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La visita del presidente Biden a Angola

diciembre 17, 2024   0

Imagen tomada de angola.org

La visita oficial del presidente Joseph Biden a Angola, efectuada del 2 al 4 de diciembre de 2024, marcó un nuevo hito en las relaciones bilaterales entre Washington y Luanda, que se corresponde con los objetivos trazados por los dos países en el ámbito de las relaciones bilaterales, que reafirma la importancia geopolítica atribuida al país africano por los EE.UU.

Para arribar a este evento ha mediado un proceso político y diplomático bilateral, que ha estado acompañado con una narrativa favorable para Angola, amparada en su desempeño como pacificador en la región de los Grandes Lagos, en cuyo ámbito el inquilino de la Casa Blanca llegó afirmar que Angola es el “país más importante de África para los EE.UU.”

La visita de Biden a Angola fue la primera en efectuarse por un presidente estadounidense a ese país, que ha visto la presencia in situ de los secretarios de Estado de administraciones demócratas y republicanas, a lo largo de poco más de tres décadas de relaciones diplomáticas.

Esa visita, condicionada por intereses estratégicos de Washington, identificados por el Corredor de Lobito (ferrocarril de Benguela) y la propia riqueza petrolera, tuvo lugar en un contexto muy particular, si se tiene en cuenta que aspectos esenciales contemplados de la denominada nueva estrategia de los EE.UU. hacia África Subsahariana,[1] que ha tenido una implementación intensa con sus contrapartes africanas, sobre todo desde la celebración de la II Cumbre EE.UU.-África, en Washington DC, en diciembre de 2022.

En tanto, la directora de Asuntos Africanos del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Frances Brown, refirió a la prensa que la visita del presidente Biden a Angola perseguía tres objetivos: “elevar el liderazgo de los EE.UU. en comercio, inversiones e infraestructura en África”.

Para el gobierno angolano resultaba crucial la presencia del presidente Biden en territorio austral, tomando en consideración los reclamos del ejecutivo que encabeza el presidente João Lourenço, enfocados en una presencia mayor y diversificada de la inversión estadounidense, que contribuya al desarrollo del país, más allá del sector petrolero.

Se adiciona también el interés de Luanda de acceder al suministro de armamentos de los EE.UU. y fortalecer la cooperación en materia de defensa y seguridad, por citar ejemplos, en momentos en que se hace patente que el gobierno ha potenciado una diplomacia económica,[2] que está determinando el derrotero seguido por Angola, dentro y fuera del contexto regional, que ha sido revelador en el año 2024 con el impulso otorgado por el presidente João Lourenço.

La parada de Biden en Angola tuvo un capítulo multilateral clave para los intereses de ambos países, al verificarse una conferencia que tuvo como tema central el desarrollo del Corredor de Lobito, que representará el principal ferrocarril transafricano, encargado de la transportación de los minerales, preponderantemente, hacia sus destinos comerciales internacionales.

Esta obra alcanzaría un valor añadido particular, de concretarse la modernización de la línea de ferro de TAZARA, a cargo de sus constructores chinos, que ha resultado clave para Zambia y Tanzania, lo cual otorgaría un verdadero sentido transoceánico al medio ferroviario en su conjunto.

Esta mini cumbre, celebrada en la ciudad de Benguela, estuvo atendida por los presidentes João Lourenço, Biden, Hakainde Hichilema, de Zambia, y Félix Tshisekedi, de la República Democrática del Congo, así como por el vicepresidente tanzano, Philip Mpango, mediante video conferencia, lo que puso de relieve la respuesta positiva de los países concernidos en este importante proyecto de rehabilitación del Camino de Ferro, todos integrantes de la SADC.

La visita del presidente Biden coincidió con la aprobación del Banco Mundial de 300 millones de dólares para el Corredor de Lobito, con el propósito de creación de empleo para micro, pequeñas y medianas empresas a lo largo del Corredor de Lobito, lo cual fue anunciado por la vicepresidenta de esa institución para África Oriental y Austral, Victoria Kwakwa.

Según la ejecutiva, el monto está enfocado en apoyar al menos 12 000 empresas, a lo largo del corredor ferroviario y económico, que abraza desde el puerto de Lobito hasta la República Democrática del Congo y el norte de Zambia.[3] El Corredor de Lobito se considera un proyecto económico estratégico para Angola, los EE.UU. y la Unión Europea, que fue concebido bajo la égida de la Asociación para las Infraestructuras e Inversiones Globales (PGI, siglas en inglés).

La presencia de Biden en Angola estuvo matizada por la incertidumbre dibujada por varios expertos locales y del contexto analítico internacional con la victoria de Donald Trump, atendiendo a su perfil bajo y hasta desinterés por África subsahariana, a lo que se une su proyección en favor del proteccionismo comercial. Sin embargo, ya ha habido algunos trascendidos que apuntan a una visión diferente del regreso de una administración Trump.

Sobre este particular, el analista David Omojomolo, experto de Capital Economics,[4] refirió “…hay razones para pensar que Trump sea favorable a un involucramiento en la región, basado en las inversiones, siempre que haya un interés financiero para los EE.UU.”[5] Al mismo tiempo, agregó dos razonamientos que sustentan la referida previsión, que establecen lo siguiente:

“En primer lugar defendemos la idea de que (Donald) Trump favorecerá probablemente un involucramiento en la región, liderado por la inversión cuando haya un interés transaccional para los EE.UU.; los países ricos en minerales o, en el caso de Angola, con centros de exportación que tienen algo que ofrecer a los EE.UU., probablemente ganarán con esto, en detrimento de los que dependen más de la ayuda”.[6]

Asimismo, el economista experto puso sobre el tapete el derrotero seguido por Washington con el objetivo de frenar la presencia (e influencia) china en África subsahariana, que se ha enraizado en ese contexto en el decurso del siglo XXI, sobre todo mediante el mecanismo de FOCAC.

“En segundo lugar, aun cuando el papel de los minerales críticos en apoyo a la transición ecológica no sea tal vez una prioridad para Trump, pensamos que la visión más agresiva de Trump, y del Partido Republicano, en general, en relación con China, podría ayudar al proyecto, especialmente teniendo en cuenta los intereses significativos de China en los sectores mineros de la región,”[7] consignó.

Lo expresado por Omojomolo, experto seguidor de la economía angolana, pone de manifiesto una mirada pragmática, que se aparta de los criterios que asoman una perspectiva afropesimista clásica para la región, a cuyo enfoque realista habría que adicionar los resultados alcanzados por la diplomacia económica seguida por el gobierno angolano desde que logró la paz, que le permitió mantener la vitalidad en medio de problemas económicos y sociales.

Desde esa perspectiva, Angola tiene como principal inversor foráneo a Francia,[8] mientras que la República Popular China mantiene su presencia, en medio del debate que genera la condición de principal acreedor de Luanda en las últimas dos décadas y, por ende, poseedor de una deuda pesada que el gobierno angolano aspira resolver hacia finales del decenio en curso.[9]

Por su parte, el embajador angolano en Washington, Agostinho Van Dúnem anticipó a la agencia Lusa que no aprecia un cambio en la continuidad de búsqueda del fortalecimiento de las relaciones bilaterales, con el regreso de la administración Trump.[10]

Consignó que Angola podrá ser socio de los EE.UU. en la lucha contra el terrorismo y contra el tráfico de seres humanos, así como en el área de los minerales críticos de su país y en la expansión de las relaciones comerciales con los países africanos.

Expresó además que Angola no abandonó a sus socios tradicionales, como China y Rusia, a la vez que apuesta por una cooperación más diversificada, con la mirada en economías emergentes, como son Brasil e India.[11]

A lo apuntado, se agrega la voluntad de Luanda de continuar profundizando las relaciones bilaterales y de cooperación con Sudáfrica, concretada con una visita oficial del presidente João Lourenço a Pretoria, pocos días después de la efectuada por Biden a Angola, en cuyo marco tuvo lugar un fórum empresarial bajo el rótulo de “Trabajar juntos para forjar una nueva era de cooperación y asociaciones para aumentar el comercio y la inversión mutuamente benéficas”.[12]

Una mirada a las relaciones EE.UU.-África, con impacto mucho mayor para la región subsahariana, se podrá apreciar como un momento retador el proceso de renovación de la ley AGOA, que tendrá un peso legislativo primordial en el Capitolio, en circunstancias en que los republicanos controlan las dos cámaras, si bien su aprobación y revalidación ha contado en todos los casos con consenso bipartidista.

A modo conclusivo, la visita oficial del presidente Biden a Angola deja abierta la perspectiva de la existencia de una relación bilateral estratégica entre los dos países, avalada por los intereses económicos recíprocos, que se amplía a los sectores de defensa y seguridad para la parte angolana, en un ejercicio de política exterior pragmático, que involucra a actores clave del Occidente global (además de los EE.UU., a Francia y la Unión Europea), sin demérito de los socios tradicionales (China y Rusia).

No menos significativo resulta el interés de contención de China y Rusia que exhibe la política exterior de los EE.UU. hacia el continente africano, cuya intención se hace patente en la Estrategia hacia África subsahariana y la Estrategia de Seguridad Nacional, ambas rubricadas en 2022.


[1] Presentada por el secretario de Estado Antony Blinken en Pretoria, durante una visita oficial, en agosto de 2022.

[2] Esta diplomacia económica implementada por la Cancillería angolana, con visión e impulso del presidente José Eduardo dos Santos, tuvo su puesta en marcha a partir del Armisticio de Luena, en abril de 2002, que selló la paz tras casi una década de conflicto interno, iniciado con la crisis postelectoral de los comicios generales de finales de septiembre de 1992.

[3] Banco Mundial destina 300 milones USD para o Corredor de Lobito. mercado.co.ao 02 dic. 2024

[4] Consultora independiente con sede en Londres, fundada en 1999, que fue creada para responder a los retos internacionales que representa una economía global más interconectada.

[5] Trump aposta no Lobito pelos minerais mas também para refrear China em África, considera Capital Economics. Verangola.net Dec 9,2024 9:21 AM

[6] Ibidem.

[7] Ibidem.

[8] Según la embajadora Sophie Aubert, Francia es el primer inversor extranjero en Angola, siendo las empresas francesas el tercer empleador extranjero en el país, en cuyo proceso participan 130 empresas galas, de ellas 60 establecidas en territorio angolano, que representan anualmente seis mil millones de euros. En octubre de 2024, Angola oficializó su adhesión como miembro observador de la Organización Internacional de la Francofonía, durante la 19ª Cumbre de los países miembros, después de cinco años de presentación de su candidatura. Ver: França é maior investidor estrangeiro em Angola com 18 mil milhoes de euros aplicados este ano. verangola.net Nov 28, 2024 4:34 AM.

[9] Angola debe 17 000 millones de dólares a acreedores chinos, que constituye alrededor de 40% de la deuda total del país africano. Ver: Analistas consideran que viagem de Biden a Angola representa “corte dramático com a história”. xl.pt Dec. 2024 3:51 AM.

[10]  Relaçoes de Angola com EUA não se alteram com regresso de Trump-embaixador. sapo.pt Nov 27, 2024 8:50 AM

[11] Ibidem.

[12] África do Sul e Angola devem reforçar comercio e alargar cooperação, defende analista. Verangola.net Dec 12, 2024 4:26 AM.


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