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África

África Occidental entre conflicto y negociación. Rivalizan, pero se necesitan

abril 3, 2024   0

Foto de James Wiseman en Unsplash

El contexto

El pasado 26 de febrero la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) decidió retirar parte de las sanciones impuestas a los gobiernos lidereados por militares, como resultados de sucesivos golpes de Estados en Mali (agosto de 2020) y (mayo de 2021); Burkina Faso (septiembre de 2022) y Níger (julio de 2023) (Ortiz Zarate Roberto, s. f.).

Los jefes de Estado y gobiernos reunidos en la cumbre extraordinaria celebrada en Abuya, capital de Nigeria acordaron “levantar las sanciones financieras y económicas” impuestas a Guinea Conakryy optaron por “eliminar las restricciones a la incorporación de ciudadanos de la República de Mali a puestos profesionales en las instituciones de la CEDEAO”. Con anterioridad, el bloque, de quince Estados, había levantado parte de las sanciones a Níger, tras el golpe de Estado el 26 de julio de 2023.

Entre las sanciones que le fueron suspendidas a Niamey se mencionan: el cierre de las fronteras aéreas y terrestres con Níger, la suspensión de todas las transacciones financieras con otros miembros de la organización y, el bloqueo de activos nigerinos.

La CEDEAO, en su propósito de que los militares regresaran a sus cuarteles impuso fuertes sanciones a los gobiernos y amenazó con una intervención militar en Níger, tras la asonada golpista.

En respuesta, Bamako, Ouagadougou y Niamey anunciaron la salida de la Organización de integración económica por considerarla una “amenaza” para sus poblaciones y Estados miembros por: mantenerse bajo la influencia de potencias extranjeras, haber traicionado los principios fundacionales, por la falta de ayuda en la lucha contra el terrorismo, y por adoptar sanciones “ilegales, ilegítimas, inhumanas e irresponsables” contra sus países y poblaciones de por sí ya empobrecidas.

Lo cierto es, que el espiral de enfrentamientos comenzó a vaticinar un escenario de inestabilidad generalizada con la posible desintegración de la CEDEAO como mecanismo de integración económica y coordinación política.

Ante tales circunstancias el liderazgo de la CEDEAO parece haber elegido la negociación como la opción más viable. Es decir, privilegiar el entendimiento por encima de los enfrentamientos.

De hecho, la negociación debe reducir una crisis en ascenso conconsecuencias nefastas para las naciones de África Occidental e incluso, más allá de sus fronteras.

De hecho, en Níger, por solo citar un ejemplo, la tasa de pobreza extrema antes de las sanciones superaba el 40%, según informe del Banco Mundial.

Esa cifra, según expertos, debe haberse elevado como resultado del cierre de las fronteras con Benín y Nigeria que frenó un dinámico comercio de medicinas, cereales y alimentos importados como azúcar, leche en polvo y aceite vegetal.

Se calcula que,en agosto de 2023, a menos de un mes del golpe de Estado, el precio del arroz aumentó un 21%, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Para mediados de octubre, a sólo dos meses del cierre de las fronteras, según la misma fuente, el precio de un saco de arroz de 25 kg (55 libras) había subido más del 50%.

De acuerdo con informes del PMA antes del golpe, Níger ya enfrentaba su segundo nivel más alto de inseguridad alimentaria grave desde 2014, con 3,3 millones (o el 13,3%) de sus 25 millones de habitantes afectados y según los cálculos de la organización de Naciones Unidas lo más probable es que esa cifra se haya más que duplicado (La CEDEAO, Nigeria y las sanciones golpistas en Níger, 2023).

Por otro lado, las sanciones que el liderazgo de la CEDEAO ha aplicado a los gobiernos castrenses también ha tenido un efecto negativo en los países de África Occidental en lo económico y político (La CEDEAO, Nigeria y las sanciones golpistas en Níger, 2023).

Las sanciones de la CEDEAO si bien enviaron una fuerte señal de desaprobación con respecto a los golpes de estado y han creado presión externa sobre los generales de Níger, también han resultado contraproducentes en aspectos relevantes tanto para Niamey como para Abuja, la mayor economía de la subregión. En tal sentido debe esperarse un efecto derrame hacia otras naciones del Occidente de África (La CEDEAO, Nigeria y las sanciones golpistas en Níger, 2023).

Las prohibiciones si bien han creado graves dificultades en Níger también han tenido efectos boomerang adversos en Nigeria donde: paralizaron una vibrante economía transfronteriza que se extiende a lo largo de la extensa frontera entre Nigeria y Níger, alteraron los medios de vida, exacerbaron los desafíos humanitarios y pusieron en peligro grandes proyectos ferroviarios y de gas que podrían impulsar el comercio regional (La CEDEAO, Nigeria y las sanciones golpistas en Níger, 2023).

En el frente político, las sanciones amenazan con dañar la cooperación bilateral en una serie de cuestiones importantes, en particular la seguridad (La CEDEAO, Nigeria y las sanciones golpistas en Níger, 2023).

Los golpes de Estados ademásdividieron tanto el consenso nacional como subregional entre quienes apoyan y rechazan la llegada al poder de los militares.

Además, la ola golpista comenzó amenazar con impactar en otros países del continente por el llamado efecto contagio y la popularidad de los militares con la llegada al poder.

Como es natural, los golpes de Estado suscitan incertidumbres entre los gobiernos y sus poblaciones por lo imprevisible de la orientación futura que pudieran tomar los líderes militares.

Pero la crisis también eleva los niveles de inseguridad por el riesgo que actores internos y externos usen un escenario de alta conflictividad, caracterizada por la inestabilidad económica, política, social y medio ambiental decidieran entrar en juego en busca de imponer su influencia en la subregión.

La realidad es que las partes en conflicto conviven en interdependencia e interconexión al compartir espacio territorial, poblacional, económico y cultural a pesar de la diversidad.

Esa interrelación hace que los países que conforman el África Occidental e incluso más allá de las fronteras de la subregión estén expuestos a los impactos de las amenazas a la seguridad. Entre otras razones por las largas extensiones fronterizas y con grandes niveles de porosidad entre muchas de ellas.

Lo más probables es que la crisis dentro de la CEDEAO sea aprovechada por los integristas islámicos, individuos dedicados a la piratería, el comercio ilícito de armas y estupefacientes para aumentar su actividad. Todo ello con la consiguiente ola dedesplazados y refugiados.

De modo que para África Occidental es posible hablar de correlación entre seguridad nacional, subregional y regional, entendida esta última, como continental.

De modo que lo que amenace a una o varias naciones es una amenaza para el bloque por lo que sus mecanismos de coordinación deben respondercon el mismo nivel, tanto desde una visión de seguridad desde lo subregional como lo nacional.

Pero la interconexión además de apuntar amenazas, también pudiera favorecerlas oportunidades que brinda el pertenecer a la región con expectativas de crecimiento económico en momentos en que el continente se revaloriza por su importancia geoestratégica y geopolítica para actores internacionales y regionales

Los Estados Unidos, China, Rusia, Turquía, países del Golfo Árabe entre otros buscan ganar influencia en África y para ello se han comprometido en elevar los flujos de capitales para desarrollar la inversión, cooperación y comercio.

De modo que en la correlación entre amenazas y oportunidades lo más sensato para el liderazgo africano es buscar modalidades de negociación que pongan fin al conflicto. Esto explica las razones de la CEDEAO por levantar sanciones a los gobiernos golpistas.

De modo que el pragmatismo de los líderes africanos sustentado en la diplomacia económica debe estimular la búsqueda de soluciones negociadas a la actual crisis en África Occidental, con el marcado objetivo de favorecer un clima de estabilidad económica, política y social en la región que le permita al continente aprovechar las potenciales oportunidades en sus relaciones internacionales.

En tal sentido la modalidad negociadora debe imponerse porque tanto la CEDEAO como los líderes militares, aunque rivalizan se necesitan para existir: el primero como mecanismo de integración subregional después de 49 años de fundada y, los segundos para cumplir la hoja de ruta lo más estable posible como gobierno de transición. Para ambos la modalidad negociadora pudiera brindar una posibilidad para el crecimiento económico.

La negociación parece ser la modalidad escogida por la CEDEAO. Así fue demostrado en el Comunicado final —Cumbre extraordinaria de la Autoridad de jefes de Estado y de Gobierno de la CEDEAO— sobre la situación política, de paz y de seguridad en la región (Abuja, 24 de febrero de 2024) donde el mecanismo de integración subregional en cada uno de sus acápites hace un llamado a los gobiernos de Mali, Burkina Faso y Níger para retomar el diálogo y la negociación.

Pragmatismo y tradición impulsan la negociación

Lo cierto es que la decisión de la CEDEAO de eliminar sanciones a los países lidereado por militares es reflejo de pragmatismo y realismo político, entendido como el interés de preservar el mecanismo de integración por encima de cualquier consideración de índole político o ideológico.

“Debemos revisar nuestro enfoque sobre el restablecimiento del orden constitucional en cuatro de nuestros países miembros”, declaró Bola Ahmed Tinubu, presidente de Nigeria y pro- tempore de la CEDEAO en su introducción a la cumbre extraordinaria.

Las afirmaciones del presidente de Nigeria, a favor del diálogo contrasta con los llamados anteriores para una intervención militar en Níger para restituir al depuesto presidente Bazoum.

Es posible que esa misma visión pragmática de rectificar la propuesta de intervención militar por negociaciones de paz pudiera conducir al liderazgo africano para evaluar que para evitar crisis en el orden constitucional será necesario avanzar en el cumplimiento de los principios fundacionales del mecanismo de integración económica subregional y de frenar las aspiraciones desmesuradas de gobernantes del continente.

Por otro lado, el liderazgo de la CEDEAO pudiera parecerasumir que en la subregión existe tanto tradición de golpes militares como soluciones mediante la negociación.

Por último y no menos importante el liderazgo africano pudiera tener muy en cuenta que en la actual coyuntura internacional la tendencia al fortalecimiento de los mecanismos de integración subregional sigue siendo preferencia de buena parte de la comunidad internacional, de ahí la necesidad de buscar mediante la negociación preservar la integración subregional que además es el más antiguo en la región.

La negociación como conflicto

Desde el inicio de la crisis las partes han manifestado la voluntad de negociar para llegar acuerdos que permitan resolver las diferencias. Esto es otra de las razones que deben impulsar alliderazgo de la (CEDEAO) y los militares en Mali, Burkina Faso, Níger y Guinea Conakry a negociar.

Claro está, que lasnegociacionesno estaránexentas de conflictos por ser una forma de competencia y por la existencia de intereses opuestos, diferentes realidades, necesidades, y personalidades en interacción.

El liderazgo de la CEDEAO buscará a toda costa que los militares regresen de inmediato a los cuarteles, sin embargo, estos intentarán por todas las vías extender al máximo y bajo disimiles argumentos el período transicional como lo han establecido desde el mismo inicio de su arribo al poder.

Lo que no parece razonable es que las partes se permitan sobre las bases de intereses políticos, económicos, ideológicos o personales continuar incrementando el sufrimiento de las poblaciones sobre todo de aquellas de las más impactadas por los niveles de pobrezas.

Por un lado, los militares golpistas estarán obligados a llegar acuerdos como la CEDEAO y estará comprometida a revisar sus mecanismos y principios fundacionales para una mayor equidad, interdependencia, solidaridad, cooperación, no agresión, paz regional, promoción de los derechos humanos y la justicia económica y social.

Lo que sí parece una realidad es que durante el año 2024 la subregión de África Occidental será escenario de conflictos y negociación entre los líderes de la CEDEAO y los militares de Mali, Burkina Faso, Guinea Conakry y Níger.

Lo que sí parece seguro es que la negociación será una constante en la agenda de los líderes de la CEDEAO para evitar el colapso del mecanismo de integración que ha perdurado en el tiempo y parecía ser de avanzada en la región.


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