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América Latina y el Caribe

El desarrollo tecnológico en el nuevo contexto geopolítico: propuestas para un Nuevo Orden Económico Internacional inclusivo desde América Latina y el Caribe

Otros autores: MSc. Claudia Marín Suárez, investigadora del CIPI
mayo 1, 2024   0
Intervención en el Congreso del Cincuentenario del Nuevo Orden Económico Internacional, organizado por la Internacional Progresista y la Asociación Nacional de Economistas de Cuba (ANEC) en La Habana, 29 y 30 de abril de 2024. 

Históricamente el desarrollo tecnológico, el acceso y la capacidad de asimilación de la tecnología, han sido factores de diferenciación entre los países; Prebisch sustentó la división Centro-Periferia en la participación en el proceso de difusión de la tecnología. Las brechas más visibles se daban entre países y ramas de la economía. Hoy un enfoque integral del problema no puede obviar las brechas en el acceso y uso de la tecnología entre sectores sociales, incluidas las brechas de género.

Las potencias capitalistas fueron el núcleo duro de las revoluciones tecnológicas que diferenciaron a desarrollados de subdesarrollados. Hoy países como China e India han roto el monopolio del desarrollo tecnológico. La pregunta es cómo y para cuándo los beneficios de esa ampliación del núcleo del desarrollo tecnológico llegarán al resto de los países en desarrollo. Se impone evitar que se repita la historia.

Los hechos muestran que la ruptura del monopolio de la tecnología y la innovación por sí sola no garantizarán la difusión internacional y social de sus beneficios, se requieren cambios en el orden internacional que reconozcan con asertividad las nuevas realidades geopolíticas, y permitan pensar cómo convertir la tecnología en un bien público. Las respuestas y las soluciones no son sencillas, y entrañan dilemas.

Las relaciones del Sur tanto con los países del Norte, como con los emergentes del Sur son profundamente asimétricas y las relaciones con ambos se dan bajo las reglas y la institucionalidad creada por el Norte. Los emergentes del Sur no establecen condicionalidades políticas, pero en la distribución de los beneficios no difieren, en lo fundamental, de las prácticas del Norte de las que también fueron objeto varios países que hoy consolidan una posición de liderazgo en tecnologías de frontera. El desafío con esos países es construir un Nuevo Orden Internacional que combine su solidaridad hacia ese Sur del cual provienen y participen, con su empoderamiento, a presionar al Norte, evitando la reproducción de la dependencia basada en la concentración oligopólica de la tecnología y el conocimiento. Una relación productiva con los emergentes del Sur no debe eludir temas que pueden generar discrepancias como los relativos a la distribución de los beneficios, o el espinoso tema de la transferencia tecnológica y las patentes.

Teóricamente la competencia tecnológica entre China y Estados Unidos podría interpretarse como una oportunidad; sin embargo, Estados Unidos y sus aliados presionan por un alineamiento que excluya la participación china en el suministro de tecnologías bajo disímiles argumentos, sin ofrecer alternativas competitivas que compensen esas propuestas; así la región deviene un espacio en disputa y no uno para la cooperación, se utilizan sofisticadas medidas y presiones que dan forma a una suerte de Guerra Fría en torno a la tecnología para no hablar de leyes unilaterales de Estados Unidos como las que obstaculizan el desarrollo de la biotecnología en mi país.

A diferencia del pasado cuando entre un avance tecnológico y otro, transcurrían décadas, los actuales se suceden aceleradamente, y unos están vinculados a los otros. La biotecnología está relacionada fabricación de materiales, producción de alimentos y desarrollo de terapias avanzadas. La nanotecnología revoluciona las áreas de la energía, la defensa, las tecnologías de la información, la agricultura, la protección medioambiental y la asistencia sanitaria.  La convergencia de la biotecnología y la nanotecnología mejora los procesos y productos biotecnológicos, y abre paso a nuevas especialidades como la  nanobiotecnología, la nanorobótica y la nanoinformática mejora los procesos y productos biotecnológicos. El dominio del Big Data y la IA marcarán un salto en la optimización de procesos, incluida la toma de decisiones.

Estos nuevos dominios tecnológicos parecen ciencia ficción para muchos países de nuestra región. Cuando en 2024 el debate global se ocupa de la robótica, la IA, la computación cuántica, la región, con diferencias entre países, está en los pasos iniciales en las plataformas básicas del despegue tecnológico, etapa en la que se identifican restricciones tanto de oferta, como de demanda. Quedar marginados de la tecnología y su gobernanza profundizaría la brecha no sólo con los países del Norte, sino entre los propios países del Sur. En el corto plazo no veo otra salida como no sea una alianza cooperativa con ese Sur emergente y tecnologizado bajo una institucionalidad paralela, con reglas diferentes a las del declinante, pero aún vigente viejo orden global.

Propuestas para la acción

Ámbitos nacionales

  • Construir agendas basadas en el rol central del Estado como articulador del desarrollo, que contemplen la soberanía y apropiación pública de los beneficios del desarrollo científico-tecnológico.
  • Fomentar la integración con los entornos académicos, productivos y sociales.
  • Estimular la transversalidad, intersectorialidad e interinstitucionalidad en los sistemas nacionales de ciencia y tecnología, alineados con estrategias de desarrollo que articulen a los sectores público y privado.
  • Establecer lineamientos para el intercambio científico con contrapartes de países desarrollados asentados en el compromiso de retorno y reinserción de la fuerza de trabajo calificada en los países de origen, en especial en sectores estratégicos.
  • Estimular joint-ventures entre países del Sur que contemplen la transferencia de tecnología y favorezcan la contratación de mano de obra doméstica y proveedores nacionales.
  • Impulsar y financiar el crecimiento de áreas estratégicas que involucran recursos y capacidades científicas y tecnológicas, y respondan a necesidades urgentes de los países, en especial: la extracción y procesamiento de recursos naturales críticos; la salud y la producción de biomedicamentos; la producción de alimentos; la digitalización y la automatización; y el cambio climático y las energías renovables.
  • Redireccionar ingresos fiscales para financiar la investigación en I+D, la incorporación de valor agregado a las cadenas productivas, la mitigación y adaptación al cambio climático, y la transformación de la matriz energética.
  • Generar incentivos y mecanismos para la protección y reubicación de los trabajadores con riesgo de ser desplazados por la automatización, incluida la formación y capacitación en actividades de mayor complejidad tecnológica y contenido de conocimiento.

Ámbito regional

  • Desarrollar estudios para identificar las capacidades, potencialidades y debilidades de la región para construir sinergias productivas conjuntas en áreas estratégicas de aplicación del desarrollo científico-tecnológico y la innovación, en especial: la salud y la producción de medicamentos y productos biotecnológicos; la aplicación y desarrollo de tecnologías de frontera; la energía y el cambio climático; y la producción de alimentos.
  • Elaborar una visión regional sobre la gestión soberana de recursos estratégicos, que establezca los límites de la soberanía para la negociación con terceros.
  • Consensuar regionalmente políticas en materia de normas, estándares y propiedad intelectual, para construir posiciones comunes en negociaciones asimétricas con empresas transnacionales y potencias externas que controlan las tecnologías de frontera.
  • Establecer fondos regionales, subregionales e interregionales para financiar proyectos estratégicos que constituyan fuentes de financiamiento alternativas.
  • Fundar agencias latinoamericanas en tecnologías estratégicas que promuevan y financien investigaciones, estudios de factibilidad, prospectiva y planificación estratégica, consultorías, etc., para apoyar la incorporación de valor y componente científico-tecnológico a la producción regional.
  • Ampliar los repositorios y las bases de datos de publicaciones científicas de acceso abierto.

Ámbito multilateral

  • Promover un desarrollo tecnológico centrado en principios éticos para el mejoramiento humano.
  • Impulsar normas vinculantes que impidan la utilización de medidas coercitivas unilaterales como instrumento para restringir el acceso a los beneficios y las capacidades de desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación a países subdesarrollados, y para conformar espacios tecnológicos excluyentes como resultado de la confrontación geopolítica.
  • Rechazar el uso de las TIC como herramientas de consolidación de posiciones hegemónicas, con fines de desestabilización política y para restringir el desarrollo de otros Estados, por parte de aquellos que ostentan el monopolio de esas tecnologías.
  • Promover enfoques inclusivos, justos y no discriminatorios para el desarrollo científico y tecnológico, de manera que no profundicen las brechas existentes y sus beneficios favorezcan a las amplias mayorías.
  • Denunciar las leyes migratorias en países del Norte que estimulan el robo de cerebros.
  • Explorar la construcción de un nuevo contrato social entre los países del Sur que relativice el papel del mercado y combine sus dinámicas con criterios cooperativos.
  • Estimular una mayor representatividad de los países subdesarrollados en los órganos regulatorios y decisorios en materia de ciencia y tecnología.

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