Asia a la cabeza de la economía mundial en 2022
Recientes informes de la Organización de Naciones Unidas alertan sobre una paralización en la economía global en 2022. De acuerdo con la ONU, la recuperación económica mundial enfrenta factores adversos de peso con las nuevas olas de contagios de covid-19, los persistentes desafíos del mercado laboral y de la cadena de suministro, y las crecientes presiones inflacionarias.
Aun fuertemente impactada por la pandemia, Asia continuará siendo la locomotora de la economía mundial y la única región con proyecciones de crecimiento superior al 5% en 2022.
Sobre el tema comenta a Cubadebate el Dr. Ruvislei González Saez, jefe del Equipo de Asia y Oceanía del Centro de Investigaciones de la Política Internacional (CIPI).
¿Cuáles son las perspectivas económicas de Asia en 2022 y qué oportunidades surgen para América Latina y el Caribe?
–El impacto de la covid-19 y la crisis económica agravada por la pandemia ha derivado en un complejo escenario económico internacional. Grandes institutos e instituciones financieras vaticinaban crecimientos relevantes para 2022, pero en el actual contexto de incertidumbre será difícil determinar cuándo concluirá esta compleja situación. Vale destacar entonces que, pese a todos los impactos socioeconómicos que ha sufrido la región, Asia sigue siendo la locomotora de la economía mundial y la única región con proyecciones de crecimiento superior al 5% en 2022.
“Se debe tener en cuenta la interrelación existente entre las economías asiáticas, lo que refuerza el fenómeno de la regionalización. Muestra de ello son las recientes solicitudes, entre ellas de China, para incorporarse al Acuerdo Amplio y Progresivo de Asociación Transpacífico (CPTPP) y la puesta en vigor del mayor acuerdo de libre comercio entre 15 naciones de la región, la Asociación Económica Regional Integral (RCEP).
“China, a pesar de la ralentización, seguirá a la cabeza de la economía mundial y, además, continuará impulsando la iniciativa más grande de cooperación estimulada por un Estado en el siglo XXI, la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda (BRI), con la participación de 145 naciones al cierre de 2021.
“Por supuesto, la región ya se enfoca en analizar cómo convivir con la pandemia, y esa proyección poscovid-19 que ya plantean tiene como premisa un mayor relacionamiento, pero sobre la base de la economía digital, mediante el impulso de la Cuarta Revolución Industrial.
“Asia está determinada a enfocarse en dos temas fundamentales: el sanitario y el digital. Ello abre nuevos espacios de cooperación con América Latina y el Caribe, los cuales han llamado la atención de varios Gobiernos de la región. Hay que resaltar que ya la Franja y la Ruta cuenta con la participación de 19 países de latinoamericanos y caribeños, y pudiera preverse en 2022 la incorporación de Argentina. El presidente argentino ha anunciado una visita a China para el primer trimestre del año. También el presidente de Ecuador viajará próximamente al gigante asiático.
A pesar de la retórica de confrontación de EE.UU. por una competencia estratégica con China y los intentos de generar dos bandos, algunos países de América Latina y el Caribe, aunque políticamente sean cercanos a EE.UU., tienen compromisos económicos, financieros y de cooperación sanitaria mayores con China.
Otras naciones latinoamericanas y caribeñas también evalúan oportunidades de cooperación con países como Japón, la República de Corea, India e, incluso, países más pequeños del sudeste asiático, como Vietnam.
¿Cómo se ha preparado la región para enfrentar la covid-19? ¿Cuál ha sido el papel de mecanismos de integración como la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) en el enfrentamiento a la pandemia?
–Ciertamente, lo más relevante en Asia ha sido la actuación integrada o coordinada para enfrentar la pandemia, lo cual considero ha dejado lecciones para nuestra región.
“La Asean ha devenido el mecanismo en torno al cual gira la integración asiática. Su centralidad ha sido vital en el desarrollo de mecanismos para enfrentar en conjunto la pandemia mediante fondos regionales, como es el caso del mecanismo de Asean+3, que involucra a las 10 naciones miembros del bloque del sudeste asiático más China, Japón y República de Corea.
“Los países de la región, de manera integrada, se han propuesto reactivar la economía de la zona mediante tres formas específicas: la implementación de la Iniciativa Chiang Mai Multilateralizada (acuerdo multilateral swap de divisas), la apertura comercial con la conclusión de la Asociación Económica Regional (RCEP) y el despliegue de la economía digital. La integración del sudeste asiático con China, Corea del Sur y Japón mediante Asean+3 ha permitido fortalecer el programa de liquidez de emergencia para mejorar el enfrentamiento a las crisis.
“Es importante destacar también que, si bien esta región y los diversos mecanismos han impulsado especialmente procesos de respuesta inmediata, el impacto de la covid-19 ha dañado años de creación de reservas para impulsar grandes proyectos de conectividad e infraestructuras, y reduce las reservas internacionales de los países miembros”.
¿Qué impacto tiene y cuál puede llegar tener la estrategia china de la Franja y la Ruta de la Seda en Asia?
–La Iniciativa de la Franja y la Ruta se ha erigido como el proyecto de cooperación más integral desarrollado en los últimos años, con un elevado nivel de integración no solo con países que han deseado unirse, sino que se conecta con mecanismos de integración y sus diversos planes.
“Por ejemplo, la Asean, en su estrategia de Plan Conectividad 2025, se une con la Franja y la Ruta a partir de una mayor conexión en infraestructura, lo que incide directamente sobre el crecimiento económico de la región. A ello deben unirse estrategias surgidas en el marco de la actual situación de la pandemia, como el impulso de la Ruta de la Seda Sanitaria y la Ruta de la Seda Digital.
“El impacto de la Franja y la Ruta en Asia puede medirse en el crecimiento de infraestructura, en el crecimiento económico, en la contribución al desarrollo socioeconómico de la región. No se puede dejar de mencionar la conectividad ferroviaria entre China y Asia central y el sudeste asiático.
“Para América Latina y el Caribe, el avance de la Franja y la Ruta en esta parte del mundo puede contribuir al desarrollo de infraestructuras de conectividad de las que hoy carecen tanto Sudamérica como Centroamérica, especialmente la ferroviaria. Se potencia el desarrollo de puertos, pero también hay que resaltar la atención que está otorgando China a la Ruta de la Seda verde.
“Si bien algunos actores occidentales, dígase ciertos Gobiernos, partidos de derecha o incluso grupos sociales, manifiestan un enfoque comunicacional contra Pekín con una arista contaminante, lo cierto es que hoy China está impulsando el crecimiento verde en la región.
“En el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, Chile desarrolla un gigantesco parque de energía eólica y promueve proyectos de energía de biomasa, proyectos solares.
“Hay una modificación en los patrones de inversión en la región desde 2016 hacia acá en el que ya no es inversión solo en sectores extractivistas, sino que se ha pasado a invertir en telecomunicaciones y el sector automotriz con energías limpias, por citar algunos ejemplos”.
¿Cómo valora la estrategia de EE.UU. de contención de China en el Indopacífico?
–La estrategia en el Indopacífico de contención de China es el intento de generar divisiones a lo interno de Asia y revivir una segunda Guerra Fría, en la que los Estados deban elegir bando. En ese sentido, algunos se han sumado abiertamente, como el caso de Australia. Esto pudiera expresarse en una versión simplista, pero, en rigor, es importante tener en cuenta que el Indopacífico es un concepto geopolítico.
“Particularmente, esta parte del mundo es escenario de cambios estratégicos profundos. El Indopacífico se ha convertido en el nuevo centro de gravedad global, que concentra el 60% del producto interno bruto (PIB) mundial y 4 500 millones de habitantes. Por tanto, la concepción y la mentalidad hegemónica estadounidense le infieren desarrollar una política centrada en esta parte del planeta, en la que por supuesto confronta un poder ascendente, ideológicamente contrario, pero que ofrece al mundo una nueva forma de relacionamiento, más de cooperación y menos de confrontación que la estadounidense.
“En ese sentido, China, con su ascenso como gran nación, amenaza la hegemonía de Estados Unidos, que ya está en relativo declive y debe tomar acciones concretas para evitar el ascenso de su competidor”.
¿Cuáles son hoy los principales retos que enfrenta Asia-Pacífico? ¿Qué implican para el resto del mundo?
–El mayor reto que tiene en estos momentos la región de Asia-Pacífico es la presencia estadounidense. En la misma medida en que se eleve esa presencia a partir de la competencia estratégica con China, se genera mayor confrontación, conflictos, inseguridad y desavenencias. Hoy, la región de Asia-Pacífico es la más dinámica económicamente y la que más contribuye a la economía mundial. Por tanto, de su estabilidad depende el mejoramiento de la situación económica global.
“Por supuesto, la covid-19 es un gran reto que se suma a los conflictos internos de la región y a ciertas tendencias nacionalistas.
«En la medida en que Asia-Pacífico logre contener la covid-19 y evitar mayores conflictos, el mundo no solo tendrá mayor estabilidad, sino mayor dinamismo”.
Entrevista a Ruvislei González Sáez para Cubadebate. Disponible en: http://www.cubadebate.cu/especiales/2022/01/25/asia-a-la-cabeza-de-la-economia-mundial-en-2022/
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