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Un mundo bajo nuevas coordenadas*

Otros autores: Moderadores: Martin A. Martinelli, Universidad Nacional de Luján/CLACSO, y Gustavo Keegan, Universidad Nacional de Luján. Transcripción: Valentina Taberna (Prof. en Historia. Observatorio Geohistórico)
octubre 2, 2023   0

IV Congreso de Geografía Regional: “Un mundo bajo nuevas coordenadas”. 2023. Observatorio Geohistórico U. N. de Luján, Argentina.

Moderadores:

Martinelli, Martín. Doctor en Ciencias Sociales, Historiador. Universidad Nacional de Luján (Argentina). Coordinador del Grupo Especial Revista Al-Zeytun / CLACSO «Palestina y América Latina» (2019-2022) por el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (Universidad de Buenos Aires), Director Observatorio Geohistórico (UNLu). Autor del libro “Palestina (e Israel). Entre intifadas, revoluciones y resistencias”. ORCID 0000-0002-0605-5809 https://www.researchgate.net/profile/Martin-Martinelli martinellima1982@gmail.com

Keegan, Gustavo: Geógrafo, Técnico en Información Ambiental. Investigador y profesor en Universidad Nacional de Luján. Instituto de Investigaciones Geográficas (INIGEO). Comisión Centro Humboldt (Internacional).  Observatorio Geohistórico (UNLu). Coordinador adjunto de www.portalcoordenadas.com.ar Proyectos de Investigación: La nueva geografía del capitalismo. Organizador de varios Congresos y Jornadas habituales. Escribe en diversas revistas. Mail: gustavokeegan@yahoo.com

Organizadores:

Omar Gejo (Geógrafo. Exdecano Ciencias Sociales  UNLu-UBA-UNMDP. Creador de Observatorios Geohistórico, Geoeconómico, Socieconómico  y Universitario y del Instituto de Investigaciones Geográficas (INIGEO). Fundador Centro Humboldt (Internacional). www.portalcoordenadas.com.ar. Director numerosos Proyectos de Investigación: La nueva geografía del capitalismo.)

Alan Rebottaro (Geógrafo. Observatorios Geohistórico y Geoeconómico. Instituto de Investigaciones Geográficas (INIGEO). Centro Humboldt. Observatorio Geohistórico (UNLu). www.portalcoordenadas.com.ar.).

Transcripción: Valentina Taberna (Prof. en Historia. Observatorio Geohistórico).

MM: Comencemos por explicar Iñaki, ¿Qué entendés por un mundo bajo nuevas coordenadas? Qué es el lema de nuestros últimos dos Congresos.

IG: Al hablar sobre un mundo bajo nuevas coordenadas hay un problema central, ¿qué se entiende por nuevas coordenadas? ¿Qué se entiende por nuevas, viejas y permanentes coordenadas? Porque ahora hay muchos debates sobre las diferentes corrientes de geopolítica, muchos debates sobre el dólar, sobre China, Rusia, Ucrania. Incluso sobre la situación en Nuestra América con respecto a Estados Unidos y sus diversas áreas. La enorme distancia entre Argentina y México, por ejemplo, y cómo hay que verlo desde una perspectiva geopolítica.

Si uno investiga, vemos que entre las distintas corrientes de la geopolítica hay diferencias serias. Y si se sigue buceando un poco más, vemos que la geopolítica cualquiera que sea su corriente tiene determinadas limitaciones analíticas y sobre todo limitaciones propositivas y de propuestas prácticas. Y si seguimos profundizando un poquito más se ve la necesidad de ascender de la política a un análisis socioeconómico y sobre todo a un análisis de las contradicciones capitalistas. Es decir, si uno pasa, en el necesario método dialéctico, de la superficie al fondo y del fondo a la superficie; si uno desciende de las capas de cebolla de la geopolítica al núcleo de la cebolla y de esta vuelve a ascender a la superficie, nos encontramos con un problema muy serio y esto es por dónde voy a empezar.

En este debate nos moveremos, como mínimo, en cuatro áreas de análisis y a las que dispondremos a interactuar y verlas desde una totalidad; una totalidad concreta que es lo que Marx definió como una fase de revolución social, una época de revolución social.

A esto volveremos una y otra vez porque entiendo que lo que está pasando en el mundo, es una situación más avanzada de una época de revolución social, que Marx ya la analizó en su célebre Prólogo a la contribución de la crítica de la economía política de 1859. Este prólogo está sintomáticamente relegado porque es un compendio de conceptos muy enlazados y presentados de forma muy sucinta pero muy interactiva entre ellos, desde una perspectiva dialéctica, con una lógica de interpenetración unos con otros. Esta marginación es porque a la gente que no está preparada para la lectura de Hegel, de Lenin de la época de los Cuadernos, la teoría del concepto, etc., las ideas del Prólogo producen miedo y a veces les pone ante un abismo.

Ahí hay un momento en ese prólogo que dice textualmente: “al llegar a una fase determinada de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o lo que no es más que la expresión jurídica estas, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas y se abre una época de revolución social. Al cambiar la base económica se transforma más o menos rápidamente toda la inmensa superestructura sobre ella”. 

No hay duda, para mí y para las fuerzas revolucionarias que estudian la situación presente desde esta filosofía, perspectiva, y método, de que en estos momentos la contradicción entre el desarrollo potencial, el desarrollo real de las fuerzas productivas ha llegado a un nivel tal de antagonismo con las relaciones de producción o con las relaciones de propiedad, que habilita la probabilidad de, incluso, rozar una cuarta guerra mundial.

Partimos de aquí, de esto que está anunciando Marx en 1859 ya lo había adelantado junto a Engels 11 años antes en el Manifiesto comunista. Allí dicen que la burguesía se asemeja al brujo que, con sus encantos, con sus conjuros, ha desencadenado y dejado libres fuerzas destructivas, fantasmas, peligros, miedos, monstruos que no los puede meter otra vez en la caja de donde los había sacado. Es la utilización del mito de la caja de pandora o viejas mitologías griegas o egipcias que hablan exactamente de lo mismo. Llega un momento que las fuerzas destructivas, que es un concepto que aparece ya en La ideología alemana, se convierten en fuerzas destructivas. Ha habido muchas críticas a este breve texto del Prólogo sin darse cuenta de que ya estaba siendo anunciado incluso en La ideología alemana de 1845, incluso en textos anteriores sobre el análisis de Hegel de la filosofía de la historia, de la filosofía del derecho, etc.

Muchos o algunos pensamos que nos encontramos en un grado muy avanzado de ese choque mortal entre el desarrollo real y potencial, bajo otro poder, un poder obrero, un poder popular, un poder socialista. Un choque entre las fuerzas socialistas liberadoras de la felicidad humana y las relaciones de propiedad capitalista bajo las relaciones dirigidas, encauzadas, bajo la dominación del dólar, el euro y del yen japonés. Este para mí sería el primer punto para definir lo que en estos momentos se está librando en las coordenadas del mundo como dice el cartel que vosotros habéis puesto para anunciar este debate. Este sería el primer punto para discutir.

Pero este primer punto tiene otros puntos relacionados. ¿Cómo estas coordenadas han ido evolucionando dentro de ese antagonismo entre el desarrollo de las fuerzas reales y de las fuerzas potenciales sociales con las relaciones de propiedad? ¿Qué función han tenido aquí las revoluciones (las revoluciones triunfantes, las machacadas, las revoluciones que podían haber empezado, las situaciones prerrevolucionarias)? ¿Y las violencias del capital? Esto porque se ha llegado hasta aquí en medio de una atroz lucha de clases, en medio de muchas atroces guerras de liberación nacional de clases (que es un término empleado por Marx), en medio de guerras mundiales hasta terminar en esta circunstancia.

Este es el segundo nivel que quiero analizar de las nuevas coordenadas, porque éstas no se pueden comprender si no van dentro de este contexto de lucha entre las fuerzas potenciales y las fuerzas reales productivas, y las fuerzas, las relaciones de propiedad capitalista dirigidas en estos momentos y de una forma férrea con sus contradicciones. Este es el segundo nivel que queremos hablar y en este segundo nivel hay otro nivel que es el de la violencia.

Y luego queda un tercer nivel que es cómo esto se ha ido dando, se ha ido produciendo en las crisis concretas, en la teoría concreta marxista de las crisis socioeconómicas o económicas. El momento de la vigencia de la ley general de la acumulación capitalista, por una parte; la ley tendencial o la caída tendencial de la tasa media de ganancia, por otra parte, hasta qué punto es cierto el momento en que esto llega. Con esto me estoy acercando al tercer nivel y al final de esta breve introducción.

Esto lleva al problema concreto de la crisis del valor, de la crisis del trabajo abstracto, de la crisis de productividad del capitalismo, al problema de que el capitalismo tiene que lanzarse a la potenciación del capital financiero, especulativo y de alto riesgo. Qué función tiene; últimamente, desde 2008, y recientemente de las promesas que se están haciendo. Porque esta crítica viene de mucho antes, la necesidad de estos sectores de la burguesía imperialista de potenciar la entrada masiva de dinero estatal, del endeudamiento estatal, en concreto desde 2007 y 2008. Y esto nos lleva a la última y cuarta fase, que es el momento actual.

Viendo todo esto, como estamos en este momento en el borde del conflicto entre, por una parte, Eurasia, África y Nuestra América y por otra parte, África, Asia y Nuestra América; a lo que se agregan los datos que están dándose sobre las tensiones en Europa y sobre ese conflicto entre Eurasia, África, Nuestra América, Europa y en el interior de Estados Unidos. Como veis, y concluyo, hemos empezado en la característica interna, sustantiva, la contradicción antagónica irresoluble anunciada no solamente en 1859, sino ya en La ideología alemana (1845) de que llega un momento en que las fuerzas productivas se transforman en fuerzas destructivas hasta llegar a la situación actual. Aquí se destaca el papel que tiene la industria de la matanza de seres humanos, que era el término que Marx y Engels utilizaba en la década de 1860.

 Estos cuatro niveles son a los que yo simultáneamente, pero con una jerarquía interna o con una importancia gnoseológica, epistemológica y también de entendimiento de lo que es la ontología a la explotación capitalista, a lo que me voy a referir una y otra vez. Y cuando no sepa explicar la interacción, la dialéctica de esos cuatro niveles, decírmelo y lo intentaré explicar con más detalle.

MM: Empezando por el primer nivel, en el que nos hablas de la cuestión de la desdolarización, y que está relacionado con los otros tres puntos, que puede vincularse con la cuestión de las revoluciones fallidas. Es decir, contraponer las estrategias de dominación, de las cuales las monedas forman parte también, frente a las estrategias de resistencia de las diferentes poblaciones.

Podemos empezar perfectamente porque lo que está pasando con el dólar, el euro o el yen, lo que está pasando con la libra esterlina y las formas de resistencia de los pueblos, entronca perfectamente con el antagonismo entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las fuerzas de propiedad.

Ya antes de los griegos, y en esto hay estudios aplastantes, la moneda tenía una función de orden político, social y simbólico. Como dijo un marxista con el que podemos tener algunas discusiones, David Harvey, la moneda es un concentrado de poder social. Efectivamente, el dinero, la moneda sin hacer precisiones entre dinero, moneda, billete, dinero electrónico y concentrándonos en lo básico, es un concentrado de poder social.  Ese concentrado de poder social ha estado en contradicción permanentemente en las grandes crisis de las jerarquías y de los focos geopolíticos de desarrollo, y esto entronca perfectamente con el primer nivel, con el núcleo de la cebolla.

Ahora estaríamos en un choque, como expresión del poder social, simbolizado en el dinero o moneda. Esto había sido advertido por los fenicios y luego por Demócrito en su tiempo. Este choque, cómo el dinero rompe la comunidad y la forma en que se produjo en el Mediterráneo y en diferentes zonas de Europa, no fue casual sino que coincide con que se estaba hundiendo el antiguo sistema medieval, sistema feudal, y estaba emergiendo el comienzo de la revolución burguesa.

La primera revolución burguesa fue la holandesa y se plasmó en un cambio, en un hundimiento de la moneda, que era el ducado español, la moneda veneciana o genovesa, todas ellas fueron en declive y se impuso el florín. El florín se impuso en base a victorias militares y diplomacias, temas que no podemos tocar ahora. Pero sí podemos decir que eso inmediatamente entró en el segundo conflicto, cuando las propias revoluciones burguesas tuvieron que dar un salto porque las fuerzas productivas estaban entrando en contradicción con las relaciones de propiedad de la primera burguesía. En este momento es donde las fuerzas productivas chocan con las relaciones de propiedad, con las relaciones jurídicas y, en ese marco, hizo que el florín pierda ante la libra esterlina mediante lo que algunos autores definen como la primera guerra mundial. Eso va precisamente a ese núcleo de la cebolla.

Ahora lo que está sucediendo es que la victoria del dólar y luego las victorias relativas del euro, el yen y la libra esterlina están siendo desplazadas por fin, por cuarta o quinta vez por ese choque entre las fuerzas productivas y las relaciones de propiedad. Es el auge de la economía y del modelo social chino, que está arrastrando detrás suyo a determinados modelos sociales por unos factores tal vez tendremos tiempo de explicar. Lo que algunas burguesías ya ven es que el dólar, con su declive, les va a arrastrar a ellas a un hundimiento y están empezando a comprender que se tienen que acercar al sol que más calienta o tienen que alejarse de una luna que ya no calienta nada: el dólar.

Esto es más complejo, pero es totalmente lógico con el núcleo de la concepción marxista y es que las fuerzas productivas potenciales del sistema capitalista están llevando a un peligro de salto con muchas complejidades, y ahí vendría la guerra con China. Un peligro de salto, de evolución y de revolución hacia una nueva realidad, cómo era la realidad burguesa contra la realidad medieval en su tiempo. Pero esto con un salto cualitativo mucho más profundo.

En esta situación, los pueblos están entrando en contradicción y se están generando nuevos mecanismos de dominación, que no solo son los neofascismos y la guerra cognitiva sino también los proyectos muy recientes en Estados Unidos, y en otras partes, de volver a dar un nuevo carácter de intervención económica y política al Estado. Así, se está discutiendo si ya hay facciones de la burguesía norteamericana y en qué medida empieza a haber facciones de la burguesía europea que estén propugnando un relativo control del neoliberalismo y una vuelta a la intervención del estado burgués para su reorientación. Esto ya se vio en el 2008, 2009, cuando el estado norteamericano dilapidó masas ingentes de dólares para salvar al Lehman Brothers, a Ford y otras muchas empresas.

Entonces se habló de un keynesianismo nuevo y se mantuvo el keynesianismo militar masivamente. Lo que pasa es que la memoria burguesa es muy débil, le interesa ocultar todo esto. Ya lo dijo Sarkozy, hay que reinventar el capitalismo. Se ha vuelto a decir periódicamente, ahora se está diciendo lo mismo, es una promesa engañosa, hay que dar otra vez poder al estado burgués. ¿Por qué? Porque ven que, en todo el panorama, el desarrollo potencial de las fuerzas productivas está chocando con una agudeza creciente, día a día, con las relaciones de propiedad y con las relaciones jurídicas capitalistas que necesita la burguesía imperialista sin las cuales no podría sobrevivir.

Entonces hay un debate sobre el  cómo en otros momentos, ¿es posible, hoy, otro New Deal americano? ¿Es posible en estos momentos un estado, supuestamente, de intervención al estilo nazi o al estilo fascista en 1925, 1926? ¿y al nazi de 1934-35? o ¿al estilo keynesiano posterior a la II GM? ¿Es posible o no es posible? Estos son debates que se están actualizando. En el caso del estado español, “ese cuento” nos lo están volviendo a meter. Este es uno de los problemas graves que está para adormecer al proletariado. ¿Cuál fue la propuesta de Boric en Chile? ¿Cuál fue parte de la propuesta de Lula en Brasil? ¿Cuál fue parte de la propuesta de AMLO en México?, o parte de la propuesta de otros sectores de la “izquierda” latinoamericana así como lo que en estos momentos se está pensando en Estados Unidos, por una parte, del poder de Biden y de un sector muy pequeño del partido republicano.

Todo lo comentado viene precisamente a esa lucha de clases que surge de la advertencia que nos dieron desde mediados del siglo XIX. Y esto es precisamente lo que se está dando, pero para entender eso se está llegando a una situación para la que tenemos que entender las otras tres capas de la cebolla porque si nos quedamos en la primera capa de la cebolla, comprendemos la cuestión esencial, pero tenemos que entender que esa capa se va agrandando hasta llegar a la superficie y va extendiéndose en cómo han sido los procesos revolucionarios en los cuales esa contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de propiedad se han agudizado y han ido estallando. Esas revoluciones, esas guerras de liberación nacional, por poner un caso, todo el debate sobre el peronismo, u otro caso, todo el debate sobre el kirchnerismo, o sobre la lucha armada y las guerrillas en Argentina, el exterminio de 30.000 personas, la mayoría dirigentes sindicales, obreros.

Cómo interactúa esta contradicción, el núcleo de la cebolla con esa segunda capa, toda esa serie de conflictos para llegar a la maquinaria de matanza humana. Y como en estos momentos nos encontramos próximos al peligro real de una IV Guerra Mundial. Yo creo que lo que has planteado va precisamente a esa dialéctica de cómo la burguesía va proponiendo en estos momentos alternativas nuevas, pero engarzan hasta llegar al núcleo de la cebolla, con alternativas que han ido aplicando las diferentes burguesías en las sucesivas crisis que mantienen características esenciales pero muchas diferencias con la actual.

GK: Gracias, Iñaki. Quisiéramos pedirte una ampliación de lo que Andrés Piqueras presenta como reseteo, como el mascarón de proa de la gran burguesía en el foro de Davos. ¿Está relacionado en estos aspectos?

El gran reseteo del capitalismo, es un reseteo periódico que surge en cada momento de crisis en las que surgen promesas capitalistas de ese reseteo. Sea por medios salvajes como el fascismo o por medio de una apariencia de la modernización de la democracia burguesa como el New Deal o una mezcla de mano dura y blanda, del palo y la zanahoria, o por la promesa de que va a venir una revolución tecnológica. Esto se repite, va por fases. En la hipótesis o excusa del gran reseteo actual se juntan varias situaciones nuevas que no existían antes, por eso decía que en cada fase histórica de esa contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de propiedad hay que ver en qué contexto y en qué fase capitalista se dan.

Soy más partidario de utilizar el viejo concepto de reestructuración capitalista, que tiene plasmaciones concretas, va desde las guerras contrarrevolucionarias hasta esas trampas de adecuación de la democracia burguesa a nuevas fase como también de promesas. El rey de España, por ejemplo, pido perdón y que esto no se va a repetir pero lo que está en juego ahí es de mantener la estructura de dominación, la lógica de la explotación y recuperar la tasa media de beneficio en cada país, en cada estado burgués.

Hay una debilidad del conocimiento frente a la interpretación marxista que asegura que las fuerzas productivas se convierten en fuerzas destructivas, que ya aparece en la ideología alemana de 1845. Esa debilidad hizo que toda una corriente inventara una de las versiones del reseteo. Hubo otras versiones que correspondía a otro sector, entre ellos el sector dominante de la burguesía europea que se frotó las manos y dijo, “esta es la nuestra”. Luego había otra versión, que no era la del reseteo sino la de la izquierda revolucionaria que dijo que esto es un ejemplo más de como realmente el brujo burgués nos ha llevado a un sitio donde no podemos meter de nuevo al monstruo en su caja, la caja de pandora. Por eso, le tenemos que hacer frente mediante la revolución socialista, mediante la creación de estados obreros, mediante la creación de unas nuevas relaciones internacionales y antiimperialistas, etc. Hacemos eso o caemos ante el embrujo del reseteo de una burguesía “progresista” o bajo el embrujo de varias teorías de reseteos. Una sería pura y escuetamente la nazi y la otra pura y escuetamente la de sectores negacionistas.

Dicho esto, lo que yo interpreto es lo que se está jugando en estos momentos, la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de propiedad es de una agudeza tal que lo que tenemos que hacer es prepararnos para una revolución socialista que evite una cuarta guerra mundial. Así de claro, no hay otra perspectiva en todos los niveles. Nos tenemos que preparar y debemos intervenir en el aspecto del desastre socioecológico ¿Cómo? Desarrollando la teoría que hay: las relaciones entre el ecosocialismo y el ecocomunismo; o la plasmación de lo que se llama el leninismo ecológico o en los debates que tuvimos en el 2010 en Caracas, lo que se llamó el socialismo ecológico antiimperialista. O un planteamiento directo sobre todo el problema de la industria burguesa de la salud, proponiendo la salud socialista; o contra los derechos humanos burgueses pasar a hablar directamente sobre los derechos humanos socialistas (lo hizo Fidel Castro en su tiempo en 1975, pero que venía de antes); o de pasar a hablar de la democracia burguesa a pasar a hablar directamente de la democracia socialista.

Tenemos que pasar ya a enfrentar a lo que dice la burguesía o dice el reformismo o lo que dicen algunas de las versiones del reseteo, debemos pasar ya a presentar algunas alternativas concretas que están ahí. Hay que hablar ya muy claramente de todo esto, la humanidad tiene una amplia experiencia práctica y teórica de por qué tenemos que reivindicar derechos socialistas, que están ahí, y reivindicar la propiedad socialista de los medios de producción. Tenemos que pasar a hablar en vez de derechos, de necesidad, el agua potable no es un derecho, es una necesidad. No limitarnos a decir que tenemos derecho a la salud, pero el movimiento de la humanidad necesita salud, salud socialista. Esto plantea todo un pensamiento filosófico, el problema de las categorías filosóficas, la relación que hay entre derecho, necesidad y libertad, y, por tanto, de violencia defensiva. ¿Por qué estamos a la espera?

Esto es lo que algunos planteamos que va más allá de la teoría del reseteo desde la perspectiva revolucionaria, desde una perspectiva antagónica a la burguesa. Porque ¿cuál es el antagonismo frente a los derechos humanos burgueses? Serían los derechos humanos socialistas. ¿Cómo se plasman? Con la nacionalización y estatización socialista de la industria en todos sus aspectos. Un ejemplo es la cuestión del sistema de salud durante la pandemia. Si en estos momentos Colombia, Venezuela y Cuba han dado un paso de gigante qué nos recuerda la lucha contra el VIH. Y lo dieron la India, Brasil, Argentina, lo dio Sudáfrica. Ha habido un esfuerzo de silenciar todo eso, y ojalá aquel esfuerzo se hubiese hecho cuando surgió la COVID, y se empezó a hacer, pero tarde y algunos se obnubilaron con la teoría del reseteo capitalista. Lo que estaba en juego era el problema de la propiedad, el problema del desarrollo potencial de las fuerzas productivas en el desarrollo de la salud socialista y el ejemplo impresionante que dio Cuba. Y lo que estaba en juego era el derecho burgués a la propiedad privada de la salud humana, y eso lo podemos aplicar a todo.

Por tanto, frente a la teoría de la “izquierda” de reseteo, lo que tenemos que plantear, sabiendo que tiene partes buenas, lo que tenemos que plantear directamente es la teoría de la revolución socialista. Esa sería nuestra interpretación, no tendríamos que hablar de postcapitalismo, sino del socialismo, no del siglo XXI, sino en el siglo XXI. Este es el problema por el cual muchas izquierdas revolucionarias eurocéntricas están pasando. Esto lo hablas con compañeros y compañeras revolucionarias de Asia, África o, sobre todo, de Nuestra América y nos dicen, “nos están dando la razón”, ¡claro que le estamos dando la razón!

MM: Mencionaste la cuestión del gran desarrollo de China y quería preguntar ¿cómo los ves respecto de las fuerzas productivas y las fuerzas destructivas? ¿Cómo contrapones las dos iniciativas? Las del capitalismo, imperialismo en cierta decadencia con el relativamente nuevo y las del emergente poder chino al que se asocia Rusia.

Previamente unos apuntes metodológicos. El desarrollo de las fuerzas productivas y a la vez destructivas, son tan antiguos como la antropogénesis, la evolución de la especie humana. Porque cazar un animal o arrancar frutos allá en el Paleolítico, en el comunismo primitivo, eran fuerzas productivas y en simultáneo fuerzas destructivas. La intervención humana siempre lleva esas dos fuerzas, está archidemostrado. En los textos de Marx y Engels, en textos como La Dialéctica de la Naturaleza o en el propio Capital ya se reconoce.

Hay que partir de estas categorías dialécticas. No se puede utilizar una parte y abandonar la otra hay siempre una dialéctica entre ambas. Pero el problema se agudiza con el capitalismo y previamente con la época mercantil, con la ley del valor, que Engels dice que proviene de hace unos 6.000 años, aunque ahora se sabe que fue un poco antes (todo el tema de la moneda, etc.).

Pero luego con el capitalismo pega un salto cualitativo con la aparición de la mercantilización y la aparición de la dictadura del trabajo abstracto y del valor, es ahí donde tenemos que analizar concretamente todo lo que está pasando entre las fuerzas productivas y destructivas. En la actualidad el contenido de las fuerzas destructivas se está imponiendo a las fuerzas productivas, excepto en niveles donde se produce un proceso revolucionario. Han sido silenciadas las medidas que se tomaron de protección de la naturaleza en la revolución bolchevique. Fueron los primeros en considerar esta cuestión porque esto ya estaba analizado en el libro de Engels, La dialéctica de la naturaleza así como también en las cartas de Marx y Engels y la propia filosofía marxista.

Se han magnificado los errores que se cometieron por necesidades de interpretación, a mi entender un poco limitadas, en Vietnam mientras no se dice nada de todas las tierras arrasadas por el napalm (agente naranja) y el tiempo que van a ser improductivas. Lo mismo que ha pasado en China con la contaminación. La contaminación en Pekín tiene una parte, efectivamente, de mal desarrollo socialista, totalmente de acuerdo, pero no tiene nada que ver con la contaminación salvaje británica en su proceso de industrialización, analizado esto por el propio Engels. Tuvo razones mucho más crudas y salvajes que la contaminación en Pekín, ¿Por qué? Porque la contaminación venía dada por otros factores, aparte de errores de interpretación y errores de potenciación desarrollista de la economía planificada.

En China además de esos errores también venía dada por cuestiones geográficas y cuestiones de corrientes climáticas. Entre ellas, el avance del desierto de Gobi. Pero la capacidad de desarrollo y autocrítica del gobierno chino hace que ahora el gobierno esté aplicando medidas de recuperación que ningún gobierno burgués está sabiendo ni queriendo aplicar. La lucha del gobierno chino para recuperar zonas no solamente perdidas por errores de planificación sino también por el propio avance de la sequía, el desierto de Gobi y otros desiertos, ningún estado burgués quiere ni se rehúsa a hacerlo aunque tampoco están capacitados. Es que no tiene los recursos sociales, económicos y políticos, ni tiene la determinación socioeconómica ni política de aplicarlos porque eso sería un serio golpe para todo lo que el capitalismo necesita en desarrollar las fuerzas productivas que luego tocaremos.

En base a eso, tenemos que decir lo siguiente: la perspectiva del desarrollo de la ruta de la seda se está midiendo dentro del criterio, y que el XX Congreso del PCCh lo ha dejado muy claro, hacia una sociedad socialista de desarrollo modesto en los cualitativo. La palabra modesto la repiten varias veces, lo que quiere decir que son muy conscientes de que el potencial creativo de las fuerzas productivas chinas es limitado para la inmensa cantidad de tareas que tienen. Y segundo, lo tienen que hacer limitado para que ese potencial no se vuelva y genere efectos productivos destructivos. Está muy demostrado los miles de millones que el capitalismo está perdiendo diariamente por los efectos de la crisis ecosocial capitalista.

En la filosofía y modelo de intervención china se es muy consciente del impacto porque va a ocurrir y es inevitable. Por eso me he referido al criterio previo, la antropogénesis exige, por lógica, que una especie solo puede sobrevivir en base a la exoenergía de un mundo finito, las leyes de la termodinámica, la entropía. De eso son conscientes los chinos como lo fueron los bolcheviques. La ecología burguesa en modo alguno entra ahí. El pensamiento chino lo tiene claro y por eso tiene que actuar minimizando lo más posible lo que va a ser un efecto objetivo inevitable. Hay que partir de aquí, y no partir de un criterio romántico previo a un pensamiento científico crítico. Por ejemplo, el debate sobre la crítica marxista a la teoría burguesa, aunque se plantee desde un punto de vista aparentemente radical, del decrecimiento, viene por esa concepción del desarrollo potencial de las fuerzas productivas siendo conscientes de que, en un mundo finito, pese a que la naturaleza es un sistema abierto, es a la vez un sistema cerrado por el efecto invernadero.

Desde una perspectiva del eco comunismo, el leninismo ecológico o del socialismo ecológico antiimperialista, se es consciente de que el planeta es finito y que el desarrollo de las fuerzas productivas implica objetivamente en mayor o menor proporción, según cómo, un impacto destructivo. Y aquí interviene el problema del poder obrero: hay que tomar medidas, y ver cómo esas medidas las vas a imponer. Yo creo que los chinos lo tienen muy claro, y eso está penetrando en la filosofía de muchos pueblos.  El modelo chino está siendo observado desde otros países como  algunos de África, contra el avance del Sahel. Con sus contradicciones, está claro que hay lucha de clases en China y en Rusia pero en el imperialismo la lucha de clases es mucho más salvaje.

La supervivencia de la humanidad va a depender mucho más de la evolución en China, en la multipolaridad, en Vietnam, Laos, Camboya, Siria, Palestina, Argelia, Irán, Cuba, Venezuela, Bolivia o la evolución en Centroáfrica, o en la parte liberada de Ucrania o incluso dentro de Europa, que esa evolución impida que la irracionalidad capitalista se imponga sobre los intentos de racionalidad socialista. Qué es lo que China intenta, sabiendo que el objetivo de todo desarrollo constructivo conlleva inevitablemente una destrucción. Se trata de que las fuerzas destructivas, inevitables, sean las mínimas posibles y que no lo paguen la humanidad trabajadora y si la inhumanidad capitalista.

GK: Podemos avanzar, entonces, con el tercer y cuarto punto.

El tercer punto es decisivo, aunque todos son decisivos porque actúan como una totalidad concreta, y se codeterminan permanentemente. Recordemos que el primer nivel es el del antagonismo entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de propiedad, y recordemos también que el segundo nivel son las formas concretas que han adquirido los conflictos creados por este antagonismo. El tercer nivel es, como decimos, el del papel de las violencias y con ello la posible, probable y hasta previsible guerra mundial en estos momentos, como veremos.

Llegados aquí tenemos que revalorizar tanto el método dialéctico, especialmente el de la unidad y lucha de contrarios, y el de aumento cuantitativo y salto cualitativo, como la ley de la caída tendencial de la tasa media de ganancia, así como la de la competencia interburguesa, la de la perecuación de capitales y otras. Todas ellas están detrás de las causas de las guerras en el capitalismo. Esto sin extendernos ahora en las contradicciones de los modos de producción precapitalistas que generan guerras preburguesas.

Cuando hablamos de guerra mundial tenemos que hacer una aclaración previa: no nos referimos sólo a su extensión geográfica sino también, aunque de forma secundaria, nos referimos a la función cuantitativa y sobre todo cualitativa que esa guerra cumple en la dinámica del antagonismo entre fuerzas productivas y relaciones de propiedad. Dicho básicamente desde el origen de la propiedad privada, todas las guerras, hasta las más pequeñas, nos remiten de un modo u otro a formas más o menos agudizadas de ese antagonismo. En lo cuantitativo, las grandes guerras son las que se libran dentro de un mismo modo de producción para que las potencias ascendentes se queden con toda o parte de la propiedad de las decadentes. En lo cualitativo, las grandes guerras son las que aceleran la victoria de un modo de producción sobre otro hasta hacerla irreversible y, en este sentido, las guerras verdaderamente decisivas son las que se libran entre el capitalismo y el socialismo.

La guerra mundial existe cuando se inicia en aquellos sitios donde se está imponiendo de forma irreversible el modo de producción capitalista, atacando a otros pueblos. Utilizar la historia de la guerra sirve porque desde que existe propiedad privada, la historia de la guerra es el compendio de la historia humana, desgraciadamente. Es la ‘ultima ratio’, presionada por las contradicciones socioeconómicas, que certifica la victoria por un tiempo, la victoria de las fuerzas expansivas sobre las declinantes. Hay autores que cuando hablan de industria dineraria, de industria mercantil precapitalista hablan de la guerra civil en Roma entre bloques representados por César y Pompeyo en el siglo –I, como la verdadera la primera guerra mundial porque la economía dineraria romana ya abarcaba 3 continentes.

Por tanto, podríamos hablar de esta primera guerra mundial generada por las contradicciones de la economía dineraria y de la propiedad privada, de la guerra civil dentro de Roma, de la expansión de la economía dineraria al calor del esclavismo, del choque entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de propiedad. Aunque en esta época había pueblos que aún se movían en la economía de trueque, con escaso empleo del dinero, sin embargo, ya estaban dentro de la dictadura del mercado precapitalista. Esta guerra tiene, por ello, similitudes con todas las anteriores dentro del sistema capitalista, dentro del sistema feudal y dentro del sistema esclavista. Tienen todas unas constantes que siempre estallan guerras previas, guerras regionales, que son como tanteos, como mediciones de fuerza, con intentos de quitarle a la potencia contraria trozos de su territorio, amenazas, conflictos, chantajes.

Salvando las distancias, estas constantes también aparecen ahora ante esta posible cuarta guerra mundial, según esta cronología porque según otras podríamos estar ante la sexta. En este sentido, recordemos la guerra entre Países Bajos y Gran Bretaña, por ejemplo, o la posterior entre Francia y Gran Bretaña en el siglo XVIII. Las oficiales Primera y Segunda Guerras Mundiales fueron anunciadas por guerras de estas, y debemos saber que otros historiadores sostienen que la Segunda Guerra Mundial no empezó en 1939 sino en 1932, 1936, 1937, etc. Así vemos en la actualidad que la guerra contra Rusia en Ucrania empezó con ataques a otros pueblos desde 2011 y a las repúblicas del Donbass desde 2014.

Hay un montón de guerras masacrando el mundo que son similares, en este sentido elemental, a las que precedieron a anteriores guerras mundiales. Por ejemplo, tenemos el caso de las relaciones entre guerra y corrupción: oligarquías yanquis están metidas hasta las cachas en los negocios corruptos de oligarquías ucranias y taiwanesas, y que las grandes empresas armamentísticas capitalistas potencian estas y otras guerras para su beneficio propio. Pero la corrupción es sólo una causa de la guerra, porque la decisiva es, en última instancia, el antagonismo entre las fuerzas productivas y las relaciones de propiedad.

El método para comprender la guerra es el materialismo histórico y dialéctico porque la historia nos da lecciones. Por ejemplo, los debates de la I Internacional de cómo detener la Primera Guerra Mundial desde 1907. Ahora entendemos la necesidad de derrotar al fascismo. Cuando vemos que llega este conflicto, ¿qué tenemos que hacer? la necesidad de derrotar al fascismo, a Estados Unidos, a la OTAN, ahora mismo, porque es la única forma de detener la guerra mundial que se está avecinando.

Si uno analiza los textos militares de Engels o las seis contramedidas de Marx en el tomo III, capítulo sobre la ley de la caída tendencial de la tasa media de ganancia, todas ellas implican la intervención del Estado desde una perspectiva de la violencia latente, y todas ellas generan resistencias sociales de los pueblos. Como Marx dice en el tomo I, capítulo cuarto, “la violencia es la partera de la historia, en el otro lado de la dialéctica, la violencia es la que permite la pervivencia del Estado”.

Como se ha visto en las anteriores guerras mundiales la contradicción irreconciliable entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de propiedad privada, nos muestra que lo que hay que hacer es acabar cuanto antes con dichas relaciones de propiedad privada y seguir con las fuerzas productivas en su propio sentido interno. ¿Cómo se hace eso?, tendríamos que pasar a la cuarta capa de cebolla.

MM: ¿Cómo pueden competir las economías planificadas, como el caso de China? Por otro lado, ¿cómo son las relaciones de China, Rusia e Irán en sus respectivas regiones?

Lo primero que hay que decir es que toda economía está planificada. La economía capitalista no se mueve por la mano invisible del mercado, y claro que existe una realidad objetiva, en contra de lo que dicen las modas posmodernas. La economía capitalista está planificada, pero tiene un problema y es que está planificada a nivel de cada empresa, para que tenga máximo rendimiento.

La economía capitalista está regida por dos leyes: la ley de la explotación, incluida la naturaleza en la que estamos los humanos, y la ley de la competencia. La planificación capitalista de cada empresa se lleva a cabo para ser más competente que el resto y para explotar mejor a la naturaleza y, por tanto, a la especie humana. Eso hace una racionalidad parcial mínima que dialécticamente hace una irracionalidad global estructural.

Es una planificación para la explotación y para el beneficio, por tanto, no existe la mano invisible del mercado. El mercado refleja el dominio de lo irracional sobre la mínima racionalidad. Todo ello impide controlar la evolución del capitalismo mientras que el socialismo, en su avance al comunismo, tiene una planificación global infinitamente superior a la irracional globalidad del capitalismo. El socialismo tiene errores de irracionalidad, lo hemos visto con la contaminación y otras cosas, eso es innegable y achacable a un proceso que tiene muy poca experiencia histórica. Pero la racionalidad global socialista es cualitativamente superior a la global irracionalidad estructural del capitalismo. Esto es importante a la hora de comparar la planificación de dos sistemas antagónicos e irreconciliables.

La planificación individual capitalista no sirve de nada porque hay una irracionalidad global estructural. Mientras que los errores de la planificación socialista son más parciales y se pueden resolver, a no ser que haya una contrarrevolución como fue el caso de Rusia pero que no la está habiendo en Cuba, ni en Vietnam, en lo que fue el intento de paso al socialismo, etc. Los errores de planificación en el tránsito al socialismo pueden ser controlados.

¿Y cuáles son los criterios de planificación socialista? Son varios que no podemos tocar ahora, pero hay un problema esencial que es ir reduciendo el peso de la ley del valor en la economía planificada. Esto se consigue haciendo que las empresas capitalistas que tienen concedido su permanencia en los países en tránsito al socialismo no sean mayoritarias, que el territorio que ocupan no sea suyo, sino del Estado, que sus acciones o la mayoría de ellas no sean suyas, pertenezcan al Estado, no pueden quedarse las ganancias y trasladarlas al exterior, la tienen que aplicar al propio país, tienen que respetar las leyes laborales del país, impuestas con criterios de humanismo socialista, y respetar las leyes de defensa y avance en la reunificación de la especie humana con la naturaleza, tienen que respetar la salud socialista, la educación, el humanismo socialista.

Como todo eso no pueden hacerlo, las empresas capitalistas no pueden desarrollar el peligro latente que ya fue debatido en los años 60 en países socialistas europeos y Cuba; en los años 80 en China y en los años 90 en Vietnam. Debates del que no quieren hablar los partidos reformistas y parlamentarios burgueses. Hablar de planificación es hablar de todo esto. A ese debate se niega el marxismo eurocéntrico, al que se niega por razones varias, entre ellas, su apego a la poltrona y a no leer, ni querer, el programa de Gotha, los escritos sobre el sindicalismo, etc. El caso de Argentina y su reunificación con las Malvinas y cómo se hace si las finanzas están atadas por el dólar y la OTAN.

Hablar de la planificación burguesa es hablar de la planificación de las empresas que necesitan a la OTAN, que en Bolivia necesitan el golpe de estado a Evo Morales, donde las empresas alemanas que estaban detrás del golpe, no solo estadounidenses, exigieron la entrada de la OTAN. Por eso la OTAN está penetrando en Nuestra América y los servicios sionistas también. Podemos agregar los ejemplos del estado español y Euskal Herria, cuando el gobierno argentino decidió nacionalizar YPF Repsol, la burguesía vasca casi pide que la escuadra española invada de nuevo a  Argentina. Comparado con la planificación china es cualitativamente diferente, porque tiene poder financiero, político, militar, cultural, deportivo. Sana envidia, podemos criticarlos como hermanos revolucionarios, solo.

Hay que destacar la iniciativa del Congreso Anfictiónico de Simón Bolívar y por eso entró la burguesía colombiana a saco contra él junto a EE.UU., Gran Bretaña y el Imperio decadente español, porque intuían que ahí había algo que era extremadamente inquietante. También antes porque la revolución haitiana de finales del siglo XVIII y comienzo del XIX suscitó tantas esperanzas y tanto miedo.

Las relaciones de Rusia y China vienen de antiguo, en 1900, hay un librito de Lenin que decía que el Imperio ruso tenía que dejar de invadir China “Laa razón la tiene China frente a la invasión rusa”, dijo Lenin desde la clandestinidad. O el rechazo de Engels del ataque franco-británico a la costa de Egipto, a Alejandría. Ahora lo que ocurre es una experiencia histórica de hermandad que da un salto con la revolución bolchevique con diferentes experiencias. A finales del siglo XX, 1998-1999, el partido de Putin se da cuenta que tienen que volver a establecer relaciones con la China Popular y existían corrientes pro-asiáticas desde hacía más tiempo. Putin se daba cuenta que acercarse a Europa occidental era imposible, especialmente tras la invasión a Yugoslavia por la OTAN.

Las relaciones actuales ruso-chinas se producen en un contexto de un capitalismo diferente, bajo una economía financiarizada, como un globo que va a estallar, de una cantidad impresionante de dinero que no existe pero que está ahí. China y sectores de Rusia, que apoyan a Putin, tienen claro que hay que apoyar la economía productiva, abrir fábricas que se cerraron con la entrada del imperialismo, que hay que reactivarlas, cortar las fugas de capitales (también otros sectores burgueses). Esta relación de Rusia y China viene de ahí. La humanidad solo puede salvarse al potenciar la economía productiva frente a la crisis pavorosa, no hacia la economía rentista o economía financiera.

La teoría de Lenin de que hay que potenciar la economía productiva bajo el poder obrero, dictadura proletaria o democracia socialista. Eso es lo que está en juego en el debate de crear una nueva moneda, que desplace al dólar, al euro o al yuan japonés, no se va a basar en papel, sino que va a ser una moneda con base material productiva, con criterios de los recursos naturales, con criterios de lo que es la fuerza de trabajo, con criterios del potencial emancipador de las fuerzas productivas. El esfuerzo que está haciendo Irán, Cuba, Venezuela, también Bolivia o AMLO en México, es desarrollar las fuerzas productivas mexicanas para no depender de las maquilas imperialistas, empresas esclavistas introducidas en el norte de México y sur de EE.UU.

Esto lleva a una tensión interna entre sectores de la burguesía, como en Pakistán o el caso del choque de las burguesías que hay en Turquía, en India o Arabia Saudí que se van quedando sin petróleo y la moneda verde no les sirve. Cómo vamos a crear una economía productiva si no es con China o Rusia. Es un debate que viene de antiguo, del programa de Gotha y ahora se está debatiendo en China, Irán y hay luchas de clases pacíficas contra la corrupción. O en la India entre facciones burguesas o con el proletariado y campesinado indio, que es muy activo. Una de las razones de la CIA de imponer el caos en Sudán es porque ha perdido la guerra en Yemen, porque ha ganado el pueblo en Yemen, porque la ha perdido Arabia Saudí con su ejército mercenario.

Para controlar esa zona estratégica, porque la política china y rusa en Siria o la militancia en Palestina son ejemplo para toda el área, no solamente en Sudán donde hay una militancia comunista tremenda, también para todo el cuerno de África. Todo está relacionado, no hay una lucha de clases solamente en un país aislado del resto del mundo, ya lo avisaban Marx y Engels en el Manifiesto Comunista. Eso está pasando en muchos sitios, en Nuestramérica, en Argentina. ¿Qué le decimos a la mitad de la población empobrecida? ¿Les decimos que no aceptamos préstamos de China y seguimos esclavizados al FMI? 

Vamos a pasar a un problema definitivo que es el problema del poder. En ese sentido soy marxista, maoísta, trotskista, luxemburguista, leninista o estalinista. Porque el poder es uno, el pueblo en armas. Y ese poder en armas se manifiesta en formas de poderes concretos como el sanitario, el vecinal, el poder consejista, el poder personal, el poder de la mujer trabajadora, el poder del divorcio, el poder del aborto, el poder del ateísmo, el poder de la ciencia, el poder del eco-comunismo, el poder del control financiero, el poder de la propiedad de las fuerzas productivas materiales y culturales y simbólicas, el poder de la historia, el poder universitario etc.

Pero el poder es uno, el poder es quién manda y quién obedece, esto como primer criterio. Nosotros tenemos que mandar a la burguesía, nosotros no tenemos que obedecer al FMI. Por ejemplo, cuando hay un debate sobre la ley del aborto o de los anticonceptivos o cuando hay un debate sobre las vacunas o sobre el nuevo esclavismo infantil, tenemos que tocar el problema del poder, porque si hablamos del derecho en abstracto del aborto o de una sexualidad científica y libre, o el derecho a vivir en una comuna, el derecho a superar la familia burguesa y pequeñoburguesa o la familia obrera, o el derecho a la autodefensa. ¿De quiénes son los tanques argentinos? ¿De Estados Unidos o del pueblo argentino? Si no hablamos del problema del poder, todo lo demás no sirve absolutamente para nada. Lenin dijo una frase: “excepto el poder, todo es ilusión”.

Y por eso la importancia del contrapoder, la importancia del derecho al divorcio, libre y directo como en la revolución bolchevique, con que lo quiera uno de los dos y luego las instituciones judiciales tiene que estar al servicio de ese derecho. El poder y contrapoder está en todo, incluso en las relaciones interpersonales. El término de legitimidad, partiendo del término de poder, porque un poder que abusa, aunque sea revolucionario, es un poder que pierde legitimidad. El tema de legitimidad viene junto con el problema de la ética, del propio funcionamiento socialista en ese poder y contrapoder concreto.

La legitimidad viene de ese contrapoder de esa asamblea de trabajadoras en un barrio que lo deciden todo auto-gestionadamente y auto-organizadamente, se autodeterminan. Eso tiene legitimidad. Pero si ese centro viene controlado verticalmente, ese centro pierde legitimidad, si no existe asamblea ni horizontalidad pierde legitimidad. Creo que el criterio de legitimidad viene de cómo se aplica y mantiene el propio poder en funcionamiento. Y se tiene que hacer en las decisiones colectivas, en asambleas, con todos los riesgos que tiene y la conciencia que cuando se ha decidido algo se aplica colectivamente, la legitimidad viene de ahí.

Luego vendría el tercer nivel, el área de aplicación, porque no estamos en un mundo utópico de donde ya hemos hecho la revolución socialista y tenemos el poder. Estamos en una fase histórica de revolución social, donde parece que vencen las contrarrevoluciones, las guerras imperialistas, las guerras económicas, las guerras cognitivas, las guerras propagandísticas, el capital financiero, etc. Estamos en un mundo de lucha y en lucha, y por eso esa aplicación del poder tiene que darse en ese mundo y esa legitimidad tiene que darse en ese mundo, y tenemos que ser conscientes de eso. Por tanto, poder obrero, legitimidad obrera, tiene que darse en el mundo en el cual estamos, en una fase de revolución social, porque ¿en qué ha quedado el gobierno de Pedro Castillo? En un gobierno fascista. ¿En qué ha quedado Boric? O en otros sitios del mundo en esta fase de revolución social.

Un mundo bajo otras coordenadas, en este cuarto nivel, es un mundo que se enfrenta como mínimo a tres grandes bloques. Por una parte, en un bloque de reflexión sobre el socialismo, hay una práctica proto- socialista, si no socialista, y una parte de la multipolaridad está ahí, por ejemplo, los pactos militares entre Rusia y Venezuela, ¿acaso Venezuela no debe firmar esos pactos porque haya oligarcas en el gobierno de Putin?

Luego existe otro nivel de la multipolaridad de países como India y otros con luchas de clases muy claros. El tercer nivel que es el del imperialismo puro, duro y salvaje que ahora está intentando engañarnos con la nueva propuesta que está planteando Biden de lucha contra Rusia, China y luego Cuba, Venezuela, destrozar Siria a la cual le estamos quitando el 80% del crudo del petróleo. En estos tres niveles hay que posicionarse por el bloque del avance al socialismo con sus diferencias y problemas.


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