INTRODUCCIÓN

1.1 Breve acercamiento a las primeras huellas de japoneses en Cuba

En las relaciones entre Cuba y Japón es necesario hacer mención a los primeros acercamientos entre las dos naciones. En este sentido, los primeros japoneses que visitaron Cuba, en 1614, estuvieron liderados por el samurái Tsunenaga Hasekura. Hicieron escala en La Habana durante un mes, como pausa en su misión diplomática hacia Europa. Fue un hecho realmente importante, Japón lo reconoce como su primer embajador ante el mundo occidental.

El segundo visitante fue el botánico Kumakusu Minamigata en 1881. Este contacto, igualmente, se realizó de manera esporádica. Es necesario destacar, que, aunque ambos acontecimientos pueden mencionarse como antecedentes en las relaciones entre las dos naciones, no generaron relaciones posteriores, hasta donde se ha recopilado información por la historiografía cubana.

DESARROLLO

2.1 Acercamiento a las relaciones cubano-japonesas en la primera mitad del siglo XX

A pesar de que se han evidenciado conexiones políticas, económicas y sociales entre ambos países desde el siglo XIX hasta la actualidad, es crucial señalar la variación en su comportamiento y la prevalencia de unos vínculos sobre otros en el trascurso de las diferentes etapas. Inicialmente, en el siglo XX, las relaciones bilaterales estuvieron influenciadas fundamentalmente por nexos socioculturales, pero a partir de la década de 1930, predominaron los lazos económico-comerciales, que fueron interrumpidos durante la Segunda Guerra Mundial, debido a las posiciones antagónicas de ambos países en los bloques entonces en conflicto. Desde los años 50, sin embargo, se destacó un auge en las relaciones político-diplomáticas.

De tal manera, en las primeras tres décadas del siglo XX, las relaciones bilaterales estuvieron marcadas por la llegada y establecimiento de inmigrantes japoneses. La relación diplomática y política se estableció a través de representaciones en Washington, con un carácter parcial y con pocos nexos comerciales. Las relaciones oficiales entre ambos Estados comenzaron en 1929, con un acuerdo bilateral firmado a finales de ese año, estableciendo las bases para relaciones comerciales y el tratamiento de sus nacionales. Aunque oficialmente comenzaron en 1929, la dinámica de las relaciones económicas y políticas se consolidó después de la Segunda Guerra Mundial.

Durante la Segunda Guerra Mundial, hasta 1952, Cuba y Japón mantuvieron un estado de guerra indirecta. Tras la ratificación cubana del Tratado en 1952, se inició un gradual proceso de restructuración de las relaciones, con la creación de comisiones y la elevación de las representaciones diplomáticas a embajadas, marcando el inicio de un nuevo período de relaciones a partir de 1957.

2.2 Nuevos puntos de contacto en las relaciones cubano japonesas, tras el 1ro de enero de 1959

Voluntad política

Después del triunfo revolucionario y prácticamente coincidiendo con el surgimiento de Japón como una gran potencia económica, comenzó el desarrollo de una intensa relación comercial entre ambas naciones, dada la complementariedad de ambas economías. En este sentido, a pesar de la distancia geográfica, resultó relevante la visita que realizara el Che Guevara en el propio 1959, para explorar oportunidades de negocios con este país, lo cual inició y sentó las bases para el incremento de los contactos y vínculos bilaterales a lo largo de las próximas décadas.

A nivel político, la creación de La Liga Parlamentaria de Amistad Japón-Cuba, a finales de la década del 70 fue otro punto relevante en el ámbito bilateral; por su inestimable aporte a la consolidación de los vínculos en sus diferentes etapas. Durante años, sus principales autoridades desempeñaron un rol relevante como facilitadores de las relaciones bilaterales.

En los años 1995 y 2003 Fidel Castro Ruz visitó Japón, ocasión esta última, en la que estuvo presente en Hiroshima. Este suceso marcó extraordinaria relevancia, puesto que, en este lugar, manifestó su preocupación por el uso de las armas nucleares, así como la magnitud de sus consecuencias. Años después con la visita del entonces canciller japonés Fumio Kishida a La Habana, en un intercambio entre ambos líderes, abordaron asuntos de especial interés para ambas naciones, como la prevención de desastres, así como visiones de trabajo en el sector de la agricultura. Todo ello pone en evidencia el elevado nivel en los diálogos políticos bilaterales.

Japón en su relación con Cuba ha manifestado ciertos matices de independencia política, respecto de Estados Unidos, su principal aliado internacional. La Isla ha contado con el apoyo invariable de la nación asiática desde 1997, en favor de la resolución para pedir el fin del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos que presenta la nación caribeña cada año ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Comercio y cooperación                      

Japón se convirtió en los años 1960 y 1970 en un importante mercado para grandes volúmenes de azúcar, níquel, café, frutas tropicales frescas y en conservas, así como productos del mar suministrados por Cuba. De igual forma, el desarrollo de la nación caribeña identificó una oportunidad en el suministro japonés de plantas completas, equipamiento y tecnologías avanzadas, que eran una valiosa alternativa a la de países occidentales, incluido los Estados Unidos. Requirió asimismo asistencia de expertos japoneses para el fomento de la entonces naciente industria pesquera cubana.

A partir de 1975, el gobierno cubano comenzó un programa intensivo de estudios de mercado y envío de delegaciones a Japón, complementados con las acciones llevadas a cabo por las principales compañías japonesas con el objetivo de incrementar las exportaciones de productos de ese origen a Cuba, resultado de lo cual el comercio bilateral aumentó notablemente, llegando a convertirse Japón en el primer importador de azúcar cubano fuera del CAME. Se destaca, por ejemplo, la adquisición de importantes insumos para la economía cubana, que abarcaron desde materias primas, bienes de consumo hasta ómnibus Hino, equipos Komatsu y Kato, barcos, frigoríficos, plantas completas como las de gases de Guanabacoa y Santiago de Cuba (Nippon Sanso-Mutsumi), la textilera de Santa Clara (Mitsubishi Corporation), la de componentes electrónicos de Pinar del Río, la de baterías de Manzanillo (Yuasa) y las dos principales unidades de la Termoeléctrica de Cienfuegos (Hitachi-Nissei Sangyo), entre otras (Pereira Hernández, 2019).

Sin embargo, ya para la década de los 80, las relaciones económicas bilaterales se vieron afectadas por la situación económica de la nación caribeña. Esto llevó a posponer la exportación de azúcar cubana a Japón, junto con la disminución de la demanda japonesa de azúcar crudo cubano. A pesar de intentos de reprogramación de pagos de deuda, infructuosos, la capacidad financiera de Cuba se deterioró significativamente a partir de 1989 debido a la desintegración del campo socialista, impidiendo cumplir con sus obligaciones de pago con empresas japonesas, lo cual impactó negativamente en el comercio bilateral. Es necesario destacar, sin embargo, que en este contexto las empresas japonesas acreedoras optaron por no recurrir al arbitraje contra sus contrapartes cubanas.

Más adelante, entre 2002 y 2004, Japón apoyó en la realización de un estudio para el saneamiento de la Bahía de La Habana, mientras que, en 2009, a partir de un donativo, se inauguró el Planetario de La Habana “Rosa Elena Simeón in memoriam”, coincidiendo con el aniversario 80 del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones. Para el año 2012, la nación asiática continuó brindando su ayuda a Cuba. Ejemplo de ello, resulta la donación de cuatro camiones de bomberos al Centro histórico de la Habana Vieja, como parte del Proyecto de Asistencia Financiera No reembolsable para Proyectos Comunitarios de Seguridad Humana. A lo largo de este período y en lo adelante, se manifestó una colaboración sostenida, así como un interés entre ambas partes por mejorar los mecanismos en la cooperación a gran escala.

Agricultura

En cuanto al tema agrícola, se subraya el cultivo del arroz. Es significativo mencionar la designación gubernamental por parte de Japón de una comisión constituida por los doctores Hideo Mukō e Iida Tositake a fin de colaborar con Cuba en la eliminación de una enfermedad que azotaba el cereal. Esto constituyó un evento sin precedentes. La calidad del cereal y la experiencia de los japoneses en su cultivo eran relevantes y conocidas en el mundo. El investigador cubano Julián Acuña Galé presidió el grupo de los cubanos, que trabajó junto a la pareja de científicos japoneses entre el primero de abril y el trece de mayo de 1957. Lo más significativo de esta experiencia fue que, además de resolver un problema práctico de forma conjunta, delineó la futura relación entre ambos grupos de científicos. De esa forma, en Cuba se tradujeron al español y se publicaron los resultados de investigaciones científicas niponas sobre temas relacionados con el arroz, sus variedades, cultivo, enfermedades, entre otras; al tiempo que se mantuvo activa la relación por correspondencia de los estudiosos cubanos del tema para remitir preguntas, sugerencias, e ideas.

Durante los últimos 20 años, los diferentes proyectos en este sector se han enfocado en la producción de semillas certificadas de arroz, en el extensionismo agrario para la producción de granos básicos (arroz, frijoles y maíz) y el mejoramiento de los equipos agrícolas.

2.3 Una mirada al estado de las relaciones en los últimos ocho años (2016-2023)

Para comprender mejor el estado actual de las relaciones entre los dos países, hay que tener en cuenta dos momentos de especial relevancia en este período. El primero de ellos, tuvo lugar con el arribo a Japón del entonces primer vicepresidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros Cubano, Miguel Díaz Canel Bermúdez en el año 2016. Este fue un espacio propicio para hacer valer el interés en el mercado cubano del empresariado japonés, así como en su participación cada vez mayor en la Feria Internacional de La Habana. El segundo momento lo constituye la histórica visita del primer ministro Shinzo Abe a La Habana (la única visita que ha hecho un premier japonés a Cuba), en septiembre de ese mismo año, se observó un nivel creciente en las relaciones recíprocas. Estos hechos constituyeron un hito en el fortalecimiento de los vínculos bilaterales. Este período coincide con la época de establecimiento de relaciones diplomáticas de Cuba con los EE.UU., contexto que incidió temporalmente en reimpulsar las relaciones también con Japón, con lo cual empresarios y el gobierno japonés promovieron un mayor acercamiento.

En este contexto, un momento de especial relevancia fue la apertura de la oficina de la Agencia para la Cooperación al Desarrollo JICA en La Habana. A partir de entonces se han consolidado las relaciones de trabajo entre las autoridades cubanas y japonesas en proyectos de interés común.

Durante la visita, se lograron acuerdos significativos que marcaron el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre ambos países, que continuaría en los años posteriores. Previo a la llegada de Abe a La Habana, los gobiernos anunciaron un acuerdo para la reestructuración de la deuda cubana, con la condonación de una parte significativa, por Japón. A su vez, se estableció un fondo para respaldar negocios e inversiones japonesas en la nación antillana. El gobierno cubano reafirmó su compromiso de priorizar el desarrollo de los lazos con Japón, especialmente en aspectos económico-comerciales. En estas fechas, se formalizó además un acuerdo que oficializó la entrega del primer donativo a través de la Asistencia Financiera No Reembolsable del gobierno japonés, destinado a proporcionar tecnología médica avanzada para el sistema hospitalario cubano.

Por otra parte, se destaca en el año 2019 la visita a Japón del entonces vicepresidente del Consejo de Estados y de Ministros, Roberto Morales Ojeda, hoy secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista de Cuba; con motivo de asistir a la ceremonia de entronización del Emperador japonés Naruhito. Como parte del programa de trabajo, en la embajada cubana en Tokio, tuvo lugar el Primer Foro de Negocios Cuba-Japón en los sectores biotecnológicos y farmacéuticos. Los representantes japoneses de estas esferas, conocieron de los avances de Cuba, a través de los intercambios con expertos de Biocubafarma, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, así como el Centro Nacional de Investigaciones Científicas. De igual forma, durante los encuentros con altos funcionarios de gobierno nipón, se destacaron las potencialidades de cooperación conjuntas en el deporte y la cultura. Por lo que se puede señalar el saldo positivo para ambas partes de esta visita.

Posteriormente, el 15 de septiembre de 2020 se firmó el Canje de Notas entre los gobiernos de Cuba y Japón que refrendó el otorgamiento de asistencia financiera de carácter humanitario por un monto de 500 millones de yenes (alrededor de 4,7 millones de USD) para el suministro de equipos de ultrasonido, rayos X y succionadores, para los servicios de urgencia en los hospitales y policlínicos de todo el país, con vista a hacer frente a la COVID-19 en Cuba. Si bien esta acción da continuidad a otras que se realizaron desde el 2019 (donación de equipos de recolección de basura para la capital, la producción de ómnibus para el transporte intermunicipal de La Habana, y otros donativos para el enfrentamiento a la propagación de la COVID) es la primera que se firmó bajo el nuevo gobierno del entonces primer ministro Suga Yoshihide.

Para comprender además el estado más reciente de las relaciones entre los dos Estados, es necesario señalar que está marcado por tres aspectos relevantes. El primero de ellos está relacionado con el impacto del bloqueo estadounidense a la Isla, así como la injusta nueva inclusión de Cuba en la lista unilateral e ilegítima de Estados patrocinadores del terrorismo en enero de 2020. Esta última medida se ha traducido en un vínculo casi nulo de los bancos japoneses en sus operaciones con entidades cubanas. Las consecuencias van más allá de la restricción de exportaciones entre ambos países, tiene que ver también con la eliminación de ciertos beneficios comerciales y la obtención de créditos en instituciones financieras internacionales.

La segunda cuestión está marcada por la repercusión de la Covid-19, lo cual trajo como resultado en el período 2020-2022 de una reducción considerable de los intercambios culturales y académicos; en especial en el turismo japonés a la Isla. En este último punto, es necesario apuntar que el turista japonés cuando viaja a Cuba, se enfrenta en consecuencia, a la prohibición de la entrada a EE.UU. (negación del permiso ESTA para ciudadanos europeos y japoneses), por estar Cuba incluida en la lista de Estado patrocinador del terrorismo.[i] No obstante, a pesar de este escenario, este sector ha dado pasos de recuperación a lo largo del 2023. Es necesario señalar, que cada vez es mayor el interés de los jóvenes japoneses por visitar la Isla. En este sentido, se ha mantenido un crecimiento significativo en la composición juvenil de turistas al país. No obstante, las cifras son aún discretas, en lo que inciden factores como la lejanía geográfica, la ausencia de vuelos directos entre ambos países, el costo del pasaje aéreo, etcétera.

En un tercer lugar y no menos importante, se sitúa el tema de la deuda, pendiente desde finales de la década de 1980. En esta dirección no se avizoran soluciones a corto plazo. Ello se expresa de manera directa en el pequeño grupo de empresarios japoneses aún dispuesto a hacer contrato con la mayor de las Antillas. La Agencia de Seguro del Crédito a la Exportación (NEXI, por sus siglas en inglés) en los últimos años, puso fin a la cobertura del seguro a la exportación con Cuba, debido al impago de la deuda, decisión que ha impactado asimismo de manera directa y notable en las relaciones económicas entre ambas naciones. No obstante, bajo este escenario desfavorable, varias compañías japonesas han realizado negocios con Cuba, lo que ha puesto de manifiesto la confianza y el interés de realizar actividades comerciales con la mayor de las Antillas. Profundiza este panorama, la compleja situación económica actual de la Isla, como resultado de la imposición de más de 200 medidas sin precedentes por la administración de Trump y vigentes con el gobierno de Biden, con el propósito de asfixiar la economía cubana.

Las relaciones entre Cuba y Japón recibieron una inyección de dinamismo en los últimos años, período en el que se presentaron como hechos puntuales el intercambio de visitas de alto nivel. El primer ministro Kishida ha puesto de manifiesto el interés de continuar con el legado de Shinzo Abe, en la promoción de las relaciones con la Isla. De igual forma, con la visita del primer ministro cubano Manuel Marrero Cruz a Japón, en septiembre de 2022, con motivo del funeral del ex primer ministro Shinzo Abe, se constató el elevado nivel en el diálogo político. La asistencia de la delegación de la nación caribeña fue la de más alto rango del continente americano.

A finales del año 2023, se celebró el XVI Diálogo Político entre las cancillerías de Japón y Cuba, encabezado por la viceministra de Relaciones Exteriores de Cuba Josefina Vidal y el director general de América Latina y el Caribe Yasushi Noguchi. Por ambos ministerios, se calificó como un encuentro muy positivo y franco. El nivel de los participantes en todos los sectores, con especial énfasis en el parlamentario, fue significativo. De igual forma, en el año 2023 visitó Cuba por primera ocasión, el secretario general del Partido Liberal Democrático (PLD) y ex ministro de Exteriores de Japón Motegi Toshimitsu y el presidente de la Cámara Alta por el PLD, Hiroshige Seko. Por tanto, se puede encontrar un contraste en las relaciones económicas y políticas, favoreciendo estas últimas, de manera notable.

Japón y Cuba han desarrollado en todos estos años una relación ejemplar y de respeto mutuo, de hablar con transparencia, que ha tenido el mérito de no depender de las presiones de terceros. De “muy auténticas, muy genuinas y muy propias” se ha calificado por parte de las máximas autoridades del gobierno cubano, las relaciones existentes entre ambos pueblos y Estados. Lo cual ha permitido avanzar siempre, profundizando importantes intercambios políticos, económicos y comerciales, apoyo recibido desde Japón en un grupo de programas económicos y sociales de amplio impacto en materia de producción de alimentos, agricultura, servicios comunales, transporte, educación y otros.

2.4 Personalidades destacadas en la consolidación de las relaciones bilaterales

Momentos de especial trascendencia que han fortalecido esos vínculos como son los casos de las visitas a Japón del Fidel Castro Ruz y Ernesto Che Guevara, quienes rindieron homenaje a las víctimas del bombardeo nuclear a Hiroshima y Nagasaki. Otra fecha de especial relevancia entre ambas naciones, se sitúa en el 20 de noviembre de 1984, ocasión en la que el presidente del Partido Comunista Japonés Tetsuzo Fuwa habló con Fidel Castro en La Habana.

El Historiador de La Habana, Dr. Eusebio Leal Spengler, destaca la relación entre ambos países. En este sentido, tuvo siempre una relación muy cercana con Japón y contribuyó significativamente a fortalecer los lazos de amistad y el intercambio cultural entre ambos países. Al empeño de Leal, se debe la inauguración en 2001 del conjunto arquitectónico donde está enclavada la estatua de Tsunenaga Hasekura, el primer samurai en visitar La Habana en 1614.[ii] Eusebio fue también por varios años presidente y luego vicepresidente del Grupo Parlamentario de Amistad Cuba-Japón.

En la contribución a la consolidación de las relaciones entre los dos países, por la parte nipona se destacan figuras como Hiroshi Mitsuzuka, primer presidente de la Liga Parlamentaria de Amistad Cuba-Japón, así como el actual, Keiji Furuya, quien además es miembro de la Cámara de Representantes del país asiático. El ex primer ministro Yoshiro Mori, tanto en su calidad de mandatario, así como presidente del Consejo Ejecutivo para la promoción de la candidatura de Tokio a la Olimpiada 2020, tributó al avance en las relaciones bilaterales. Daisaku Ikeda, hasta hace apenas unos meses, líder mundial de la organización Soka Gakkai Internacional, tuvo un aporte notable, puesto que fue el principal promotor de la obra y el pensamiento de José Martí en su nación.[iii] A la par, sobresalen los logros alcanzados en materia académica a lo largo de los años entre Soka University, universidades y centros de investigación cubanos. El rol influyente de estas personalidades y centros de ambas partes, ha permitido inyectarles un dinamismo sostenido a los vínculos entre ambos pueblos.

Cooperación

En los últimos 10 años Japón ha intentado recuperar su posición en Latinoamérica; con una visión más enfática desde la visita del ex primer ministro Shinzo Abe a la región, en 2014. En este contexto, resalta el donativo en 2016 para el Liceo Artístico y Literario de La Habana, con sede en el antiguo Palacio del Marqués de Arcos, que permitió adquirir suministros tecnológicos de origen japonés: equipamiento informático, audiovisual y luminario de alta calidad.

Desde el punto de vista, de la influencia económica comercial de Cuba con países asiáticos, es importante señalar que si bien Japón representó para Cuba un socio estratégico en las décadas del 80 y el 90; ya para 2005 hasta la actualidad, estos vínculos se han visto desplazados por países como la República Popular de China, Vietnam, India, Singapur. Ello también responde al enfoque al que estuvo dirigida la política exterior japonesa desde los años 90, de centrarse en su entorno natural geográfico (Asia). La República Popular de China y Corea del Sur, se enfocaron con mayor interés en las relaciones con América Latina durante todo ese tiempo.

Los vínculos económicos comerciales con Cuba se han caracterizado en esta etapa por su austeridad sostenida y, por tanto, no han logrado equilibrarse al nivel de las relaciones políticas. Las exportaciones de Cuba a Japón se enmarcan en productos como el café, el ron, la langosta, la miel, medicamentos naturales asociados a suplementos alimenticios. Las importaciones de Cuba desde Japón están mayormente relacionadas con componentes y equipos de electromedicina.

A partir de información brindada por el Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera se corrobora lo antes expuesto, atendiendo a indicadores como: exportaciones, importaciones e intercambio comercial, desde finales de la década del 90 hasta 2020 (Véanse figuras 1, 2 y 3 respectivamente).

La cooperación también se ha extendido al ámbito deportivo. En este contexto, el béisbol ha sido una pasión compartida entre cubanos y japoneses. Desde mediados de la década de 1950, La Habana abrió sus puertas al equipo profesional nipón Tokio Giants, que compitió amistosamente contra el Havana Cubans. A su vez, un pelotero cubano conocido por el Chico Barbón jugó en la Liga Japonesa entre 1955 y 1966.

Esta tradición se mantiene hasta la actualidad y peloteros como Liván Molinelo, Raidel Martínez juegan en equipos profesionales de beisbol en Japón. Igualmente se destacan figuras de un relevante historial deportivo como Omar Linares, el cual actualmente se desempeña como entrenador de bateo de los Dragones de Chunichi. Linares fue el primer jugador cubano en ser contratado mediante la Federación de Beisbol para jugar en las grandes ligas japonesas, por lo que, la firma de contratos deportivos con la nación del Sol naciente, marca un camino de potencialidades entre los dos países. A la par que sirve de apoyo al Instituto del Deporte Cubano en la generación de ingresos para el deporte en Cuba.

Por otra parte, a partir de cuestionarios y entrevistas de seguimiento a las 14 compañías miembros de la Conferencia Económica Japón-Cuba, durante un estudio realizado en 2022 por JICA y la Fundación Universitaria de Innovación y Desarrollo de la Universidad de la Habana, se identificaron cuestiones y retos para establecer los negocios con Cuba, los sectores prometedores a mediano y largo plazo y las necesidades de desarrollo de los recursos humanos. Como sectores prometedores en el futuro para la cooperación entre las dos naciones, fueron identificados el turismo, el procesamiento de alimentos, los productos biotecnológicos y farmacéuticos, la asistencia médica y la energía, dada la necesidad de incrementar la productividad en sectores productivos y de valor añadido más alto e incrementar los ingresos por los impuestos a largo plazo para reducir el déficit presupuestario.

2.5 La influencia de JICA en el desarrollo de las relaciones bilaterales

JICA es una agencia ejecutora de la AOD de Japón, la cual implementa la cooperación internacional para los países en vías de desarrollo.[iv] Desde los años setenta se inicia la colaboración con Cuba a través de la capacitación en Japón, mediante becas otorgadas a profesionales cubanos en diferentes sectores. En las décadas siguientes se suman las cooperaciones mediante el envío de expertos japoneses a Cuba, la investigación por sectores e implementación de proyectos de cooperación técnica. Se ha puesto en práctica la transferencia de conocimientos y habilidades a profesionales en diferentes sectores de los servicios públicos, en correspondencia con las distintas necesidades de desarrollo económico y social de Cuba.

Con la visita del primer ministro Abe Shinzo en 2016, la cooperación japonesa experimenta un gran impulso y en el 2018 se inaugura oficialmente la Oficina de JICA en La Habana, permitiendo un impacto importante en el fortalecimiento de la cooperación bilateral entre los dos países.

Según cifras del Perfil de JICA 2023-2024, hasta el año 2022, la cooperación ha ascendido 19 862 000 000 yen japonés (153 millones de USD) de la inversión total, 1114 participantes cubanos han asistido en becas de capacitación en Japón, así como 327 expertos japoneses han trabajado en la Isla.

Mediante el diálogo de los gobiernos de Cuba y Japón se determinó que el lineamiento a seguir para la cooperación de JICA hacia la Isla sería: “Apoyo para el desarrollo sostenible”. Este lineamiento posee cuatro áreas prioritarias: desarrollo agrícola, salud, medio ambiente y desarrollo de infraestructuras socioeconómicas. Dichos programas están a tono con los ejes estratégicos del Plan Nacional de Desarrollo Económico Social hasta el 2030.

En la actualidad, JICA está desarrollando su cooperación en materia agrícola, en lo relativo al apoyo a la agro-industrialización territorial, mediante el fortalecimiento de la cadena de valor agrícola. En el sector de la salud, se han donado equipamientos a 34 hospitales, además de proyectos de cooperación técnica en el diagnóstico temprano de cáncer y la digitalización hospitalaria. En el escenario de la Covid 19, la ayuda de la agencia a Cuba, así como del gobierno japonés, en esta esfera ascendió a más de cinco millones dólares.

De acuerdo con la temática medioambiental se han realizado estudios acerca del alcantarillado y drenaje pluvial de la cuenca tributaria de la Bahía de La Habana y proyectos para el manejo de las aguas subterráneas y el Control de la Instrucción Salina. A partir del 2022, comenzó un nuevo proyecto de cooperación técnica, centrada en la promoción de la gestión integrada de los recursos hidráulicos, mediante el apoyo al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y al Ministerio de la Agricultura.

En la esfera del transporte, la agencia desarrolló el Plan Maestro de Transporte Nacional y uno de sus objetivos fue plantear medidas para contrarrestar problemas críticos, mediante la formulación de planes de acción inmediata. En el sector de la energía se cuenta con un Plan Maestro para el desarrollo de las energías renovables y un proyecto para la estabilización del sistema eléctrico en la Isla de la Juventud a través de instalaciones de equipo.

En apoyo a la comunidad japonesa Nikkei (mayormente reside en el municipio especial de la Isla de la Juventud) JICA promueve programas de educación para emigrantes japoneses y sus descendientes, de bienestar para los ancianos y facilita la difusión de la historia de la emigración japonesa.

Actualmente JICA se encuentra realizando, de conjunto con la Fundación Universitaria de Innovación y Desarrollo de la Universidad de la Habana, así como con la Fundación Japonesa; un programa de asesoramiento a la promoción de las MiPymes en Cuba, el cual comenzó en abril del 2023 y se extenderá a febrero de 2025. El objetivo principal es el de potenciar la capacidad de los recursos humanos que participan en la promoción de las MiPymes en los sectores priorizados de la política económica cubana, a partir de la experticia japonesa. Como resultado, se crearán estrategias y mecanismos de desarrollo de recursos humanos para la promoción de las MiPymes en los sectores priorizados de la política económica de la Isla.

CONCLUSIONES

El comportamiento de las relaciones bilaterales, ha estado limitado por las condiciones propias de cada momento histórico. No obstante, los vínculos entre ambas partes cuentan con mérito propio, sin tener en cuenta la influencia de Washington, principal aliado de la nación asiática. El estado actual de los nexos políticos alcanza su más alto nivel, en contraste con los de carácter económico.

Cuba busca diversificar sus mercados, socios comerciales y fuentes de inversiones, esfuerzo en el que el país asiático puede desempeñar un papel cardinal. No obstante, para lograr este objetivo, Cuba deberá perfeccionar las oportunidades de negocios para el empresariado nipón, estabilizar el valor de su moneda nacional, así como saldar deudas a empresarios japoneses.

En general, se es optimista en que los dos gobiernos y las empresas puedan enfrentar estos desafíos y potenciar las oportunidades de inversión y comercio entre ambos países a largo plazo. Desde una perspectiva comercial, la apertura de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, al oeste de La Habana, pudiera ayudar en este sentido, de conjunto con otras iniciativas que atraigan al empresariado japonés a invertir en la Isla.

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ANEXOS

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[i] El programa permite que ciudadanos de los países participantes viajen a Estados Unidos por turismo o negocios, y permanezcan en el país por un máximo de 90 días, sin tener visa de visitante.

[ii] El proyecto fue resultado de la acción conjunta de obreros, arquitectos y proyectistas pertenecientes a la Oficina del Historiador y a la empresa japonesa Kobayashi, y contó con valioso apoyo de la Escuela Sendai Ikuei y de las autoridades de la ciudad de Sendai.

[iii] Falleció el 15 de noviembre de 2023 en Shinjuku, Tokio, Japón.

[iv] Es la mayor agencia de asistencia bilateral del mundo, trabaja en 150 países y regiones y posee unas 90 oficinas en el exterior.