Audiencias, opinión pública y el fracaso de algunos medios de comunicación digitales
Foto: Archivo Cubadebate
La trasmisión de noticas falsas o fake news no es responsabilidad exclusiva de los emisores. En los países subdesarrollados se produce un fenómeno caracterizado por una seudo cultura informativa en la que personas sin el debido conocimiento intelectual ejercen funciones de suplantación periodística, obviando las herramientas y el sistema de conocimientos requeridos para ejercer esa profesión que con mayor o menor rigor se respeta en el llamado periodismo tradicional.
En esa seudo cultura se ejerce un sub periodismo con errores gramaticales, ideas banales, entre otras cuestiones como es el aprovechamiento de determinados espacios informativos por personas que se creen que conocen de todo y aunque parezca paradójico van ganando adeptos día a día; esto último causa un daño incalculable que sufren fundamentalmente las nuevas generaciones.
A diferencia del periodismo tradicional, no circula en buena parte de los medios sociales una directiva informativa por cuanto los emisores son con facilidad también receptores y protagonistas, tampoco fluye una planificación mediática equilibrada que contribuya al desarrollo de la cultura social. Y en ocasiones, la planificación errada de los propios emporios mediáticos digitales hace que estos fracasen, a pesar de múltiples esfuerzos, entre otros de marketing, por diseñadores y personal técnico.
Audiencia social y mediaciones
Desde el surgimiento de la imprenta, y más aún con el desarrollo de los medios de comunicación digitales se renuevan dos tipos de discursos, uno que condena los efectos negativos que la comunicación digital provoca en las audiencias, y otro que exalta el aspecto positivo de los medios digitales en cuanto al alcance y lo que ello representa para el desarrollo educativo y cultural de la humanidad.
Mas allá de los efectos del bien y del mal los medios ejercen una influencia variada en sus audiencias que atañe a distintos niveles: afectivos, racionales, axiológicos, psicomotrices, informativos, actitudinales. A la vez los medios influyen en diferentes ámbitos: el de la realidad, de la fantasía, el placer, la responsabilidad, el hacer y pensar.
Los medios digitales incorporan en muchas de sus noticias un sistema de comentarios que permite a los usuarios expresar su opinión. Desde el punto de vista de la ciencia de la comunicación, esa herramienta permite abordar el estudio de los procesos comunicativos desde una nueva perspectiva, ya que la opinión de la audiencia se encuentra disponible para su estudio en el sistema de comentarios de la noticia.
Las tecnologías de la información y las comunicaciones han modificado el modelo de comunicación de los medios tradicionales puesto que, con el desarrollo de los medios digitales cohabitan en un mismo espacio las noticias con los comentarios de los usuarios, lo que obliga o incita a los especialistas en el ámbito comunicativo a encontrar la interacción entre medios, contenidos y audiencias.
La influencia de la familia, la costumbre que tenga un individuo acerca de su mejor forma para pasar el tiempo libre, el medio estudiantil o laboral en que ese individuo desarrolla su actividad cotidiana, unido a los diferentes contextos en que desempeña el resto de sus actividades, incide en el nivel y hasta en la calidad de su consumo mediático.
Asimismo, la pobreza, inseguridad y otros factores relacionados con un bajo nivel en los estándares de vida individual y colectiva posibilitan que se modifiquen, en ocasiones abruptamente, las condiciones del consumo mediático, causando en los sujetos una influencia comunicacional que, sin dejar de atraerlos hacia el flujo de la información situacional cotidiana, hace que la mayoría de ellos se refugien en el denominado mono consumo comunicacional.
Entonces, una de las formas más comunes en que se desarrolla ese mono consumo radica en que al sentirse esa persona abrumada pierde su interés por lo que los medios comunicacionales brindan como primicia informativa y entonces se esconde en los dramas de ficción, aventuras, reality shows u otras formas de manifestación comunicativas, con el objetivo de aislarse de la realidad que la circunda.
En las citadas condiciones los individuos tienden bajo una condición psicológica a formarse opiniones individuales que se van transformando o enraizando en la medida en que interactúan con sus coterráneos, estableciéndose una opinión colectiva en la que entran en juego factores tan importantes como el clima de opinión con potencial para condicionar las opiniones que se expresan en público. La relación vinculante entre opinión y clima de opinión es la misma que se da en semiótica entre texto y contexto.
Todo eso evidencia la importancia de las audiencias sociales en los medios de comunicación y es por ello que a pesar de los ratings de audiencia social que se publican, cada medio de comunicación debe tener la capacidad de monitorizar y analizar todos estos factores a través de su propia plataforma de video online, en la que están las claves para potenciar las estrategias de marketing, conseguir más espectadores, dirigir los contenidos y medir el éxito final de los nuevos productos audiovisuales.
Desde una perspectiva simplemente humana las audiencias son “todos” con sus virtudes y defectos, seres sociales deseosos de consumir lo que ofrecen los medios independientemente de sus capacidades de resistencia a determinada información o segmento comunicacional especifico.
Nuestras visiones, ambiciones y necesidad de reconocimiento se expresan en esos medios y psicológicamente cada individuo va a buscar esas condiciones en el componente comunicativo que se expresa, mayoritariamente en los últimos años a través de los medios digitales.
Aunque se trate de tomar distancia de los medios sociales y de sus mensajes, aflora en el orden psicológico las ansias de lo que consideramos espectacular, de lo que cada ser social considera novedoso, insólito, emocionante, estremecedor y divertido, y así una serie de episodios y reconfiguraciones éticas y estéticas desde el ámbito comunicativo que permiten que los individuos se aíslen, en los momentos requeridos por ellos mismos, de la rutina individual y en ocasiones hasta de la existencia colectiva.
Las audiencias son también sujetos culturales capaces de significar su producción material y simbólica; de reproducir sin cuestionar las significaciones ofrecidas en los medios. En tanto sujetos las audiencias son activas y a veces hiperactivas, capaces de construir a partir de su vinculación con los medios, pero también de dispersarse y perderse en lo banal, a partir de lo propiciado por los propios medios.
Las audiencias se van conformando de diferentes maneras, activas, pasivas, acríticas, simplemente espectadoras. Además, no siempre se es audiencia de la misma manera. La interacción que las audiencias entablan con los medios de comunicación varía no sólo de medio a medio sino de acuerdo con los distintos géneros programáticos, y las diferentes prácticas y hábitos socio culturales (Álvarez, 2012).
En resumen, las audiencias se constituyen fundamentalmente a través de sus procesos de recepción-interacción con los diversos medios y como resultado de las mediaciones que intervienen.
Constituyen mediaciones de los procesos comunicativos el lugar desde donde se otorga el sentido a la comunicación, o sea, desde el trabajo, la política, la producción cultural, la etnia, género, las identidades de la audiencia, las instituciones sociales a las que se pertenecen. Los movimientos y organizaciones ciudadanas son también mediaciones que van conformando el resultado de sus interacciones con los medios.
Pero además en un espectro más amplio de análisis son también mediaciones los propios medios de comunicación a partir de sus características intrínsecas; determinaciones políticas y económicas, sus lógicas de producción y transmisión, sus lealtades y estilos comunicativos pueden constituir también una mediación. Así como las audiencias, siempre y cuando no perdamos de vista ubicarlas para este análisis en particular en tanto miembros de una cultura y de varias comunidades de interpretación.
El mayor reto que se presenta ante quien desee generar información colectiva es fomentar el conocimiento, con y desde las propias audiencias, que permita retroalimentar sus procesos particulares de recepción, apropiación y uso de los medios.
En 1938, cuando la famosa emisión radiofónica que anunció el fin del mundo, basada en la novela de Herbert George Wells, La Guerra de los Mundos, el presentador no omitió ni al principio ni al final de su transmisión que se trataba de un cuento de ficción, sin embargo, fueron muchos los oyentes que entraron en pánico como si el fin del mundo fuera a suceder de verdad.
Quedaron así demostradas dos cosas: la primera, que los medios de comunicación tienen gran poder de convencimiento, la segunda, que la ciudadanía no suele filtrar la información.
Nos hemos acostumbrados al ritmo frenético de la cultura de la inmediatez. Lo queremos todo para ya. Eso nos lleva a menudo a no filtrar lo que recibimos. No hemos analizado una información y la estamos compartiendo, en ocasiones apresuradamente.
Las fake news no siempre son culpa absoluta de quien produjo la falsedad sino del auditorio que no la contrasta, no la analiza, o sea, quienes reciben esa información se quedan con frases, pero esas frases están parcializadas en el subconsciente porque a tono con lo veloz de la realidad social, muchas veces no se escucha completo un podcast o no se interioriza un artículo simplemente porque tampoco se leyó en toda su extensión.
En el ejemplo citado de la novela de Wells, cundió el pánico a pesar de la advertencia inicial y final del presentador. De hecho, se produjo un rompimiento de lo que se conoce como lenguaje radial, lo que se dice al principio se reitera al final para que quede en la memoria.
Aunque en defensa del auditorio debemos aclarar que se puede analizar la importancia de lo que se dice, pero es también vital la forma de cómo se dice, y eso puede haber influido en el pánico del ejemplo de Wells, pues el enfoque, el énfasis, la inflexión de la voz, el uso de los agudos y graves en la colocación de la voz por el conductor, entre otras características, son esenciales en la percepción de quien recibe una noticia, en este caso radial.
La digitalización no ha ayudado a combatir las fake news puesto que en las redes son muchas las personas que se atreven a ser periodistas, por lo tanto, la capacidad analítica y el ejercicio de contraste de la información lo debe hacer cada cual; la educación, cultura y realidad de cada individuo desempeña un papel primordial en el filtraje de la información.
Acorde con lo sucedido de la extrema parcialidad de los medios de comunicación masiva a nivel internacional, y de la poca política informativa en muchos de los medios sociales que circulan, la responsabilidad recae por tanto en el receptor de la información, debe ser el receptor quien elija su entorno, qué escuchar, ver, y compartir sobre la base de la información que considere válida. A esto súmesele que con la saturación informativa actual a nivel internacional el ejercicio de contraste de la información debiera ser mucho mayor.
Opinión pública
La opinión pública es un proceso orgánico, un sistema en el que las opiniones individuales se forman y pueden llegar a cambiar. Esas opiniones surgen y se movilizan en una fuerza expresiva de juicios colectivos y esa fuerza se integra en el sistema rector de las audiencias, puesto que se produce una interrelación entre esas audiencias, sus ambientes y el contexto en el que los individuos desarrollan su actividad (González, 2018).
Las opiniones individuales son el resultado de juicios reflexivos en el que las personas sopesan los pros y los contras de las ideas opuestas. El proceso de cambio de opinión comprende los efectos de las influencias situacionales en los individuos, junto con las interacciones entre los valores, creencias y estados afectivos individuales asociados con ellos; las opiniones recién formadas pueden retroalimentar y modificar las creencias, valores y sentimientos.
Los individuos piensan, sienten y actúan acorde con el mundo que perciben y no sólo como reacción a estímulos externos objetivamente definibles. En ello se fortalece la correlación existente entre opinión y contextos situacionales y demográficos, como la diferencia de edad y el nivel de formación alcanzado por quien opina.
En ocasiones los individuos son renuentes a expresar sus opiniones de forma verbal, y sin embargo hacen uso de las diferentes plataformas sociales para asentir o disentir, expresando sus propios argumentos con lo cual esos individuos entran en su burbuja.
Si bien son ellos mismos, la forma de expresarse a través de los medios sociales presupone un cambio de actitud por cuando en el orden grupal apenas saludan, no tienden a expresarse, son introvertidos, pero al acceder al dispositivo digital la manera de expresarse hace que se “abran” y entonces no sólo opinan, sino que replican opiniones sin la debida comprobación, sin pensar; una de las formas en que se difunden las fake news.
Muchas veces esos individuos son minoría en un colectivo, pero suelen reproducirse entre las minorías de otros colectivos. Se produce el desempeño de las minorías en el orden psicológico, y el reconocimiento no sólo del “nosotros” sino de los “otros” contribuyendo así al proceso de percepción social.
A pesar de los esfuerzos que puedan generar los operarios de los grandes medios de comunicación con el objetivo de lograr la mayor uniformidad posible en la aceptación de las ideas expresadas en noticias y otros segmentos, en los gustos y el comportamiento, los individuos y los grupos no sólo son capaces de oponer resistencia sino que pueden llegar a crear nuevas formas de ver el mundo, de vivir y de formar nuevas ideas para las que, consciente o inconscientemente, tratan que otras personas las acepten, con lo cual reforzamos la importancia de combatir a tiempo la seudo cultura, y el ya nombrado sub periodismo.
A tono con lo anterior nos adentramos en lo planteado al inicio de este articulo en cuanto a las dos corrientes, la criticista y no en cuanto al papel que desempeñan los medios sociales. Se hace imprescindible establecer un Nuevo Orden Mundial en el ámbito de la comunicación, agregamos, fundamentalmente en la digital con el objetivo de fomentar los valores necesarios para que lo que se trasmita a través de esos medios sea el conocimiento más valioso. Es un reto importante que en ocasiones nos coloca en un camino hacia lo ignoto, precisamente por la falta de precisión en el cómo asumirlo.
No es un secreto que con el empleo de los medios sociales digitales se refuerza la intersubjetividad, por cuanto estos legitiman la diversidad al interior de los grupos dejando entrever las potencialidades de sus diferentes segmentos en el plano subjetivo.
Se producen en los medios sociales un proceso que la psicología social reconoce como la influencia de la minoría sobre la mayoría; la minoría puede imponerse en dependencia de la consistencia de sus estilos de comportamiento que se expresa en la coherencia interna del grupo minoritario, en la repetición de su conducta, en su firmeza, autonomía y confianza en sí mismo, lo que de materializarse de forma sostenida en el tiempo puede llegar a provocar un cambio social que es el que se logra cuando la minoría no sólo influyó sino primó sobre la mayoría.
De producirse lo anterior entonces la seudo cultura y el sub periodismo en los medios de comunicación digitales prevalece sobre quienes se oponen, aquellos deseosos de que fluya en los medios sociales el conocimiento más excelso.
Breve análisis de lo acontecido con el consorcio Vice Media y con BuzzFeed News
Vice Media es una marca de medios de comunicación fundada en 1994 en Canadá; en 1999 trasladó sus oficinas centrales a New York. La audiencia a la que ha dirigido sus mensajes ha sido el sector juvenil. Comprende Vice News, Motherboard, Refinery29, Pulse Films, Vice TV y la agencia publicitaria Virtue, entre otros medios.
Cuenta con más de treinta oficinas en el mundo y genera contenido gratuito en veinte y cinco idiomas. En 2017, Vice Media llegó a estar valorado en 5 mil 700 millones de dólares (unos 5 mil 245 millones de euros) (Darcy, 2023).
Poco a poco fue introduciéndose en un periodismo noticioso, cultural, político, tecnológico, musical, así como de modas y estilos de vida. Los ingresos aumentaron vertiginosamente. Con el paso de los años se mantuvo la misma audiencia, pero el estilo y las formas comunicativas comenzaron a cambiar hacia maneras cada vez más sensacionalistas, sin corroboración de las informaciones, amarillistas en grado sumo.
En más de una ocasión se erigieron en artífices del necesario nuevo periodismo digital, a la par que informaciones cada vez mas banales circulaban por sus diferentes plataformas. Contrario al fenómeno de enajenación que se puede dar a nivel de individualidades y colectivos sociales, en el caso del análisis de contenido de un poderoso consorcio internacional, la situación de irrespeto a lo que podemos catalogar como informaciones capacitadas, trajo consecuencias negativas.
Sus directivos confiaron ciegamente en las redes sociales, desatendieron a su audiencia, no prestaron atención a los comentarios expresados por esa audiencia y entonces su masa de fieles seguidores dejó de sentirse representada.
Unido lo anterior a una ineficiente política publicitaria, Vice Media quebró en mayo del 2023 quedando a merced de sus acreedores, no sin antes haber cesado en el 2022 la trasmisión de su noticiero estelar. Atrás quedaron un Pulitzer ganado en el 2020, así como dos premios Emmy.
BuzzFeed News fue considerado en el momento de su creación un medio cumplidor de la misión periodística de informar con calidad; en abril del 2023 anunció la reducción del quince por ciento de su fuerza laboral y posteriormente el cierre definitivo. Ganador también de importantes premios, dejó de funcionar, y perdió su audiencia y sus anunciantes, vertiginosamente (Jiménez, 2023).
Conclusiones
Sea cierto o no de que los medios digitales viven un momento de transformación liderado por la inteligencia artificial generativa que promete cambiar el mundo editorial y digital, lo sucedido con estos dos grandes emporios se debió, fundamentalmente, a la falta de atención hacia una política informativa y una dejadez absoluta hacia la necesidad de sus audiencias; no consideraron la opinión pública y dejaron de analizar los comentarios publicados en sus diferentes plataformas.
De ahí la importancia, sin pretender ser absolutos, que debemos otorgar a la necesaria observancia sobre los medios digitales, fomentar sobre todo desde los países en vías de desarrollo el Nuevo Orden Mundial comunicativo, con el principal objetivo de educar y transformar la realidad circundante mediante mensajes instructivos, esclarecedores. Fomentar el respeto hacia la denominada Ley del Mensaje, la responsabilidad entre emisores y receptores y la limpieza informativa de lo que circula a través de los diferentes canales comunicativos, entre otros muchos retos que se presentan frente a consorcios mediáticos que se alejan de lo elemental.
Referencias bibliográficas
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Jiménez, Miguel. El grupo de medios de comunicación Vice se declara en bancarrota. 15.5.23. En www.elpais-com.cdn.ampproject.org Recuperado el 5.8.23.
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