia que nunca los candidatos explican bien sus planes y siempre se producen insatisfacciones al respecto. Al final, los observadores estiman que gana el debate el que mejor se desempeña, el que mejor se proyecta, quien queda por encima del otro y de las expectativas. La imagen es lo que determina; no el contenido.
Generalmente, cuando se llega a los debates ya la inmensa mayoría de los electores sabe con certeza por quién va a votar, por lo tanto el show va dirigido al grupo minoritario que no lo está.
En este caso, según encuesta de F&M de agosto de este año, el 85% de los electores está ya firmemente decidido sobre por quién votar, mientras un 15% dice estar aún indeciso. De este 15% solamente el 3% se muestra completamente indeciso, mientras que el otro 12% dice preferir a uno de los dos candidatos, pero no estar aun totalmente decidido. Entre el sector de electores independientes que no se inclina por ninguno de los dos partidos, y que en una elección cerrada puede resultar decisivo, un 40% dice no estar decidido aún.
Trump fue presidente y es una figura ampliamente conocida, mientras que la vicepresidenta y candidata demócrata Harris es aún poco conocida por la mayor parte del electorado. Puede pensarse pues que el mayor interés del debate era ver cómo se proyectaba Harris, especialmente ante un rival tan duro en debates, como Trump. Los observadores consultados después del debate estimaron en proporción de 8 a 2 que Harris se desempeñó mejor que Trump. Que Harris ganó.
No creo estar muy alejado de la realidad considerando que de ese 12% que dijo preferir a uno de los dos, pero no estar definitivamente decidido, una buena parte estaba pensando hacerlo por Harris (o más bien en contra de Trump) pero por no conocer bien a la candidata demócrata no se había decidido aún. Seguramente el buen desempeño de Harris en el debate hará que una parte de estos opte por ella, y quizás también algunos de entre el otro 3% de indecisos. Probablemente quede aún pendiente la mayor parte de ese 15% de indecisos, y lo que suceda de ahora al 5 de noviembre habrá de determinar por quién votarán, pero si los resultados del debate son realmente como se estima, deberán verse reflejados en las próximas encuestas a través de un leve aumento del por ciento de preferencia del electorado por Harris.
Entonces quedará claro que Harris verdaderamente ganó el debate.
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