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El rapto gasífero de Europa por Estados Unidos

junio 17, 2025   0

El rapto de Europa. George Frederick Watts, 1858. Artistasycuadros.com

Índice

Introducción………………………………………………………………………………………..    3

Desarrollo…………………………………………………………………………………………..    6

PARTE 1. Europa………………………………………………………………………………    6

Importaciones desde Rusia antes de 2022, 6. Caen importaciones desde Rusia y crecen desde EE.UU., 7. Los europeos pagan varias veces más por el gas estadounidense, 13. Apuntes por países, 14. Noruega en la palestra gasífera, 15. Alemania, 15. Italia-Francia-España-Portugal, 16. Polonia-Ucrania, 17. Argelia, 19. Bruselas pone fecha al fin de su dependencia energética de Rusia, 21. Mar Báltico y confrontación energética: potencial casus belli, 23.

PARTE 2.  Estados Unidos de Norteamérica………………………………………..  24

Antecedentes, 24. Infraestructura productiva, 26. ‘Coincidencias históricas’ del ascenso, 26. EE.UU. a la cabeza de la producción mundial, 28. Rosneft reconoce ascenso de EE.UU., 30. Comisión Europea: EE.UU.: “el proveedor fiable”, 30. Opiniones encontradas sobre “el proveedor fiable”, 30. Estrategia energética del 47 presidente de EE.UU., 31. Perspectivas energéticas hacia 2050, 34. Informe de la EIA. 2025, 34. Informe de Wood Mackenzie, 36. Altos costos: potencial amenaza a la competitividad, 37. Costos comparados EE.UU. vs Novatek, 38.

PARTE 3. Federación de Rusia…………………………………………………………..  39

Sistema energético, 39. Exportaciones antes de 2022, 39. Expectativas del “embargo europeo” después de 2022, 40. Proyecto de ley sobre aranceles por compras a Rusia, 41. Prueba de estrés bancario, 42. Gazprom: análisis diacrónico de su dinámica comercial, 42. Exportaciones de oro superan exportaciones de gas, 45. Gazprom pierde mercado turco, 45. Problemas con las exportaciones al oeste y a China, 46. Fuerza de Siberia-2, 46. “Dramática reducción en la entrada de divisas”, 46. Suben los precios del gas, 48. El año de 2022, 48. Nuevo rumbo estratégico del comercio energético, 48. El año de 2023, 53. El año de 2024, 58. El año de 2025, 63. Escenarios de la Estrategia Energética hasta el año 2050, 64. Nuevos nichos de mercado, 65.

Conclusiones…………………………………………………………………………………..    66

Bibliografía…………………………………………………………………………………………    73

Anexo………………………………………………………………………………………….…..    77


Introducción

Según ciertos mitos del primer cuarto del siglo XXI, la exportación de energía barata y segura que permite un consumo social accesible e impulsa el desarrollo industrial en Europa constituye un instrumento de influencia maléfica. Al término de su visita a Alexandrópolis, capital de Tracia Oriental, un funcionario estadounidense declaró en septiembre de 2019: “Estamos trabajando con otros socios democráticos de la región para rechazar actores maléficos como Rusia y China, sobre todo Rusia, que utiliza la energía como instrumento de su influencia maléfica”. Distaban dos años y medio para el comienzo de la llamada Operación Militar Especial, que provocó el vuelo de un cisne negro frente a la hoja de ruta encargada por Washington a Rand Corporation en 2019.

Luego del estallido de un conflicto no evitado “a propósito de Ucrania”, como aconsejó la Doctrina del Nuevo Siglo Americano desde el año 2000, y que la Corporación Rand (2019) recomendó evitar pues, “se perdería”, Occidente atizó un conflicto paralelo, al aplicar sanciones económico-comerciales enfocadas a ‘blindar’ el mercado energético europeo de tal influencia maléfica. Un fin de esta confrontación estratégica esencial es la regasificación de Europa por Estados Unidos, batalla que aún se dirime en inconcluso contrapunteo energético-político de ida y vuelta. De modo que, si se desea construir un paralelo con la mitología legítima, bajo el mito de la influencia maléfica aparecerá un seudo Zeus global y expansivo que reencarna en el “rapto gasífero de Europa”.

Tres pruebas recientes, (a) la Casa Blanca ha exigido de manera categórica a Europa abstenerse por completo de importar gas procedente de Rusia; (b) el Senado de EE.UU. estudia un proyecto de ley que propone aplicar aranceles a todos los países que compren recursos energéticos rusos; (c) la Comisión Europea emitió una Hoja de ruta con el objetivo de eliminar por completo las compra energía a Rusia. Quizás por pura coincidencia, los tres hechos han tenido lugar casi al unísono en el polo euroatlántico.

Hace pocas semanas el canciller Serguei Lavrov expresó en un programa de televisión que, “será interesante ver si EE.UU. utiliza su influencia sobre Europa y la obliga a no renunciar al gas ruso”.

Sin embargo, al menos en apariencias, Washington no cederá un ápice de sus cuotas conquistadas en el mercado gasífero europeo, con independencia del cambio oportunista que ha introducido en sus relaciones con la Federación de Rusia a partir de la ‘polémica’ llamada telefónica de Donald Trump a Vladimir Putin el 12 de febrero de 2025. Las actuales cuotas de exportaciones de GNL estadounidense a Europa son una línea roja. Difícilmente sean entregadas, según el análisis de los hechos en curso.

Ello prueba que la regasificación de Europa o el “rapto gasífero de Europa” por Estados Unidos constituyó uno de los fines —tal vez el fundamental—, de su visible expansión comercial en la frontera del primer y segundo cuartos del siglo XXI, y conseguirlo transita por lo inevitable: expulsar a Rusia del mercado europeo de hidrocarburos, aunque el Ministro de Finanzas de Francia manifestara el 1ro de septiembre de 2022: “Seamos sinceros: si mañana Rusia dejara por completo de exportar gas a Europa, sería un shock”, afirmación publicada por el medio francés, Les Echos.

La regasificación de Europa constituye, en determinada medida, una consecuencia cuasi directa de la polémica revolución del fracking (tecnología de fracturación hidráulica) que tiene lugar en ese país desde la primera década del presente siglo (ver Anexo 1). En consecuencia, EE.UU. enfrenta un fenómeno de superproducción petrogasífera. Necesita nuevos mercados. Para obtenerlos debe colocar a Gazprom sobre el escudo. Solo así emerge la lógica oculta bajo el ‘mito’ y acusaciones sobre la influencia maléfica de la energía rusa —de paso, mucho más barata que la de EE.UU. (Nota del autor).

Por múltiples y obvias razones, el hecho hegemónico de la expulsión de un poderoso suministrador energético tradicional y seguro del mercado europeo solo podría producirse en un contexto de competencia y confrontación estratégica, cuyos efectos tienen alcance global; a veces telúrico, también marítimo, y en el lecho marino, sobre el cual se extienden miles de kilómetros de tuberías de petróleo y gas.

La confrontación estratégica en curso abarca tanto a los productores como a los consumidores. También impacta en la infraestructura de la cadena de suministros, que incluye elementos como el transporte marítimo de larga distancia, las rutas marítimas, flotas metaneras y petroleras, ferrocarriles, sistema submarino y terrestre de gasoductos y oleoductos, proyectos como el Corredor Transártico o el Corredor Norte Sur; geonavegación, sistemas satelitales, inteligencia, geomonitoreo en tiempo real, otros.

Un ejemplo de ello es la persecución a la llamada Flota en la sombra, actividad cada vez más cercana a un casus belli —para ampliar sobre este asunto puede consultarse, La Flota en la sombra. Otros ejemplos: la voladura de gasoductos, como el Nord Stream-2; los ataques reportados contra infraestructura gasífera y buques; el minado de puertos, rutas, como el mar Negro. Se expresa también a nivel productivo-extractivo, manufacturero, tecnológico, en la minería de precios del mercado mundial; en la conformación de escenarios; en la confrontación político-diplomática, mediática, en la guerra arancelaria, otros. En suma, se habla de una guerra; y luego se acota: híbrida.

En sentido estricto, la regasificación de Europa constituye solo uno entre varios accidentes en esta guerra híbrida; pero es, quizás, el que mejor describe la esencia subyacente en la confrontación estratégica entre Bruselas, Washington y Moscú, en la esfera del comercio energético, particularmente del gas natural y del Gas Natural Licuado (GNL). Así, este trabajo se propone analizar los rasgos que caracterizan la actual confrontación estratégica en el campo energético entre Estados Unidos y la Federación de Rusia, tomando como hilo conductor el proceso de regasificación de Europa por Estados Unidos. También se estudiarán las perspectivas productivas, exportadoras, y los escenarios energéticos identificados por Washington y Moscú hacia el año 2050.

Aquí no será abordado in extenso el tema del uranio pues fue tratado en un trabajo precedente titulado, La crítica dependencia estadounidense el uranio ruso, publicado, accesible, y de total actualidad. Ambos trabajos —perfectibles e inconclusos—, abordan integradamente los rasgos, accidentes, esencias y perspectivas de la competencia estratégica entre dos potencias energéticas del mundo, Rusia y EE.UU.

Para cumplir el objetivo fueron consultados documentos de la Comisión Europea, de la Administración de Información Energética de EE.UU.; los Escenarios energéticos de Rusia hacia 2050; estudios de organizaciones especializadas, declaraciones oficiales, y unos cien trabajos de instituciones, centros de estudios, analistas, informes de prensa, otros, que aparecen listados en la Bibliografía. Con el auxilio de las estadísticas estrictamente necesarias, provenientes de fuentes diversas no siempre coincidentes, se acometió el análisis del tema desde una perspectiva diacrónica e histórico-lógica.

Considerando que los procesos analizados transcurren en tiempo real, se asume que el objeto de estudios está impactado por dinámicas multidimensionales tan intensas como abiertas; por ello en algunos aspectos resultará prematuro intentar fijar ideas sobre la piedra, si bien aparecerán algunas Conclusiones. El trabajo se ordenó en tres partes conexas: “Europa”, “Estados Unidos de Norteamérica” y “Federación de Rusia”. Para facilitar el acceso a los contenidos cada parte ha sido estructurada en epígrafes.


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