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“El día después”: Unión Europea y relación trasatlántica: Úrsula von der Leyen en el Foro Económico de Davos (al día siguiente de la toma de posición de Donald Trump)

febrero 2, 2025   0

Crédito: Comisión Europea

Introducción

“Hay semanas en las que no pasa nada, y semanas en las que pasan décadas”.

Lenin

Europa, es un ‘concepto’ y objeto de estudios más amplio, heterogéneo, polisémico, que la Unión Europea, aunque a veces se equipara inconscientemente a la Unión Europea con, Europa; o se sustituye el uso del término Unión Europea por, Europa. También sucede a la inversa. Por otro lado, en ocasiones asoma cierta e ilegítima exclusión ‘subliminal’ según la cual algunos países euroasiáticos[1] no forman parte de Europa, no ya de la Unión Europea. Lo dicho antes no está animado por la finalidad de ignorar la usual sustitución de términos fonéticamente próximos, expresados cuasi mecánicamente a veces: se trata del trasfondo, de la sustancia: la Unión Europea no es Europa, del mismo modo que Estados Unidos de Norteamérica, no es América.

Aunque no todas las fuentes coinciden en el dato exacto, se acepta que en Europa existen alrededor de 50 países (unos 43 europeos y 7 euroasiáticos[2]). De ellos, 23 no forman parte de la Unión Europea (UE); 21 no forman parte de la Zona Schengen; 24 no pertenecen a la Eurozona. Además del euro (que circula en unos 25 países europeos y varios de ellos no son Estados miembros de la UE), en Europa circulan otras 25 monedas nacionales.[3] Grandes países europeos o euroasiáticos como Rusia, Turquía, Reino Unido, Polonia, Ucrania, Suecia, Suiza, Dinamarca, Noruega, no usan el euro como moneda oficial, aun cuando algunos de ellos son miembros de la Unión Europea. Tampoco usan el euro como moneda oficial varios países y ex repúblicas socialistas.[4]

El 85% (23) de los 27 Estados que conforman la UE, son miembros de la OTAN (32 Estados miembros); el 71,8% de los países miembros de la OTAN, integran la UE. Quince (15) países europeos (30% del total), pertenecen a la UE, OTAN, Eurozona y Zona Schengen. Así, alrededor de la mitad de los países europeos no usa el euro como moneda oficial; el 46% no pertenece a la UE; el 42% no pertenece a la Zona Schengen; y el 40% no pertenece a la OTAN.

Lo anterior no intenta reducir ilícitamente la indiscutible importancia de la Unión Europea, la cual para algunos constituye un actor global, al mismo tiempo que para otros ha perdido tal condición, o se encuentra ante un duro examen como polo de poder mundial. Inequívocamente, la Unión Europea continúa siendo una organización influyente e histórica en Europa y el mundo, más allá de defensores o detractores. Ello no desdice que, junto a las realidades que se discuten en Plaza Schumann, en los plenos del Parlamento Europeo de Estrasburgo o Bruselas, en Luxemburgo o Frankfurt, en Europa coexisten realidades “comunitarias” y realidades “no comunitarias”; pero todas son realidades europeas.

Capitales ‘comunitarias’ como Bruselas, La Haya, Luxemburgo, Paris, Berlín, Copenhague, Roma, Madrid, Lisboa, Zagreb, Helsinki, Budapest, entre otras, cohabitan en el segundo continente más pequeño del mundo con capitales y ciudades ‘no comunitarias’ como Estambul, Moscú, Oslo, Londres, Reikiavik, Minsk, Belgrado, Kiev, Tirana, Podgorica, Skopie.

De modo que Europa constituye un sistema complejo no unitario, una diversidad política, social, étnica, histórica, cultural, económica, estratégica, práctica y científicamente irreducible. Tal vez podría defenderse la tesis sobre la necesaria indivisibilidad de Europa de cara a los desafíos que plantea el segundo cuarto del siglo XXI, como un valor paneuropeo. Como decía Albert Einstein, “el mundo es uno, o ninguno”, sin ignorar la existencia de matices y colores.

Dicho lo anterior, este trabajo llamará la atención sobre los principales aspectos planteados por la alemana Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, durante su intervención en el Foro Económico de Davos, el 21 de enero de 2025; ‘el día después’ de la investidura del 47 presidente de los Estados Unidos de América. Como fue reflejado por diferentes medios y plataformas, también ese día tuvo lugar una entrevista entre los presidentes Xi Jinping y Vladimir Putin, otro hecho político euroasiático y global en la semana.

La antes referida intervención de la presidenta de la Comisión Europea en el Foro Económico de Davos tuvo como telón de fondo la convergencia de una triada de coyunturas. Por un lado, el inicio de un nuevo mandato en la Comisión Europea (2025-2029); por otro, la irrupción del segundo cuarto del siglo XXI geoestratégico (2025-2050); y, quizás no menos importante, el hecho que habían transcurrido tan solo 24 horas de la —decimonónica investidura de Donald Trump como 47 presidente de los Estados Unidos. Tal vez por azar se alinearon y convergieron históricamente tres puntos de inflexión trasatlántica en una misma semana.

Es en este contexto que el presente trabajo se planteó como objetivo desgranar las principales tesis y proyecciones estratégicas de la Unión Europea para los próximos cinco años, expresadas en Davos por una figura tan oficial de la UE como la presidenta de su Comisión, una de las tres columnas estructurales de dicha Casa (Parlamento, Consejo y Comisión), que acaban de iniciar un nuevo mandato hasta 2029, luego de las elecciones europeas del 6 al 9 de junio de 2024, en las que la participación popular promedio (para toda la UE) alcanzó el 50,74%.

En el 56% del total de países de la UE, la participación popular en las elecciones generales europeas estuvo por debajo del 50%,[5] si bien debe hacerse notar un punto a favor y es que, los resultados las elecciones europeas del año 2024, en cuanto a participación popular, fueron los más altos de los últimos 20 años.

De acuerdo con dicha fuente la participación de la población de la Unión Europea las últimas cinco elecciones se ha comportado de la siguiente manera: en el año 2004, votó el 45,57% de los electores; en 2009 el 42,97%; en 2014 el 42,61%; en 2019 el 50,66%, para incrementarse en el año 2024 al 50,74%, como fue dicho, siempre según datos oficiales finales publicados por la página web oficial del Parlamento Europeo.[6]

Desarrollo

Al final de uno de los paneles del Fórum Económico de Davos su fundador expresó: “sabemos que tenemos dos informes importantes que nos llegaron del Sr. Letta y del Sr. Draghi el año pasado. También sabemos que tenemos una nueva Comisión con muchas iniciativas nuevas”. Tal vez se refería al hecho que, por encargo de la propia presidenta de la Comisión Europea en septiembre del año 2024 el ex primer ministro italiano y ex presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, presentó su, Informe sobre el futuro de la competitividad europea[7].

Este documento, que supera las 400 páginas y propone más de 170 medidas para diversas esferas horizontales e industriales, constituye la base para conformar una Hoja de Ruta de la Comisión Europea hasta el año 2029, cuyo objetivo, como su nombre lo indica, consiste en recuperar la competitividad europea. Según el citado informe, para lograr este objetivo se enfatizará en la reducción de la brecha innovativa existente entre la Unión Europea, China y Estados Unidos; en la descarbonización y competitividad relativa a los objetivos climáticos definidos. Finamente, se trabajará para incrementar la seguridad y reducir las dependencias de la UE respecto a otros actores.

Si bien la intervención de von der Leyen en Davos retomó las propuestas de Draghi, no se debe ignorar que este documento apareció antes de las elecciones en Estados Unidos, y casi seis meses antes de la toma de posesión de Donald Trump, de su discurso de investidura, y de los sucesivos decretos firmados en la Oficina Oval, desde el propio 20 de enero de 2025.

De modo que el Informe Draghi llegó a tiempo para el inicio del nuevo mandato de la Comisión Europea, pero quizás apareció con demasiada anticipación de cara a los cambios que han comenzado a experimentar las relaciones Washington-Bruselas. Por solo colocar un ejemplo: la intención del presidente estadounidense de anexar, ya sea por la vía de la adquisición o la fuerza, un rico y estratégico territorio de más de dos millones de kilómetros cuadrados (Groenlandia), que pertenece a una Estado europeo miembro de la UE, de la OTAN y la Zona Schengen, hecho que ha desencadenado un conflicto de dimensión trasatlántica, calificado por algunas fuetes como, “dramático”.

Será difícil afirmar si las políticas del actual gobierno estadounidense fueron previstas en algún capítulo del documento encargado por von del Leyen en calidad de brújula del lustro en marcha para la UE. No hay bola de cristal para conocer si Draghi trabajó con una ‘bola de cristal’, o se encomendó al Oráculo de Delfos. Lo cierto es que, desde el “Oráculo de Davos” (vía remota), el ya presidente de los Estados Unidos exigió a los países de la OTAN un gasto en defensa equivalente al 5% del PIB, al tiempo que dio la bienvenida a la Unión Europea a su nuevo mandato acusándola de “injusta en sus relaciones comerciales con EE.UU.”.

También llamó al mundo a “fabricar los productos en Estados Unidos”, con el ofrecimiento de “impuestos más bajos”. En caso contrario, “tendrán que pagar un arancel que dirigirá cientos de miles de millones de dólares e incluso billones de dólares al tesoro (de EE.UU.) para fortalecer nuestra economía”.[8]

Lo que parece fuera de duda es que, las palabras de la presidenta de la Comisión Europea en Davos, “el día después” de la investidura en Washington, ya contenían una determinada dosis de respuesta de cara a las potenciales reconfiguraciones en marcha, accidentales o esenciales, transitorias o duraderas, que podrían experimentar a futuro inmediato las llamadas “relaciones trasatlánticas”, y sobre las cuales, como fue visto, Trump machacaría nuevamente horas después, en ese propio escenario.

Resultó sugerente que von del Leyen también expuso cuál sería la política de la Unión Europea hacia otros polos o centros de poder global, como China, India, Rusia; o hacia otras regiones, como África, América Latina, Asia, y que podría sintetizarse de la siguiente manera, a juicio de este trabajo: hacia el mundo, prácticamente sin excepción, la Unión Europea ofreció mayor conexión y colaboración; hacia Moscú: más desacople y aislamiento.

Luego de su intervención, Úrsula von der Leyen respondió a una pregunta relacionada con el conflicto en Ucrania. Entre otros aspectos[9] dijo que, “está claro que seguiremos apoyando a Ucrania. Ya hemos apoyado con 130 000 millones de euros, y seguiremos apoyando, haga falta lo que haga falta”[10].

Seguidamente se intentará una primera lectura de la letra grande esbozada en el discurso de la Comisión Europea, sin ignorar que, desde la nevada y embotellada Davos, algunos medios se apresuraron en tildar esta intervención como poco aportadora, poco novedosa.

Ciertamente, la construcción de los elementos estratégicos que caracterizarán la actual proyección de la Comisión Europea, según su propia presidenta, aún está en marcha, proceso que concluirá en el mes de febrero de este año. Dicho lo anterior, tal vez resulte imparcial y no se corresponde con la realidad, afirmar que el discurso de von der Leyen no aportó ciertos elementos de interés, los cuales merecen ser analizados equilibradamente, aún con brevedad.

Para fines de análisis, este trabajo identificó al menos nueve ideas o temas que están presentes en la citada intervención. Nos referimos a las tesis esgrimidas por la presidenta de la Comisión Europea sobre la fractura que tiene lugar en el mundo y el cambio radical que opera en los asuntos mundiales; la tesis acerca de que el orden mundial imaginado no se ha hecho realidad y que en su lugar ha comenzado una dura competencia estratégica; la presentación sobre los tres pilares en que descansará la Hoja de Ruta de la UE hacia 2029; la visión comunitaria sobre el curso que deben tomar sus relaciones con los Estados Unidos; con China; Suiza, Mercosur, México, Asia, Pacífico; la visión tecnológica sobre la cual descansan los próximos años en Europa; y finalmente, la visión sobre los próximos años más allá de Europa. Estos aspectos serán esbozados a continuación.

  1. “El mundo se fractura”. Ocurre un “cambio radical en los asuntos mundiales”

Luego de expresar su visión acerca de determinados avances que habrían sido alcanzados por la “hiperglobalizacion”[11] durante los últimos 25 años, manifestó que el primer cuarto de este siglo ha llegado a su fin y ha “supuesto un cambio radical en los asuntos mundiales”.[12] Veinticinco años después “el mundo está más conectado que nunca antes, pero ha comenzado a fracturarse a lo largo de nuevas líneas de división”. Tomando como punto de referencia el año 2000, hasta la fecha, “el volumen del comercio mundial se ha duplicado”; sin embargo, “el comercio dentro de los bloques regionales se está expandiendo más rápidamente que el comercio entre esos bloques”.

Observó que ya “no es de extrañar que en un chip se diseñe en los Estados Unidos, se fabrique en Taiwán con maquinaria europea, se empaquete en el sudeste asiático y se monte en China. Sin embargo, solo en el año 2024, “las barreras comerciales han triplicado su valor”, mientras las instituciones comerciales internacionales han tenido dificultades para enfrentar los desafíos que plantea “el auge de economías que no son de mercado y compiten con reglas diferentes”. [13]

  • Ha comenzado una “era de dura competencia geoestratégica”

Según la presidenta de la Comisión Europea, “el orden mundial fundado en la cooperación que imaginábamos hace 25 años no se ha hecho realidad”. En cambio, “hemos entrado en una nueva era de dura competencia geoestratégica. Las principales economías del mundo luchan por el acceso a las materias primas, a las nuevas tecnologías y a las rutas comerciales mundiales. De la Inteligencia Artificial a la tecnología limpia, de la cuántica al espacio, del Ártico al mar de China Meridional, la carrera está en marcha”.

A medida que se intensifique esta competencia, probablemente “asistiremos a un uso frecuente de instrumentos económicos —como sanciones, controles de las exportaciones y aranceles—, destinados a salvaguardar la seguridad económica y nacional. Pero es importante que encontremos un equilibrio entre la necesidad de salvaguardar nuestra seguridad y la oportunidad de innovar y mejorar nuestra prosperidad. Con este ánimo, tendremos que trabajar juntos para evitar una carrera mundial a la baja. Porque no redunda en interés de nadie romper los lazos de la economía mundial. Más bien, tenemos que modernizar las normas para mantener nuestra capacidad de generar beneficios mutuos para nuestros ciudadanos”. [14]
En este punto observó: “Para nosotros los europeos la carrera empieza en casa. Europa tiene una economía social de mercado que es única. Tenemos la segunda mayor economía y el mayor sector comercial del mundo. Tenemos más esperanza de vida, normas sociales y medioambientales más estrictas y menos desigualdades que todos nuestros competidores mundiales. Europa también alberga inmensos talentos, junto con la probada capacidad para atraer ideas e inversiones de todo el mundo”. Sin embargo, “se infravalora nuestra capacidad de inventar y crear:[15] la cuota global de Europa en las solicitudes de patentes es similar a la de los Estados Unidos y China”.

Para mantener “nuestro crecimiento en el próximo cuarto de siglo, Europa debe cambiar de marcha”. Esta es la razón por la que “he pedido a Mario Draghi que presente un informe sobre la competitividad europea. Sobre esta base, la próxima semana la Comisión Europea presentará una Hoja de Ruta, que impulsará nuestro trabajo durante los próximos cinco años. El objetivo será aumentar la productividad reduciendo la brecha en innovación, así como un plan conjunto de descarbonización y competitividad para superar la escasez de capacidades y mano de obra y reducir la burocracia. Se trata de una estrategia para que el crecimiento “sea más rápido, limpio y equitativo, garantizando que todos los europeos puedan beneficiarse del cambio tecnológico”.

  • Los tres pilares que sustentarán la estrategia de la Unión Europea

Primero. Europa necesita una Unión de los Mercados de Capitales sólida y con liquidez.

Se colocó como ejemplo que, el ahorro de los hogares europeos asciende a casi 1,4 billones de euros, frente a poco más de 800 000 millones en Estados Unidos; pero, “las empresas europeas tienen dificultades para aprovecharlo y obtener la financiación que necesitan, porque nuestro mercado nacional de capitales está fragmentado y porque esto empuja el dinero al extranjero. Cada año se invierten en el extranjero 300 000 millones de euros de los ahorros de las familias europeas. Este es un problema clave que frena el crecimiento de las nuevas empresas tecnológicas y nuestro innovador sector de tecnologías limpias”.

“No nos falta capital. Nos falta un mercado de capital eficiente que convierta el ahorro en inversiones, sobre todo para las tecnologías en fase inicial que tienen potencial para cambiar las reglas del juego (la traducción oficial escrita dice: potencial revolucionario. La traducción directa habló de, “potencial para cambiar las reglas del juego. (Nota del autor). Por eso crearemos una Unión Europea de Ahorros e Inversiones, con nuevos productos europeos de ahorro e inversión, nuevos incentivos para el capital de riesgo y nuevo impulso para garantizar un flujo fluido de inversión en toda nuestra Unión. Movilizaremos cada vez más capital para que la innovación tenga éxito en Europa, y para enfrentar los riesgos”.[16] Un día después de esta intervención de la presidenta de la Comisión, el presidente de España, Pedro Sánchez, afirmó en Davos que “la unión de los mercados de capitales es una necesidad”, pero “falta voluntad política. Y esto es algo que ahora tenemos que superar. Necesitamos esa voluntad política para disponer de esta herramienta y aumentar la productividad y la competitividad en Europa”.[17]

Segundo. Debemos facilitar la vida de las empresas en Europa.

Se colocó como ejemplo que, “demasiados de nuestros mejores talentos se marchan de la UE porque es más fácil conseguir que sus empresas prosperen en otros lugares. Y demasiadas empresas dudan en invertir más en Europa debido a la burocracia innecesaria”. En este sentido se plantea la tarea de hacer más fluida la actividad a todos los niveles: continental, nacional y local. “Queremos liderar el camino a escala europea”. Por ejemplo, “iniciaremos una simplificación en gran escala de nuestras normas en materia de finanzas sostenibles y diligencias”. Será creado un entorno propicio para que “nuestras Pymes amplíen su capacidad para desarrollar, producir e innovar en Europa”. [18]

En la actualidad, el mercado único europeo sigue teniendo demasiadas barreras nacionales. A veces las empresas tienen que lidiar con 27 legislaciones nacionales. En su lugar, “ofreceremos a las empresas innovadoras la posibilidad de operar en toda nuestra Unión con arreglo a un único conjunto de normas. Lo denominamos el «Régimen 28.º». Derecho de sociedades, insolvencia, Derecho laboral, fiscalidad: un marco único y sencillo para toda Europa. Esto ayudará a reducir los obstáculos más comunes a la expansión. “Porque la escala continental es nuestro mayor activo en un mundo de gigantes”.[19]

Tercero. La energía.

“El mundo está cambiando, y nosotros también tenemos que cambiar” [20].

En los últimos 25 años Europa ha confiado “en el incremento del comercio mundial para impulsar su crecimiento. Ha dependido de la energía barata procedente de Rusia. Y con demasiada frecuencia ha externalizado su propia seguridad. Pero esos días quedan atrás”.

Siempre según el informe de Von der Leyen, “las dependencias de nuestras cadenas de suministro se utilizan en ocasiones como arma, como demuestra el chantaje energético de Rusia”, o se revelan frágiles “cuando surgen perturbaciones mundiales sin previo aviso, como la pandemia. E incluso los interconectores que nos unen, como los cables de datos submarinos, se han convertido en objetivos, desde el mar Báltico hasta el estrecho de Taiwán”.

Dice que, “antes del inicio de la guerra provocada por Putin, el 45 % del suministro de gas y el 50 % de las importaciones de carbón de Europa procedían de Rusia, país que era también uno los mayores proveedores de petróleo a la UE. “Esta energía parecía barata, pero nos expuso al chantaje. Así pues, cuando los tanques rusos entraron en Ucrania, Putin cortó el grifo de gas. Como respuesta, redujimos sustancialmente nuestra dependencia de los combustibles fósiles rusos en tiempo récord. Nuestras importaciones de gas procedentes de Rusia disminuyeron aproximadamente un 75%. Ahora importamos de Rusia solo el 3 % de nuestro petróleo, y nada de carbón”. [21]

“Pero la libertad tuvo un precio”, los hogares y las empresas vieron cómo se disparaban los costes de la energía y las facturas de muchos aún no se han reducido.

Ahora nuestra competitividad depende de que los precios de la energía vuelvan a ser bajos y estables.

La energía limpia es la respuesta a medio plazo, porque es barata, crea puestos de trabajo de calidad a nivel local y refuerza nuestra independencia energética. En la actualidad, Europa genera más electricidad a partir de la energía eólica y solar que a partir de todos los combustibles fósiles combinados. “Pero todavía tenemos que trabajar para que estos beneficios repercutan en las empresas y los ciudadanos”.

Planteó que se deberá seguir diversificando el suministro energético y ampliar la producción de energía limpia a partir de energías renovables y, en algunos países, también a partir de la energía nuclear. Invertir en tecnologías energéticas limpias de próxima generación, como la fusión, los sistemas geotérmicos mejorados y las baterías de estado sólido.

Movilizar más capital privado para modernizar nuestras redes eléctricas y la infraestructura de almacenamiento. Eliminar las barreras que obstaculizan la Unión de la Energía, y “conectar mejor nuestros sistemas energéticos limpios y con bajas emisiones de carbono”.

“Ha llegado el momento de completar nuestra Unión también en el ámbito de la energía, de modo que la energía limpia pueda circular libremente en todo nuestro continente y podamos reducir los precios para todos los europeos.

“Este es nuestro plan” [22].

  • Relaciones con Estados Unidos

“Las reglas de juego entre potencias mundiales están cambiando. No debemos dar nada por sentado. Y aunque a algunos en Europa no les guste esta nueva realidad, estamos preparados para afrontarla. Nuestros valores no cambian. Pero para defender estos valores en un mundo cambiante, debemos cambiar nuestra forma de actuar. Debemos buscar nuevas oportunidades dondequiera que surjan. Este es el momento de actuar más allá de los bloques y tabúes. Y Europa está preparada para el cambio” [23].

Afirmó que “ninguna otra economía del mundo está tan integrada como la economía estadounidense y europea”. Las empresas europeas en los EE.UU. emplean a 3,5 millones de estadounidenses. Y otro millón de puestos de trabajo estadounidenses dependen directamente del comercio con Europa. Las cadenas de suministro se extienden a ambos lados del Atlántico.

Por ejemplo: “un avión estadounidense se construye con sistemas de control y fibras de carbono procedentes de Europa. Los medicamentos estadounidenses se fabrican con sustancias químicas y herramientas de laboratorio procedentes de nuestro lado del Atlántico”. Al mismo tiempo, Europa importa “el doble de servicios digitales de los Estados Unidos que de toda Asia y el Pacífico”.

De todos los activos estadounidenses en el extranjero, “dos tercios están en Europa”. Y “los Estados Unidos proporcionan más del 50 % de nuestro GNL”. El volumen comercial “entre nosotros” es de 1,5 billones de euros. En conjunto, “la UE y los Estados Unidos representan casi el 30 % del comercio mundial de bienes y servicios”. Hay “mucho en juego para ambas partes”.

Por lo tanto,

“Nuestra prioridad será dialogar desde el primer momento, debatir los intereses comunes y estar dispuestos a negociar. Seremos pragmáticos, pero también siempre mantendremos nuestros principios para proteger nuestros intereses y defender nuestros valores: ese es el enfoque europeo”.

Respecto al tema de las relaciones con Washington, el presidente español Pedro Sánchez expresó que la Unión Europea y los Estados Unidos,

“Comparten un fuerte vínculo transatlántico arraigado en diferentes aspectos, como la historia cultural, los intereses comunes y los valores comunes. Somos, ¿cómo decirlo?, aliados. La guerra comercial no le interesa a los EE.UU., ni a la Unión Europea. Es una situación con la que no se gana nada. Mi enfoque es ser constructivo y que la Unión Europea trate de fortalecer este vínculo transatlántico”.

En segundo lugar, continuó Sánchez,

“Creo que el mundo es muy grande, nuestros actores globales, además de los EE.UU. Y creo que los movimientos de la actual comisión, con Úrsula von der Leyen como presidenta, van, en mi opinión, por el buen camino. Me explico: creo que es muy importante el acuerdo comercial que ha logrado la Unión Europea con Mercosur, también con México. Hemos firmado diferentes acuerdos en los últimos meses con Chile, con Canadá hace años. Estoy seguro de que la Comisión también está trabajando con otros bloques y países de la región para reforzar y estrechar las relaciones comerciales. Creo que esto es muy importante para la Unión Europea, porque ganaremos más influencia en el debate geopolítico y en el escenario geopolítico. Y, por supuesto, mejorará nuestro desarrollo económico como continente”.

Finalmente, según el citado Pedro Sánchez,

“Sí creo que tenemos que destacar y defender nuestra forma de hacer las cosas a la europea, como dijo la presidenta von der Leyen…En este sentido, creo que tenemos que sacar algunas lecciones del debate actual y tener una mayor participación en un sector muy concreto, como es el de la defensa, la tecnología y la energía. Y este será el enfoque de España respecto a EE.UU. y nuestra relación transatlántica y, por supuesto, dentro de la Unión Europea”.  “Creo que tenemos una oportunidad si avanzamos y hacemos más fuerte el proyecto político que es la Unión Europea”.[24]

  • Relaciones con China

Von der Leyen

“Este 2025 marca 50 años de relaciones diplomáticas de nuestra Unión con China. Considero que se trata de una oportunidad para entablar y profundizar nuestras relaciones con China y, cuando sea posible, incluso para ampliar nuestros vínculos comerciales y de inversión. Ha llegado el momento de mantener una relación más equilibrada con China, en un espíritu de equidad y reciprocidad. La Unión Europea también debe esforzarse por obtener beneficios mutuos en nuestra conversación con China”.

Recordó que cuando China se adhirió a la OMC hace 25 años, el impacto del aumento de sus exportaciones se denominó el «Choque chino», y que en la actualidad algunos hablan de un segundo «Choque chino», debido al “exceso de capacidad patrocinado por el Estado”. “Por supuesto, debemos responder”. “Se están adoptando medidas comerciales defensivas en todo el mundo, también en el Sur Global, como respuesta a las distorsiones del mercado chino”. Esta es también la razón por la que Europa ha adoptado medidas, por ejemplo, “en relación con los vehículos eléctricos” (La UE ha puesto recientemente un arancel del 100% a los vehículos eléctricos chinos. Nota del autor).

Al mismo tiempo, agregó: “siempre he insistido en que estamos dispuestos a continuar los debates. Y seguiremos reduciendo el riesgo para nuestra economía”. Muchos creen, incluso en China, “que sería de interés a largo plazo para China gestionar de manera más responsable sus desequilibrios económicos. Esta es también nuestra opinión”. Y creo que “debemos colaborar constructivamente con China para encontrar soluciones que redunden en nuestro interés mutuo”.

También sobre este tema, el presidente español Pedro Sánchez acotó:

“Creo que necesitamos más comercio y no menos lo que es importante mostrar al resto del mundo es que somos una sociedad abierta, unas economías abiertas, y que lo que queremos es reforzar el multilateralismo y, por supuesto, establecer relaciones positivas con otras partes del mundo. Por supuesto, queremos hacerlo con la Unión Europea y con Estados Unidos, por supuesto, pero también queremos hacerlo con América Latina, que es una región muy próxima a España y, por supuesto, a Portugal, pero también con África, con Asia, con China. Creo que uno de los retos que hemos tenido, la Unión Europea en su conjunto, es cómo definir una relación positiva y constructiva y, por supuesto, exigente, una relación común hacia China” .[25]

  • Relaciones con Suiza, Mercosur, México, Asia, Pacífico

La presidenta de la Comisión Europea considera que, a medida que se intensifica la competencia entre las grandes potencias, se ve “un interés creciente en todo el mundo por colaborar más estrechamente con nosotros”. Solo en los dos últimos meses se han celebrado nuevas asociaciones con Suiza, Mercosur y México.

Esto significa que “pronto”, 400 millones de latinoamericanos participarán en una asociación privilegiada con Europa. Estos acuerdos se han estado gestando durante años, o incluso décadas. ¿Cómo es que todos se concluyen ahora? No solo porque Europa es un mercado grande y atractivo. Sino porque con Europa, “lo que se ve es lo que hay. Nos atenemos a las reglas. Nuestros acuerdos no tienen condiciones ocultas. “Y mientras que otros solo están interesados en exportar y extraer, nosotros queremos que las industrias locales prosperen en los países socios. Porque esto también redunda en nuestro interés”.

Dice que así es como “diversifican las propias cadenas de suministro. Y esta es la razón por la que la oferta de Europa es tan atractiva en todo el mundo”. Desde “nuestros vecinos” de África, que están trabajando de conjunto con Europa “para desarrollar cadenas de valor locales para las tecnologías y los combustibles limpios, hasta la gran región de Asia y el Pacífico”.

Esta es la razón por la que,

“el primer viaje de mi nuevo mandato será a la India. Junto con el primer ministro Modi, queremos mejorar la asociación estratégica con el país más poblado y la mayor democracia del mundo” [26].

  • “Capacidades de Europa” para convertir “esta ambición en realidad”

A juicio de la Comisión Europea, entre las capacidades disponibles para cumplir a Hoja de Ruta prevista, se encuentran:

  • Sector privado con una larga tradición de innovación.
  • Mano de obra de alto nivel.
  • “Enorme mercado único” de 450 millones de personas “con una infraestructura social única” para proteger a las personas de los grandes riesgos de la vida.
  • Instituciones creíbles e independientes.
  • Gobernanza transparente.
  • Compromiso inquebrantable con el Estado de Derecho.

“Gracias a todo ello, en los últimos cinco años Europa ha capeado la tormenta más feroz de nuestra historia económica. Y hemos superado una crisis energética sin precedentes. Lo hemos hecho juntos y podemos hacerlo de nuevo. Tenemos la voluntad política. Porque cuando Europa está unida, consigue lo que se propone”.

  • “Los próximos años” en Europa

Son cruciales para, “permanecer en la carrera de las tecnologías limpias y disruptivas”.

  • “Los próximos años” más allá de las fronteras de Europa

La presidenta de la Comisión opina que “todos los continentes tendrán que acelerar la transición hacia las cero emisiones netas y hacer frente a la creciente presión del cambio climático”, pues su impacto es imposible de ignorar. Mencionó entre ellos: “olas de calor en Asia. Inundaciones desde Brasil hasta Indonesia, de África a Europa. Incendios forestales en Canadá, Grecia y California. Huracanes en los Estados Unidos y el Caribe”. El cambio climático “sigue ocupando un lugar destacado en la agenda mundial. De la descarbonización a las soluciones basadas en la naturaleza. Desde la construcción de una economía circular hasta el desarrollo de créditos a la naturaleza.

“El Acuerdo de París sigue siendo la mejor esperanza para toda la humanidad. Europa mantendrá el rumbo y seguirá trabajando con todas las naciones que deseen proteger la naturaleza y detener el calentamiento global. Del mismo modo, todos los continentes tendrán que aprovechar las oportunidades de la Inteligencia Artificial y gestionar sus riesgos”. Ante retos como estos, “no estamos hablando de una carrera de unos contra otros, sino en una carrera contra el tiempo. Por ello, “incluso en momentos de competencia feroz, tenemos que aunar fuerzas. Y Europa seguirá buscando la cooperación, no solo con nuestros amigos de siempre, sino con cualquier país con el que compartamos intereses”.

Según Von de Leyen, la UE ofrece un “mensaje sencillo al mundo”:

“Si hay beneficios mutuos a la vista, estamos dispuestos a colaborar con ustedes. Si quieren mejorar sus industrias de tecnologías limpias o ampliar la infraestructura digital, Europa está abierta al intercambio. Este nuevo compromiso con países de todo el mundo no solo es una necesidad económica, sino un mensaje para el mundo entero. Es la respuesta de Europa a la creciente competencia mundial. Queremos una mayor cooperación con todos los que están abiertos a ella”. [27]

Conclusiones

Se ha cumplido el objetivo de analizar los aspectos planteados por la alemana Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, durante su intervención en el Foro Económico de Davos, en la que se refirió, entre otros, al tema de las relaciones trasatlánticas, luego del ascenso al poder del 47 presidente de los Estados Unidos, y de su discurso de investidura.

Numerosos temas europeos críticos no fueron abordados por la presidenta de la Comisión, quien se centró en la Hoja de Ruta hacia el futuro 2029. No habló sobre los relativamente poco halagüeños resultados de la economía de la Unión Europea durante el año 2024. Su afirmación sobre la generación de patentes en Europa tal vez no se corresponda con estadísticas publicadas sobre el mismo tema. Fue pasada por alto una de las mayores manzanas de la discordia en el acontecer europeo actual: el estratégico gasoducto Nord Stream-2. Tampoco se habló del cierre intencionado del tránsito de gas ruso hacia varios países de Europa; o sobre ciertas fisuras internas que vienen teniendo lugar en la llamada “unidad europea”, con el surgimiento de la “idea de bloques” dentro de la UE, “el bloque Norte y el bloque Sur”, una cuestión que destacó críticamente el presidente Sánchez.

Particularmente en el campo de la defensa, las exigencias estadounidenses sobre un incremento en los gastos militares hasta un 5% del PIB, contra lo cual varios países europeos ya se han pronunciado, podría conducir a una tendencia incremental de bilateralización en las relaciones militares trasatlánticas, pues tendrá defensa “el que la pague”. Siempre en la UE ha constituido ‘un tema’ —por lo bajo—, el que algunos países “consumen defensa” y otros “la produzcan”.

Como fue visto, sobre este asunto en Davos no hubo pronunciamientos por parte de la UE, sí por Estados Unidos, el que tampoco precisó si las medidas arancelarias y de otro tipo que serán adoptadas por la nueva administración republicana afectan de algún modo los contratos con el Complejo Miliar Industrial. Podrían continuar e incluso incrementarse ciertas contradicciones preexistentes entre los CMI trasatlánticos.

Aunque es temprano para arribar a conclusiones sobre procesos que solo comienzan, y existe determinado umbral de incertidumbres que se irá disipando, no parece estar bajo duda la existencia de emergencias geoestratégicas tectónicas, más propias de la sed imperial del siglo XIX, que del llamado “mundo basado en reglas” o del llamado “nuevo orden mundial” del siglo XXI. Las simples enunciaciones no dejan mucho espacio a la incertidumbre. Las declaraciones estadounidenses sobre sus aspiraciones en materia de seguridad, defensa, comercio, economía, y otros, podrán generar ciertas dudas, pero son sobre todo dudas operacionales. Esta incertidumbre se desvanecerá más temprano que tarde. La manera y tono con que se ha generado y expresado el nuevo dictado geoestratégico estadounidense está fuera de duda.

Algunos informes y estrategias, inexorablemente serán reescritos ante la nueva realidad, que podría no ser coyuntural. En este sentido, la Hoja de Ruta de la Unión Europea hasta 2029, que será discutida y aprobada en la primera semana de febrero del actual 2025, intentará enfrentar la nueva realidad. Otro tanto se espera de una OTAN, cuya máxima autoridad ya ha llamado a los países aliados para que asuman el reto lanzado por Estados Unidos—sin consultar a los Aliados—, de incrementar hasta un 5% sus gastos presupuestarios militares, ante lo cual interpretan sus respuestas disonantes o consonantes, varios coros europeos.

En tanto doctrina político-militar, el Gran Garrote de finales del siglo XIX asume también una dimensión híbrida en el siglo XXI: Gran Garrote financiero, arancelario, sancionador, intemporalmente anexionista, basado en el supuesto y providencial Derecho de conquista, ya sea por la vía de la compra de nuevos territorios o por su ocupación violenta.

Como se ha visto en Davos y no solo, el siglo XXI tecnológico, a veces fundamentalistamente tecnológico, con sus amenazantes e impunes desplazamientos de la naturaleza humana y violaciones flagrantes de la libertad humana, refuerza su carácter comercio-céntrico, economicista. Se impone un pensamiento subcultural a través de diferentes herramientas. Constituye un hecho que, como regla, los discursos en Davos hicieron alusión a la educación y la cultura, pero como herramientas y armas para ganar la competencia, en un entorno de fracturación del mundo, de dura competencia geoestratégica.

Para los registros históricos, Davos 2025 constituyó, quizás, solo la primera tribuna pública de la Comisión Europea en el segundo cuarto del siglo XXI, y, además, la primera tribuna pública internacional del actual presidente estadounidense en su segundo mandato. Sin embargo, considerando la notoria emergencia de nuevas contradicciones trasatlánticas, la Unión Europea parece haber proyectado su primera reacción oficial a las mismas, si bien inequívocamente es temprano, y se carece de elementos suficientes que habiliten modelar la actitud que asumirá “Europa” al corto y mediano plazos frente a sus nuevos desafíos.

Del otro lado de la colina, Moscú y Beijing acaban de celebrar el 75 aniversario del restablecimiento de sus relaciones diplomáticas. Dichos “Estados civilizaciones” han afirmado encontrarse en el mejor momento de sus relaciones de buena vecindad duradera, y cooperación práctica integral. Contra todos los vaticinios, la economía de Rusia se ha fortalecido, y aunque la UE ha realizado ingentes esfuerzos para desconectarse de la energía rusa, secundando los planes trasatlánticos, es innegable la existencia también en Europa, y en la Unión Europea, de una ‘Zona Gazprom’, ¿‘Rublozona’?, la cual lejos de reducirse, crece.

Los datos oficiales y públicos de compra de GNL a Gazprom por parte de Europa en el mes de enero de 2025 confirman lo anterior, sin mencionar que varios países europeos reciben y seguirán recibiendo recursos energéticos desde Rusia, y así lo han declarado.

En el terreno de la seguridad, defensa, economía, y otros, ha de significarse que, la Rusia con la cual trató la primera administración de Donald Trump (2016-2020) no es ya la misma Rusia con la cual tratará durante su segundo mandato (2025-2028). Esto aplica también para el nuevo mandato de la Comisión Europea. En esta misma línea puede afirmarse que, el fallo catastrófico que experimentó la política de sanciones contra Moscú —así como contra China—por parte de EE.UU., la UE, el G7, y de algunos países por independiente, prácticamente ha dejado a occidente con muy pocas opciones reales de lograr sus fines a través de la guerra híbrida, no ya en los frentes militares. Se trata de hechos objetivos.

Ello ha conllevado a un replanteamiento de ciertas estrategias, tales como una mayor apertura hacia China —anunciada al menos en Davos—, lo cual podría constituir un contrapeso tanto simbólico como real a las posibles medias arancelarias, comerciales, y otras. En estas nuevas circunstancias también resultará de utilidad analizar los resultados de la antes comentada entrevista entre los presidentes Xi Jinping y Vladimir Putin, pero esta es una tarea pendiente.

Bibliografía fundamental

  • Draghi, Mario (2024). The future of European competitiveness. European Commission. 17 de septiembre. Consultado el 15 de enero de 2025.
  • Sánchez, Pedro (2025). Intervención en el Foro Económico Mundial de Davos.  22 de enero. Sitio web del Ministerio de Relaciones de España.
  • Resultados de las elecciones europeas de 2024. Parlamento Europeo. Sitio web. Consultado el 20 de enero de 2025.
  • Trump, Donald (2025). Intervención en el Foro Económico Mundial. Davos (tuvo lugar de forma remota). Medios de prensa. 23 de enero. Consultado el 25 de enero de 2025.
  • Von der Leyen, Úrsula (2025). Intervención en el Foro Económico Mundial. Davos. 21 de enero. Sitio web oficial de la Comisión Europea.

[1] Por ejemplo, la Federación de Rusia. Geográficamente, la parte europea de Rusia constituye “el país” más grande de Europa. Ello aplica también a la demografía, economía, defensa, potencial nuclear civil y militar, producción de energía y materiales críticos de la industria energética, como el gas, petróleo, uranio, su enriquecimiento, otros.

[2] Según algunas fuentes los siete países considerados euroasiáticos son: Rusia, Turquía, Kazajstán, Georgia, Azerbaiyán, Armenia, Chipre. Otras fuentes también incluyen a Grecia en esta lista.

[3] Por ejemplo: rublo ruso, Lira turca, Libra esterlina, Zloty, Grivna ucraniana, Corona sueca, Franco suizo, Corona danesa, Corona noruega, Leu rumano, Manat azerbaiyano, Corona checa, Forinto, Rublo bielorruso, Lev búlgaro, Leu moldavo, Dinar serbio, Lari georgiano, Dram armenio, Denar macedonio, otros

[4] Por ejemplo, Rumanía, Chequia, Hungría, Bielorrusia, Bulgaria, Moldavia

[5] Bulgaria: 33,78%; Chequia: 36,45%; Croacia: 21,35%; Eslovaquia: 34,38%; Eslovenia: 41,80%; España: 46,39%; Estonia: 37,64%; Finlandia: 40,38%; Grecia: 41,24%; Italia: 48,31%; Letonia: 33,82%; Lituania: 28,97%; Países Bajos: 46,28%; Polonia: 40,65%; Portugal: 36,47%.

[6] Resultados de las elecciones europeas de 2024. Parlamento Europeo. Sitio web. Consultado el 20 de enero de 2025.

[7] Draghi, Mario (2024). The future of European competitiveness. European Commission. 17 de septiembre.

[8] Trump, Donald (2025). Intervención en el Foro Económico Mundial. Davos (tuvo lugar de forma remota). Medios de prensa. 23 de enero.

[9] Palabras de von der Leyen: “Ucrania determina su propio futuro cuando pide el acceso a la UE. La respuesta fue la invasión por parte de su vecino ruso. También creo que debemos explicarle a la población de la UE que no solo se trata de la seguridad en Ucrania, sino de la seguridad de la UE. Nadie desea más la paz que la gente de Ucrania. Y lo que quieren es una paz justa y duradera. No quieren que el conflicto se congele y vuelva a estallar un tiempo después. En estos últimos tres años se ha visto como Ucrania trabaja duro para ingresar a la UE. Reformas duras y difíciles…lo más importante es que Ucrania siga siendo un país independiente, y decida sobre su propio territorio”.

[10] El texto oficial de la intervención de von der Leyen publicado posteriormente por la respectiva página web de la Union Europea, no incluyó la citada pregunta y la respuesta; pero en Youtube aparece completa la intervención.

[11] La autora dice que: “En los últimos 25 años tuvo lugar un proceso de “hiperglobalizacion” que conllevó a la disminución de la pobreza sobre todo en China e India; en Estados Unidos el boom de las puntocoms estaba en su apogeo, simbolizando el optimismo de una economía global conectada, en la que la tecnología se veía como una fuerza inequívoca para la prosperidad y la paz.  Con la participación de Rusia en el G7 —que se convirtió así en G8—, la democracia ganó terreno en todo el mundo, y algunos incluso afirmaron que era el Fin de la historia de las luchas ideológicas. En la Unión Europea, nuestra moneda única, el euro, estaba a punto de acercar aún más a nuestros ciudadanos y nuestras economías. La economía mundial cosechó los dividendos. Y aquí en Davos, los líderes mundiales debatieron cómo la cooperación mundial y la tecnología podrían contribuir a la lucha contra la pobreza y la enfermedad. Era la promesa de un mundo más integrado y cooperativo”.

[12] Von der Leyen, Úrsula (2025). Intervención en el Foro Económico Mundial. Davos. 21 de enero. Sitio web oficial de la Comisión Europea.

[13] Ibídem.

[14] Ibídem.

[15] Precisó que, “la innovación sigue prosperando, con avances en IA, computación cuántica y energía limpia a punto de cambiar nuestro modo de vida y nuestro trabajo, pero los controles tecnológicos también se han cuadruplicado en las últimas décadas”.

[16] Von der Leyen, Úrsula (2025). Intervención en el Foro Económico Mundial. Davos. 21 de enero. Sitio web oficial de la Comisión Europea.

[17] Sánchez Pedro (2025). Intervención en el Foro Económico Mundial de Davos. 22 de enero. Sitio web del Ministerio de Asuntos Exteriores de España. 

[18] Von der Leyen, Úrsula (2025). Intervención en el Foro Económico Mundial. Davos. 21 de enero. Sitio web oficial de la Comisión Europea.

[19] Ibídem.

[20] Ibídem.

[21] Ibidem.

[22] Ibídem

[23] Ibidem

[24] Sánchez Pedro (2025). Intervención en el Foro Económico Mundial. de Davos.  22 de enero. Sitio web del Ministerio de Asuntos Exteriores de España.

[25] Ibídem. 

[26] Von der Leyen, Úrsula (2025). Intervención en el Foro Económico Mundial. Davos. 21 de enero. Sitio web oficial de la Comisión Europea.

[27] Von der Leyen, Úrsula (2025). Intervención en el Foro Económico Mundial. Davos. 21 de enero. Sitio web oficial de la Comisión Europea.


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