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Un enemigo necesario

diciembre 23, 2020   0

En los últimos tiempos, en determinados círculos políticos, académicos e incluso en una parte de la prensa norteamericana, se han hecho comunes determinados criterios sobre la declinación del poderío global y del dominio a nivel planetario de la principal superpotencia imperialista. Ello contrasta con otras voces, sobre todo de los principales gobernantes de ese país, que alardean acerca de la fuerza y el papel global de esa nación, especialmente en el plano militar.

En los principales documentos estratégicos elaborados por diferentes administraciones norteamericanas, especialmente las Estrategias de Seguridad Nacional (NSS) de los años 2015 y 2017, así como en la Estrategia de Defensa Nacional (NDS) de 2018 , se hacía énfasis en la importancia de la región por ellos denominada Indo Pacífico, que es la de mayor crecimiento económico en los últimos años a nivel planetario, la más poblada y en la cual se encuentra el país que viene siendo objeto de las mayores preocupaciones por una parte importante del “stablishment imperial”: La República Popular China (RPCH).

En los documentos a los que se refiere el autor en el párrafo anterior, especialmente en la NDS 2018, se declaraba que: La competencia estratégica interestatal, no el terrorismo, es ahora la principal preocupación en la seguridad nacional de EE. UU.[i] Como actuales competidores objeto de la preocupación de los círculos de poder estadounidenses, se señalan la ya mencionada RPCH y la Federación de Rusia (FR), que son presentadas como potencias rivales que pretenden variar el status global, favorable al dominio imperialista norteamericano y de sus aliados, con lo cual el papel de “liderazgo” ejercido por EE.UU. sería sustituido por un orden mundial “multipolar”; así como se hace mención, regresando a la terminología que utilizaba la administración de George W. Bush, de un grupo de llamados “estados villanos”: La República Popular Democrática de Corea (RPDC), y la República Islámica de Irán.

Un importante “Think Tank” estadounidense, la Fundación Heritage, considerado de extrema derecha (dentro de los propios cánones norteamericanos, donde cualquier idea tímidamente progresista es fichada como “izquierdista”, llegando a delirantes extremos en los discursos de algunos personajes, como el actual presidente Trump, que catalogó de “socialista” a su rival en las recientes elecciones), elabora cada año un extenso y detallado informe sobre las capacidades militares y de dominio de los EE.UU., denominado índice de la Fuerza Militar de los EE. UU.

En dicho documento, de más de 500 páginas en formato pdf, se dice textualmente que: las Fuerzas Armadas de EE. UU. son sólo marginalmente capaces de satisfacer las demandas de defender los intereses nacionales vitales de Estados Unidos»[ii]. Según dicho documento, la actual estructura, composición y capacidades de las FF.AA. de la principal superpotencia imperialista a nivel planetario no garantizan que la misma sea capaz de vencer a eventuales adversarios en dos teatros de operaciones militares de forma simultánea o casi simultánea.

En dicho documento, además de hacer un detallado análisis de las capacidades militares de EE.UU., se hacen extensas valoraciones sobre los llamados “rivales estratégicos” ya señalados anteriormente, así como la situación de las diferentes regiones del planeta, las principales alianzas de EE.UU. y otros elementos.

Es difícil comprender como es posible catalogar de débil e incapaz de defender efectivamente sus intereses a la nación que posee suficientes armas nucleares y medios portadores para destruir al planeta (solo comparada con las que posee la FR); que desde hace más de setenta años es la de mayor gasto militar a nivel global (solo un ejemplo: según datos del Instituto Internacional de Estudios sobre la Paz de Estocolmo, SIPRI[iii] por sus siglas en inglés, en el año 2019 los gastos militares de EE.UU, ascendieron a unos 732 mil millones de dólares, el 38% de los gastos globales, y superior a la sumatoria de los gastos militares de las diez naciones que le siguen en ese “ranking”; por cierto, si sumamos los gastos militares en ese año de la RPCH y de la FR, estos ascendieron a 326,1 miles de millones de dólares, el 44.5 % de lo que gastó EE.UU.).

EE.UU. es además la nación con mayor número de bases militares fuera de su territorio (unas 625 según el Reporte de Estructura de Bases para el Año Fiscal 2018 BASELINE del Departamento de Defensa[iv], de las cuales 514 están en países extranjeros y 111 en territorios bajo jurisdicción norteamericana; algunas fuentes hacen referencia a que ese número puede ser superior, debido al carácter secreto o encubierto de muchas instalaciones en determinadas naciones extranjeras, así como a las facilidades para actuar en bases de países aliados o socios); es también la única nación que públicamente tiene asignadas fuerzas militares en todas las regiones del planeta (de acuerdo a las Áreas de Responsabilidad de sus Comandos Unificados), e incluso en el espacio exterior.

Igualmente es la nación que posee más portaaviones, submarinos de propulsión nuclear y buques de guerra principales, que las restantes potencias navales del planeta, independientemente de que según algunas informaciones más recientes, la marina de guerra de la RPCH ha superado a la US NAVY en cantidad total de buques, aunque son navíos más pequeños y fundamentalmente designados a operar en los mares cercanos a su territorio. No obstante, esto ha sido suficiente para despertar las alarmas en los círculos de poder estadounidenses, que ya hablan de aumentar las cifras de construcción de buques en los próximos años, para llegar a una cifra entre 400 y 500 buques de guerra (una parte importante de los mismos operados de forma autónoma, o sea, drones navales, de superficie o submarinos), incluyendo nuevos portaviones más pequeños y otros medios. Es además, de acuerdo a un reciente informe denominado World Air Forces 2021[v], poseedora de aproximadamente el 25% de la aviación militar activa del planeta (unos 13232 medios aéreos), triplicando a su más cercano perseguidor, la Federación Rusa, con un 8% (4143 medios aéreos).

Que es la nación con la mayor cantidad de fuerzas aeronavales (los famosos Marines, y un gran número de buques de transporte y desembarco), fuerzas aerotransportadas (la 82 y 101 Divisiones Aerotransportadas, más cientos de aviones de transporte); que posee importantes Fuerzas de Operaciones Especiales (los famosos y muy promocionados por Hollywood Rangers, Boinas Verdes y SEALS).

El país que posee el mayor Complejo Militar Industrial del planeta, con 43 de las 100 mayores empresas de producción de armas del globo, y cuyas ventas representaron en el año 2018 el 59% de ese rubro a nivel planetario (246 mil millones de dólares de un total de los más de 420 mil millones de dólares a nivel mundial), de acuerdo a reportes del SIPRI[vi]

En el plano económico, preocupa a los gobernantes de la superpotencia el avance de la RPCH, que en unos 30 años pasó de ser un país de escasa participación internacional a ser ya la segunda economía a nivel global por el monto de su PIB, y que es el principal socio comercial de la mayor parte de las naciones de Asia; con un balance comercial a su favor en el intercambio con EE.UU. (que motivó la famosa guerra comercial desatada por el presidente Trump) y con Europa; gestora de importantes convenios y acuerdos internacionales, como la recientemente firmada Asociación Económica Regional Integral (RCEP), y que está impulsando un ambicioso programa de desarrollo e intercambio económico de magnitud internacional, la llamada Iniciativa de la Franja y la Ruta.

Todo ello desata las alarmas en determinados sectores del llamado “stablishment”, acusando a la RPCH y a otras naciones de ser responsables de la contracción industrial de EE.UU. y de la disminución de su papel en el comercio mundial de bienes y otros recursos, acusando a estas naciones de violación de las normas internacionales, de robo de tecnologías y de un sinnúmero de otras fechorías, incluyendo actividades de espionaje (cosas que la CIA y otras agencias de inteligencia norteamericanas seguramente no hacen), actividades en el ciberespacio (acciones que la NSA y otras instituciones seguramente no realizan), etc . Lo cierto es que muchas de las grandes transnacionales norteamericanas, al encontrar en otros países posibilidades de producir determinados productos con menores costos, sobre todo de mano de obra, e incluso la posibilidad de asociarse a las llamadas cadenas de valor, desde hace bastante tiempo han establecido muchas de sus fábricas fuera de los EE.UU. (y a eso no escapa ni siquiera el actual inquilino de la Casa Blanca, que tiene empresas en China).

Es sabido que las grandes empresas transnacionales no tienen patria, solo intereses; su única divisa es la obtención de ganancias al menor costo posible. Y eso precisamente ha sido la esencia del neoliberalismo, que ha permitido a esas gigantescas compañías expandirse por el planeta, hacerse cada vez más ricas, pagar cada vez menos impuestos, usar los llamados paraísos fiscales y hacer cada vez más lo que mejor saben hacer, explotar a las clases más pobres de las llamadas “sociedades de consumo”.

En ese escenario, es que personajes como el actual presidente Donald Trump, apoyado en sus habilidades para manejar los llamados “medios masivos de comunicación” (mass media) pueden manipular a millones de personas, haciéndoles creer que la fuente de sus males está fuera de EE.UU. y en la conducta “desleal” de sus rivales políticos, y no en la esencia explotadora del sistema capitalista a nivel global, diseñado para que los ricos sean cada vez más ricos, y que el resto de la humanidad siga viviendo en la miseria y la zozobra.

No obstante, en este escenario en el que los anteriormente mencionados “tanques pensantes” y numerosas dependencias del gobierno norteamericano levantan fantasmas y atizan los miedos sobre el real o supuesto declive del imperio (garantizando de paso el apoyo para incrementar los gastos militares y justificar las políticas aventureras y agresivas de la superpotencia), hay otras voces que hablan de que la competencia es necesaria para movilizar al país; en un artículo publicado en Foreign Affairs el 3 de Diciembre de 2020[vii], se plantea que los llamados “declinistas” están equivocados.

Los autores del mentado artículo hacen referencia a que en determinadas épocas históricas, fundamentalmente durante el siglo XX, hubo situaciones aparentemente desfavorables, en los que parecía que EE.UU. estaba declinando, y posteriormente ocurrió lo contrario, los rivales de esa nación fueron los derrotados; entre los diferentes ejemplos, esgrimen los resultados de la Guerra Fría.

Hacen referencia a que, en el caso de la confrontación entre EE.UU. y la RPCH, a diferencia de la competencia en el plano militar con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) durante la Guerra Fría, el enfrentamiento sino-estadounidense se está desarrollando fundamentalmente en las esferas económicas y tecnológicas.

Y plantean que la nueva administración Biden deberá buscar vías para revertir esta situación, y tendrá que repensar la relación entre el estado y el mercado. Muchas figuras de ambas partes reconocen ahora que las fuerzas del mercado por sí solas no pueden detener la desigualdad, sostener el crecimiento, asegurar el país o asegurar la competitividad frente a los campeones estatales de China. Esta realización podría brindar apoyo a las inversiones en ciencia y tecnología e incluso justificar elementos de una agenda progresista: esfuerzos para apoyar a los trabajadores, romper los monopolios y llevar a cabo políticas industriales en sectores críticos como los semiconductores[viii]. O sea, romper con el esquema neoliberal.

Plantean también que La competencia con China no necesita un enfrentamiento o una segunda guerra fría[ix] En el artículo hacen una serie de recomendaciones interesantes, llamando a evitar los enfrentamientos entre los dos partidos norteamericanos en los asuntos esenciales de la política exterior.

No obstante, debe señalarse que los principales documentos consultados, provenientes de otros tanques pensantes y de instituciones gubernamentales, hacen pensar que dentro del llamado “stablishment” norteamericano (un autor más reciente lo cataloga como “la mancha”, “the blob”), más allá de determinados matices, más bien de carácter estilístico o literario, existe un consenso en centrar la competencia en el aspecto militar, incrementando los presupuestos del Departamento de Defensa para revertir un supuesto retraso u obsolescencia en las fuerzas armadas, sobre todo en el plano aeronaval, como se refleja en el índice de la Fuerza Militar de los EE. UU., de la Heritage Foundation citado anteriormente, en un documento del Inspector General de DOD denominado “FY 2021 TOP DOD MANAGEMENT CHALLENGES”[x]; y en un documento destinado al Congreso denominado “2020 REPORT TO CONGRESS of the U.S.-CHINA ECONOMIC AND SECURITY REVIEW COMMISSION”[xi].

Y es principalmente la RPCH el adversario o rival escogido por los sectores dominantes a orillas del Potomac; por ello consideramos que un nuevo gobierno en Washington mantendrá una política de confrontación con Beijing, probablemente sin un lenguaje tan estridente como el de los señores Trump, Pompeo, etc, pero asegurando enviar un mensaje a la población norteamericana que justifique los incrementos a los gastos militares de la superpotencia, independientemente de eso contribuirá a que sigan haciéndose cada vez mayores los déficits presupuestarios de la nación, y se afecten los fondos destinados a la salud, la educación, la creación de empleos, las infraestructuras, el enfrentamiento al cambio climático y otras muchas ramas de la economía que harían mejor la vida del propio pueblo estadounidense.

La clase gobernante en los EE.UU. necesita enemigos o adversarios para justificar su política imperialista; como durante la Guerra Fría fueron la URSS y el Campo Socialista los demonizados, ahora la RPCH, la FR y otros ·estados villanos” se convierten en las “amenazas” que justifican los colosales gastos militares y las intervenciones en “oscuros lugares del mundo”. Son “enemigos necesarios”.

Por ello es importante insistir en recordar las palabras del Comandante en Jefe, Fidel Castro: “Luchar por la paz es el deber más sagrado de todos los seres humanos, cualesquiera que sean sus religiones o país de nacimiento, el color de su piel, su edad adulta o su juventud”.

[i] Department of Defense Summary of the 2018 National Defense Strategy of the United States of America Sharpening the American Military´s Competive Edge , Washington, January 2018, página 1. (https://dod.defense.gov/Portals/1/Documents/pubs/2018-National-Defense-Strategy-Summary.pdf )

[ii] The Heritage Foundation, 2021 Index of U.S. Military Strength, página 9. (https://www.heritage.org/sites/default/files/2020-11/2021_IndexOfUSMilitaryStrength _WEB_0.pdf )

[iii] SIPRI Fact Sheet April 2020 TRENDS IN WORLD MILITARY EXPENDITURE, 2019. Table 1, página 2. ( https://reliefweb.int/sites/ reliefweb.int/files/resources/fs_2020_04_milex_0.pdf )

[iv] Department of Defense. Base Structure Report FY 2018 BASELINE , Página DoD 7, (https://www.acq.osd.mil/eie/Downloads/ BSI/Base%20Structure%20Report%20FY18.pdf )

[v] FlightGlobal, part of DVV Media International Ltd, WORLD AIR FORCES 2021, Página 5 (https://www.flightglobal.com/download?ac=75345 )

[vi] SIPRI Fact Sheet December 2019, THE SIPRI TOP 100 ARMS‑ PRODUCING AND MILITARY SERVICES COMPANIES, 2018, página 2. ( https://www.sipri.org/sites/default/ files/2019-12/1912_fs_top_100_2018.pdf)

[vii] Kurt M. Campbell y Rush Doshi The China Challenge Can Help America Avert Decline, . Foreign Affairs 3 de diciembre de 2020 (https://www.foreignaffairs.com/articles/china/2020-12-03/china-challenge-can-help-america-avert-decline )

[viii] Idem

[ix] Idem

[x] Department of Defense Top DoD Management Challenges – Fiscal Year 2021 , Washington, Nov 19, 2020 (https://www.dodig.mil/Reports/Top-DoD-Management-Challenges/Article/2419079/top-dod-management-challenges-fiscal-year-2021/ )

[xi] U.S.-China Economic and Security Review Commission. 2020 REPORT TO CONGRESS of the U.S.-CHINA ECONOMIC AND SECURITY REVIEW COMMISSION, Washington, December 2020 (https://www.uscc.gov/sites/ default/files/2020-12/ 2020_Annual_Report_to_Congress.pdf )


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