Cuba en el contexto internacional actual. Tesis para un debate con visión geopolítica
La crisis mundial actual, que golpea a todas las economías sin importar su tamaño, caracterizada por su multidimensionalidad, se ha agravado y complejizado exponencialmente a consecuencia de la COVID-19, el prolongado conflicto en Ucrania, y el genocidio israelí en la Franja de Gaza que ya cobra más de 40 000 vidas.
Cuba no está exenta de esta situación, a lo que se añade el recrudecimiento constante del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos, que está aislado en su política de máxima presión contra Cuba, a escala doméstica e internacionalmente, como demuestran los actos de solidaridad con nuestro país, las protestas en contra del bloqueo en disímiles latitudes geográficas y las Resoluciones adoptadas en la ONU.
Esta política de Estados Unidos contra Cuba constituye el principal obstáculo para el desarrollo del país y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ONU (ODS 2030). Se trata de una política rechazada abrumadoramente por la Asamblea General de la ONU (AGNU) desde 1992 y que constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los Derechos Humanos, por tanto califica como genocida.
Por su cercanía geográfica, la existencia de importantes recursos naturales y la singular posición geográfica de la Isla con relación al tráfico marítimo a través del Golfo de México, Cuba no ha estado de estar en la agenda de los Estados Unidos, desde el Siglo XIX y más después del triunfo de la Revolución cubana en 1959.
Se trata de un asunto de Estado, sin que sean obviadas las coyunturas electorales y los cabildeos de los grupos de presión y de poder en el Congreso de los Estados Unidos, y de los errores o aciertos de política del Gobierno y Estado cubanos a lo largo de más de 60 años de Revolución, que propician o favorecen la aplicación de políticas de bloqueo y subversión desde los Estados Unidos.
A consecuencia de esta situación, que se añade al complejo escenario internacional, la economía cubana se desenvuelve en condiciones atípicas, con restricciones para el comercio, las inversiones, las finanzas internacionales, la adquisición de cualquier insumo productivo, alimentos y medicinas.
En el trabajo original, más extenso[1], se analizan los principales retos que enfrenta Cuba en la compleja coyuntura internacional actual, sus causales básicas tanto externas, como internas y se menciona, brevemente, el lugar y papel de Cuba en el sistema de Relaciones Internacionales, básicamente su presencia en organismos internacionales, así como los principales hitos en su ejecutoria en materia de cooperación Sur-Sur, entre otras variables a tratar.
En este caso, por diversas rezones, el propósito fundamental del trabajo consiste solamente en analizar las potencialidades de que dispone Cuba, a partir de las cuales se pueden generar los recursos necesarios y crear oportunidades para vencer los retos que contempla el proceso de construcción del socialismo en condiciones adversas, a 90 millas de los Estados Unidos, y para salir de la situación actual, de modo que se contribuya a corregir las distorsiones y reimpulsar la economía, las cuales habría que trabajar por materializar, con enfoque geopolítico y presentando algunas ideas para el debate.
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A pesar de todas las adversidades y los obstáculos para el desarrollo, Cuba dispone de un importante grupo de potencialidades[2], que son de obligada materialización y están llamadas a proveer los recursos necesarios, que son la base para la adopción e implementación de políticas públicas, con la finalidad de generar oportunidades para dar respuesta a los retos, entre las que se encuentran las siguientes:
La Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM). Esta cuenta con una infraestructura muy completa, que incluye un canal de 17 metros de calado que permite el atraque de barcos pos-panamax, lo que posibilita la desagregación de las cargas provenientes de Europa, Asia o África y su posterior distribución en la región de América Latina y El Caribe (ALC), con un mercado potencial de más de 600 millones de habitantes, inversiones en la industria alimentaria, desarrollo en las Fuentes Renovales de Energía (FRE), infraestructura inmobiliaria y en transporte multimodal (por carretera, tren, barco y avión), donde existen 64 negocios aprobados, de 21 países, con 46 empresas en funcionamiento y que ha generado 16 000 empleos. (Granma, 2023)
La Nueva Ley de Inversiones Extranjeras Directas (IED) (Ley 118/2014)[3], con sus modificaciones continuas y la ampliación sistemática de la Cartera de Negocios en Cuba, promocionada sistemáticamente en los mercados de Europa y Asia, y que considera la IED como algo necesario y vital para el desarrollo y no sólo complementario como estaba recogido en la anterior Ley 77 de 1995.
Los Proyectos de desarrollo local (PDL), que cuentan con Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD), proveniente de instituciones de diferentes áreas geográficas, además de con la financiación proveniente de la retención del 1 % de los impuestos, que se destinan a potenciar el desarrollo local.
La fuerza de trabajo calificada (FTC). Este es uno de los principales activos con que cuenta el país. Se trata de mantener el proceso de capacitación continua, de modernizar las prácticas productivas, de dotar este recurso humano de mejores condiciones de trabajo y, sobre todo y también de reconocer y pagar debidamente no sólo la cantidad y la calidad, sino también la complejidad del mismo, de modo que se evite la migración hacia otros sectores productivos o de servicios o fuera del país, deteniendo el actual proceso de descapitalización.
La Biotecnología y la industria biofarmacéutica. Cuba dispone de un enorme potencial en este campo, comparable con cualquier país del Primer Mundo y que la sitúa en la vanguardia de los países llamados en desarrollo (PED). Ha resultado fruto de la previsión de Fidel Castro desde mediados y fines de la década de los 80´s del pasado Siglo XX, cuando se promueve la creación del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (GIGB), secundado por otros centros de investigación y desarrollo en ese campo.
La posibilidad de la financiación externa, necesaria para cualquier país en desarrollo, sobre todo con escasa o ninguna capacidad de ahorro interno y, además, bloqueado como Cuba por más de 60 años constituye otra de las potencialidades.
Se trata de aprovechar más las oportunidades que ofrece la Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda (BRI, por sus siglas en inglés) en proyectos de infraestructura, financiación para el desarrollo, comunicaciones, FRE, entre otros, así como los beneficios que puedan derivar de la membresía de Cuba en su condición de observador en la Unión Económica Euroasiática (UEEA) en materia de cooperación en energía, turismo, agricultura, industria farmacéutica y biotecnología, ente otros sectores estratégicos.
En el caso del Grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), su Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) dispone de un nivel de capitalización inicial de 100 000 millones de dólares y Cuba ha solicitado su incorporación como miembro pleno.
Además, la Presidencia pro témpore (Ppt) de Cuba en el G-77 y China ha mostrado con su ejecutoria el desempeño exitoso del país en ese importante grupo, algo que habría que potenciar en el rubro de la cooperación Sur-Sur (CSS), donde Cuba tiene mucho que aportar en materia de salud, educación, biotecnología y farmacéutica, entre otros sectores de importancia estratégica, lo que reportaría recursos para el desarrollo.
La búsqueda e incorporación de nuevos socios comerciales, tales como China, Rusia, Viet-Nam, México, Turquiye, entre otros, a lo que contribuyen las giras del Pdte. Miguel Díaz-Canel Bermúdez por Europa, Asia y África, con la firma de Memorandos de entendimiento (MoU, por sus siglas en inglés), en varios países, las cuales, lejos de ser un gasto, constituyen una inversión en la búsqueda de incrementar las relaciones comerciales y de cooperación, a la vez que se atraen las necesarias inversiones, contribuyendo a la desconcentración del comercio exterior.
Los recursos que debe proveer la explotación de estas potencialidades, se pueden destinar a generar oportunidades con la finalidad de vencer los retos existentes.
En primer lugar, el reto del pago de la deuda externa se podría solucionar mediante: la cancelación en efectivo, para lo cual habría que captar ingresos en el exterior; el pago en especie (Bienes y servicios de producción nacional); la venta de bonos de la deuda por el Banco Central de Cuba (BCC); el incremento y la atracción hacia el Mariel y otras regiones del territorio nacional de las necesarias IED; el incremento de las exportaciones, en base a la expansión de la producción nacional de bienes y servicios; el pago con inversiones, mediante descuentos en el Mariel y en sectores priorizados en el PNDES 2030 (ciencia y tecnología, energía, industria, infraestructura, agricultura, entre otros)[4]; el arriendo como pago: de tierras, hoteles, fábricas, centrales azucareros, etc., que el Estado no está en condiciones de poner a producir por diferentes razones; contratos de administración: hoteles, aeropuertos, viales, etc., y mediante la toma de nuevos créditos. Ninguna de esta medidas tiene un enfoque neoliberal.
En cuanto a la inflación, sus causales específicas se concentran en: la insuficiente oferta de bienes y servicios (causa principal), situación que genera una brecha con relación a la demanda real y efectiva; el encarecimiento de las importaciones (inflación importada); la formación arbitraria de precios (tanto por los privados como por el Estado); el alargamiento innecesario de la cadena de intermediarios; la falta del debido control fiscal por parte de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT); el exceso de liquidez monetaria en moneda nacional (CUP), a lo que se añade el factor psicológico (la excesiva codicia de muchas personas por el dinero).
El objetivo del control de la misma se centra, básicamente, en reducir la masa de dinero circulante e incrementar las producciones, a fin equilibrar la oferta de bienes y servicios con la demanda efectiva y así lograr que bajen los precios.
Este reto se puede vencer, si se traja porque las empresas estatales cumplan el plan de producción y ventas, sean rentables y distribuyan adecuadamente las utilidades retenidas; con el mencionado incremento en la oferta de bienes y servicios, ya bien sean de producción nacional o provenientes de otros mercados; con medidas emergentes recaudatorias del exceso de liquidez monetaria; generando incentivos fiscales a las Mipymes, sobre todo a las productoras de bienes, en particular de alimentos y otros productos finales[5]; mediante la modificación dinámica por el Banco de las tasas de cambio entre las diferentes monedas, observando las señales del mercado; con el incremento de las tasas de interés bancario, con la finalidad de estimular la formación de nuevas cuentas de ahorro, y facilitando el otorgamiento de más créditos para la producción a todos los actores económicos, algo totalmente posible sin erogar muchos más recursos.
Para solucionar el reto de la alimentación se podrían aplicar incentivos a los productores agropecuarios, de orden monetario-financiero, material, habitacional, en medios y equipamiento productivo; mediante el pago en tiempo real a los productores con precios ajustados a los niveles de inflación; con la asignación de recursos financieros y materiales para la inversión en el sector; gestionando la elaboración de planes de producción y venta acordes con las reales potencialidades productivas de cada ente productivo; con la adopción de medidas efectivas que propicien el acortamiento de las cadenas de intermediarios; decretando la fijación de un margen de ganancia comercial razonable, y aplicando el control efectivo (no formal) sobre el movimiento de los recursos y los productos.
Mientras que para solucionar el reto que representa la crisis energética, se requeriría en primer lugar, de la recapitalización de las plantas de generación eléctrica y la observancia en el cumplimiento de las normas técnicas (algo en lo que se trabaja continuamente, con resultados tangibles); dando un impulso mayor y más sistemático al cambio de la matriz energética hacia FRE; renovación de los pozos de petróleo e incremento de la extracción de crudo nacional[6]; potenciar el ahorro como importante fuente de todo tipo de recursos; la búsqueda de nuevos socios comerciales (en este campo también se trabaja, con resultados tangibles), y el mejor control efectivo sobre la asignación y uso de los recursos energéticos.
En la compleja situación existente, hay que destacar, que a pesar de la política implementada por los Estados Unidos contra Cuba, la Isla ha logrado el desarrollo de la industria biotecnológica y farmacéutica: CIGB (200 registros sanitarios en 30 países), Centro de Inmunología Molecular (CIM) (preparados de última generación), AICA (medicamentos para la población), Instituto Finlay de Vacunas (IFV), Medicina Natural Tradicional (MNT); se propone implementar cambios en el sector empresarial: nuevas regulaciones (flexibilización del objeto social, pago de utilidades, formas organizacionales, modo de hacer negocios), y destina fondos para el desarrollo agropecuario; y fomenta las exportaciones: biotecnología, tabaco, café, carbón vegetal, servicios de salud, servicios de turismo.
Igualmente, como resultado de proyectos de cooperación con el Gigante asiático, BioCubaFarma ha registrado hasta ahora cuatro productos en China: i. Nimotuzumab; ii. Interferón recombinante humano Alfa 2B para el tratamiento de la hepatitis B y C; iii. Ateromixol, y iv. Aikexian (Bullón, 2023, 20), donde se cuenta con un mercado potencial de más de 1 400 millones de habitantes.
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Finalmente, en aras de solucionar los problemas existentes en base al desarrollo de las potencialidades, resulta vital saber cómo funciona la economía en Cuba en las condiciones atípicas de agresiones y en la compleja coyuntura internacional actual.
A esto se añade, que es conveniente alejarnos del triunfalismo, el voluntarismo y el conformismo y ser objetivos, de modo que se puedan identificar, valorar y solucionar los problemas de la manera más rápida y efectiva posible. Por tanto, resulta obligado intentar y luchar por solucionar los problemas existentes en el orden subjetivo, con creatividad, a sabiendas que vamos a estar por largo tiempo con bloqueo y subversión.[7]
El horizonte temporal de que se dispone es de corto plazo, entonces no podemos pensar que pueda haber tiempo para perder tiempo ni para repetir errores. Esa situación obliga a hacer cosas diferentes y de manera rápida.
Tal como dispone la legislación vigente, las IED son imprescindibles para salir de la situación actual, ergo hay que fomentarla a toda costa siempre preservando la soberanía nacional y alejados de los planes de ajuste estructural (PAE) propuestos por los organismos internacionales y de medidas de choque de corte neoliberal.
A esto se añade la necesidad de la búsqueda y promoción de nuevos socios y de las asociaciones con capital extranjero deben ser una prioridad en el servicio exterior, en la búsqueda de ampliar el comercio, obtener créditos comerciales, y atraer IED, entre otros rubros para la solución de los agudos y acuciantes problemas existentes.
La participación clara y transparente, en defensa de las causas justas y la labor de cooperación con los países del llamado Sur global, han posicionado a Cuba en el sistema de RR.II. como una país solidario, caracterizado por un ejercicio ético de la política, que es acompañado por la abrumadora mayoría de los países en el concierto de naciones, lo cual genera simpatía, solidaridad y apoyo en la lucha en contra de la política de aplicación constante de medidas coercitivas de los Estados Unidos contra nuestro país. Este se constituye en un factor dinamizador de extrema valía a la hora de buscar las soluciones rápidas y efectivas necesarias.
[1] Se trata del trabajo homónimo, presentado al XV Seminario Internacional de RR.II. del ISRI, en Marzo 2024.
[2] Muchas de las cuales aparecen en la más reciente actualización de los lineamientos de política del PCC, presentados en el IV Pleno del Comité Central del PCC (PCC 2021).
[3] Se trata de la Ley 118/2014 (GOC, 2014), que reemplaza a la Ley 77/1995 (GOC, 1995).
[4] Ver PNDES 2030 (PNUD, 2019).
[5] Posterior a la redacción original del trabajo, se han anunciado medidas en esa dirección.
[6] Cuba produce solamente el 40% del petróleo necesario para el consumo nacional y el barril de petróleo está hoy en el mercado internacional en el orden de los 80 dólares.
[7] Se debería tener siempre presente la idea de Fidel, expresada el 17 de noviembre de 2005 (Castro, 2005) en el Aula Magna de la Universidad de la Habana, sobre la posibilidad de que la Revolución sea reversible. En ese momento expresó que ni el bloqueo ni la subversión podían acabar con la Revolución. Pero advirtió que nosotros mismos podríamos acabar con ella con la corrupción y los errores que cometamos.
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