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América Latina y Caribe

Las Reuniones Cumbres de Ministros de Defensa de las Américas en el ámbito de la seguridad regional

agosto 16, 2022   0

Imagen tomada de infodefensa.com

Las Reuniones Cumbres de Ministros de Defensa son la principal instancia de reunión en el sector Defensa en el continente, y su objetivo central es el debate, análisis e intercambio de experiencias de los temas de la Agenda, los que surgen de la proposición efectuada por el país sede y del consenso entre sus miembros en la Reunión Preparatoria.

De acuerdo con lo planteado por sus integrantes, es una reunión política multilateral de carácter internacional que espera como resultados, incrementar la colaboración e integración y contribuir desde el punto de vista del pensamiento de Defensa y Seguridad al desarrollo de los países miembros.

Se realiza cada dos años, a través de dos instancias de reunión, que son: Reunión Preparatoria, y Conferencia. Además, en forma paralela se pueden realizar otros tipos de reuniones como seminarios o conferencias especializadas.

La Reunión Preparatoria comienza a sesionar cuatro meses antes de la fecha prevista para la Cumbre, y entre sus atribuciones cuenta con aprobar la Agenda Temática procurando el consenso sobre ésta o definiéndola por mayoría de votos, de ser necesario. Participan los delegados de los países miembros, en ocasiones se puede invitar a decisión de los miembros a algún representante extra regional.

El desarrollo de la Cumbre se realiza mediante sesiones plenarias que tienen carácter de asamblea y comisiones de trabajo. La presidencia es ejercida por el ministro de defensa o su equivalente del país sede, que tiene entre sus principales funciones, además de presidir la reunión cumbre, representar los intereses de la Conferencia y garantizar el seguimiento y evaluación de los compromisos y disposiciones aprobadas.

El país sede tiene las siguientes responsabilidades: asumir la presidencia, establecer en su organización la estructura de la Secretaría Pro Tempore, elaborar la Agenda Temática, desarrollar la Reunión Preparatoria, y mantener comunicación con los enlaces de los respectivos ministerios de defensa.

La Reunión Preparatoria tiene entre sus objetivos aprobar la lista de observadores, considerar y decidir sobre las candidaturas para el próximo país sede y aprobar el borrador de la Declaración Final.

Al construir la Agenda Temática el país sede debe considerar los temas relevantes de la agenda hemisférica de Seguridad y Defensa, así como los posibles intereses regionales relacionados con esos temas, y debe revisar las declaraciones finales anteriores, así como analizar en qué medida se ha cumplido lo acordado, y de lo que queda pendiente en qué manera se puede contribuir a su solución.

Es importante que el país sede busque un mínimo común en la región a partir de los principios básicos de paz y respeto a la soberanía, así como a los esquemas de integración subregional como modelos de análisis y experiencias compartidas, y generalizar en la Conferencia un listado de adelantos en materia de Defensa, teniendo en cuenta la lista de los logros.

Entre los desafíos fundamentales identificados por la OEA para la realización de estas reuniones se encuentran, que los ministros o representantes estén dispuestos a escucharse entre sí, que los países estén dispuestos a intercambiar experiencias, y lograr que en las Conferencias se creen mecanismos de seguimiento.

Durante la V Reunión Cumbre de Ministros de Defensa, se intentó llegar, sin resultados palpables, a la construcción de un Proyecto de Seguridad de alcance regional. En su Declaración Final se realizó un reconocimiento explícito a la existencia de contextos estratégicos particulares por cada subregión del hemisferio, a los que habría que continuar dándoles atención en sucesivas Reuniones Cumbres.

La V Reunión de Ministros de Defensa, en especial, fue una muestra de que los Estados Unidos intentaron fragmentar por subregiones los posibles acuerdos en el área de Seguridad y Defensa, lo cual provocó debates; sin llegar a confrontar directamente a los Estados Unidos se hizo evidente la inconveniencia en la adopción colectiva de supuestos acuerdos propuestos por el representante estadounidense.

Una de las razones fundamentales de lo anterior ha sido la necesidad creciente de las autoridades estadounidenses por exacerbar la importancia de la adopción y el alcance de determinados acuerdos subregionales de Seguridad y Defensa en la conformación de un espacio hemisférico que satisfaga con mayor amplitud los intereses de los Estados Unidos.

Lo antes descrito explica también, en parte, las contradicciones apreciadas en el proceso de construcción de enfoques y políticas regionales ante fenómenos que trascienden las fronteras domésticas, y que en la mayoría de las ocasiones han intentado ser manejados, sin éxito, por los Estados Unidos; la nación norteña se ha caracterizado históricamente por una política de intromisión en los asuntos internos del aparato organizativo en el campo de la Seguridad regional, baste añadir que en dependencia del momento histórico, con la anuencia de muchos de los mandatarios de turno.

Breve acercamiento a algunos elementos que conforman la organización de la seguridad regional

La llamada Diplomacia de las Cumbres reactivada a raíz de la búsqueda de respuesta a los conflictos centroamericanos en la década de los setenta y el ochenta del siglo XX, dio lugar a la multiplicación de espacios para el debate regional alrededor del tema de Seguridad.

Además de las Reuniones Cumbres de Ministros de Defensa, el esquema de Seguridad Regional contempla otros espacios de debate, tales como Reuniones de Ministros de Justicia; Procuradores o Fiscales Generales de las Américas; de Seguridad Pública, con determinado alcance limitado puesto que se constituyen como foros de dialogo e intercambio de experiencias de cierto alcance en materia de cooperación; con excepción de las Reuniones Cumbres de Ministros de Defensa, principal foro de análisis regional en temas relativos a la Seguridad, el resto de las reuniones mencionadas adoptan en ocasiones acuerdos con carácter únicamente de recomendaciones y por tanto no vinculante para los estados partes (Cabrera, 2018).

La Secretaría General de la OEA funge como entidad técnica y administrativa de estas Reuniones, y sus decisiones han estado igualmente sujetas a las posibilidades de financiamiento de la Organización, lo que en la práctica ha convertido a estos espacios en subdependencias de la OEA.

La OEA ha articulado mecanismos inherentes a la Defensa y Seguridad basados fundamentalmente en la realización de Reuniones Cumbres, en las que pretende relacionar y dar continuidad a todo lo que se refrende en ese ámbito, y para ello, por intermedio de su Consejo (cuerpo de cancilleres) y bajo la égida de los Estados Unidos, utilizan a las Reuniones Cumbres de Ministros de Defensa como el cónclave fundamental que aglutina los acuerdos adoptados en el resto de las reuniones mencionadas; con el evidente objetivo no solo de chequear sus cumplimientos, sino de tratar de materializarlos.

Para ello, en las Reuniones Cumbres de Ministros de Defensa se desarrolla un trabajo previo desde la conformación de los Grupos de Trabajo que se encargan de incluir en la Agenda de la Reunión Preparatoria, las cuestiones pendientes en el resto de las conferencias regionales, a la vez que en la práctica se intenta materializar por la OEA, en algunos casos después de fuertes debates y contradicciones, una retroalimentación en ambos sentidos, o sea, una vez adoptados los Acuerdos en las Reuniones Cumbres de Ministros de Defensa se trata que éstos se tengan en cuenta en el resto de los eventos contemplados en el esquema regional de Seguridad.

Un ejemplo de lo anterior se aprecia en el análisis de un tema previsto reiteradamente tanto en las Reuniones Cumbres de Ministros de Defensa, como en otros de los encuentros contemplados en el esquema de Seguridad Regional: la cooperación policial. La delegación de Guyana en el ámbito de la Segunda Reunión de Ministros de Seguridad Publica, en noviembre de 2009 en República Dominicana, planteó que los oficiales de Policía son bienvenidos al brindar recomendaciones en el ámbito de la Seguridad, pero no son los responsables directos de proponer cambios ni en el ámbito particular de los órganos policiales ni en la manera de cómo el país debía afrontar sus problemas de Seguridad (Castillo, 2013).

En esa ocasión, tanto Guyana como Argentina se opusieron a la adhesión a la OEA de la denominada Comunidad de Policías de América, AMERIPOL, con sede en Colombia, por el papel injerencista que denotaba en interés de los objetivos estadounidenses; lo cual no significa que haya existido una contraposición abierta a la política estadounidense, puesto que, exceptuando cinco países el resto en el continente pertenecen a la AMERIPOL. Más bien primó el sentimiento que caracteriza a algunos de estos encuentros: un relativo pragmatismo político.

El debate al respecto continuó en las subsiguientes Reuniones Cumbres de Ministros de Defensa, y en las Conferencias de Ejércitos de las Américas. Actualmente se mantiene el respectivo debate por cuanto Colombia en el 2022 es que pretende refrendar el verdadero rol a desempeñar por los órganos policiales.

Tanto en el 2002, la “Declaración de Bridgetown del Enfoque Multidimensional de la Seguridad Hemisférica”; y en el 2003 la “Declaración de Kingston” sobre la Seguridad de los pequeños estados insulares” pusieron de manifiesto hacia la región una concepción de la Seguridad Hemisférica con un enfoque multidimensional, o lo que es lo mismo, un enfoque que no solo incluía el ámbito militar, sino que incorporó elementos tales como la Seguridad Democrática y Seguridad Humana.

En ese sentido, un punto clímax lo constituyó en 1995 la “Comisión de Seguridad Hemisférica”, como órgano coordinador del Sistema Interamericano de Seguridad dentro de la OEA para analizar y definir cuáles constituían las nuevas amenazas que se venían presentando como riesgos para la seguridad regional:

• El terrorismo, la delincuencia organizada transnacional, el problema mundial de las drogas, la corrupción, el lavado de activos, el tráfico ilícito de armas y las conexiones entre ellos;
• La pobreza extrema y la exclusión social de amplios sectores de la población, que también afectan la estabilidad y la democracia. La pobreza extrema erosiona la cohesión social y vulnera la seguridad de los Estados;
• Los desastres naturales y los de origen humano, el VIH/SIDA y otras enfermedades, otros riesgos a la salud y el deterioro del medio ambiente;
• La trata de personas;
• Los ataques a la seguridad cibernética;
• La posibilidad de que surja un daño en el caso de un accidente o incidente durante el transporte marítimo de materiales potencialmente peligrosos, incluidos el petróleo, material radioactivo y desechos tóxicos; y
• La posibilidad del acceso, posesión y uso de armas de destrucción en masa y sus medios vectores por terroristas.

A través de los acercamientos bilaterales y multilaterales entre los Estados miembros de la OEA se lograron establecer nuevos mecanismos para afrontar dichas amenazas dentro de los que encontramos: la “Convención Interamericana contra la Fabricación y el Tráfico Ilícitos de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros Materiales Relacionados” (CIFTA) establecida en 1998, el “Comité Interamericano contra el Terrorismo” (CICTE) establecido en 1999, y, la “Convención Interamericana sobre Transparencia en las Adquisiciones de Armas Convencionales” (CITAAC), en vigor desde 2002.

Asimismo, los países latinoamericanos han tratado de lograr mayores consensos para continuar afrontando nuevas amenazas y riesgos de manera cooperativa buscando la compatibilidad de los intereses nacionales, subregionales y hemisféricos en relación al tema de Seguridad.

Esto último ha determinado que la arquitectura resultante de este sistema sea de carácter “flexible”, según las declaraciones de los ministros de defensa en Santiago de Chile, en noviembre de 2002, cuando anunciaron que la región ha ido transitando paulatinamente hacia un complejo Sistema de Seguridad conformado por una red de antiguas y nuevas instituciones y regímenes de seguridad, tanto colectivos como cooperativos, de alcance hemisférico, regional, subregional y bilateral (Amorim, 2012).

La Declaración sobre Seguridad de las Américas de 2003, en su texto fue expresión de las históricas contradicciones interamericanas, y también de los desacuerdos existentes a lo interno de América Latina y el Caribe alrededor de los puntos importantes en Defensa y Seguridad. Los debates y las criticas continúan. El propio secretario general de la OEA (de 2005 a 2015), José Miguel Insulza, se hizo eco de este tema durante la VII Reunión Cumbre de Ministros de Defensa.

Fundamentalmente desde la OEA, se intentó certificar la ampliación del concepto de Seguridad como la agenda más amplia en la reconfiguración de las relaciones hemisféricas. Para lograr este propósito se utilizó como cónclave fundamental a las Reuniones Cumbres de Ministros de Defensa, a través de las cuales los Estados Unidos y otras naciones, sin éxito, han intentado en ocasiones validar acuerdos que buscan ser reconocidos en las dinámicas hemisféricas de otras reuniones y organizaciones especializadas en Seguridad, como las Cumbres de la OTAN, con el doble propósito de reforzar la hegemonía estadounidense, a la vez de acrecentar la importancia de la OEA como organización internacional.

Tres días después de que el gobierno colombiano efectuase la Operación Fénix en territorio ecuatoriano, que acabó en 2008 con la muerte del segundo comandante en rango de las FARC, Raúl Reyes, el gobierno brasilero de Lula propuso la creación del Consejo de Defensa Sudamericano, como un intento más de lograr resultados palpables para la región en el ámbito de la Seguridad y la Defensa; baste decir que tampoco rindió los frutos esperados.

Las constantes fricciones entre Colombia y algunos de sus vecinos, la falta de resolución de la demanda de Bolivia de una salida al mar, las tensiones crecientes entre Argentina y Uruguay, los constantes problemas por la gestión energética regional, la reactivación de la IV Flota por parte del Pentágono, la creciente influencia del Comando Sur en Latinoamérica y la pretensión de Brasil de convertirse en potencia regional, posibilitaron que inicialmente se analizara al Consejo de Defensa Sudamericano como positivo para la región latinoamericana, aunque sujeto a algunas controversias que a la larga impidieron su desarrollo.

El Consejo de Defensa Suramericano se acordó como una nueva instancia de consulta, cooperación y coordinación, regida por los principios y propósitos establecidos en la Carta de Naciones Unidas y en la Carta de la Organización de Estados Americanos, con los objetivos de consolidar a Suramérica como una zona de paz, servir de base para la estabilidad democrática y el desarrollo integral de la región, intentando generar consensos para fortalecer la cooperación regional en materia de Defensa y Seguridad.

La parte más original de la declaración respecto a los anteriores trabajos en la región y donde se vislumbra la verdadera naturaleza con que se previó el Consejo de Defensa Suramericano reside en el acápite tercero de sus Estatutos, en el artículo cuarto que contiene tres objetivos generales.

El primer objetivo se refiere a la continuidad de los principios establecidos en contextos subregionales que establecen a Suramérica como una zona de paz, base para la estabilidad democrática y el desarrollo integral regional.

El segundo objetivo, busca construir una identidad suramericana que tenga en cuenta las especificidades subregionales y nacionales y que contribuya para el fortalecimiento de la unidad de América Latina y del Caribe; por tal motivo según el mandato atribuido en el artículo No 8, los viceministros de defensa elaboraron un Plan de Acción teniendo en cuenta el mandato que emana del artículo 14 de sus Estatutos.

Este plan de acción prevé como ejes fundamentales de actuación, las políticas de Defensa, cooperación militar, acciones humanitarias, e industria y tecnología en el área de Seguridad. Para cumplir con dichos ejes, el Consejo de Defensa estableció la capacitación y formación de cuadros, motivo por el cual se consolidó la creación en mayo de 2011 del Centro de Estudios Estratégicos de la Defensa (CEED).

El tercer objetivo se refiere a la generación de consenso para fortalecer la cooperación regional en materia de Defensa materializado con el Plan de Acción por medio de la puesta en marcha de medidas de confianza mutua que van desde la transparencia de información sobre las capacidades de defensa de los países, las infraestructuras, los presupuestos, hasta los acuerdos con actores extrarregionales.

Un claro ejemplo de esta puesta en marcha es la búsqueda de unificación de mecanismos de control del gasto militar y el uso compartido de indicadores económicos en Defensa, cuestiones no materializadas por falta de consensos, y que han impedido en muchos casos el cumplimiento de los Acuerdos adoptados en el espacio supremo que tiene la región para la resolución de aspectos relativos a la Defensa y Seguridad: las Reuniones Cumbres de Ministros de Defensa.

XV Reunión Cumbre de Ministros de Defensa de las Américas.

Celebrada en Brasil entre el 25 y el 28 de julio de 2022, se desarrolló en medio de una particular coyuntura política en tanto estuvo precedida de otras reuniones previas relacionadas con el ámbito de la Defensa y Seguridad, entre ellas una Cumbre de las Américas en las que varios países latinoamericanos y caribeños expresaron su desacuerdo con algunas de las posturas oficiales estadounidenses, frente al infructuoso esfuerzo de los Estados Unidos por frenar hacia el continente el avance económico y comercial de China y Rusia, y hasta militar de esta última nación.

El ministro de defensa carioca, general Paulo Sergio Nogueira, presentó un informe referido a la emigración; reiteró el compromiso brasilero con el espíritu de la Carta Democrática de la OEA, y argumentó el interés en la fabricación del vehículo blindado a rueda, Guaraní, de fabricación nacional con motor y chasis producidos en la Argentina.

El ministro de defensa colombiano presentó un balance de las más de once millones de ciberamenazas sufridas por Colombia en el 2021; mencionó un reciente escape cibernético de información de inteligencia en el Ministerio de Defensa y concluyó explicando que algunos temas pendientes en Seguridad y Defensa, correspondería solucionarlos al nuevo equipo de gobierno en Colombia.

Desde Bogotá, Iván Velásquez, designado ministro de defensa por Gustavo Petro, anunció la separación de la policía del Ministerio de Defensa, un asunto sin resolver desde años y sumamente tratado en anteriores Reuniones Cumbres de Ministros de Defensa; explicó Velásquez la creación del Ministerio de la Paz, Convivencia y Seguridad al que se sumarán los órganos policiales, despejando así las dudas de si el Ministerio del Interior colombiano asumiría o no las funciones de defensa civil en las ciudades; y reiteró que continúan los análisis para desmontar los agresivos Escuadrones Móviles Antidisturbios (ESMAD).

Seguidamente a la intervención del representante colombiano, el secretario de defensa estadounidense, Lloyd Austin, propuso la asignación de una cantidad sin precisar de aviones P-3 Orión para la vigilancia y control de las áreas marítimas de la región, prometió la entrega de 115 millones de dólares en 2023 para financiar las actividades militares de los socios de los Estados Unidos, y criticó a China y Rusia por querer monopolizar las economías y las relaciones políticas con el continente latinoamericano, lo que provocó rechazo por los representantes de Argentina, Brasil y México.

Aunque México ha estado en desacuerdo con Rusia por su actuación en Ucrania, se ha negado a sumarse a las sanciones económicas y comerciales, manteniendo una doctrina de no intervencionismo. El representante mexicano ante el Parlamento Europeo ha planteado en varias ocasiones que no se trata solo de Moscú y Kiev, sino de una situación compleja internacional en el contexto de una crisis de globalización neoliberal.

Al igual que sucedió en la pasada Cumbre de las Américas, en esta Reunión Cumbre de Ministros de Defensa, los intereses latinoamericanos se alejaron de algunas de las posturas oficiales estadounidenses, y en este caso en particular de las posiciones ideológicas asumidas por la Junta Interamericana de Defensa.

Argentina, Brasil y México expusieron en la citada Reunión Cumbre de Ministros de Defensa en Brasil que la Organización de Naciones Unidas es el único foro adecuado para buscar soluciones al conflicto entre Rusia y Ucrania, y que, por tanto lo concerniente a la Operación Militar Especial desatada por Rusia no corresponde en su análisis a las Cumbres de Ministros de Defensa.

Brasil, entre las diez economías más fuertes del mundo, forma parte de la Alianza BRICS (India, China, Rusia y Sudáfrica) lo que le garantiza a la nación carioca un mejor posicionamiento geopolítico en el orden internacional. Con la posición brasilera de no aceptar las críticas a Rusia, Brasil y Argentina protegen también los acuerdos firmados con Moscú en el orden económico y/o militar.

Argentina cuenta con el apoyo chino para su unión a los BRICS, y profundiza con la nación asiática su Asociación Estratégica Integral, mientras que con Rusia hay un compromiso entre ambos gobiernos por fortalecer el intercambio comercial; China es actualmente el segundo socio comercial y el segundo destino de las exportaciones argentinas, mientras que con Rusia la nación sudamericana intensificó sus vínculos económicos en el 2021 (más de 651 millones de dólares), entre otros importantes renglones, en la adquisición y producción de vacunas anticovid.

Ambos países euroasiáticos brindaron su apoyo a la causa argentina sobre las Malvinas, a la conservación de sus recursos marinos y a los espacios antárticos. La mayoría de los participantes se pronunciaron porque la Antártida no sea utilizada con fines militares a partir de la expansión de la OTAN y de los intereses rusos sobre Ucrania.

Uno de los resultados palpables de la mencionada Reunión Cumbre de Ministros de Defensa en Brasil, fue la profundización de la crisis del unilateralismo estadounidense. En el transcurso de la reunión, en los encuentros bilaterales, otros representantes latinoamericanos como el de Honduras, por ejemplo, dialogaron animadamente con los Estados Unidos acerca de temas como emigración y lucha contra narcotráfico y otros delitos conexos.

Pero también asumieron una posición de autonomía latinoamericana en cuanto a la libertad regional para el establecimiento de vínculos económicos, comerciales y hasta militares. La Reunión Cumbre de Ministros de Defensa en Brasil no tuvo, tal y como ha sucedido con las anteriores, una amplia cobertura de prensa, ni repercusión; a pesar de ello denotó, al parecer, ser otra reunión cumbre más, en la que le costó mucho trabajo a los Estados Unidos, hacer valer su hegemonía.

Conclusiones

El sistema de seguridad regional ha ido tomando forma y delimitando su camino. Sin embargo, en dicha amplitud conceptual, en ocasiones, los diversos actores no logran establecer el rol que les corresponde, ni la forma en que deben o pueden ponerse de acuerdo sobre asuntos comunes inherentes a la Seguridad, lo que obstaculiza la instrumentación fehaciente de los objetivos propuestos en los diversos foros regionales.

Si bien se aprecia que el TIAR y la Junta Interamericana de Defensa son instituciones en declive que no han sabido, en primer lugar como les corresponde, adaptarse a las realidades, retos y desafíos de la región, también es cierto que al igual que en cualquier otra área geográfica, en América Latina y el Caribe existe el llamado Dilema de la Seguridad.

O sea, lo que es un asunto de Seguridad para un país no tiene por qué serlo para otro, el propio asunto no tiene por qué importarle a un Tercero, o lo que es peor, lo que puede ser un asunto de Seguridad para una Nación puede constituir una amenaza para otra. Esas son cuestiones que la arquitectura hemisférica en Seguridad no ha podido resolver, de ahí que en ocasiones se critique por ello a las Organizaciones Internacionales y se dude de la efectividad del Término Seguridad en cualesquiera de sus variantes semánticas, nacional, humana, multidimensional, entre otras.

En cambio, identificar la agresión en la región de actores no estatales que puedan desestabilizar y poner en riesgo la Seguridad de los Estados es una situación presente en la actualidad, y un reto a resolver por las denominadas organizaciones internacionales y otras estructuras de Seguridad en la región.

La denominada Seguridad Multidimensional, ratificada en las diferentes Reuniones Cumbres de Ministros de Defensa de las Américas, y en los otros foros regionales, ha creado una base teórica que incluye un abanico de riesgos y amenazas en la región pero que dificulta en la práctica en igual medida la materialización de las acciones concretas para contrarrestar dichos riesgos.

México, Argentina y Brasil se encuentran entre las prioridades de atención estadounidenses en la región, debido a la autonomía con que cuentan las tres naciones, al poseer economías en desarrollo y relaciones comerciales con China, Rusia y otros actores extrarregionales, lo que puede ser visto como un peligro para los Estados Unidos en los intentos por mantener su hegemonía.

Brasil, con la presentación del llamado Libro Blanco y de la Nueva Estrategia Nacional de Defensa en el 2012 se propuso compatibilizar los intereses en Defensa y Seguridad con los restantes objetivos estratégicos del Estado, así como una mayor participación de la ciudadanía en los asuntos relativos a la Seguridad.

Desde los años 80 del siglo XX Brasil mantiene relaciones con Argentina en las áreas, energética y nuclear, mediante la Agencia Brasileña-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares.

En 1991, Brasil firmó con Argentina y Chile una Declaración Conjunta sobre Prohibición Completa de Armas Químicas y Biológicas, y se trabajó por esos tres países en los instrumentos de ratificación del Tratado de Tlatelolco en 1994. A inicios del 2000 Brasil firmó con Chile un acuerdo de cooperación para el uso pacífico de la energía nuclear, lo que constituyó un importante instrumento para la promoción de la investigación científica y del desarrollo tecnológico.

Los elementos anteriores en el ámbito de la Seguridad contribuyeron a que paulatinamente se crearan condiciones para una mayor integración regional en la que se establecieron mecanismos de liberalización comercial con los países de la Comunidad Andina, así como con Guyana y Surinam.

Lo anterior explica lo sucedido en la recién finalizada XV Reunión Cumbre de Ministros de Defensa. Si bien a través de los años se han suscitado divergencias en el ámbito de Seguridad motivadas por la fragmentación latinoamericana en subregiones, como ha sido en ocasiones entre la región andina y el cono sur, en esta reunión primó el Pragmatismo Político en defensa de la esfera económica y comercial, lo que significó una vez más el cumplimiento de la máxima filosófica marxista de que la Política es expresión concentrada de la Economía.

Todo lo anterior posibilitó que podamos catalogar como curiosos los resultados de esta última Reunión. Si bien en las anteriores existió debate, en ésta la dinámica de los acontecimientos fue al parecer mucho más atractiva, así como las posturas de diferenciación en relación con la forma de pensar tradicional y de ejecución de algunas políticas por el gobierno estadounidense.

Si sumamos lo acaecido a lo documentado en la Cumbre de las Américas, pudiéramos estar hablando de un despertar latinoamericano y caribeño, específicamente en la búsqueda perfectiva de adecuados mecanismos de Integración y Concertación. Y aún nos queda por ver, y analizar, lo que suceda en cuanto a los nuevos esfuerzos que tendrán que hacer los Estados Unidos por impedir el ascenso en la región de la infraestructura china y rusa, y sus posibles consecuencias en las venideras elecciones de medio término en noviembre de 2022.

Referencias Bibliográficas

Amorim, Celso. Estrategia de defensa de Brasil y de América del Sur. En Revista de Ciencia Política. Volumen 32. No 02. 2012/ 501-507. Versión On-line ISSN 0718-090X. En: www.scielo.cl. Recuperado el 2.8.2022.
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