El gobierno de unidad nacional en Sudáfrica; algunos apuntes
Foto tomada de Prensa Latina
Como era previsible, el presidente Cyril Ramaphosa asumió su segundo mandato, el 19 de junio de 2024, al recibir 283 votos de los 400 parlamentarios que conforman la Asamblea Nacional, y derrotar al líder del Economic Freedom Front (EFF), Julius Malema, quien alcanzó apenas 44 votos.
Esa decisión ratifica que el respaldo a Ramaphosa sobrepasó las contribuciones del ANC y del Democratic Alliance (DA), al incorporar también una parte de los votos del universo de partidos con representación parlamentaria.
A partir de los resultados alcanzados en las elecciones, tanto el MK como el EFF se mostraron listos para desempeñarse como oposición radical frente al ejecutivo unitario, sobre todo el MK, que rehúsa a establecer cualquier tipo de colaboración con el presidente Ramaphosa y el DA, por considerarlo un partido defensor de los intereses de la población blanca rica.
Al mismo tiempo, el ex presidente y líder de MK, Jacob Zuma, reveló que su partido se integrará a la alianza de la oposición en el parlamento, con el propósito de coordinar esfuerzos contra el nuevo gobierno, denominada Progressive Caucus, que encabeza el EFF, del ex líder juvenil del ANC, Julius Malema.
Sin embargo, lo más apreciable en este contexto es la incorporación de 10 partidos políticos, de los 18 con asientos en la Asamblea Nacional, a la fórmula gubernamental unitaria; realidad que constituye un saldo favorable inicial para el propio ANC y el presidente Ramaphosa.
Lo apuntado se traduce en la posibilidad de contar con el respaldo del 70% de los parlamentarios, lo cual podrá ser un elemento facilitador para la centenaria organización nacionalista, en los actos de legislar y aprobar los instrumentos jurídicos requeridosen el legislativo.
Los 10 partidos que conforman el gobierno de unidad nacional son: el ANC, DA, Inkatha Freedom Party (IFP), el Good, Patriotic Alliance (PA), Panafricanist Azania Congress (PAC), Freedom Front Plus (FF+), United Democratic Movement (UDSM), el RISE Mzansi y Al Jama-ah.
Como se puede apreciar, el gobierno de unidad nacional refleja una composición que destaca la pluralidad ideológica y programática de sus manifiestos políticos, que subraya el derrotero fundacional de algunos de ellos, reafirmados o readecuados no solo al cierre de tres décadas de la Sudáfrica post apartheid, sino a las exigencias económicas y sociales planteadas en la coyuntura actual.
La Declaración de Intenciones del gobierno de unidad nacional es el documento que todos los partidos que integran la coalición rubricaron, de conformidad con el compromiso contraído, en favor de resolver las principales problemáticas que padece el país.
Dos acontecimientos relevantes, posterior al desenlace electoral,se pusieron de relieve en la escena política sudafricana, como fueron el amplio proceso de consulta del ANC con el concierto de partidos y la ratificación de Ramaphosa, como presidente de Sudáfrica para un segundo mandato.
Posiblemente, otro elemento no menos clave fue la posición constructiva, en suma, mostrada por la principal fuerza de la oposición, el Democratic Alliance (DA), de estar en disposición de integrar el nuevo gobierno resultante, con respaldo además a Ramaphosa.
De hecho, amén de las diferencias políticas e ideológicas subyacentes, la decisión asumida por el DA resulta clave no sólo en la dimensión de responder positivamente ala circunstancia, sino también de exponer el mensaje de unidad en función de los intereses de Sudáfrica, como principal acción mediática, a diferencia de los “radicales” MK y EFF.
Con esta postura asumida, el DA tendrá la posibilidad de demostrar si es un partido que defiende únicamente los intereses de la clase rica blanca, como ha estado presente en la narrativa de los partidos y organizaciones de la sociedad civil de mayoría negra en el país, cuya proyección recuerda en algún modo las posiciones típicas de los denominados african-minded,[1] prejuiciados por los temas de raza, clase e ideología.
No obstante, se pondrá de manifiesto también la probable “reorientación” del curso político de Sudáfrica hacia un escenario más consensuado, como parte del power-sharing consecuencia de la nueva realidad, sin perder de vista que el ANC es el partido con más asientos en el parlamento 159 asientos y, por ende, cabeza del gobierno.
La presencia de InkathaFreedomParty (IFP) en la fórmula unitaria, además de recordar su participación en el primer gobierno multirracial presidido por Mandela, reafirma ahora su voluntad de compromiso en el abordaje de los asuntos nacionales, cuando en la etapa previa referida estuvo caracterizado por una narrativa y actuación, que le situaba como una organización de tipo etnorregional (Kwazulu Natal), tal vez consecuencia de la proyección pública de su líder emblemático zulú, Mangosuthu Buthelezi.
Al evaluar las elecciones generales y sus resultados, un análisis de Publico.pt observa que la ampliación de la coalición permitirá al ANC diluir el poder negociador de la DA en la formación del nuevo gobierno, al conseguir llegar a los 200 parlamentarios, sin la adición de la bancada del partido encabezado por el líder blanco, John Steenhuisen.[2]
Sin embargo, si bien es cierta esa aseveración en lo formal, no cabe duda que ese proceso estará marcado en lo más conveniente y utilitario para el ANC, atendiendo a las diferentes percepciones existentes sobre los actuales problemas del país, con los cuales los diferentes gabinetes anteriores no pudieron alcanzar los resultados factibles trazadoso encausar procesos de modo satisfactorio.
La evolución de los resultados electorales de 2004 (279), 2019 (230) y 2024 (159) ilustra el descenso evidenciado, en los resultados electorales logrados por el ANC durante estas tres décadas de democracia multipartidista y multirracial en Sudáfrica, en cuyo contexto los preceptos de la denominada revolución democrática nacional, que alimenta la alianza de la troika (ANC, COSATU y Partido Comunista), continúa siendo un anhelo, como valedera la letra y el espíritu del FreedomCharter(1955).
Por otra parte, los reclamos procedentes de los partidos MK y EFF, entre otras organizaciones políticas minúsculas y de la propia sociedad civil negra esgrimen ahora el aserto de posible regreso de “mini-apartheid” a la escena gubernamental del país, lo cual evidencia el nivel de resquemor que caracteriza el disenso político.
Paralelamente, en este ámbito tuvo lugar la celebración de la segunda reunión del Comité Ejecutivo Central del COSATU en el año, efectuada entre los días 18 y 20 de junio,[3] que analizó los resultados de las elecciones generales en Sudáfrica y la perspectiva misma de que el país sea conducido por un ejecutivo gubernamental unitario, encabezado por el ANC, una vez que perdió la mayoría en dichos comicios.
El evento subrayó que la elección del 29 de mayo fue la más retadora para los aliados de COSATU, como son el ANC y el Partido Comunista Sudafricano, que han enfrentado desde 1994.
Subrayó, asimismo, los logros obtenidos en su relación e intercambios con el gobierno del ANC en 2024 y, en especial, con el presidente Ramaphosa, previo al desenlace electoral, como resultó el incremento del salario mínimo nacional del 8,5%, equivalente a R27.58 por hora, en marzo, lo que significa una victoria que benefició a millones de trabajadores, que contempla a los agrícolas, domésticos, limpieza, hospitales, construcción y otros vulnerables.[4]
Reafirmó, al mismo tiempo, su profunda oposición a las políticas neoliberales que plantea el DA, que tiene una historia de oposición a las reformas laborales, que buscan el mejoramiento de la vida de los trabajadores. Sentenció que si el DA es parte del gobierno de unidad nacional debe abandonar sus agendas anti trabajadores y antitransformación.
Finalmente, COSATU reconoció el compromiso reflejado en la letra de la Declaración de Intenciones, que formaliza el gobierno de unidad nacional, con proteger los derechos de los trabajadores y del vínculo del futuro gabinete con los trabajadores, los empresarios y la sociedad civil.
Del cónclave sindical emergió la ratificación del apoyo de COSATU al ANC y a la alianza (troika), postura que se extendió además al presidente Ramaphosa, sin perder de vista la exigencia de la consulta del mandatario a la organización sobre la integración del nuevo gabinete.
Desde su perspectiva, la académica Joleen SteynKotze, de la Free State University, valora que los sudafricanos han declarado, a través de sus votos, que ellos no están satisfechos con la hegemonía del ANC como un partido único, en los últimos 30 años, sino que están buscando cooperación para lidiar con los mayores desafíos del país, identificados en el desempleo, una economía estancada, un sector público disfuncional y la persistencia de patrones de pobreza y desigualdad por razones de raza.[5]
En su consideración, establece también que los partidos políticos deben mostrar flexibilidad ideológica, para promover estabilidad y conducir a Sudáfrica hacia la prosperidad, mediante soluciones políticas creativas. Consigna además que principios como “madurez, compromiso y agilidad ideológica” son cruciales para alcanzar un gobierno de unidad nacional para reconstruir la nación.
Al término de este análisis, el presidente Ramaphosa se encontraba inmerso en la conformación del gabinete, cuyo proceso está determinado, esencialmente, por premisas tales como la mayoría alcanzada por el ANC, sus intereses como partido gobernante y el balance de asientos parlamentarios logradospor los partidos inmersos en la coalición.
[1] Esta actitud se hizo cada vez más evidente, como respuesta sectaria y, por ende, dogmática, a los esfuerzos antiapartheid de todo el movimiento democrático sudafricano, que tuvo en la década de los años 50 del siglo XX su máximo esplendor, sobre todo como rechazo a cualquier colaboración entre las organizaciones y grupos blancos, mestizos, indios, comunistas y el ANC. Apreciamos que la máxima expresión de este tipo, desde el frente de la liberación nacional, lo asumió el Panafricanist Azania Congress (PAC), fundado a finales de esa década citada, cuyo esfuerzo estuvo dirigido a contrarrestar el proceso de radicalización del ANC, que adoptaría la estrategia de lucha armada en 1961, con la fundación del Umkhonto we Sizwe.
[2] ANC forma verdadeirogoverno de unidade nacional con dez partidos e 70% dos deputados. Publico.pt Jun 23, 2024 7:34 AM, http://opr.news/77423896240623pt_a0?link.
[3]El Comité Ejecutivo Central de COSATU emitió un comunicado firmado por su secretario general SollyPhetoe, que resume los temas abordados y las posiciones asumidas en varios temas relevantes para la principal organización sindical del país. Ver:South Africa: CosatuStatementOn the Second Central Executive Committee Meeting. 24 JUNE 2024, PRESS RELEASE, https://allafrica.com/stories/202406240552.html.
[4]Idem.
[5]SteynKotze, Joleen (2024). South Africa’sunitygovernment: 5 partiesthatneedtofindcomonground. TheConversation, June 10, 2024 3.12pm BST, https://theconversation.com/south-africas-unity-government-5-parties-that-need-to-find-common-ground-231968.
Déjanos tu comentario