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América Latina y Caribe

El liderazgo, su representación en Juan Guaidó y la oposición venezolana

mayo 9, 2023   0

El tratamiento sobre el Liderazgo ha sido catalogado en muchas ocasiones de polémico, si bien viene siendo desde tiempos inmemoriales una preocupación central de la teoría social y política, y por tanto objeto de estudio para disciplinas como la Psicología, la Sociología y la Ciencia Política.

Desde fines de los años 50 del siglo pasado, Browne y Cohn afirmaron que pese a la existencia de una extensa bibliografía sobre el tema, el material estaba escasamente organizado, las premisas e hipótesis comunes brillaban por su ausencia, y los enfoques teóricos y metodológicos eran excesivamente amplios. Así concluyeron que la literatura sobre el Liderazgo parece una masa de   contenidos desprovista de sustancias aglutinantes que la agrupasen o coordinasen estableciendo interrelaciones.

Si bien la teoría contemporánea del análisis del Liderazgo pudiera ser compleja, fragmentada y contradictoria, sin dejar de traslucir una serie de elementos constantes y una influencia psico social, ha permitido que a pesar de su gran abanico de postulados el término haya continuado utilizándose, y con fuerza por las Ciencias Sociales, en los enfoques para su estudio.

En cuanto al liderazgo político, éste no es nuevo ni en su existencia ni tratamiento, fue con la irrupción de la sociedad de masas, la aparición de los partidos y la lucha por el poder cuando se configuró con los perfiles que hoy lo conocemos.

En el Liderazgo es necesario establecer primero que todo la posibilidad de habilidades comunicativas, personales, intuitivas, entre otras en muchas ocasiones difíciles de fijar; el liderazgo político implica una superioridad en el ejercicio de la influencia en el seno de la relación existente entre dos partes tal cual son el propio líder y quienes sustentan su liderazgo; y tan solo existe liderazgo cuando alguien es capaz de focalizar las expectativas del grupo o de fijar unas metas hasta ese momento pocos definidas, o no logradas en el espectro democrático del colectivo objeto del análisis.

Venezuela y el espíritu democrático en el liderazgo opositor

A partir del triunfo de presidente Chávez y con la constitución de la Revolución Bolivariana se perfila una fragmentación particular en cuanto al liderazgo político venezolano. En la oposición se han destacado hasta el presente tradicionales políticos devenidos de la Cuarta Republica, con prestigio en los partidos tradicionales de entonces, algunos desde posturas más alejadas y otros como Claudio Fermín, que después de haberle disputado la primacía opositora a Salas Romer en el 1998, aún hoy se mantiene activo políticamente formando parte en la actualidad de la Asamblea Nacional. Pudieran mencionarse otros históricos opositores, trabajando o no en conjunto con el gobierno venezolano desde sus diferentes dependencias.

Coincidiendo con la típica idiosincrasia casi que universal, jóvenes salidos de las universidades, venezolanas, estadounidenses y europeas fundamentalmente, como Henrique Capriles fueron abriéndose paso en las filas opositoras y remarcando una postura ideológica y cultural que los fue posicionando de manera ventajosa en muchas ocasiones, hasta llegar a disputar la presidencia de la nación, con una buena cantidad de adeptos y votantes. Por el camino quedarían así alejados del prisma público, otros jóvenes como Salas Feo (hijo de Salas Romer) quienes llegaron a ser lideres pero que continuaron ejerciendo la política opositora fuera de Venezuela, y fueron perdiendo aparentemente su cuota de liderazgo.

A partir del 2006, fundamentalmente, se suman otros jóvenes como Juan Guaidó, con rasgos personalistas diferenciados marcadamente desde el punto de vista psicológico de la generación precedente en la que sus miembros, poco a poco, de manera progresiva fueron escalando en posiciones no sólo de poder, sino de favorecimiento del apoyo elector y ciudadano en general. Por ejemplo, el propio Capriles después de ser un líder estudiantil, ocupó diferentes responsabilidades político sociales, destacándose en su labor como alcalde del municipio Chuao, en el que se encumbraba parte importante de la élite política venezolana. Y sólo después de varios años del ejercicio del liderazgo político psico social, es que se postula para una candidatura presidencial.

Puede remarcarse entonces que Juan Guaidó provocó en parte de la ciudadanía un “encantamiento” político social que permitió que en muy poco tiempo, de ser una persona casi desconocida en la escena nacional, y enteramente desconocido en el ámbito internacional accediera a Diputado, e  hiciera uso de los poderes constitutivos para erigirse como presidente de un Interinato que carecía de las más elementales reglas de basamento jurídico y de capacidad de poder efectivo en la toma de decisiones estratégicas.

Sus diseñadores de imagen emplearon técnicas científicas que le posibilitaron a Guaidó lograr aceptación nacional y reconocimiento internacional. Llegado este punto pudiéramos preguntarnos ¿y por qué los otros opositores no lograron, sobre todo, el apoyo internacional que logró Guaidó? Evidentemente, o sus capacidades naturales de liderazgo le permitieron alcanzar la superioridad en su relación de influencia para con sus electores y adeptos, o existió una influencia ajena, un mecanismo de resorte que supo focalizar las expectativas del grupo o colectivo social, en este caso la ciudadanía venezolana y la opinión pública internacional, para que se centrara el apoyo en la persona de Juan Guaidó y no en cualesquiera de los otros dirigentes y líderes opositores.

Paige con su libro El estudio científico del liderazgo político marcó desde los años cincuenta hasta los setenta del siglo XX la supremacía en los análisis sobre el tema. Paige concibe al Liderazgo como un fenómeno conductual de creatividad a través del cual determinadas personas en interacción con otras de similar potencial se comprometen en iniciativas de relevancia social. Identifica cinco variables que en su interacción determinan la unidad del liderazgo individual y colectivo: la personalidad, los roles, las tareas, los valores y el entorno específico.

En el caso venezolano, exceptuando la personalidad que por regla casi que general puede ser diversa, el resto de las variables actúan como constantes para todo aquel líder opositor que quiera acometer su principal objetivo: el derrocamiento del gobierno. Significa entonces que la preminencia de un líder opositor venezolano sobre otro obedece a sus características personales. Si nos atenemos a lo anterior, cuando Capriles logró nuclear a la casi totalidad de las oposiciones, fueron sus elementos de personalidad los preponderantes para que se mantuviera como líder alfa por encima, por ejemplo, de su amigo Leopoldo López, cuya característica etarea y el resto de las variables enunciadas por Paige, eran similares.

Y así pudiéramos pronunciarnos de manera similar cuando cedió el puesto de líder a Juan Guaidó, con la diferencia en este caso de que, reiteramos, el alcance de Guaidó fue mucho más extenso y de forma más abrupta, y que lejos de ayudar a la unidad de la oposición venezolana, aunque en un principio se nuclearon los demás lideres alrededor de él, en pocos meses se fueron distanciando. La ciencia de Paige en el caso venezolano, lo que evidencia en su análisis y aplicación es el sentimiento de resquebrajamiento del sentido homogéneo opositor.

Posterior al triunfo del presidente Chávez, las divisiones opositoras fueron generalmente en ascenso, lo que nos incita a puntualizar que con el acometimiento de un método de planteamiento científico del Tema, no llegamos a conclusión alguna del por qué si la oposición venezolana tiene bien identificada la situación de la desunión, con la aplicación de los mecanismos naturales y empíricos de esta parte de la Ciencia, esa desunión no se puede explicar enteramente, al menos en la forma en que en este trabajo hemos abordado el asunto.

Desde los años setenta del siglo XX hasta la actualidad no han cesado de publicarse nuevas perspectivas sobre el tema en cuestión, destacándose en ellas autores como Katz que defienden que en las nuevas condiciones históricas y geoestratégicas, el Liderazgo es un mecanismo mediante el cual un individuo necesariamente tiene que buscarse el apoyo nacional y foráneo, con todo el alcance a su favor, para poder ejercer la supremacía de ese Liderazgo.

Otros como Heifetz y Sinder valoran el liderazgo político como una actividad enteramente colectiva, vinculada a la mayor cantidad de actores que buscan influir en la toma de decisiones mediante mecanismos psicológicos, políticos, históricos y culturales, entre otros, para llegar a la conformación de un líder, en tanto defienden que el Liderazgo persigue proporcionar una Visión, al mismo tiempo que para ejercerlo hay que buscar y movilizar apoyos políticos de todo tipo.

Nanus coincide con Heifetz y Sinder; insiste en la idea de que el liderazgo político consiste en la capacidad de definir, articular e institucionalizar nuevos valores y ofrecer nuevas visiones de escenarios futuros a mediano y largo plazo en la organización política, utilizando una gran variedad de instrumentos transformadores de su entorno, o sea desarrollando las capacidades suficientes para que lo que se quiera ver, o sea lo que constituya Visión de intereses políticos estratégicos se convierta en realidad.

A tono con lo anterior, Blondel distingue dos dimensiones del Liderazgo en función del impacto que producen los lideres en el sistema político. Por un lado la extensión o alcance del Liderazgo. Por el otro su profundidad o intensidad. De esa forma distingue tres tipos de alcance, el grande, el moderado, y el especializado, atribuyendo a un jefe de gobierno o presidente (Interinato venezolano en el caso de análisis) el grande y el especializado; en ambos se buscan, construyen y recrean los escenarios posibles de manera que se logren los objetivos propuestos mediante los mecanismos que sean necesarios para lograr las políticas en medio de las circunstancias concretas en que se desarrolla y/o construyó el liderazgo, con el objetivo de que éste, bajo las condiciones que sean, se mantenga vigente en el más largo plazo posible.

Si nos identificamos con lo antes expuesto, significa que en buena medida el liderazgo político de Juan Guaidó, aunque por lógica tiene un componente natural, fue o es exacerbado ese liderazgo por el trabajo de actores externos, foráneos mayoritariamente, quienes con la aplicación de mecanismos, tácticas y variables definidas previamente por las Ciencias, construyen a su antojo las capacidades necesarias para que el liderazgo político lo pueda seguir privilegiando por encima de otros.

El papel de los servicios de inteligencia, tanques pensantes y otros centros de Información, en la conformación de un líder

Es harto conocido que Juan Guaidó, representante de la llamada Generación del 2007, fue seleccionado para su formación en Europa y los Estados Unidos por Tanques Pensantes especializados en el ámbito de la desestabilización política.

Lo que nos puede aportar de novedoso la vinculación entre los Tanques Pensantes, otros centros de información en su relación estrecha con los servicios de Inteligencia y la idea de construcción de Juan Guaidó como líder, son varias aristas o interrogantes que pueden abrirse cuando nos proponemos profundizar en el análisis.

Los servicios de Inteligencia imperiales en su interacción constante con los Tanques Pensantes, acuden a la Ciencia cada vez con mayor sistematicidad, y a la hora de formar un líder sobre bases científicas invierten necesariamente millonarias sumas de dinero.

De ahí que se justifique que ese líder sea explotado al máximo de sus capacidades y posibilidades para lograr el verdadero objetivo propuesto: en el caso del Interinato venezolano, la conformación de un bloque opositor de Resistencia al estilo de las llamadas Revoluciones de Colores, y que este bloque mediante su líder, derroque al gobierno de Nicolas Maduro.

Sólo así de acuerdo con los postulados teóricos de la desestabilización política, es que el líder desempeñó su Rol. Mientras no lo haga, hay que continuar trabajando con ese líder para ir conformando tácticas de desestabilización, nuevas o de las ya reiteradas, e interrelacionar esas tácticas con otros mecanismos o resortes políticos internacionales, todo con el objetivo de lograr el fin propuesto, precisamente sobre la base ya conocida de que el fin justifica los medios.

En el caso del manifiesto pragmatismo estadounidense, desde sus Tanques Pensantes y servicios de Inteligencia actúan vinculando ese pragmatismo con la defensa a ultranza del mantenimiento de su hegemonía. Un ejemplo que lo ilustra es que en el ejecutivo de Obama algunos funcionarios venían trabajando para de forma paulatina ir articulando nuevos mecanismos políticos que justificaran las sanciones contra Venezuela, bajo determinadas justificaciones de irrespeto por Venezuela a los principios del Derecho Internacional.

El principal argumento que utilizó Obama en su Orden Ejecutiva para declarar a Venezuela una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de los Estados Unidos fue el de la alta corrupción en los servicios públicos venezolanos. De ahí para acá Venezuela bajo la dirección expresa del mandatario electo por mayoría, Nicolás Maduro, al menos públicamente en cuatro ocasiones ha desarrollado amplios procesos anticorrupción, en el que se han investigado y apresado judicialmente desde funcionarios del gobierno hasta simples ciudadanos. Sin embargo la Orden Ejecutiva de Obama ha sido revalidada de forma inalterable en su texto, en ocho ocasiones y por otras dos administraciones estadounidenses, una demócrata y otra republicana.

En la fabricación de Guaidó como líder actuaron de manera directa o indirecta instituciones, personajes y personalidades; entre ellos, Stratfor, una firma de Inteligencia, el denominado Centro para la No Violencia Aplicada (CANVAS);  la NED, un apéndice de la CIA que funciona como brazo principal del gobierno estadounidense para promover cambios de gobiernos; el Instituto Republicano Internacional y el Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales; Otpor (Resistencia), grupo opositor serbio fundado por Srdja Popovic en 1998 en la Universidad de Belgrado; la USAID; Luis Enrique Berrizbeitia, ex director ejecutivo del FMI; y Thor Halvorssen, primo de Leopoldo López y fundador de Human Rights Foundation.

Todos los mencionados implicados bajo un denominador común, las enseñanzas del teórico Gene Sharp, estratega de la desestabilización política y denominado el “Clausewitz de la lucha no violenta”, creador también del Instituto Albert Einstein; así como lo descrito y estudiado por Robert Helvey, ex analista de la Agencia estadounidense de Inteligencia de la Defensa (DIA).

Aunque parezca exagerado ambos autores desde sus postulados trabajan con más de doscientas técnicas desestabilizadoras, en las que reiteran que el poder de las dictaduras proviene de la obediencia voluntaria del pueblo que gobiernan, y que si la gente puede desarrollar técnicas para retener ese consentimiento, con la creación de un líder artificial, la incesante utilización de ese líder será la clave para derrocar a las dictaduras. Coinciden en que el líder desde el ámbito de las Ciencias debe ser analizado como una Marioneta.

Según hemos podido identificar, la cualidad bajo la cual se conformó la condición de líder en Guaidó por los servicios especiales parece haber sido la de Marioneta, que alejada en todo momento de un sentido despectivo, en el orden científico se sustenta en el referente clásico del estudio del Liderazgo consistente en el debate en torno al papel que desempeñan los lideres en el desarrollo concreto de los acontecimientos históricos.

En esta cuestión, determinados teóricos e investigadores se posicionan en posturas defensivas acerca de la llamada Teoría del Gran Hombre, y otros en contraposición a la mencionada Teoría, se basan en la concepción del líder como Marioneta, visto bajo una explotación sin límites en el actuar, con el precepto de que la función principal del líder es lograr lo que estratégicamente tiene planteado en su rol de dirección y guía, a costa de lo que suceda, y sin importar el desgaste que pueda tener ese líder en el orden físico y psíquico, lo que importa es el logro de los propósitos.

En síntesis, en el ámbito científico en lo referido a Imágenes del liderazgo político, aunque no todos los estudiosos del tema coinciden en estos aspectos, se identifican esencialmente varios tipos de lideres: el llamado líder Vendedor, basado éste en el aprovechamiento máximo del intercambio con sus seguidores, el Apagafuegos consistente en la especialización de saber responder a las Contingencias, y el Marioneta, que se intenta argumentar además como una relación estrecha de correspondencia, y de manera reforzada, entre el actuar del líder y sus seguidores, en la que el líder debe ir aumentando para lograr sus propósitos, su labor de dirección y que ésta incremente el nivel de eficacia de sus acciones, de ahí lo del desgaste antes descrito.

En su actuar el líder Marioneta, sin dejar de desatenderse por los demás lideres, debe aparecer en los medios sociales proyectando imágenes de persuasión. La comunicación de este tipo de líder favorece la creación de una imagen pública necesaria para construir grupos y para vertebrar apoyos. Su papel de referente político se acentúa mediante su capacidad de hacerse ver o lo que es igual llamando la atención de los profesionales de la comunicación con uno u otro acto, texto o pretexto, y hacerlo de tal modo que sirva a los intereses de la imagen pública personal, la del Partido u organización que representan, y la de los creadores de su liderazgo.

Juan Guaidó en los Estados Unidos

Al analizar su estancia en el país norteño podemos tratar varias aristas en el análisis. Primero que todo puede ser una visita de corta duración, y después o intentar regresar a Venezuela o pedir asilo político en otra nación.

Según Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanalisis, su nivel de popularidad en Venezuela bajó a ritmos acelerados, mientras que en contraposición, unos días antes de decretarse el fin del Interinato, fue aplaudido insistentemente en el partido Voluntad Popular, en momentos en que se discutía quienes serían las personas a las que ese Partido daría el apoyo en las próximas primarias pactadas para octubre de 2023.

De pedir y concedérsele asilo político en los Estados Unidos, varias pueden ser las variantes ¿se retira de la vida política pública como ha manifestado en cierta ocasión, o es utilizado a tono con lo antes expresado, por los servicios de Inteligencia y otros centros de pensamiento para continuar con la labor desestabilizadora contra Venezuela?

No debemos olvidar que existen aún algunos elementos en el orden político y económico que pudieran continuar vinculando a la figura de Juan Guaidó con las altas esferas y determinados sectores estadounidenses.

Entre ellos, los activos retenidos en el exterior. Como presidente del Interinato, de esos activos se extraía una cierta cantidad de dinero para otorgar como presupuesto anual al Interinato. Guaidó fue objeto de críticas por sus coterráneos ante el mal manejo de esos Fondos.

No obstante, determinados informaciones han dado cuenta que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos ha liberado de esos activos desde el 2019, más de 360 millones de dólares para ser utilizados libremente por Juan Guaidó ¿continuará el Departamento del Tesoro liberando fondos para ser utilizados por Juan Guaidó? ¿lo hará de manera no pública de forma que pueda desatarse un escándalo hacia el interior del ejecutivo estadounidense?  ¿valdría la pena llegar a ese punto por favorecer a Juan Guaidó?

Una vez finalizado el Interinato, las tres Comisiones electas no fueron aplaudidas unánimemente por los miembros de la Asamblea Nacional Opositora. El mayor enfrentamiento a la labor de esas Comisiones según plantearon debe hacerse desde el imperio estadounidense ¿participará Guaidó en ese enfrentamiento? ¿será la figura seleccionada desde los Estados Unidos para, mientras el ejecutivo de manera pragmática conversa con el presidente Maduro y su gobierno, Guaidó desde el territorio norteño se encargue de cuestiones vitales estratégicas que hermanan a las autoridades y servicios de inteligencia estadounidenses con determinados sectores de la oposición venezolana?

En sus estratagemas ¿vincularán de alguna manera al secuestrado diplomático Alex Saab con algún otro acto anticonstitucional, dando continuidad a la campaña contra Saab? ¿desempeñaría Guaidó un papel preponderante en esta u otras campañas propagandísticas?

Mientras nos hacemos ésas y otras preguntas, e intentamos responderlas, llegamos a la conclusión que, es posible que nunca más escuchemos hablar de Juan Guaidó en tanto vida política activa, pero el autor sostiene la idea que se deje abierta una brecha para continuar aportando al análisis en caso que suceda lo contrario ¿se olvidaron tan fácilmente los servicios de Inteligencia de Estados Unidos y Europa de Juan Guaidó porque realmente consideran que fue un peón que ya cumplió su cometido y que hay que sacrificarlo? ¿entonces por qué resultó ser un funcionario del Departamento de Estado quien lo recibiera y trasladara, una vez llegado a los Estados Unidos?

De continuar con sus intereses políticos activos, Juan Guaidó al igual que Capriles y otros lideres opositores se encuentran inhabilitados políticamente. El Consejo Nacional Electoral, entre sus cinco miembros rectores, cuenta con dos de los sectores opositores, pero determinadas figuras en la Oposición no comparten el actuar de ellos puesto que los acusan de ponerse incondicionalmente del lado del gobierno.

Habría que preguntarse también si la presencia de Juan Guaidó en los Estados Unidos obedece en parte a tratar con las máximas autoridades asuntos como el de la inhabilitación política y otros relativos a la celebración de las Primarias opositoras, con lo cual de obtener éxitos ascendería nuevamente en su nivel de aceptación hacia el interior de la ciudadanía venezolana.

Habrá que esperar por la continuidad en el actuar opositor, sus posibilidades de unión o posibles coaliciones, y alrededor de todo eso, analizar si Juan Guaidó se pronuncia o no, y si lo hace, con qué grado de intensidad y eficacia, para llegar a conclusiones certeras sobre su nivel de aceptación en el ejecutivo estadounidense y sus servicios de Inteligencia que continuarán empeñados en encontrar mecanismos eficaces para que en las presidenciales del 2024 resulte electo un gobierno opositor; en medio de la inmensa desunión opositora reinante en Venezuela no sabemos si los Estados Unidos, a pesar de los pesares, le tengan algún rol asignado a Juan Guaidó.

A modo de conclusión

Juan Guaidó se retiró de Venezuela al parecer con un bajo índice de popularidad, con críticas de sus coterráneos por el aprovechamiento ilícito de Fondos, sobre todo en Monómeros.

Si bien los Estados Unidos después de finalizado el Interinato, planteó que continuaría conversando con la Asamblea Nacional Opositora, de la cual Guaidó sigue formando parte, hasta el momento públicamente no hay una declaración, hecho, o elemento alguno que nos permita vincular a las autoridades estadounidenses con la figura de Juan Guaidó, más allá de las clásicas declaraciones ante su llegada a territorio estadounidense.

No obstante a lo anterior, su recibimiento en el aeropuerto de Miami por un funcionario del Departamento de Estado pudiera ser interpretado en alguna medida como un símbolo de aceptación, con lo cual puede dejarse abierta una brecha para futuros análisis, en caso de que Guaidó sea reincorporado a la vida política activa.

A pesar de su poca aceptación, es válido recordar que ha sido la figura política opositora venezolana de más alto reconocimiento ante las autoridades estadounidenses, y en la escena internacional.

Por el momento, la desunión entre los sectores opositores, y el no reconocimiento a un líder que los aglutine enteramente, más allá de que están pautadas Primarias para octubre del 2023, nos lleva a reflexionar, acerca de que es posible que Juan Guaidó, a pesar de todo lo sucedido, se mantenga inmerso en la vida política venezolana, toda vez que el Imperio y las oposiciones no han logrado el propósito de derrocar al presidente Maduro.


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