Los militares norteamericanos y el poderío militar de China
Tal como plantean los principales documentos estratégicos norteamericanos de los años más recientes, incluida la reciente Orientación Estratégica de Seguridad Nacional Provisional del actual presidente Joseph Biden, la República Popular China (RPCH) es presentada como el principal rival estratégico de Estados Unidos (EE.UU.) a nivel global, principalmente en la llamada región del Indo Pacífico.
En ese documento se dedica una parte extensa a plantear como fundamental para EE.UU. el “prevalecer en la competencia estratégica con China o cualquier otra nación (pág. 20)”; y califican a ese país de “asertivo y autoritario”. Expresan su decisión de que sea EE.UU. y no China quien lidere a nivel mundial y establezca las normas, que deben promover sus intereses y reflejar sus valores. Para ello plantean que reforzaran sus redes de aliados y socios, e invertirán de forma inteligente en la defensa para disuadir la “agresión china”, extendiéndose en críticas hacia ese país. No obstante, expresan que están dispuestos a colaborar y trabajar con China cuando esto les sea beneficioso, desde una posición de confianza y fortaleza, junto a aliados y socios, “en cuestiones como el cambio climático, la seguridad sanitaria mundial, el control de armas y la no proliferación”.
En Junio de 2021 fue anunciada por el Secretario de Defensa de los EE.UU. la emisión de una directiva, de carácter “clasificado” (secreto), para establecer como los diferentes componentes del Departamento de Defensa (DOD) de EE.UU. enfrentarán las “amenazas” que para la llamada “seguridad nacional” de la superpotencia imperialista representa el crecimiento económico, político y militar de la RPCH. Este documento fue elaborado a partir del informe de un denominado “Grupo de Trabajo China” (China Task Force), creado a principios de año.
Durante la presentación de ese documento, el Secretario de Defensa James Austin planteó :«Las iniciativas que estoy presentando hoy están anidadas dentro del enfoque más amplio del gobierno de Estados Unidos hacia China y ayudarán a informar el desarrollo de la Estrategia de Defensa Nacional en la que estamos trabajando».
Según las fuentes consultadas, las iniciativas presentadas en el documento están diseñadas para centrar los procesos y procedimientos del DOD y ayudar a los líderes del mismo a contribuir a los esfuerzos de todo el gobierno para hacer frente al desafío de China. Se realizaron en consulta y coordinación con otros departamentos y agencias del gobierno y complementarán el trabajo sobre la política hacia China, incluyendo agilizar y reforzar la cooperación con los aliados y socios de Estados Unidos, especialmente en el Indo-Pacífico.
No es ocioso recordar que desde hace varios años, el DOD presenta un reporte sobre el poderío militar de la RPCH, el más reciente de los cuales fue presentado en su variante pública el 21 de Agosto de 2020: el Reporte Anual al Congreso del Departamento de Defensa de EE.UU. sobre: DESARROLLOS MILITARES Y DE SEGURIDAD QUE INCLUYEN A LA REPUBLICA POPULAR CHINA 2020, el cual se ha venido presentando al máximo órgano legislativo de la superpotencia desde el año 2000, o sea, es la vigésimo primera edición.
Es este un documento en formato pdf de 200 páginas, incluyendo mapas y gráficos, en el cual el DOD ofrece un análisis, de acuerdo a los criterios de los analistas del DOD, de las capacidades militares y de seguridad de la República Popular China, elementos sobre su política internacional, aspectos económicos y científicos y otras cuestiones más.
Uno de los aspectos en que se insiste en el Reporte es sobre el desarrollo militar del Ejército Popular de Liberación (EPL) de la RPCH, consignando su condición de las fuerzas armadas (FF.AA.) más numerosas del mundo, que reciben alto financiamiento (la RPCH es el segundo país con mayor gasto militar a nivel mundial, según las diferentes fuentes; el primero es EE.UU.).
Otro aspecto importante al que se refieren en el reporte es lo relacionado con las capacidades disuasivas en el plano nuclear, aseverando que la RPCH incrementará en los años futuros el número de sus ojivas nucleares en unas 200 (actualmente unas 320, de acuerdo a diferentes fuentes). Como se conoce, el gobierno de EE.UU. ha estado insistiendo recientemente en que la RPCH se incorpore al tratado START III.
En diferentes escenarios recientes se han hecho declaraciones públicas por varios altos jefes militares estadounidenses en las cuales se han referido, en tono de preocupación, al incremento del poderío militar del Ejército Popular de Liberación (EPL) de la República Popular China (RPCH).
En marzo de 2021, ante el Comité de Servicios Armados del Senado, el jefe del Comando Indo Pacífico, almirante Phil Davidson declaró que la RPCH estaba “acelerando sus ambiciones de suplantar a los Estados Unidos y su papel de liderazgo en un orden internacional basado en reglas”. Es conveniente destacar que ese jefe militar estaba presentando su informe en la etapa en que en el Congreso de los EE.UU. discutía el presupuesto para el Año Fiscal 2022, y aprovechó para presionar la aprobación de fondos para la llamada Iniciativa de Disuasión del Pacífico, para la cual el DOD solicitó cuatro mil 600 millones de dólares dentro de su presupuesto para ese año fiscal (parte de un plan de 27 mil millones de dólares por cinco años).
Entre los planteamientos del almirante, estaba el que para el año 2025 la RPCH dispondría de tres portaaviones en el área marítima cercana a Taiwán y Guam, en tanto EE.UU. “solamente” dispondría de un portaaviones basificado en Japón. Obvió (pudiera ser intencionadamente) decir dicho alto jefe militar que dentro de la llamada “Área de Responsabilidad” del Comando Indo Pacífico (del cual él es jefe) se encuentra asignados el 60 % de las fuerzas aeronavales norteamericanas, incluyendo entre 5 y 6 de los 10-11 portaaviones de la Marina de Guerra estadounidense; precisamente por esos días de febrero-marzo de 2021 dos grupos de ataque de portaviones norteamericanos (Carrier Strike Group, CSG): el CSG-9, encabezado por el portaaviones CVN 71 Theodore Roosevelt y otros tres buques de guerra; y el CSG 11, con el CVN 68 Nimitz y otros dos navíos de combate realizaban ejercicios navales en el Mar Meridional de China (hasta donde conoce el autor de esta líneas, no existen reportes de ejercicios navales chinos en el Golfo de México, ni en las costas este u oeste de EE.UU.). Sin hacer constar las diferencias en tamaño y capacidad de transportar medios aéreos de los portaaviones de los dos países.
Más recientemente, en un evento científico (Simposio de Defensa Espacial y de Misiles), el Jefe del Comando Estratégico de los EE.UU., almirante Charles Richard planteó que el desarrollo de la RPCH de armas nucleares y sus portadores constituía una “ruptura estratégica”, que permitiría a esa nación ejecutar una estrategia nuclear diferente a la actual. Ello se refiere a informaciones que se han difundido sobre la construcción de un sitio con cerca de 120 silos para misiles balísticos en una región al norte de la RPCH, así como a la modernización de algunos de esos medios (cosa que por cierto hacen todos los países que poseen esos medios de combate, incluido EE.UU.)
El señor almirante dijo que lo más preocupante no era solamente la modernización del armamento estratégico de la RPCH, si no el reforzamiento de los lazos entre la RPCH y Rusia, lo que pudiera significar que EE.UU. tendría dos rivales poseedores de armas nucleares. Richard señaló que la mayor pesadilla para EE.UU. no es sólo la modernización nuclear china, sino que se estrechen los lazos entre Pekín y Moscú, dejando a EE.UU., por primera vez en la historia, enfrentado a dos competidores nucleares en lugar de uno solo. «Creo que es un error pensar en ellos de forma aislada el uno del otro», señaló Richard, citando una serie de recientes ejercicios militares entre las dos potencias. «La continua relación de defensa no debe ser subestimada o ignorada, y no creo que nuestra capacidad intelectual nacional se haya comprometido lo suficiente para considerar todas las ramificaciones aquí».
Conclusiones
El evidente declive de la superioridad estratégica de EE.UU. a nivel planetario preocupa a sus élites dirigentes, y los altos estamentos militares no están exentos de tal preocupación,
En el plano militar, altos funcionarios del DOD e importantes jefes militares expresan serias preocupaciones, pese a que aún mantienen una importante superioridad en fuerzas desplegadas a nivel global, en medios aeronavales, una paridad estratégica en armas nucleares con Rusia (y muy superior al resto de los países poseedores de dichas armas); pese a que tiene el sistema de alianzas militares mayor y presente en todas las áreas del planeta; pese a que son el país con el mayor gasto militar a nivel mundial (entre un 35 y un 40 % de ese rubro a nivel mundial, y equivalente a la sumatoria del gasto de los diez países que le siguen en el “ranking” mundial, y tres veces el de la RPCH, segundo a nivel planetario); pese a que su Complejo Militar Industrial es el mayor del planeta, representando el 60 de las principales empresas dedicadas a aspectos militares en el globo; pese a ser los mayores exportadores de armas en el planeta.
Ante el Congreso de ese país y en diferentes foros, los altos ejecutivos del DOD y los principales jefes militares estadounidenses solicitan cada vez más fondos para sus FF.AA., planeando que el ascenso de potencias como la RPCH amenazan los principales intereses de EE.UU. a nivel global.
Igualmente, los principales representantes de ese país, como el Presidente, el Secretario de Defensa, el Secretario de Estado y otros, exigen a sus aliados el incremento de sus gastos militares y actitudes más asertivas respecto a los considerados principales rivales estratégicos de EE.UU.
Todo ello alimenta la Carrera Armamentista a nivel planetario; aumenta las tensiones internacionales y complica la solución de los graves problemas que afectan al planeta.
Al parecer, los representantes de las clases dirigentes del imperio no comprenden que la actual etapa de la historia de la humanidad es diferente al momento en EE.UU. fue la única superpotencia a nivel global, y que es necesario establecer normas de cooperación y colaboración para enfrentar los graves problemas que ponen en riesgo la existencia humana, y que la solución no está en enfrentar a supuestos rivales, sino en colaborar con todos los pueblos del mundo en pos del beneficio mutuo. ! Un mundo mejor es posible!
Bibliografía
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