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El monopunto de la Agenda Trump

julio 24, 2025   0

Crédito: The Guardian

Cuando se toma semana por semana, incluso día por día, la secuencia de hechos que suceden o que se publicitan bajo el gobierno de Donald Trump, da la impresión de  que algunos eventos tienen lugar o se crean ficticiamente para olvidar los precedentes, o los que están teniendo lugar en paralelo.

Como explosiones en las válvulas de un motor saltan en los titulares de prensa las acciones grotescas contra inmigrantes, las guerras comerciales reales o supuestas, el apoyo al genocidio en Gaza, la guerra o la paz en Ucrania, los ataques contra Irán, el enfrentamiento al avance de la RP China, la reducción de plantilla de agencias federales, el acercamiento o rechazo respecto a Elon Musk, el chantaje contra amigos y enemigos multilaterales. En fin, la lista es interminable.

En los últimos días se han proyectado los últimos capítulos de la serie sobre los Files de Epstein, con los que se ha pretendido recrear como noticia lo que es certeza: los altos niveles de corrupción entre importantes figuras pasadas y presentes de los principales grupos de poder estadounidense. Para rivalizar en la preferencia de los espectadores se ha tejido la trama de la supuesta o real politización de los servicios de inteligencia bajo el gobierno de Barack Obama, algo que supone una especie de remake, porque siempre la información primaria de las agencias de seguridad se ha utilizado con fines políticos externos o internos.

Detrás de todas estas cortinas de humo pasó casi sin penas ni glorias el culebrón de la Ley Grande y Bella (Big and Beautiful Bill, o BBB), a pesar de ser un tema de prioridad para todos los estadounidenses, por el potencial impacto que la misma puede tener en sus vidas, sus bolsillos y su futuro. El asunto no transitó totalmente inadvertido, pero si puede afirmarse que pocos comprendieron de inmediato la real trascendencia del hecho. Y no es su culpa.

Desde siempre las leyes presupuestarias estadounidenses y su debate han sido coto de caza para un número reducido de practicantes del tiro al blanco, a pesar de que se intenta mostrar lo contrario. Se trata de un tema sumamente técnico, los que participan en él lo hacen aún menos accesible para la mayoría por el uso del lenguaje, conceptos y multiplicidad de tablas y gráficos que no son digeribles para el lector común. Los textos se llenan de posibles evasiones (loopholes) que solo están disponibles para los conocedores más avezados.

BBB consta de 940 cuartillas y más que reflejar políticas consensuadas para hacer frente a las principales necesidades del país, es una gran sobrecama de retazos, una sumatoria de privilegios y de ataques contra los que no tienen cómo defenderse. Pero ninguna de estas son novedades, lo que tiene proporciones históricas en este caso es la magnitud del desequilibrio irreparable que creará BBB entre sectores económicos y sociales del país.

A pesar de la importancia que tiene cualquier ley de presupuesto para el gobierno federal, los estados, ciudades y comunidades estadounidenses, su proceso de discusión en Estados Unidos no está guiado por la creación de alianzas para establecer prioridades. Se trata cada año de que senadores y congresistas combaten por garantizar las prioridades que le aseguran su reelección infinita, o su sobrevivencia en la jerarquía partidista, con independencia de lo que se dice en el resto del voluminoso texto.

Puede afirmarse sin margen de error, que casi la totalidad de los 535 legisladores federales no estudia el texto en toda su extensión, que muchas veces se incluyen partidas que no recibieron ningún tipo de aprobación en comités o subcomités y que incluso, después de aprobado el Frankestein definitivo aún se producen nuevas adiciones o enmiendas, a manos de un grupo reducido de staffers (personal de oficina) más conocedores de la materia, o más cercanos a la toma de decisiones.

Bueno y, entonces, que es lo distintivo del último ejercicio? Lo primero es recordar que el mismo viene a complementar una tarea no terminada durante el primer mandato de Donald Trump.

Durante todo el año 2017 el mandatario priorizó en su agenda la aprobación Ley de Reducción de Impuestos y Empleos (TCJA), que en realidad pretendía constituir una reforma integral del sistema tributario del país, que no sufría transformaciones radicales desde 1986, bajo el gobierno de Ronald Reagan. Trump disfrazó entonces su garage sale (venta de garaje) como un “regalo de navidad” para los trabajadores estadounidenses, ya que finalmente la misma fue aprobada en la segunda mitad mes de diciembre de aquel año.

Ese engendro fue un primer intento de Trump por reducir considerablemente los impuestos sobre la clase de mayores ingresos y favorecer con grandes ahorros impositivos a los sectores económicos menos eficientes. En general las corporaciones pasarían a aportar al Estado solo el 21% sobre sus ganancias, en comparación con el 35% anterior. A nivel individual las reducciones en las contribuciones personales de los multimillonarios eran mucho mayores que en los segmentos de pequeños ingresos.

Como su dramático esfuerzo era protagonizado por un partido republicano que tenía entonces fuertes disidencias internas era poco probable que en el Senado el mismo llegara a contar con el total de 60 votos a favor, si algunos decidían aplicar la técnica del filibusterismo (discursos interminables para retardar las votaciones).

Para garantizar el robo de cuello blanco, el texto utilizaba como cobertura el término de “conciliación presupuestaria”, que permitía la aprobación por minoría simple en ambas cámaras. Ese camino tenía además la dificultad de que se podría forzar un aumento de la deuda pública (desbalance entre ingresos y gastos), solo por un período de tiempo determinado (llamada Regla Byrd). En un año el déficit aumentaría en 1,4 miles de millones, mientras que en el término de 10 años lo haría posiblemente en 20 mil millones.

Si los cambios se querían registrar de manera permanente, los caciques disfrazados de republicanos debían organizar un nuevo ataque a las arcas del Estado para el 2025.

Con nocturnidad, escalamiento y alevosía, las huestes de Trump lograron en el 2017 una votación de 51 a 48 en el Senado (John McCain estaba en su lecho de muerte) y de 227 a 203 en la Cámara, donde 12 republicanos cometieron el pecado de enfrentar al liderazgo.

Al producirse aquellos  resultados varios observadores afirmaron que ya Trump podía dejar el gobierno e ir a casa, pues habría cumplido su objetivo supremo. Quizás muchos de ellos basaban su opinión en un reporte del diario The New York Times del 31 de octubre del 2016 que indicaba que parte de su fortuna personal se debía a la frecuente evasión de impuestos, que habría totalizado 900 millones a lo largo de 18 años. El mismo diario volvería a la carga sobre el tema el 2 de octubre del 2018 y el 27 de septiembre del 2020, justo antes de las elecciones llamadas de medio término y de las presidenciales donde ganara Joe Biden.

Pero resultó que a todos escapó la voracidad de su apetito por llevar a otro nivel la redistribución de las riquezas, en función de los que más recursos tienen y que más los dilapidan.

Cuando en el 2018 Trump presentó su informe sobre el Estado de la Unión ante el Congreso estaban a sus espaldas, presidiendo la sesión, el entonces vicepresidente Mike Pence, y el entonces Speaker de la Cámara Paul Ryan. Este último decidió en abril del 2018 no presentarse a la reelección para evitar las fricciones constantes con el gran líder MAGA (Make America Great Again), mientras que el primero optó por no apoyarlo en su intento de golpe de estado el 6 de enero del 2021. Ambos eran representantes del llamado stablishment republicano, que tenían su propia lista de pecados pero que no estaban totalmente de acuerdo con la interpretación del “vale todo” trumpista.

El escenario para el 2025 sería totalmente distinto, contando Trump con un vicepresidente que solo serviría de eco a sus andanzas y habiendo impuesto en las elecciones para  líder de la Cámara  a un congresista gris, sin mayores atributos legislativos, ni resultados tangibles en cuanto a aprobación de normas. El mandato de ambos sería simplemente cumplir con la agenda que le dictaran. La llamada disciplina partidista también sería otra, en la que no se permitirían disidencias y en la que nombres como Bob Corker, Jeff Flake, Peter King, Dan Donovan, eran cosa de un remoto pasado.

Para los expertos ha sido difícil hasta hoy determinar el impacto exacto de los cambios del 2017 en el crecimiento de la economía real, en las inversiones. Algunos señalan como un obstáculo para ello las distorsiones ocurridas en los flujos de capital con motivo de la pandemia de la COVID19. Sin embargo, las cifras que no dejan espacios a dudas son que los ingresos de la llamada clase baja crecieron anualmente en solo 60 USD, para la llamada clase media el beneficio fue de 930 USD, mientras que para el 1% que está en la cima de los ingresos el beneficio promedio fue de 51 140 USD cada doce meses.

Para algunos hubiera sido suficiente, pero el trumpismo aspiraba a mucho más. En el 2017 no se había logrado reducir considerablemente el presupuesto de importantes programas sociales que se seguían considerando “improductivos” y que en teoría no aportaban directamente a la eficiencia, la productividad, o la innovación de la economía nacional.

Esta vez Trump y sus huestes apretaron el paso y más que un regalo de navidad se adelantaron para un honorable Día Nacional el 4 de julio. La BBB fue aprobada en primera instancia en la Cámara de Representantes el 22 de mayo por un estrechísimo margen de 215 a 214, refrendada con enmiendas por el Senado por un voto de  51 a 50 (con el voto decisorio del vicepresidente) y devuelta a la cámara baja para una ratificación de 218 a 214 el 3 de julio. Todo ello en medio de sesiones nocturnas, de madrugada y citadas con poco margen de tiempo.

El 22 de mayo los estadounidenses estaban distraídos con noticias tales como:

  • Israel ataca hospitales en la Franja de Gaza, el genocidio continúa. Se restringe la entrada de ayuda humanitaria.
  • Juez considera que el gobierno federal violó la orden de una corte al deportar inmigrantes.
  • El gobierno federal limita la capacidad de la Universidad de Harvard para matricular estudiantes extranjeros.
  • Se presentan cargos contra sospechoso de asesinato de dos diplomáticos israelitas en Washington DC.
  • Los arrestos del servicio de inmigración  (ICE) a la salida de las cortes de inmigración crean pánico.
  • La Comisión Federal de Telecomunicaciones sigue investigando acusaciones sobre supuesto boicot contra Plataforma X de Elon Musk.

El 3 de julio sucedió algo similar, cuando los titulares fueron:

  • Israel continúa los ataques contra Gaza, hospitales y personal médico.
  • Estados Unidos aprueba venta a Israel de sistemas para guiar bombas.
  • Juez limita la prohibición de Trump de conceder asilo en la frontera del Sur.
  • Inmigrantes que han sido llevados a cárceles en El Salvador fueron brutalmente torturados.
  • Lecciones acogidas por servir de sede al Campeonato Mundial de Clubes de futbol.
  • Ganador de las primarias demócratas como candidato a la alcaldía de New York no es un legítimo ciudadano estadounidense y apoya ideología comunista.
  • Veinte estados de la Unión presentan demanda contra el gobierno de Donald Trump por violar normas federales, al entregar información privada del sistema de salud Medicaid a funcionarios del servicio de inmigración (ICE).
  • Preparativos para la singular celebración del Día Nacional.

Lógicamente esos titulares también eran compartidos con los pasos de aprobación de BBB, sin que se ofreciera suficiente evidencia sobre el probable impacto de la misma sobre todos y cada uno de los estadounidenses.

En medio de tantas otras distracciones a muchos estadounidenses se les escapaba que la Grande y Bella significaría:

  • En primer lugar, convertir en permanentes las reducciones de impuestos aprobadas originalmente en el 2017 bajo la TCJA.
  • Un total de 16.9 millones de ciudadanos podrían perder la cobertura de los servicios de  salud en la próxima década.
  • Muchos hospitales rurales (se calcula que 600) perderán el apoyo federal que hasta ahora recibían. Se establece un tortuoso sistema de solicitudes de apoyo que no garantiza una respuesta positiva en cada caso.
  • Aumento del déficit fiscal en 3,4 millones de millones de dólares para los próximos 10 años.
  • Crece el crédito por hijos nacidos para padres solteros con ingreso anual mayor a 200 000 USD, o parejas que ganen de conjunto más de 400 000 USD. No se aprueba para familias de bajos ingresos.
  • Reducción considerable de programas y fondos dedicados a compensar el pago de la deuda por estudios superiores. Se calcula en 351 mil millones de USD el efecto de esta medida.
  • Fondos de 46.5 miles de millones de USD para la construcción de un muro fronterizo, que originalmente se consideraba con un costo muy inferior. Una cantidad similar para crear capacidades en centros de detención de inmigrantes y 30 mil millones para fortalecer los recursos humanos y las capacidades de ICE. La mayoría de los nuevos centros de detención serían construidos y administrados por empresas privadas.
  • Eliminación de los beneficios impositivos a favor de las energías alternativas.
  • Reducción del programa de asistencia de nutrición suplementaria, conocido por las siglas SNAP, que provee ayuda a desempleados y otros grupos sociales. 230 miles de millones de USD menos en próximos 10 años.
  • Aumento para gastos militares por 150 mil millones de dólares.

Estos eran los puntos fundamentales que cubrieron los principales medios y que resultaban ya suficientemente alarmantes. Sólo los sindicatos, asociaciones profesionales y otros grupos de intereses fueron capaces de alertar temprano que BBB también significaba:

  • Recortes en impuestos anuales por 65 000 USD para el 1% más rico de la población y por 252 000 USD para el 0,1% de mayores ingresos.
  • El 75% de las exenciones específicas, como la compra de jets privados, benefician a las grandes corporaciones y sus principales ejecutivos. Los jets privados o corporativos utilizan el 25% del espacio aéreo estadounidense y contribuyen con solo el 0.6% de los gastos de su administración.
  • Establece exenciones para la explotación de combustibles fósiles, actividad que acometen las empresas más contaminantes.
  • Contiene impuestos sobre remesas al exterior.
  • Se retira el impuesto sobre la producción de partes y piezas de armas ligeras como los silenciadores.
  • Requiere que la Oficina de Administración de Tierras realice ventas trimestrales de arrendamientos de petróleo y gas en tierra. Se relajan los mecanismos para la venta de extensiones de tierra consideradas como bienes públicos.
  • Una parte importante de los gastos militares están comprometidos con empresas específicas. No corresponden con mecanismos transparentes de licitación y son difícilmente auditables.
  • Aumenta las potestades del ejecutivo para el control de las instituciones no lucrativas (non-profits)

Aún varios centros de investigación tratan de profundizar en los efectos de la llamada BBB, aunque las consecuencias más profundas tomará tiempo conocerlas, ya que son definiciones que se producen únicamente cuando ciertos aspectos de la ley son cuestionadas ante cortes y estas se pronuncian al respecto.

En resumen, este paquete legislativo es evidentemente grande, pero solo bello para quien obtiene los beneficios, que están reducidos para una exigua minoría. Por más que Trump y sus fieles seguidores han tratado de vender el producto como un beneficio para toda la nación, se conocen resultados de encuestas que demuestran que la mayoría de los estadounidenses considera lo contrario.

En junio una encuesta de CBS/NewGov indicaba que el 54% consideraba que la nueva pieza legislativa afectaría a las personas de menores ingresos, un 47% que tendría efectos negativos sobre la clase media, y el 60% aseguraba que la mayoría de los beneficiados serían los de mayores ingresos.

A finales del propio mes un estudio de Quinnipiac arrojó que el 55% de la muestra se oponía al texto aprobado, el 29% la apoyaba un 20% no ofreció una opinión.

CNN informó a mediados de julio que el 60% de los estadounidenses ya se oponía a los preceptos de la BBB, lo cual significaba un aumento del 11% respecto a similar consulta realizada en marzo del 2025.

A pesar de estos rechazos ya la ley es un hecho. Lo que parecía un resultado abominable para el 2017 es aún peor y a más largo plazo desde el 2025 hacia delante. Trump regresó al poner con metas por cumplir, pero ninguna de ellas asociadas a tratar a retrotraer a Estados Unidos a lo que pudiera considerarse una época dorada o de esplendor.  La consigna del MAGA es tan falsa como la gorra en la que se inscribe, fabricada en la RPChina.

En el Arca de Noé republicana no hay espacio para todos, sólo podrán abordar los que estén en condiciones de pagar el precio.


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