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OBJETIVO: ASIA

enero 24, 2017   0

Martínez

 

 

 

MSc Enrique Martínez Díaz

La primera gira exterior que realizó el Presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Mr Barack Obama, después de haber sido reelecto, lo llevó a Asia, mas específicamente a los llamados países del Sudeste Asiático. Esta fue la quinta vez desde 2009 que visita la región. El presidente norteamericano visitó a Myanmar (la antigua Birmania), un país que hasta hace poco se encontraba en las listas negras del Imperio; a Thailandia, un viejo aliado en la región, y finalmente participó en la 7ma Cumbre del Este de Asia, realizada en Phnom Penh, capital de Cambodia, el 20 de noviembre de 2012. Durante la cumbre de la ASEAN se anunció la intención de crear una zona de libre comercio que abarque a los 10 países de la ASEAN, más otras seis importantes economías asiáticas: China, Japón, Corea del Sur, India, Australia y Nueva Zelanda; un plan más ambicioso que ASEAN+3. Tal zona del comercio, tendría un PIB conjunto superior al de la Unión Europea o EE.UU. Los importantes lazos económicos que tiene EE.UU. con la mayor parte de los países asiáticos (muy especialmente con Japón, Corea del Sur y Australia), así como sus cada vez más crecientes relaciones con China, hacen vital para la economía norteamericana tal mercado, por las oportunidades que le puede representar, como el riesgo que significa la formación de un eje económico tan poderoso, y con la perspectiva de hacerse independiente de su hegemonía, o librarse de una parte importante de la tutela imperial. Desde principios de año, EE.UU. han propagandizado sobre su “nueva estrategia”, orientada hacia la región asiática. Los que conocen o siguen los temas de seguridad internacional deben recordar que a principios de 2012 fue presentado por el Presidente Barack Obama un documento denominado Orientación Estratégica de Defensa, el cual se anunciaba, entre otras cosas que la región asiática sería en lo adelante una prioridad para EE.UU., cuestión que históricamente no es tan exacta. El presidente de los EE.UU. insistió en la necesidad de que se solucionen los diferendos sobre el Mar Meridional de China y el existente entre China y Japón por las islas llamadas por los chinos Diaoyu (Senkaku por los japoneses). Un aspecto interesante es la insistencia en el asunto de la libertad de navegación y su voluntad de garantizarla; este es uno de los aspectos comprendidos dentro de los llamados “bienes globales” (global commons). Los diferendos existentes en el mar Meridional de China involucran a Vietnam, Filipinas, Malasia, Indonesia y la República Popular China por la soberanía varias islas y la delimitación de las Zonas Económicas Exclusivas; estas disputas hasta ahora no han amenazado la libertad de navegación por dicho mar, por el cual circula innegablemente una parte muy importante del comercio marítimo mundial; la recurrencia retórica norteamericana sobre el tema no deja de levantar sospechas. También se hizo referencia al problema de la lucha contra la piratería, el cual persiste en la región, sobre todo en el Estrecho de Malaca. Otros temas fueron tratados en esa reunión: la búsqueda de energía sostenible, mediante una asociación entre EE.UU. y los países asiáticos; la no proliferación de armas nucleares; la cooperación en las medidas de prevención y ayuda en caso de desastres; la salud. Volviendo a los temas de seguridad, y la voluntad norteamericana de presentarse como garante de la misma en la región, debemos recordar que meses antes, mas exactamente en Junio de 2012, el Secretario de Defensa León Panetta realizó una gira por la región asiática, y también se refirió a la “nueva estrategia norteamericana” para dicha región, en un evento denominado Diálogo Shangri La, que se realiza anualmente en ese hotel de Singapur, auspiciado, por el Instituto de Estudios Estratégicos Internacionales (IISS). Mr. Panetta hizo una intervención en uno de los paneles programados, en el cual explicó elementos de la “nueva estrategia de los EE.UU.”, orientada hacia la región asiática; se refirió a la importancia para EE.UU. de la región de mayor crecimiento económico global; proclamó que la presencia militar norteamericana había contribuido a la “estabilidad” de la región. Explicó que su país, debido a la situación económica, y tras una década enfrascado en dos guerras, buscaría una reducción en sus FF.AA., pero que esto no significaría un debilitamiento, pues estas fuerzas serían más ligeras, de mayor capacidad de despliegue y con mejor tecnología. Enfatizó que EE.UU. pretende mantener su superioridad militar a nivel planetario, y la “presencia avanzada” de sus fuerzas militares.El mismo dijo que su país se guiaría por una serie de principios para el desarrollo de su nueva estrategia. Tras las frases amables y la innegable elocuencia de su actual presidente, el lenguaje imperial sigue tomando los argumentos de siempre para justificar su intervencionismo en Asia y reafirmar su papel como superpotencia a nivel global. El imperialismo mantiene las principales características que le señaló Vladímir Ilich Lenin en 1916. Solo la Historia y la voluntad de los pueblos podrá cambiar, un día, esta situación. El artículo puede ser consultado en:

 

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