Reunión de Ministros de Defensa de las Américas 2022. Algunas interrogantes por responder
Del 25 al 29 de julio de 2022 debe celebrarse la XV Reunión de Ministros de Defensa de las Américas, en Brasil; una Cumbre más en la que los Estados Unidos tratarán de posicionar sus condicionantes para frenar el avance de China y Rusia en la región.
Las Conferencias de Ministros de Defensa de las Américas vieron la luz a iniciativa del Gobierno de EEUU, después de la I Cumbre de las Américas de 1994. Bajo la presidencia de William Clinton, el primero de esos eventos se realizó en Williamsburg, Virginia, EEUU, en julio de 1995.
De dicho encuentro, surgieron los “Principios de Williamsburg”, que rigen dichas Conferencias, cuyo objetivo primordial es hacer de ellas el principal foro regional para el debate y el intercambio de ideas entre las fuerzas militares y de seguridad de las Américas. Participan ministros de Defensa, representantes gubernamentales y expertos civiles. A la Conferencia pertenecen treinta y cuatro países, aunque por diferentes razones no todos asisten siempre a esos eventos.
A partir de 1996, cuando se celebró la segunda de estas reuniones en Bariloche, Argentina, las Conferencias de Ministros de Defensa de las Américas se han realizado, invariablemente, cada dos años. La más reciente se realizó en 2020, en Chile, por videoconferencia, debido a la pandemia de COVID 19.
La asistencia es voluntaria, pero cada país debe “cumplir” con los Principios que las rigen, entre los cuales se destacan la preservación de la “democracia” como base para la seguridad mutua; el compromiso de que las fuerzas armadas deben subordinarse a autoridades civiles democráticas; el respeto a los Derechos Humanos; resolución negociada de disputas; y el apoyo a misiones regionales y globales de mantenimiento de la paz patrocinadas por la ONU.
Acaba de concluir la Cumbre de la OTAN en España, en la que se trató la necesidad de un nuevo concepto estratégico de la OTAN; reconceptualización teórica que permite a sus “fuerzas miembros” actuar en otras áreas geográficas, como pudieran ser, en caso de la región latinoamericana, las tres naciones que cuentan con el status de principal aliado extra OTAN otorgado por los Estados Unidos (Argentina, Brasil y Colombia) esta última suma el reconocimiento de socio global otorgado por la OTAN en el 2018, en el gobierno de Juan Manuel Santos.
Desde la época del ex presidente Carlos Saúl Menem hay un interés destacado del Comando Sur por Argentina. Las autoridades militares de Chile, Panamá y Perú, entre otros, podrían en nombre de la democracia sumarse a determinados intereses regionales de los Estados Unidos, que, contradictoriamente, desde 1982 otorgó al Reino Unido el respaldo sobre las Malvinas, en detrimento de la Seguridad argentina.
En medio de esta situación geopolítica, los brasileros presentarán en la reunión el resultado derivado de los grupos de trabajo “ad hoc”, que se centrará en el análisis de la “Ciberdefensa y el Ciberespacio”, “Mujeres, Paz y Seguridad”, “Cooperación en Asistencia Humanitaria y Socorro en casos de Desastres”, “Fortalecimiento de la Disuasión Integrada: Aire, Tierra, Mar, Espacio y Ciberespacio”, y el “Rol de las Fuerzas Armadas ante los Flujos Migratorios”.
El ciberterrorismo, las amenazas transnacionales, la respuesta regional unificada ante desastres naturales y la “ayuda humanitaria” son temas más recientes y que se materializan bajo el liderazgo de EEUU; con mayor o menor grado de profundidad y apelando al grado de importancia matizado por los intereses hegemónicos estadounidenses, han sido abordados, incluso fuera de agenda, en los últimos cónclaves.
Desde 2001, con el inicio de la “guerra de EEUU contra el terrorismo”, ha sido una constante el tratamiento de esos temas desde la perspectiva regional, a los que se han sumado la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado, la trata de personas, el tráfico de armas.
Una característica de las anteriores Reuniones de Ministros de Defensa es que los análisis de sus declaraciones finales han permitido identificar temas “permanentes”, que se repiten en cada “declaración final” de las Conferencias. A saber, la promoción de la democracia, el respeto a los DDHH; el apoyo a la ONU; las medidas de fomento de la confianza; y la necesidad de fortalecer la seguridad hemisférica.
Con esos pretextos, las administraciones estadounidenses han organizado ejercicios y entrenamientos conjuntos que les permiten mantener su presencia militar en América Latina, inclusive, EEUU ha intentado desarrollar una fuerza de Tarea Anfibia en la región para responder a desastres naturales, con la participación de países como Brasil, Colombia, y Perú, que se caracterizan por aportar fuerzas y medios para esos eventos. Ejercicios como UNITAS, entre otros, se han adaptado para reflejar ese tipo de dinámicas.
En cada evento, se designa la sede de la próxima Cumbre. La sede asume la presidencia pro témpore -por dos años- y se crean grupos de trabajo adjuntos que discuten los temas aprobados. Sus resultados se presentan en la siguiente Cumbre y se aprueban o no por las partes. La presidencia pro tempore para los próximos dos años, será entregada a la República Plurinacional de Bolivia.
Esta XV reunión de ministros de defensa de Brasil se producirá, posterior a otras reuniones cumbres en los últimos meses, instigadas por los Estados Unidos, o bajo el mandato expreso de esta potencia: la llamada Cumbre de la Democracia, tres reuniones regionales que se celebraron en Colombia a inicios de 2022, la mencionada Cumbre de las Américas, y la Cumbre de la OTAN.
En todas, una cualidad invariable ha sido el poco alcance de sus objetivos, en cuanto a Acuerdos adoptados, la inmensa falta de dinamismo en las intervenciones, y hasta la incoherencia política, resultado de las fuertes y desmedidas presiones ejercidas por los Estados Unidos, no solo a los llamados países periféricos sino también a la propia Europa.
Llama la atención cómo las naciones europeas han permitido, en las condiciones actuales, que los Estados Unidos se hayan posicionado como si estuviera enclavado geográficamente en el territorio europeo; hasta el momento era conocido que los Estados Unidos señorean en la OTAN, pero con el conflicto ruso ucraniano, Europa se ha plegado total e incondicionalmente a los designios estadounidenses.
En esta ocasión, directivos de la Junta Interamericana de Defensa presentarán una Ponencia sobre los mecanismos de cooperación ante casos de desastres y otras situaciones, derivada de una de las reuniones en los diferentes grupos de trabajo organizativos, en la que se acordó (una particularidad de esta Reunión) que dos personalidades calificadas “de notorio saber” (aún no identificadas públicamente) tratarán otros asuntos, sin esclarecerse cuáles, con el objetivo no sólo de estimular los debates, sino también de incorporar asuntos importantes para la región en el ámbito fundamental de la Seguridad.
Ante lo anterior, nos pudiéramos preguntar si esta Reunión de Ministros de Defensa será otra de las calificadas como cumbres borrascosas, por el quizás poco contenido sustancioso de sus declaraciones y propuestas para la Seguridad hemisférica ¿o servirá de puente y vehículo para acrecentar el vínculo regional con las fuerzas de la OTAN?
¿Qué hará la OTAN, hacia dónde y hacia qué, los Estados Unidos impulsarán la actuación de la Alianza? ¿intentarán utilizar a la OEA, y el status otorgado a tres países latinoamericanos para una actuación más concreta de apoyo y participación en misiones de la OTAN, sin descartar el elemento combativo o la participación en supuestas misiones de paz?
¿A qué nuevos mecanismos apelarán los Estados Unidos? ¿el territorio latinoamericano y caribeño sería utilizado como base de aseguramiento logístico o incluso de rebasificación de medios e insumos militares europeos; efectivos y medios técnicos que podrían emplearse para desestabilizar a los gobiernos progresistas de la región? Si bien para satisfacer a la opinión pública internacional, pueden decir que: ni invocaremos al artículo V de la OTAN (el ataque a un miembro es un ataque contra todos), ni el status otorgado por los Estados Unidos y la OTAN hace que los países favorecidos gocen de las facilidades otorgadas exclusivamente a sus países miembros. Justificación que no convence pues es de sobras conocido que los Estados Unidos, unido a sus objetivos e intereses de Política, suman el Pretexto como mecanismo de persuasión e influencia para sus actitudes coercitivas.
Cierto es que los Estados Unidos necesitan una reconversión de su actuación hacia el Continente y esta reunión de ministros de defensa puede ser una plaza ideal para ello; han desatendido a la América Latina y el Caribe, no le han brindado lo prometido, ni a Haití ni al resto de los países menos favorecidos en la región, y en el ámbito de las reuniones y foros regionales se han caracterizado por una agenda descolocada, e incoherente en ocasiones.
Las Conferencias de Ministros de Defensa de las Américas reconocen que cada uno de sus miembros tiene derecho a determinar requerimientos particulares en interés de su Defensa, incluyendo su misión, composición de las FFAA, y el grado de cooperación internacional. De ser así ¿podría constituir esto un caldo de cultivo para que la OTAN, por cualesquiera de sus mecanismos, pueda insertarse con más fuerza en América Latina y el Caribe? Más allá de los dos enclaves actuales: Las Malvinas y una base en la Guayana Francesa.
Cuba, Venezuela y Nicaragua, cuestionadas permanentemente por su cooperación militar y/o sus vínculos con países como Rusia, China, Irán, Corea del Norte, en violación del principio de la autodeterminación y la no injerencia en los asuntos internos de cada país ¿serán objetos de nuevas campañas comunicacionales difamatorias que puedan servir como pretexto para lograr la expansión de la OTAN hacia América Latina y el Caribe? ¿los aparatos de Inteligencia de los Estados Unidos y de otras potencias, con la tradicional prestación de servicios por los Tanques Pensantes, habrán ideado que el empuje estadounidense por avivar el conflicto de China con Taiwán puede ser utilizado, en parte, como medida de distracción, para que se le reste importancia a los intereses de la OTAN sobre la región latinoamericana? Como quiera, el análisis abre la posibilidad de nuevos peligros para una región que desde el 2014 viene luchando porque se respete su condición declarada de continente de Paz.
La historia demuestra que las declaraciones finales de este tipo de reuniones han reflejado las circunstancias y -apreciamos- los intereses de seguridad estadounidenses. La hipocresía que gira alrededor de estos eventos y sus principios es apreciable. A pesar de que en sus declaraciones finales incluyen llamados al respeto a la democracia y la constitucionalidad, ejemplos recientes demuestran cómo algunos gobiernos son capaces de ejecutar, por intereses económicos o de otra índole, los dictados de las administraciones estadounidenses, que han reconocido e instigado en la región Golpes o intentos de Golpes de Estado, en particular si se trata de gobiernos de Izquierda.
Esa es la historia de Venezuela en 2002; Bolivia en 2008; Honduras, 2009; Ecuador 2010, Bolivia 2019 y Venezuela en 2020. Más recientemente, se conoció del apoyo del gobierno de Mauricio Macri en Argentina, a una eventual Invasión para derrocar el proceso bolivariano.
A fin de cuentas, tal y como aparece reflejado en la Estrategia de Seguridad de los Estados Unidos, de diciembre del 2017, “mantendremos la Paz a través de la fuerza… propiciando lo que sea necesario…reconstruyendo nuestro ejército para luchar y ganar”. De la resistencia contra hegemónica que se imponga desde nuestro Continente, tal y como sucedió en la pasada Cumbre de las Américas, depende que sea mayor, o menor, el peligro de nuevos conflictos para nuestra región, sin descartarlos en el orden militar.
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