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Potencialidades de la cooperación Rusia-Cuba en el contexto euroasiático hacia un horizonte post-Covid-19.

Otros autores: MsC. Ángel Rodríguez Soler
marzo 26, 2021   0

Acontecimientos mundiales, como el cambio climático, la crisis alimentaria o el avance de la pandemia de la Covid-19, evidencian que el mundo necesita de nuevos procesos dinamizadores integrados. La actual crisis por la que atraviesa el sistema internacional -agudizada por la pandemia del coronavirus- y la complejidad del resto de los problemas globales, han demostrado la necesidad del fomento de la cooperación, que tenga como centro las políticas de gestión, intercambio y coordinación de acciones en aras de hacer frente a retos comunes, con una visión integradora y sistémica de colaboración. Sin embargo, la escena política internacional presenta un abanico de desafíos de diversa índole para el logro de esos fines.

En ese contexto la pandemia de la Covid-19 ha sido utilizada para articular determinadas narrativas y generar mensajes afines sobre el enfrentamiento y manejo de la crisis, lo cual ha propiciado una politización de este complejo escenario y una polarización en la gestión del mismo. En cuanto a las salidas de la crisis, en sentido general, se manejan dos cuestiones: Integración-cooperación o salvaguarda de los Estados-nacionales-proteccionismo. A ello se suman diversos análisis sobre los impactos de la crisis que también bipolarizan los modelos a seguir: capitalismo o comunismo (renovado[1]); lo cual, respectivamente se combina con los binomios libertad-democracia o control-autoritarismo. Así también, se tiende a confundir estado de excepción con excepcionalidad permanente. En general de lo que se ha tratado es de  simplificar y sintetizar así análisis mucho más complejos sobre el futuro de modelos sociales o políticos y su lugar en la posible conformación de un nuevo orden mundial.

Tras la desinformación (aparente) que se genera en un ambiente de sobreexposición informativa (aparentemente desorganizada), hay cálculo predictivo de respuesta (estrategia) y por tanto hay intencionalidad. Sin dudas este contexto ha sido propicio para solventar contradicciones y da lugar a que se pueda hablar de una “geopolítica de la infodemia”. Debe tenerse en cuenta que una crisis global como lo es una pandemia, requiere un fuerte liderazgo de acciones globales coordinadas, y esto constantemente se fractura desde los medios en nombre de las ideologías, entorpeciendo la necesaria coordinación entre los principales actores mundiales.

La posición cooperativa de países como China, Rusia, Vietnam, y Cuba, (por mencionar aquellos que en las representaciones sociales se identifican con la satanización del socialismo o el comunismo), matiza los imaginarios y allí donde la solidaridad, la cooperación surgen como el aliciente para garantizar la sobrevivencia humana, aparecen también intentos por boicotearla y deslegitimarla desde una lógica geopolítica y simplista. En este contexto, sin dudas, grandes expectativas e interrogantes se abren en cuanto a la reconfiguración de la imagen de estos países, que han sido de las naciones que han logrado controlar con mayor eficacia la pandemia tanto en virtud de sus sistemas políticos, económicos y de salud pública nacionales como de su disposición de cooperación y coordinación internacional.

Narrativas en torno a la cooperación en el contexto de la Covid-19.

La efectividad de la experiencia asiática en el manejo de la crisis en general, pasa por tener una actitud hacia la cooperación, signo de su regionalismo abierto y de la coordinación de sus organismos multilaterales, a pesar del amplio marco de diferencias que comparten, lo cual compite con un Occidente mucho más fragmentado. Así como se ha explicado, en el camino para vencer el coronavirus, la solidaridad y cooperación constituyen una parte fundamental. Es así que, países como Cuba, China, Vietnam, Corea, y Rusia quienes también enviaron suministros médicos y especialistas a los países más golpeados, han visto importantes resultados no solo en el trabajo de sus comunidades científicas en la lucha contra la pandemia, sino también en la colaboración e intercambios mutuos.

La propia concepción de solidaridad puede entenderse en un sentido mucho más profundo teniendo en cuenta sus consecuentes sinergias. Rusia ha sido uno de los países que se ha destacado en brindar ayuda solidaria en los difíciles momentos de crisis sanitaria que atraviesa el mundo. En ese contexto sobresale la propuesta del presidente ruso, Vladimir Putin, de crear corredores humanitarios en medio de situaciones de emergencia como la actual. La propuesta fue presentada en medio de la cumbre virtual celebrada por el G20 el pasado 26 de marzo, donde en su intervención el presidente de la Federación Rusa llamó a la creación de «corredores verdes, libre de guerras comerciales y sanciones»[2].

Durante la videoconferencia Vladimir Putin resaltó la necesidad de enviar medicamentos, alimentos, equipamiento y tecnologías para sopesar los efectos provocados por la crisis que causa mayores daños a países bloqueados. La propuesta de Putin de crear un corredor verde en lugar de la guerra económica y las sanciones, cada vez se hace más necesaria en medio de la rapidez con la que se desarrolla el brote de coronavirus. Por su parte esto contrasta con la posición de la administración de la Casa Blanca de mantener las crudas sanciones aplicadas contra varios gobiernos en medio de la pandemia mundial, contexto en el cual resultan aún más patentes las negativas consecuencias de los bloqueos impuestos por Washington[3]. Tales son los casos por ejemplo de Irán, Siria, Cuba, Venezuela. En tal sentido, el Kremlin inauguró estos “corredores verdes”, enviando ayuda para el enfrentamiento de la pandemia.[4]

Sin embargo, la solidaridad y extensión de estos corredores, además de los ya mencionados y de los  países que incluyen la Unión Económica Euroasiática, la Comunidad de Estados Independientes, Mongolia y Corea del Norte; ha alcanzado a países como Estados Unidos, Italia, España, Serbia, Argelia. Hasta esas tierras y regiones también ha llegado la presencia de China, entre otros países. De manera que se evidencia una articulación de la cooperación y la solidaridad, describiendo una Ruta Sanitaria (como parte del proyecto chino Iniciativa de la Franja y la Ruta) que se complementa con determinados Corredores Verdes. Se trata de la idea de despolitizar y reivindicar el más importante de los derechos: el derecho a la vida.[5]

El avance de la Ruta Sanitaria y el proyecto de Corredores Verdes, en su conjunto han despertado el desarrollo de diversas narrativas sobre la colaboración en el contexto de la emergencia sanitaria. La imagen cooperativa de estos países, así como de Cuba, que han dado el paso al frente para cooperar, en el sector de la salud y que en muchos casos han coincidido y compartido en un mismo escenario, ha sido satanizada y atacada. Se ha politizado la ciencia, por cuanto se han denominado como “carrera” o “competencia”, los esfuerzos por encontrar un candidato vacunal efectivo. A todo ello se han sumado múltiples teorías de la conspiración.

Es así que, la pandemia se ha vivido en un ambiente marcado por la cooperación y la confrontación. Por un lado se han exacerbado narrativas de corte nacionalista, xenófobo, y por otra, el contexto de la Covid-19 ha potenciado una serie de mensajes acorde con determinados intereses políticos.

Es interesante analizar el tratamiento que ha tenido la narrativa en torno a la ayuda rusa a Italia que despertó “sospechas” de que Rusia estaba usando la ayuda como herramienta política para influir en la Unión Europea. Rusia envió a fines de marzo del 2020 cien virólogos militares a Italia, especialistas en epidemias y un cuerpo de enfermeros y enfermeras que provienen de tres bases militares rusas. Según el Ministerio de defensa ruso, estos especialistas han participado en la eliminación de la peste porcina en África y también trabajaron en el desarrollo de vacunas contra el ébola y la peste. Con la etiqueta ‘Desde Rusia con amor’, los aviones y camiones llevaban pegatinas gigantes que unían las banderas italianas y rusas en forma de corazón.[6]

Franco Frattini, exministro de Exteriores italiano y representante de la Organización para la Seguridad y la Cooperación, en declaraciones al portal RT acusó a la UE de dejar a Italia prácticamente sola: “Hablando con franqueza, Bruselas no está haciendo lo suficiente. En el primer momento Italia estuvo prácticamente sola contra el virus. Muchos dijeron que todo se debió a los hábitos italianos, porque los italianos no respetan las reglas. Y, de repente, se dieron cuenta de que todos los demás países están igualmente afectados”.[7]

Para algunos, este escenario ha traído a la memoria un recuerdo de Guerra Fría en la búsqueda de un discurso favorable sobre las actuaciones de Rusia en Italia. Sin embargo, Rusia negó que la ayuda sea una muestra de convergencia de intereses geopolíticos. En una entrevista en el periódico italiano Il Corriere de lla Sera, el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Luigi Di Maio, aseguraba que no hay que estar buscando nuevos escenarios geopolíticos donde hay un país que necesita ayuda y otros países que están ayudando. No se trata de una Guerra Fría, es una cuestión de realidad, o realpolitik, como quiera llamársele.

Sin embargo, la fragmentación al interior no solo de la UE, sino también de los Estados nacionales se ha evidenciado a partir de las diversas posiciones frente a un tema de tanta relevancia en un momento crítico. Así es que, según el periódico italiano La Stampa, el 80% de los suministros enviados por Rusia eran inservibles y solo servía para una propaganda favorable hacia Moscú.[8]

Así mismo, muchos se cuestionan sobre la ayuda brindada a Italia por tres países comunistas (China y Cuba, junto a  Rusia) ante una pandemia de escala global. “Pues es exactamente lo que ocurre en Italia, que ha reseñado con cierto interés la implicación de unas «insólitas» naciones que, en el momento menos pensado, se han convertido en unos auténticos aliados. Es la que ya se conoce como la diplomacia de las mascarillas. Tal como apuntaron los medios de comunicación transalpinos, Lombardía está gobernada por la soberanista Liga de Matteo Salvini pero, en este tipo de situaciones, no hay ideologías: «Aceptamos la ayuda de cualquier país, ¡faltaría más!», aseguró estos días el presidente lombardo, Attilio Fontana, en una rueda de prensa telemática con los corresponsales de la Prensa Extranjera.[9]

«La Italia en busca de ayuda no mira el color político de sus donantes», escribió estos días el conocido diario progresista italiano La Repubblica, que hacía la analogía de cómo, hace años, era la bandera norteamericana la que simbolizaba, en el país, la ayuda exterior: «Hay una aceleración geopolítica en el Mediterráneo que ven a los Estados Unidos cada vez más ausentes y lejanos». «Quien se dedique a entender el mundo después del coronavirus tendrá en mente los aviones rusos, las ayudas chinas y los médicos cubanos», asegura La Repubblica.[10]

«¿Acaso hemos dejado demasiado espacio a Putin para remarcar la ausencia de ayudas americanas al Viejo Continente?», se pregunta el célebre periódico Corriere della Sera. El ministro de Exteriores italiano, Luigi Di Maio, propone una lectura optimista a la ayuda extranjera: «Italia no está sola y desarrollar amistades con otros Estados se ha demostrado como algo fundamental», asegura el mandatario, que ha establecido como prioridad absoluta para los diplomáticos italianos la urgente búsqueda de mascarillas y respiradores médicos por todo el mundo. El premier Giuseppe Conte aclara: «Nada pondrá en crisis nuestra colocación geopolítica», occidental, se entiende.[11]

En los casos de China y Cuba, también se ha alimentado la narrativa de la utilización de la “diplomacia de las mascarillas” para «blanquear la imagen de los derechos humanos en estos países”[12]. En aras de deslegitimar la cooperación, se ha recurrido en el discurso a presentar una China portadora o creadora del virus, la cual primero utilizaba las redes sociales para censurar información y posteriormente para su reconstrucción de imagen, aduciendo como una vez superado lo peor de la crisis sanitaria se ofrece como aquel que tiene experiencia para saber como actuar o como el donante solidario con aquellos que ahora están en el peor momento de la pandemia.

Así también, en el caso de Cuba, el 2020, en pleno desarrollo de la pandemia durante el último año de la administración de Donald Trump, nuevas amenazas recayeron sobre Cuba, y el mundo en relación a la cooperación médica cubana. Un grupo de senadores republicanos en Estados Unidos presentaron el 17 de junio de 2020 un proyecto de ley para castigar a los países que contraten misiones médicas de Cuba al considerarlos cómplices de la “trata de personas”. Al frente de las acusaciones se encontró el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, quien describió el despliegue de médicos cubanos en países desde Venezuela hasta Brasil y Ecuador como “una interferencia siniestra en sus asuntos” y felicitó a los países, como Bolivia, que los han expulsado. Pompeo fue respaldado por otros altos funcionarios y agencias estadounidenses, incluido el Subsecretario de Estado, Michael Kozak.

En esta difícil coyuntura Cuba mantiene su convicción y compromiso de solidaridad con el mundo, incluido Estados Unidos. La Habana brindó, desde el inicio, su apoyo a Washington en medio de la actual crisis sanitaria, así como ha auxiliado a muchos otros países, entre las que se destacan en este contexto los europeos Italia, Andorra, territorios europeos de ultramar en el Caribe. No puede dejarse de mencionar el caso de los pasajeros del crucero británico MS Braemer que atracara en costas cubanas a pesar de tener al menos cinco casos confirmados de coronavirus a bordo y otros 52 pasajeros que presentaban síntomas. El barco, con más de 600 pasajeros principalmente británicos, había solicitado ayuda tanto de Cuba como de los Estados Unidos. Luego de estar anclado en el Caribe durante cinco días buscando un lugar para atracar, puedo llegar a Cuba. Este hecho fue otro de los tantos que ha sido manipulado para deslegitimar la imagen de Cuba ante el mundo.

La Unión Económica Euroasiática y la lucha contra la COVID-19

Los líderes de la Unión Económica Euroasiática se han comprometido en aunar los esfuerzos en la lucha contra el coronavirus, según afirma la declaración aprobada al término de la telecumbre de la UEE, en abril de 2020. En la videoconferencia participaron los presidentes Vladímir Putin, de Rusia; Alexander Lukasheko, de Bielorrusia; Kasim-Zhomart Tokáev, de Kazajistán; Sooronbái Zheenbékov, de Kirguistán; y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián.[13]

En el documento presentado en el encuentro subrayaron «la importancia de apoyar a los ciudadanos de nuestros Estados y los esfuerzos conjuntos de la comunidad internacional para garantizar la salud y el bienestar de la gente durante la pandemia del COVID-19 y mitigar sus consecuencias negativas para la economía», y expresaron «la disposición de aunar los esfuerzos para contrarrestar juntos esta amenaza».[14]

Otra importante idea abordada en este marco fue que la lucha contra la pandemia del COVID-19 no debe romper los lazos empresariales establecidos, frenar el comercio internacional, ni poner fin a la activad inversionista. La declaración constata que la propagación del virus SARS-CoV-2 reduce de manera significativa la movilidad de la población, impide el comercio de bienes y servicios, provoca volatilidad en los mercados globales financieros y de productos básicos, causa riesgos de desintegración para la economía global y las regionales.

«Ordenamos a los gobiernos, los bancos Centrales de los miembros de la UEE y la Comisión Económica Euroasiática tomar medidas coordinadas para prevenir e impedir la propagación del coronavirus causante del COVID-19, fortalecer nuestra cooperación económica, preservar la estabilidad del funcionamiento de los mercados internos, incluidos los alimentarios, apoyar a los ciudadanos y las empresas de nuestros países para superar las consecuencias negativas de la pandemia del COVID-19”[15].

El documento destaca que en el marco de la lucha contra el coronavirus los países de la UEE están dispuestos a proporcionar la asistencia mutua necesaria, consolidar los sistemas de sanidad, realizar investigaciones conjuntas en la elaboración de los medios para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las infecciones, afianzar los algoritmos de cooperación en la respuesta a las epidemias.

«Reiteramos la disposición a continuar cooperando para eliminar las consecuencias negativas de la pandemia de COVID-19, preservar el nivel de cooperación integral y seguir desarrollando las economías de los países miembros de la UEE, garantizar la estabilidad social y macroeconómica de nuestros países, mantener la actividad empresarial e inversionista».[16]

Por otra parte, la declaración final no se circunscribió a los marcos de la Unión, sino que también se abogó por mantener la unidad de la comunidad internacional y la estabilidad de la economía mundial, preservar el principio de la libre circulación de mercancías, incluidos los productos de importancia social, alimentos, equipos médicos y fármacos, medios de protección individual. “Llamamos a todos los países a mantener la cooperación internacional, consolidar la confianza, poner fin a los conflictos bélicos, las guerras comerciales, las sanciones financieras y económicas unilaterales y seguir de manera estricta las normas del derecho internacional.”[17]

Otro de los países que se ha destacado en la lucha contra la pandemia y que ha mantenido una estrecha relación e interés con la UEE es Vietnam, el cual es el primer país en establecer una zona de libre comercio con la UEE. El contexto de la pandemia ha propiciado un acercamiento entre Hanoi y Moscú. Ambos países han realizado estudios conjuntos y desarrollaron tecnología de plasma frío para la desinfección de superficies y eliminación del virus con el gas iónico de la fuente de plasma frío.[18] Igualmente ambos países se han destacado por su solidaridad con el mundo en el manejo de la crisis.

Recientemente la Agencia para la Cooperación de la Federación Rusa (Rossotrudnichestvo), dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores de este país, celebró el seminario titulado “Vietnam de hoy a través del lente euroasiático”. El evento, efectuado tuvo como motivo la publicación de libro “Vietnam despega” del autor ruso Grigory Trofimchuk, y congregó a unos 40 periodistas, investigadores, expertos y académicos de centros de investigación, junto con representantes de organizaciones y medios de comunicación de Rusia, Kazajstán, Kirguistán, Armenia y Vietnam. El director de Rossotrudnichestvo, Yevgeny Primakov, destacó que Rusia presta atención a fortalecer la cooperación y la amistad con Vietnam. Mientras, las agencias y unidades bajo su Agencia están dispuestas a promover los vínculos entre las empresas rusas y de la Unión Económica Euroasiática (UEE), y los socios vietnamitas, subrayó.[19]

En una entrevista con corresponsales de la Agencia Vietnamita de Noticias (VNA) al margen del evento, Trofimchuk informó que representantes de países miembros de la UEE expresaron su deseo de expandir las relaciones con Vietnam en todos los sectores. Destacó, además, la necesidad de impulsar los nexos entre Vietnam y Rusia en el marco de la UEE y el desarrollo la infraestructura de transporte y logística para facilitar la cooperación entre las localidades de los dos países. Durante el taller, los participantes debatieron sobre nuevos enfoques para ampliar las relaciones entre los países miembros de la UEE y Vietnam, y las perspectivas de colaboración en ciencia y técnica, educación, comercio y seguridad de la información.[20]

De manera general, la Crisis de la Covid-19 ha redimensionado el papel de la UEE. El contexto de crisis ha propiciado mayores acercamientos y nuevos terrenos de interés común e internacional han sido explorados, no solo entre sus miembros, sino entre la Unión y otros países. Uno de los casos más relevantes ha sido China. Una vez más se han articulado la Iniciativa de la Franja y la Ruta y UEE, dígase en el despliegue de la Ruta Sanitaria, los corredores verdes, o a través de la solidaridad con otros pueblos para el apoyo en el enfrentamiento de la crisis. Así también, otros países como Cuba han acompañado el camino de la colaboración, el intercambio de experiencias en temas de salud, ciencia, biofarmcéutica y biotecnología, más allá del espacio euroasiático. Ello permite vislumbrar la vitalidad de un proyecto que se adapta  a los tiempos y se regenera de cara a las adversidades.

Potencialidades de la cooperación Rusia-Cuba en salud y la industria biofarmaceútica hacia un horizonte post-Covid-19.

Antes de la pandemia, Cuba contaba con experiencias importantes en el enfrentamiento a enfermedades infecciosas en diversos lugares del mundo. Es significativa su labor en África en el enfrentamiento a diversas epidemias, uno de los casos más recientes fue el enfrentamiento al ébola. Las acciones de la comunidad internacional, incluida la participación de galenos cubanos, permitió la eliminación de la epidemia. En este caso, en lo que respecta a la experiencia cubana con otros actores, debe destacarse la colaboración con Estados Unidos durante la segunda administración de Barack Obama. Ello demostró no solo la posibilidad, sino la necesidad de la cooperación más allá de los signos políticos.

La experiencia de la Covid-19 ha demostrado la necesidad de reforzar las acciones conjuntas que permitan obtener beneficios mayores sobre la base de la unidad de la cooperación y no de acciones separadas, fomentando el entendimiento mutuo, políticas de colaboración que propicien el diálogo ante restos y desafíos comunes.

Justo en este contexto Cuba ingresa como país observador a la UEE. Es importante destacar en este marco  las posibilidades que existían para Cuba y la UEE de avanzar en temas de interés común, atendiendo a potencialidades existentes entre ambas partes y al interés de fortalecer las relaciones bilaterales con los integrantes de esa organización, según expuso el Viceprimer Ministro de Cuba Ricardo Cabrisas. Resulta de interés la contribución que Cuba puede realizar, por ejemplo, en esferas importantes como la salud, la biotecnología y la biofarmacéutica.

Recientemente, en febrero de 2021 tuvo lugar la intervención del Primer Ministro de la República de Cuba, Manuel Marrero Cruz, mediante videoconferencia, en la Reunión del Consejo Intergubernamental Euroasiático. Este Consejo Intergubernamental, tuvo especial significado para Cuba, al participar por primera vez, en condición de Estado Observador, ante la Unión Económica Euroasiática. En el evento participan representantes de Estados miembros de la UEE: Rusia, Belarús, Kazajstán, Armenia y Kirguistán; así como de las repúblicas de Moldavia, Uzbekistán y Cuba que cuentan con estatus de países observadores.

Marrero Cruz subrayó en la cita:

Los devastadores efectos de la COVID-19, evidencian que la solidaridad, el multilateralismo y la cooperación, constituyen la vía más efectiva, para enfrentar los retos comunes. Nuestro país, está comprometido con el avance de los proyectos de integración, que propone la Unión Económica Euroasiática, al tiempo que ponemos, a disposición de los Estados miembros, nuestras capacidades en el enfrentamiento a la Covid-19, particularmente en lo referente a la colaboración médica, biotecnológica y la producción de vacunas.

Asimismo, ratificamos la disposición de colaborar, en la implementación de las directrices estratégicas, para el desarrollo de la integración económica euroasiática hasta el 2025, que se avienen plenamente, con el Plan de Desarrollo Económico y Social de nuestro país hasta el año 2030.

Acogemos con beneplácito, las posibilidades de inserción en las iniciativas euroasiáticas, enfocadas en las esferas energética, industrial, de transporte, turismo, financiera y la eliminación de barreras comerciales. Vemos también con interés, la creación de empresas mixtas y el fomento de la digitalización integral de los sectores productivos, la ampliación del acceso a los mercados exteriores, la colaboración con otras iniciativas regionales, entre ellas la “Franja y la Ruta”; así como la intención, de interconectar los sistemas nacionales de distribución de productos básicos, de los Estados miembros.[21]

Sin lugar a dudas se abre un abanico de oportunidades para la colaboración y cooperación entre las partes. La relación de Cuba con estos pueblos no es nueva, sino que tiene un pasado compartido durante la época soviética.  Con la desintegración de la URSS, las relaciones comerciales se vieron seriamente afectadas al punto de ser inexistentes por razones obvias, lo cual significó un duro golpe para el comercio cubano que entre otros factores sumió al país en el crítico “período especial”.

Entre el  2006-2010 puede hablarse de una dinamización de vínculos tras la visita del Primer Ministro ruso Mijail Fradkov (2006) y el Presidente de Rusia Dimitri Medvedev (2008). En 2009 tiene lugar la visita de Raúl Castro a Rusia. En este contexto comienza una etapa de colaboración estratégica, en la cual fue fundamental la concesión de créditos gubernamentales. (12 millones de euros de Belarús, 335 millones y 150  millones de Rusia). En ese contexto se abren las Embajadas de Azerbaiyán y Kazajstán en la Habana fortaleciendo los vínculos diplomáticos con estos países. A partir del 2011 tiene lugar una consolidación de los nexos. Es importante mencionar en ese sentido la gira por el área del canciller cubano (2011), las visitas a Cuba del Presidente de Ucrania (2011); Presidente de Belarús (2012); segunda visita a Rusia de Raúl Castro (2012) y la visita del Primer Ministro Medvedev (2013). Es importante destacar que en esta etapa tiene lugar por la parte rusa la condonación de la deuda de Cuba con la URSS.[22]

Sin embargo, a pesar de los diversos momentos por los que han atravesado las relaciones los vínculos se han mantenido. Para Cuba ha sido de vital importancia mantener un significativo grado de intercambio comercial con Rusia y otros países del espacio postsoviético teniendo en cuenta la dependencia tecnológica cubana de esa región en lo que a maquinaria pesada y piezas de repuesto se refiere fundamentalmente en la esfera de la agricultura, ya que una gran parte de la existente industria nacional fue creada en el marco de la colaboración con la URSS.

De manera que al potenciar los vínculos con la región en el marco de la UEE, también se están cultivando las posibilidades de ampliar el intercambio con esta parte del mundo que en un momento fue de vital importancia para la economía cubana. Muchas de estas variables, en las nuevas condiciones, se mantienen. Los países que formaban parte de la URSS fueron mercados para los rubros cubanos exportables y  proveedores de muchos productos que se han seguido importando. Cuba se encuentra en un proceso de actualización y ordenamiento del modelo económico y necesita la diversificación de su dependencia externa, así como de inversiones extranjeras, sustitución de importaciones e incremento de las exportaciones.

Sin embargo, la relación de Cuba con la URSS no sólo estuvo basada en componentes ideológicos o comerciales, sino también en imperativos culturales y científicos. Constituyen antecedentes importantes de la huella de la medicina cubana, los tristes sucesos que tuvieron lugar en la madrugada del 26 de abril de 1986 cuando estalló el cuarto reactor de la central electronuclear de Chernóbil, a dos kilómetros de la ciudad científica de Pripiat. La tragedia sacudió a Ucrania, Bielorrusia y Rusia, fundamentalmente. [23]

Este fue uno de los capítulos más tristes de la historia euroasiática. Las consecuencias de la nube radiactiva, se han extendido por años. En 1990, Cuba recibió el primer grupo de niños y niñas procedentes de la todavía Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas para ser atendidos. Se creaba así el programa médico cubano de atención a los niños de Chernóbil, que permaneció de manera gratuita durante 21 años consecutivos y permitió que recibieran atención más de 26 000 niños de Rusia, Bielorrusia, Moldavia, Armenia y Ucrania.[24]

Con la UEE se abre un nuevo capítulo en las relaciones entre Cuba y los países del entorno euroasiático, y a la vez posibilidades de explorar potencialidades de colaboración conjunta con terceros asociados, en otras regiones del mundo, de acuerdo a las experiencias acumuladas, profundamente marcadas por la pandemia de la Covid-19, donde academia, ciencia, diplomacia científica, Inteligencia Sanitaria, Geopolítica del desarrollo tecnológico, tendrán un papel preponderante en la construcción de diálogos y canales de comunicación pese a diferencias políticas.

Referencias bibliográficas:

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-Presidencia. Intervención del Primer Ministro de la República de Cuba, Manuel Marrero Cruz, mediante videoconferencia, en la Reunión del Consejo Intergubernamental Euroasiáticoh. En: ttps://www.presidencia.gob.cu/es/noticias/intervencion-en-la-reunion-del-consejo-intergubernamental-euroasiatico-video/

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[1] Slavoj Žižek. Coronavirus es un golpe al capitalismo al estilo de ‘Kill Bill’ y podría conducir a la reinvención del comunismo. Sopa de Wuhan. Libro digital. Disponible en Internet. Editorial: ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio). Marzo 2020.

[2] Spanish.xinhuanet.com  Irán da bienvenida a propuesta de Rusia de «corredores verdes» para combatir pandemia de COVID-19. 2020. Disponible en: http://spanish.xinhuanet.com/2020-04/09/c_138959018.htm

[3] Ibídem

[4] Fabelo Concepción, Sunamis; González Saez, Ruvislei. China y la Ruta de la Seda Sanitaria en momentos de COVID-19. Cuadernos de China. Universidad de los Andes, Venezuela, ISBN: 978-980-11-1996-8.

[5] Ibídem.

[6] Fabelo Concepción, Sunamis; Silverio González, Yoslán y colectivo de autores. Beyond borders: international map of Cuban medical cooperation.  Middle East Monitor, MEMO, London, September 2020. ISBN 978-1-907433-46-7 (digital), pp. 122. Disponible en: https://www.memopublishers.com/publications/digital/item/beyond-borders-international-map-of-cuban-medical-cooperation/

[7] Rusia, China y Cuba se movilizan contra el Covid-19 ante la inoperancia europea. Disponible en: https://okdiario.com/internacional/rusia-china-cuba-movilizan-contra-covid-19-inoperancia-europea-5370372/amp

[8] Fabelo Concepción, Sunamis; Silverio González, Yoslán y colectivo de autores. Beyond borders: international map of Cuban medical cooperation.  Middle East Monitor, MEMO, London, September 2020. ISBN 978-1-907433-46-7 (digital), pp. 122. Disponible en: https://www.memopublishers.com/publications/digital/item/beyond-borders-international-map-of-cuban-medical-cooperation/

[9] Manuel Tori. Cuba, Rusia y China, la ‘diplomacia de las mascarillas’ que beneficia a Italia. En: https://www.google.com/amp/s/m.publico.es/internacional/cuba-rusia-china-diplomacia-mascarillas-beneficia-italia.html/amp

[10] Ibídem.

[11] Ibídem.

[12] Oscar Valero. Médicos cubanos contra el coronavirus: ¿negocio o altruismo? En: https://es.euronews.com/2020/04/24/medicos-cubanos-contra-el-coronavirus-negocio-o-altruismo#

[13] Sputnik. Líderes de la Unión Económica Euroasiática se comprometen a luchar juntos contra COVID-19. 2020. Dosponible en:  https://www.google.com/amp/s/mundo.sputniknews.com/amp/politica/202004141091101799-lideres-de-la-union-economica-euroasiatica-se-comprometen-a-luchar-juntos-contra-covid-19/

[14] Ibídem

[15] Ibídem.

[16] Ibídem.

[17] Ibídem

[18] Nhan Dan. Vietnam y Rusia desarrollan tecnología de plasma frío contra la pandemia de Covid-19. 2020. Disponible en: https://es.nhandan.com.vn/sociedad/item/1248180-vietnam-y-rusia-desarrollan-tecnologia-de-plasma-frio-contra-la-pandemia-de-covid-19.html

[19]VNA. Buscan fortalecer nexos entre Vietnam y Rusia, y Unión Económica Euroasiática. 2020. Disponible en: https://es.vietnamplus.vn/buscan-fortalecer-nexos-entre-vietnam-y-rusia-y-union-economica-euroasiatica/124880.vnp

[20] Ibídem

[21] Intervención del Primer Ministro de la República de Cuba, Manuel Marrero Cruz, mediante videoconferencia, en la Reunión del Consejo Intergubernamental Euroasiáticoh. En: ttps://www.presidencia.gob.cu/es/noticias/intervencion-en-la-reunion-del-consejo-intergubernamental-euroasiatico-video/

[22] Fabelo Concepción, Sunamis: La Unión Aduanera Rusia-Bielorrusia-Kazajstán. Impacto y posibilidades para Cuba, Tesis del Diplomado en Comercio Exterior, Instituto del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, La Habana, 2013.

[23] Fabelo Concepción, Sunamis; Silverio González, Yoslán y colectivo de autores. Beyond borders: international map of Cuban medical cooperation.  Middle East Monitor, MEMO, London, September 2020. ISBN 978-1-907433-46-7 (digital), pp. 122. Disponible en: https://www.memopublishers.com/publications/digital/item/beyond-borders-international-map-of-cuban-medical-cooperation/.

[24] Ibídem.

Seminario: Rusia y Cuba en un mundo multipolar. Reacción ante las nuevas amenazas y la crisis del neoliberalismo. Problemas de la solidaridad y el patriotismo en el contexto de la ideología estatal.


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