Cargando...

Proceso de desmonetización de la economía india: repercusiones

febrero 15, 2017   0

ruvislei-gonzalez

 

 

Dr Ruvislei González Saez

Recientemente la Organización Económica para la Cooperación y el Desarrollo (OECD) informó que India se consolidó como una de las naciones con mayores tasas de crecimiento en el mundo, incluso sobrepasando a China[1]. El Fondo Monetario Internacional (FMI) por su lado, estimó que la economía india se desaceleró en 2016 al situarse en 6,6%”[2] por el canje de los billetes, un punto menos que lo logrado un año antes, según un informe divulgado. Sin embargo, lo cierto es que el período fiscal del país asiático aún no ha concluido y hay que esperar a marzo para determinar el cierre real. Tan solo hasta el momento son estimaciones, pero debe tenerse en cuenta que el año fiscal no equivale al año natural en India, como sucede en muchos países. Este está comprendido desde el primero de abril hasta el 31 de marzo.

Según el FMI, la desaceleración estuvo motivada principalmente por la decisión del Primer Ministro Narendra Modi de retirar los billetes de 500 y 1000 rupias (Rs)[3] con el objetivo de combatir la corrupción y la evasión fiscal. Por otro lado el Banco Mundial (BM) rebajó sus previsiones de crecimiento en este año fiscal del 7,6 a un 7,0% como consecuencia del canje monetario, aunque el Gobierno asegura que la ralentización será temporal. Según el Secretario de Asuntos Económicos de la India, Shaktikanta Das, a finales de enero, “para el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de este año, hay que esperar hasta finales de marzo. Pero el próximo año 2018, será de más del 7%». Basándose en las declaraciones del Ministro de Finanzas, Arun Jaitley, el secretario dijo que habrá un impacto transitorio de la desmonetización en la economía, pero no se extenderá al próximo período fiscal que comenzará el 1 de abril[4].

No es menos cierto que el retiro inmediato de un gran volumen de billetes en circulación y su posterior reemplazo con los de nuevo tipo en noviembre de 2016 contribuyeron a frenar el crecimiento. Pero varios organismos son optimistas para el futuro al mediano plazo. Según los antes mencionados el gigante surasiático recuperará su ritmo en los próximos años. La India logrará un crecimiento de 7,6% en el año fiscal 2017-2018 y 7,8% en el 2018-2019 según pronósticos del BM. A principios de 2017 la Oficina de Estadísticas nacional redujo sus estimaciones de crecimiento del PIB para el actual período al fijarlo en 7,1%, en comparación con el 7,6 logrado en el ejercicio 2015-2016. También el Banco de la Reserva India (BRI), ente emisor, coincidió con esos datos al estimar que la llamada desmonetización afectaría por un breve período a la economía nacional.

El propio Ministro de Finanzas, Arun Jaitley admitió que cuando el 86% de la moneda de un país constituye el 12,2% de su PIB y es expulsada del mercado para ser reemplazada por una nueva denominación, es evidente que esa acción tendrá consecuencias significativas. No obstante, el propio funcionario alabó el proceso de desmonetización que ha impulsado el Premier Modi. La medida tendrá un impacto positivo a mediano y largo plazo al reducir el mercado negro y la evasión fiscal, dos de los graves problemas de la economía doméstica. Aunque la oposición no criticó el cambio en sí, cuestionó la forma abrupta en que se ejecutó, al considerar que afectó a los sectores más desfavorecidos porque usan más el efectivo en su vida diaria. Sin dudas es un fenómeno real con el que ha chocado el ciudadano cotidiano e incluso los extranjeros que residen temporalmente en el país.

En noviembre de 2016, el Gobierno de India comenzó a desarrollar este proceso entendido como desmonetización[5]. Tales acciones han afectado a la producción, el empleo y los salarios de los trabajadores en toda la India. Existe el temor de que se pierdan más de 400 000 puestos de trabajo y de que disminuya la tasa de crecimiento económico del país al corto plazo, esto último ya reflejado en las revisiones hechas por el FMI y el BM. El 8 de noviembre de 2016, el Primer Ministro Narendra Modi anunció que dejarían de tener curso legal los billetes de 500 y 1000 Rs, que representan el 86% del efectivo total en el país. El Gobierno ha pedido a la población que cambie los billetes viejos por los nuevos en los bancos.

Con este ejercicio masivo, que ha abarcado a más de 1 200 millones de personas, se trata de introducir en el sistema dinero en efectivo no contabilizado (conocido popularmente como dinero negro en la India), para controlar la moneda falsificada y poner fin a la financiación de actividades terroristas en la India. Sin embargo, como los billetes antiguos no habían sido sustituidos por nuevos dos meses después del anuncio, se manifestó falta de efectivo en los bancos y en los cajeros automáticos. Esto ha traído consecuencias negativas para la población en todo el país.

La deficiente penetración del sistema bancario y el mínimo uso de tarjetas de débito y crédito, así como otras transacciones en línea, han empeorado la situación. Según el BM, más del 86% de los trabajadores indios reciben los salarios en efectivo. Sólo el 53% de los adultos tienen cuentas bancarias, y únicamente el 39% de los titulares de una cuenta tienen una tarjeta bancaria. Las zonas rurales, donde vive más del 60% de la población total, son las más afectadas, con un acceso limitado a los bancos. En esas zonas sólo de dispone de unas cinco sucursales bancarias y cuatro cajeros automáticos por cada 100 000 habitantes, en tanto que en las zonas urbanas hay 18 sucursales y 37 cajeros para la misma cantidad de personas[6].

La India, cuyo crecimiento reciente ha sido uno de los más veloces del mundo, está viviendo un impacto al consumo por la decisión gubernamental. Los sindicatos centrales se oponen a la iniciativa de la desmonetización. Esto ha afectado a millones de trabajadores y gente común con la pérdida de empleo, sueldo y medios de vida. La crisis de liquidez ha repercutido en el sistema de pagos de la economía y ha perturbado profundamente las actividades de producción y de los trabajadores en todo el país. Esto ha generado graves consecuencias no sólo a la agricultura, el sector no estructurado y los jornaleros, sino también a los trabajadores precarios en los sectores de fabricación y de servicios que reciben sus salarios en efectivo. Según los informes de zonas industriales de todo el país, un gran número de empresas medianas y pequeñas redujeron o cesaron en diciembre de 2016, con enormes pérdidas de empleos.

Según los informes, las ventas de automóviles en toda la India disminuyeron fuertemente en noviembre de 2016. Muchos fabricantes de equipo original redujeron considerablemente su producción, y algunos incluso la detuvieron. La industria cementera resultó afectada profundamente, pues la demanda de cemento declinó entre un 45 y un 50%. Los trabajadores de las zonas industriales alrededor de Delhi tuvieron problemas similares. A muchos obreros se les pagó con billetes viejos, pero al carecer de cuentas bancarias tuvieron que depositar su dinero y no podían cambiarlo por billetes nuevos. En los casos en que las empresas depositaron los sueldos en las cuentas bancarias de los trabajadores, éstos tuvieron que hacer cola en los bancos y en los cajeros automáticos para retirar efectivo.

La economía india fue afectada por la repentina «desmonetización». El 8 de noviembre de 2016, India llevó este incomprensible experimento al mundo real, eliminando dos billetes que constituían el 86% de todas las rupias en circulación. Las consecuencias negativas de esta medida han sido cada vez más visibles. El nuevo año 2017, al menos, trajo una apariencia de normalidad monetaria. Durante siete semanas las colas habían rodeado los bancos, el principal medio para que los indios intercambiaran sus viejos billetes por otros nuevos o los depositaran en sus cuentas.

Sin embargo, eso se redujo considerablemente, en gran parte porque la ventanilla para intercambiar dinero cerró el 30 de diciembre pasado. El número de billetes nuevos que se pueden retirar de los cajeros automáticos o ventanillas de los bancos sigue siendo limitado, pero la aguda escasez de dinero en efectivo está disminuyendo, al menos en las grandes ciudades. Los consumidores, las empresas y los inversores se tambalearon a finales de 2016. Los bienes de consumo, que normalmente constituyen un sector de crecimiento confiable, se redujeron un 1-1,5% en noviembre, según Nielsen, un grupo de investigación. Los artículos más caros parecen haber sido más afectados. Las ventas interanuales en Hero Motocorp, el mayor proveedor de vehículos de dos ruedas, cayeron más de un tercio en diciembre. Los responsables de compras en empresas de fabricación, que en 2016 ofrecieron previsiones optimistas, ahora esperan una desaceleración moderada.

Según el Centre for Monitoring Indian Economy, un proveedor de datos, las propuestas de inversión de las empresas cayeron de una media de 2,4 billones de Rs (35 mil millones de dólares) al trimestre a solo 1,25 billones de Rs en el recién terminado. Como resultado, el crecimiento del crédito corporativo, ya débil, ha alcanzado su tasa más baja en al menos 30 años. Todo esto equivale a «un impacto significativo, pero no catastrófico», dice Shilan Shah de la consultora Capital Economics. Las previsiones de crecimiento anual del PIB para el año fiscal que finaliza en marzo se han reducido aproximadamente medio punto porcentual, a menos del 7%, desde una tasa real del 7,3% en el último trimestre antes de la desmonetización. Otros factores, como el aumento del precio del petróleo y el incremento del valor del dólar tras la elección de Donald Trump, también están en juego. Sin duda, si los costos del ejercicio justifican los beneficios depende de cuáles son esos beneficios.

En el discurso durante el cual anunció la medida, el Premier Modi destacó la lucha contra la corrupción y la riqueza sin declarar. Gánsters y especuladores con maletas llenas de dinero se verían en problemas. Sin embargo, los informes sugieren que casi 15 billones de Rs de los 15,4 billones de Rs retiradas de la circulación están ahora contabilizadas. Así que, o bien los ricos no acumulaban tanto «dinero negro» como se suponía, o bien se mostraron hábiles en su blanqueo. La prensa india está repleta de historias sobre el personal doméstico al que se le pagó meses por adelantado con billetes antiguos, o de banqueros que estaban de acuerdo en intercambiar grandes sumas de dinero de manera ilegal.

Los defensores de la desmonetización señalan tres resultados beneficiosos. En primer lugar, los bancos, rebosantes de nuevos depósitos, prestarán este dinero y así impulsarán la economía. Los grandes bancos redujeron las tipos de interés de los préstamos (muy posiblemente empujados por el Gobierno, el principal accionista de la mayoría de ellos). Sin embargo, sus últimos préstamos no se han visto limitados por la falta de depósitos, tanto como por la insuficiencia de capital de los accionistas para absorber las posibles pérdidas y por la carga de deuda excesiva de muchas empresas industriales. En segundo lugar, los indios pasarán de vivir con efectivo disponible a la economía estructurada y gravada. Recientemente, Modi ha promovido la idea de una India sin efectivo o con «menos efectivo» como una de las razones para la desmonetización. De hecho, se observan progresos en el pago por vía electrónica en la India, pero la proporción de este tipo de transacción es todavía pequeña. El tercer resultado es el más polémico. Ahora que los billetes desmonetizados no tienen valor, el gobierno tiene en realidad la intención de apropiarse de ellos.

El procedimiento requiere pisotear la credibilidad del BRI, el banco central, que primero debe cancelar la promesa, sobre cada billete, de «pagar al portador» el valor. Si lo hace, «cancelando» los billetes y la responsabilidad por ellos, puede transferir una cantidad equivalente al presupuesto del Estado. Con tanto dinero en efectivo depositado en los bancos, la cantidad que el BRI remite al Gobierno podría ascender tal vez a un 0,2-0,3% del PIB. Y si se aprueba un plan de amnistía fiscal para las reservas de dinero en efectivo, esta cantidad podría aumentar más. Aun así, no será suficiente para justificar los costos de la desmonetización o tal vez, el daño a la reputación del BRI, que ya se enfrenta a cuestiones sobre su independencia. Sin embargo, después de haber impuesto los costos, Modi estará dispuesto a anunciar cualquier beneficio de la medida que pueda encontrar.

Este fenómeno de la desmonetización pese a sus impactos negativos se manifiesta como una táctica estratégica. Algunos economistas sugieren que el BRI debería dejar que la rupia se debilitara ya que el avance en los últimos dos años contra una cesta de monedas de los socios comerciales pone en riesgo de socavar las exportaciones. Una depreciación del 3% a 4% de la rupia frente al dólar este año reforzaría las exportaciones y apoyaría a la economía. Por otro lado, los responsables políticos querrían asegurarse de que China y otros socios comerciales no estén obteniendo una gran ventaja de una moneda más débil. La caída en el yuan chino, que ha provocado la ira del Presidente estadounidense Donald Trump, también está estimulando la preocupación entre los socios comerciales y los competidores en Asia.

Según la Oficina Central de Estadísticas, el índice de Producción Industrial de abril a noviembre de 2016 (los primeros ocho meses del actual año fiscal) tuvo un crecimiento de 0,4%, frente a 3,8 logrado en igual período del anterior ejercicio. Una cifra muy por debajo de lo esperado y con una afectación mayor causada por el proceso de desmonetización. Sin embargo, la actividad en el sector manufacturero de la India se recuperó de la baja de un año en enero de 2017, después de que la desmonetización del gobierno afectara la disponibilidad de efectivo. El Índice de Gerentes de Compras (PMI), elaborado por Nikkei e IHS Markit, subió de 49,6 a 50,4 en diciembre de 2016. Como resultado, el PMI ahora está por encima del umbral de 50 que separa la expansión de la contracción (ver gráfico 1).

La producción y los nuevos pedidos aumentaron en enero del actual año, impulsando la mejora general del índice. La evidencia apuntaba a un retorno a las condiciones normales de negocios en la India, después de una crisis de efectivo. A pesar del mejor ambiente, las condiciones en el mercado de trabajo no mejoraron. Mientras tanto, el servicio de Nikkei PMI también mejoró en enero, aunque permaneció en territorio de contracción, aumentando de 46,8 a 48,7 en diciembre. El resultado marcó el tercer mes en territorio de contracción desde junio de 2015. Según Nikkei, el sentimiento entre las empresas mejoró y la contracción de la producción moderada. Los panelistas de Focus Economics Consensus Forecast observan que la inversión fija sube un 0,8% en el año fiscal 2016, lo que representa una baja de 2,4 puntos porcentuales respecto a la estimación del mes de diciembre. Para el año fiscal 2017, el panel espera que la inversión fija aumente un 5,9%, lo que representa una baja de 0,5 puntos porcentuales respecto al pronóstico del mes de diciembre de 2016.

Gráfico 1: Producción manufacturera y de servicios en India (enero 2015-enero 2017).

grafico1

Fuente: Nikkei and IHS Markit, 2017.

El país luego de la situación creada al interior con el proceso de desmonetización pretende emprender con el nuevo Presupuesto para el período 2017-2018 desarrollar la remonetización. Ya el proyecto de Presupuesto de la Unión fue presentado al legislativo el último día de enero donde se prevé varios beneficios a la clase asalariada y los agricultores. Se reducen a la mitad los impuestos sobre los ingresos, aunque se aumentó un recargo, al tiempo que se aumentó las asignaciones para infraestructura rural, agricultura y sector social. Este presupuesto presentado tuvo la peculiaridad de que el presupuesto ferroviario se fusionó con el proyecto de Ley del Ministerio de Finanzas.

El Gobierno de Modi trabaja sobre nuevas estrategias. El próximo gran experimento podría ser una renta básica universal. Importantes economistas del país han sugerido la idea de que el Estado haga una transferencia directa de efectivo a cada ciudadano, y algunos predicen que se incluirá en el próximo presupuesto de India, en febrero. Sería una reforma aún más audaz que la reciente decisión de Modi de eliminar los billetes de más valor. Suiza rechazó el año pasado una propuesta similar, y Finlandia acaba de lanzar un plan piloto para dar a los desempleados dinero en efectivo en lugar de otro tipo de beneficios. Las ventajas parecen aún más convincentes en India, donde casi 300 millones de personas son pobres. El Gobierno les ayuda gastando más del 4% del PIB en ayudas en especie, como fertilizantes o billetes de tren. Hacerlo en efectivo podría reducir la corrupción y el despilfarro.

Para los expertos, el alto ritmo de crecimiento de la economía india no será un elemento del corto plazo ya que se prevé que continúe en los mismos niveles o que incluso aumente, siendo la previsión a este respecto para el año 2018 de un 7,6%. En el pasado, la economía India era más vulnerable al impacto de los eventos globales pero ahora se está volviendo más fuerte y menos sensible a esos eventos. Un ejemplo para ello puede verse con el caso del fenómeno del Brexit en el Reino Unido. La respuesta para expertos en India está en la demografía del país. El gigante surasiático tiene una demografía única, ya que la mayoría de la población está en una edad muy joven y aún a la espera de entrar en la edad de trabajo.

La población en edad de trabajar continuará aumentando, y a ello hay que sumar el incremento del tamaño de la clase media que en la actualidad es solo el 15 % de la población, puesto que en los próximos diez años, 125 millones de trabajadores entrarán en edad laboral. Esos 125 millones de trabajadores extra supondrán que en 2025 el 18,63% de la población total mundial en edad laboral se encontrará en la India según las estimaciones, cuando ya en 2005 el 16,94% de los trabajadores totales del mundo estaban allí[7].

Otro de los grandes motores de la economía India será el éxodo rural. El proceso de concentración en las ciudades que atravesará el país será de enormes proporciones ya que solo el 30% de los indios viven en ciudades y metrópolis mientras que el 70% sigue viviendo en el campo. La mejora de las infraestructuras y del sistema educativo se ha instalado en el subcontinente y gracias a ellas, India ha virado de rumbo de forma inexorable. El Gobierno indio efectúa dos tipos de acciones: las administrativas, que puede llevar a cabo sin el apoyo parlamentario (el equivalente a un real decreto) y las que dependen de mayoría parlamentaria. Las medidas parlamentarias que requieren la aprobación del parlamento son más complicadas de llevar a buen puerto ya que necesitan del apoyo de la oposición. Una de las medidas más importantes que ha conseguido aprobar el Gobierno de la India es la unificación de los impuestos, tiene un impacto muy importante en la productividad de la economía, en el flujo de ingresos de impuestos y en la forma de atender las reclamaciones.

Por otro lado, en el campo de las relaciones económicas internacionales se pretende el ingreso de India junto a Egipto, Irán y Singapur a la Unión Económica Euroasiática (UEE)[8]. Los presidentes de cuatro países de Eurasia se han puesto de acuerdo sobre el inicio de las negociaciones para su adhesión la Unión Económica Euroasiática. El anuncio fue hecho por el presidente de Armenia, Serge Sarkissian, que encabeza el Comité de cuestiones relativas a la adhesión. Las discusiones sobre la creación de una zona de libre comercio han comenzado entre varios países y la entrada de China no está excluida. Las sesiones de la UEE se centran en la actualidad en varias áreas como el turismo, la energía y la cooperación financiera, económica y educativa. La entrada de India supondría un fuerte incremento del peso e influencia de la UEE a nivel internacional.

El otro mecanismo en negociaciones en el que India está presente es en la Asociación Económica Regional Integral (RCEP), proyecto que involucra a las principales economías de Asia[9]. Un megacuerdo regional de gran envergadura y que no avanza a la velocidad requerida por las diferencias entre sus miembros. Recientemente la India había propuesto un plan de reducción arancelaria de tres niveles, dependiendo de si tenía o no un acuerdo de libre comercio con los países miembros. Según el plan, propuso reducciones arancelarias del 80% a los 10 países de la ASEAN, el 65% a Corea del Sur y Japón y la liberalización arancelaria de 42,5% a China, Australia y Nueva Zelanda, con los que no tiene acuerdos de libre comercio.

Sin embargo, bajo la presión de otros miembros acordó ofrecer recortes arancelarios similares a todos los estados miembros del RCEP con desviaciones limitadas en la reunión ministerial de Laos en 2016. India se enfrenta a una grave amenaza de importaciones baratas de China, con la que ya comparte un déficit comercial de más de 50 mil millones de dólares. India planea elevar su oferta anterior de eliminación arancelaria sobre el 42,5% de bienes comercializados con China, pero muy por debajo de lo que ofrecería a otros países miembros[10]. Pero también planea escalonar la eliminación de los aranceles durante un período más largo en el caso de China, para permitir a la industria india más tiempo para ajustarse a las nuevas condiciones que surgirán. En cuanto a las negociaciones de inversión, la India se ha negado a negociar la cláusula del mecanismo de solución de controversias del inversor en RCEP, como parte de la cual un inversionista agraviado puede arrastrar al gobierno a arbitraje si es afectado por cualquier cambio de política, de interés público. En este acápite no solo la India sino también los miembros de la ASEAN se han manifestado en contra.

La inserción a estos dos mecanismos puede generar un aumento de las exportaciones indias en el futuro y contribuir al crecimiento del PIB nacional. A su vez genera también amenazas competitivas por lo que debe prepararse ante otros actores principalmente China.

Consideraciones finales

A pesar de la política de desmonetización implementada por el ejecutivo indio, la economía sigue avanzando como una de las de mayor crecimiento no solo a nivel regional sino también global. Con la implementación de esta medida, pese a los efectos negativos sobre la economía, el Gobierno ha podido identificar a finales de enero de 2017 a 1,8 millones de posibles defraudadores después de la retirada de circulación de los billetes de mayor valor. Esta ha sido una acción que el Ejecutivo puso en marcha para luchar contra la corrupción y que provocó una grave crisis de liquidez en el país. Las autoridades verifican ahora el origen de los depósitos que realizaron estos casi dos millones de personas en sus bancos desde la entrada en vigor de la medida, el pasado 9 de noviembre, y el 30 de diciembre pasados. Los afectados tienen diez días, o sea hasta el 10 de febrero de 2017 para justificar el origen de estos ingresos. El BRI anunció el inicio de la eliminación de los límites a la retirada de efectivo al anunciar que se podrá sacar libremente el dinero de las cuentas bancarias.

La retirada de circulación de los billetes de 500 y 1 000 Rs constituye un intento por lavar las grandes cantidades de dinero ilícito de los evasores de impuestos y de los beneficiarios de sobornos. Por el momento se trata del movimiento más agresivo de Modi para luchar contra la corrupción. Esta medida también podría ayudar a acelerar un cambio en los patrones de ahorro de los bienes físicos, principalmente oro y bienes inmuebles a los productos financieros formales.

India al mediano y largo plazo se mantendrá creciendo a altos niveles. Una de las principales variables de tales proyecciones es la demografía. Puede añadirse las políticas de apertura e inserción a determinados mecanismos internacionales como es el caso de la UEE y RCEP, este último aún en negociaciones.

Bibliografía

 


[2] La Unión Económica Euroasiática es una organización integrada por varios estados ex miembros de la Unión Soviética y situados en dos continentes: Europa y Asia. La Unión se compone actualmente de Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán.

[3] Los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) integrado por Brunei, Cambodia, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia y Vietnam más China, India, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.

[4] Información obtenida de: http://www.livemint.com/Politics/mOzWKi4gvcNzK7KkBTqJWI/India-to-talk-tough-at-RCEP-trade-meet.html

[5] OECD (2017). Economic Outlook for Southeast Asia, China and India 2017. Disponible en: http://www.keepeek.com/Digital-Asset-Management/oecd/development/economic-outlook-for-southeast-asia-china-and-india-2017_saeo-2017-en#.WJbbuPL7dog#page9. Page 19.

[6] Información disponible en: http://www.prensa-latina.cu/index.php/component/content/?o=rn&id=57329&SEO=economia-india-se-desacelero-en-2016-por-canje-monetario-segun-fmi

[7] La tasa de cambio a fecha finales de enero se encontraba a 65 rupias=1 dólar.

[8] Disponible en: http://indianexpress.com/article/business/economy/economy-to-grow-more-than-7-per-cent-next-fiscal-shaktikanta-das-4507337/

[9] Abandono de un metal dado como patrón monetario o retirada de la circulación de la moneda de dicho metal.


Déjanos tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *