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Europa y Palestina entre la geopolítica y el derecho

Otros autores: Lic. Rodobaldo Isasi Hernández, investigador del CIPI
julio 16, 2024   0

Para abarcar el horizonte apocalíptico sufrido por el pueblo palestino, sería oportuno visualizar aspectos omitidos por quienes justifican el asedio, la ocupación y la agresión, exacerbados desde el 7 de octubre de 2023.

La geopolítica

La antigua Grecia estrenó el vocablo. A finales del siglo XIX se conceptualizó, primordialmente en Alemania, pero la derrota del fascismo condujo a su transitoria parálisis, siendo retomado decenios más tarde en Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania, lo que propició amparar la expansión imperialista hacia sus respectivas áreas de influencia, mediante el control o dominio de la política, economía, cultura y sociedad de los países subdesarrollados.

Estudiosos, expertos y personalidades progresistas o de izquierda tienden a rechazar el concepto de geopolítica, pero no por ello deja de existir ni proliferar. Ante el caso palestino, sería recomendable renovarlo, particularmente desde 1948, al crearse el Estado de Israel, potenciado por el Reino Unido, impulsado por el premier Ben Gurion, afianzado durante los mandatos de Golda Meir y Ariel Sharon, profundizado por el Plan Yinon y exacerbado por Benjamin Netanyahu.

Aunque las guerras de conquista se remontan a la antigüedad, el “pecado original” fue impulsado por el Pacto Sykes Picot”, de 1916, que distribuyó los enclaves ocupados en Asia Menor y las futuras zonas de influencia en el Medio Oriente, remodeló a libre arbitrio las fronteras y asentó al imperio británico en un espacio geográfico donde ya habitaban los palestinos.

Desde 1948 el pertinaz genocidio acometido por el sionismo ha sido amparado por sus mecenas y aliados mediante la inducción por el lobby judío en Estados Unidos y sus excelentes relaciones con los países europeos más militarizados. En documentos programáticos se exponen los intereses israelitas, pretextando un supuesto derecho a erradicar al pueblo palestino del Medio Oriente, con peligro para el resto de los países en la región. Ejemplos de ello conforman el Plan estadounidense para el Medio Oriente Ampliado y las estrategias de seguridad de Alemania, Francia y Reino Unido, entre otros.

Desde la creación del Estado de Israel, potenciado por Reino Unido, se signaron “el derecho” de ese país, los intereses imperialistas y se instituyeron sus efectos para el pueblo palestino.

El derecho internacional

Convendría recordar que los juristas definen al derecho como “la expresión de la voluntad de la clase dominante erigida en ley”, aunque sería sensato actualizar en el sentido de que los Estados y organismos e instituciones internacionales también acometen su voluntad, con la pretensa finalidad de preservar la paz y el respeto igualitario hacia todos los pueblos y naciones.

Los juristas acostumbran precisar sobre la jurisprudencia, no siempre comprensible para los no entendidos. Sin embargo, para alcanzar una dimensión cabal sobre la transgresión o las violaciones actuales del derecho cometidas contra Gaza, Cisjordania, Siria o Líbano, se relacionan las principales perpetradas desde el 7 de octubre de 2023 por el gobierno sionista.

En lo concerniente al Derecho Internacional, Palestina constituye el caso más prolongado y violento en la historia contemporánea, con más de 75 años continuos de infracciones, agresiones, transgresiones y violaciones por los sucesivos gobiernos israelitas. Los acontecimientos omiten varios propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, fundamentalmente:

  • Su Artículo 1 establece: 1) Mantener la paz y la seguridad internacionales; 2) Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y a la libre determinación de los pueblos y 3) Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario.
  • El Artículo 2, inciso 4 señala: los miembros de la organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado.

Son frecuentes declaraciones, acuerdos y resoluciones adoptados en la ONU, enriquecidos por organismos y organizaciones regionales o temáticas, en favor de solucionar el problema palestino, por ejemplo: del Movimiento de Países no Alineados, el Grupo de los 77 y China, la Unión Africana, la Liga Árabe, la Organización de Cooperación Islámica y el ALBA-TCP, entre otros.

Las resoluciones de la Asamblea General (AGNU) no son vinculantes, pero sí de estricto cumplimiento al adoptarlas el Consejo de Seguridad (CS), frecuentemente vetadas por sus miembros permanentes. No obstante, tampoco ha sido estricta su aplicación durante los siete decenios transcurridos.

La posición generalizada en las Naciones Unidas y de una mayoría de los Estados miembros (147 de los 193) es trabajar por finalizar la ocupación iniciada en 1967 y el establecimiento de un Estado palestino independiente, soberano, democrático, viable y contiguo, que coexista con Israel en paz, dentro de fronteras seguras y reconocidas y con Jerusalén como capital de ambos Estados.

Las resoluciones básicas de la AGNU que instituyen su posicionamiento respecto al conflicto son siete: 181, de 1967;  338  de 1973; 1397 de 2002; 1515  de 2003; 1850 de 2008; 1860  de 2009 y 2334 de 2016. La resolución 67/19 de 2012 acordó la admisión de Palestina como Estado observador no miembro de la Organización, sin perjuicio de los derechos ya adquiridos por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y la ES‑10/L.22, adoptada en el 72º período de sesiones de 2017 en sesión de emergencia, que declaró “nulo y sin valor” el pretenso estatus de Jerusalén como capital de Israel.

Del Consejo de Seguridad destacan: las resoluciones 242 de 1967, que exigió “la instauración de una paz justa y perdurable en Oriente Medio con la retirada del ejército israelí de territorios ocupados durante el reciente conflicto, el respeto y reconocimiento de la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de cada Estado de la región y su derecho a vivir en paz en el interior de fronteras reconocidas y seguras, al abrigo de amenazas y actos de fuerza”. La resolución 338 de 1973 recomendó el alto el fuego y el inicio de las negociaciones. Siguieron las resoluciones 446 de 1979; 478 de 1980; 672 de 1990, 1322 de 2000: 1515 de 2003 y 2334 de 2016, de escasa implementación.

En el Consejo de Derechos Humanos destacan dos resoluciones: la primera en junio de 2023, según investigó una comisión especial, en el sentido de que “las autoridades israelíes cometen la mayoría de las violaciones como parte del objetivo del gobierno de garantizar y consolidar su ocupación permanente a expensas de los derechos del pueblo palestino, al que restringió paulatinamente el espacio cívico mediante una estrategia de deslegitimación y silenciamiento de la sociedad civil palestina , incluyendo la criminalización de sus organizaciones y a sus miembros tachándolos de «terroristas».

La adoptada en abril de 2024, condenó “el uso de la inanición de civiles como método de guerra en Gaza, pidió un embargo de armas a Israel y poner fin a la venta, transferencia y desvío de estas, municiones y otros equipos militares para impedir nuevas violaciones del DIH, violaciones y abusos de los derechos humanos”.

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) se ha hecho eco del genocidio, a partir de una sentencia preliminar en febrero de 2024, habiéndose posicionado en tres ocasiones la acusación de Sudáfrica contra Israel. La primera sentencia no persuadió a Tel Aviv, como tampoco la siguiente, ya que el bombardeo de Rafah tuvo lugar inmediatamente después del veredicto. Ello origina la interrogante sobre el alcance de su jurisdicción internacional para la prevención y solución de las guerras, que Israel argumenta como “antisemitismo”.

Después de la segunda ofensiva militar contra Gaza en 2014 la CIJ Inició investigaciones por crímenes de guerra y de lesa humanidad y por la actividad en los asentamientos, sin resultados concretos. En marzo de 2023, 32 relatores especiales de la ONU y de la Corte reclamaron una investigación oficial. El 29 de diciembre de ese año la República Sudafricana presentó una demanda contra Israel por violar la Convención de Genocidio de 1948 (suscrita por ambos Estados). Ella establece que “todas las controversias relativas a la observancia o violación pueden ser llevadas ante la CIJ”. Irlanda lo acompañó en la demanda y Cuba se unió como tercer país. Los 17 jueces han reclamado medidas humanitarias concretas para prevenir el genocidio y el secretario general de la ONU, exigió la indispensabilidad de un alto el fuego inmediato.

Respecto al Derecho Internacional Humanitario (DIH)[1] las transgresiones cometidas por Israel son notorias, a pesar de la miopía con que Estados Unidos y sus principales aliados europeos contemplan las masacres desde el 7 de octubre de 2023 y del clamor para eliminar los actos de fuerza por ambas partes.

En tal sentido la Corte Penal Internacional (CPI) evidencia incapacidad para sancionar el crimen de genocidio multiplicado en la actualidad, ya que Tel Aviv, al no ser firmante del Tratado de Roma (tampoco Estados Unidos), está eximido de ejecutar las sanciones adoptadas por la CPI, circunscritas a una función ética y solidaria ante la comunidad internacional. En este contexto, la creciente sensibilidad popular o sectorial en diversos países coadyuva a comprender la magnitud y los efectos del genocidio, como sucede con las protestas de estudiantes estadounidenses, franceses, británicos, alemanes y holandeses, entre otros.

La acometida sionista contra Gaza, Rafah (o donde Tel Aviv decida destruir a los palestinos), desborda lo legislado en el Convenio IV de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra, como sucede con las fosas comunes halladas recientemente o el bombardeo de hospitales. Conviene recordar: del artículo 3) sobre la prohibición de los atentados contra la vida y la integridad corporal, de los atentados contra la dignidad personal; las condenas y ejecuciones sin previo juicio ante un tribunal; la toma de rehenes; la inasistencia a heridos y enfermos y el artículo 4) el respeto a las personas particularmente protegidas (mujeres encinta, ancianos, niños); la prohibición de atacar a la población civil o destruir los bienes indispensables para la supervivencia y obligación de permitir la ayuda humanitaria.

Por su parte, la Convención contra el Genocidio de 1948 estableció en su Artículo II que “se entiende por genocidio los actos perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal mediante la matanza de miembros del grupo; lesión grave a la integridad física o mental de sus miembros; sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo y traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo. En su artículo III, inciso e) dispone la complicidad en el genocidio y en el IV el castigo a los culpables, sean gobernantes, funcionarios o particulares.

En lo concerniente a la protección de los derechos humanos; tan invocados por los países más industrializados para denostar a los denominados “en desarrollo” sería oportuno recordar que, con las amenazas, el acoso y la agresión, se violan sistemáticamente el derecho a la vida, a la paz, a la alimentación, a la salud, a el empleo, a la cultura, a la nacionalidad, de género, religión y etnia, entre otros.

El quehacer europeo

El conflicto israelo-palestino constituye el problema internacional donde Europa actúa con mayor heterogeneidad en su política exterior. En la Unión Europea se mantiene el consenso institucional (Consejo, Comisión, Parlamento, Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) que justifica a Israel, pero los 27 Estados miembros de la UE no se comportan unánimes.

El alcance de la resolución 2949 del Parlamento Europeo de 2023, se redujo desde el 7 de octubre. El documento subrayó “el compromiso de lograr la solución de dos Estados, basada en la Línea Verde de 1967 y en los parámetros establecidos en las conclusiones del Consejo de 2014; el aumento  de asentamientos israelíes en 2021; el bloqueo de la Franja de Gaza desde hace 15 años; la ocupación, que ha tenido efectos devastadores en la asistencia sanitaria de los palestinos, la Unión e Israel mantienen relaciones institucionales estrechas y amplias y han retomado recientemente su Consejo de Asociación;[2] el apoyo sistemático al derecho de Israel a existir con fronteras seguras y mantiene estrechas relaciones con Israel en los ámbitos del comercio (un tercio del comercio israelí); según el Formato de Munich;[3] la petición a Israel de observar sus responsabilidades y obligaciones como potencia ocupante y respetar plenamente los derechos humanos de los palestinos y el DIH; condena el cierre de la Franja de Gaza por sus efectos devastadores que alimentan la radicalización; petición a todas las fuerzas palestinas de esfuerzos reales para lograr la reconciliación nacional; iniciativa de la UE para impulsar una moratoria mundial e inmediata de la venta, transferencia y utilización de programas espía; que la Comisión refuerce la ayuda financiera de la Unión a la sociedad civil israelí y palestina y a los defensores de los derechos humanos y lamenta profundamente que se haya impedido al Parlamento visitar la Franja de Gaza durante más de un decenio y que se prohíba a varios de sus diputados entrar en Israel”.

Entre los ejemplos más recientes se hallan: la Declaración del Consejo, identificada con la violencia israelita contra los palestinos “en respuesta al ataque y la toma de rehenes por Hamás”. A continuación, el alto representante para Política Exterior, expresó en la ONU que “en la Franja de Gaza se está utilizando el hambre como arma de guerra”, en referencia al bloqueo humanitario terrestre mantenido por Israel, que obliga a la comunidad internacional a trasladar la ayuda por vía aérea y marítima.

Una siguiente declaración del citado funcionario, planteó un plan en tres fases, con vista a lograr un alto el fuego duradero, a la liberación de los rehenes y al aumento de la ayuda en la Franja de Gaza, en pleno apoyo al plan presentado por el presidente de Estados Unidos, “a la par que se garantiza la seguridad de Israel, con la que la UE sigue plenamente comprometida”. A la declaración se adhirieron: Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia, Albania, Ucrania, Moldavia, Bosnia y Herzegovina, Georgia, Islandia, Liechtenstein, Noruega y Armenia.

Sin embargo, desde que arreciaron las masacres en Gaza y Rafah se aprecian particularidades y disensos en algunos pronunciamientos, propuestas y actuaciones de países comunitarios ante tres circunstancias: el reconocimiento a Palestina, el genocidio israelita y la convocatoria para el alto el fuego. Estos reflejan, indistintamente, coincidencias con los argumentos de Tel Aviv, la posición de países exsocialistas y decisiones pragmáticas o de apego al Derecho Internacional. Debido a su heterogeneidad y extensión, se seleccionan posiciones públicas entre los 27 países de la UE.

Por ejemplo, la votación en la AGNU para un alto el fuego, arrojó que Austria fue uno de los 10 países en contra; de las 23 abstenciones, 5 correspondieron a: Bulgaria, Hungría, Italia, Países Bajos y Eslovenia. Y dos a no miembros de la UE: Reino Unido y Ucrania.

Un muestreo de las más recientes declaraciones y actuaciones entre los 27 Estados de la UE arroja la heterogeneidad de sus posiciones y la improbabilidad de que puedan adoptar, de inmediato, una Posición Común respecto al inocultable genocidio, como tampoco allanar el camino en el marco de la PESC para el reconocimiento unánime de Palestina. Se sintetiza un inventario sobre el comportamiento de las naciones comunitarias:

Alemania descuella con declaraciones de su canciller federal y el titular de Relaciones Exteriores sobre su “completa solidaridad” con los ciudadanos israelíes en estas horas difíciles” y el convencimiento mutuo de que “hay que impedir una conflagración regional y, en particular, la intervención de Hezbolá en el conflicto” y desestima que sea el momento para un reconocimiento al Estado de Palestina, sino alcanzar un alto el fuego a largo plazo. No obstante, se abstuvo en ONU ante la resolución.

Bélgica indicó disposición a introducir sus propias sanciones contra los colonos israelíes. Bulgaria reconoce la condición de Estado yvotó a favor del cese el fuego. La República Checa reconoce la condición de Estado, había rechazado aplicar el mismo régimen a los colonos israelíes que al grupo Hamás y votó negativo para cesar el fuego. Chipre habilitó un puerto para facilitar la entrada a Gaza, como corredor de ayuda marítima, que el presidente del país calificó como “el inicio de un viaje de esperanza y humanidad”.

En Dinamarca cuatro organizaciones prominentes presentaron una demanda legal para cesar las exportaciones de armas y equipos a Israel, porque “convertirían al país en cómplice de violación del DIH y de un posible genocidio”. En la ONU favoreció el cese el fuego, pero su Parlamento rechazó una propuesta de ley para reconocer al Estado palestino.

España condenó el atentado de Hamás y exhortó a Israel a respetar el DIH, reconoció a Palestina en mayo de 2024 “alineada con la posición de más de 140 países en el mundo”; instó a países de la UE a sumarse; declaró que continuará ayudándola y manteniendo relaciones amistosas con Israel”; presentó una declaración de participación en la CIJ en el caso presentado por Sudáfrica y proclama “fomentar la paz, reconocer las fronteras anteriores a 1967 e instituir a Jerusalén como capital para ambos Estados”.

El gobierno francés descarta un reconocimiento inmediato de Palestina como Estado por entender que «no se dan las condiciones». “La relación bilateral franco-israelí se nutre de la presencia en Israel de una comunidad francesa y francófona importante y de vivir en Francia la primera comunidad judía de Europa”. También declara su amistad hacia los palestinos y apoya la creación de un Estado, con fronteras seguras y reconocidas basadas en las de 1967, en seguridad junto a Israel, y con Jerusalén como capital de ambos Estados; propone acuerdos de seguridad que preserven la soberanía del futuro Estado palestino y garanticen la seguridad de Israel y coopera con los territorios palestinos en agua y saneamiento mediante la Agencia Francesa de Desarrollo y requiere una solución justa, equitativa y acordada al problema de los refugiados. Recientemente impuso sanciones unilaterales a colonos israelíes.

Grecia propuso que la UE acoja a los niños heridos y necesitados de la Franja de Gaza hasta el final de las hostilidades en ese enclave. Presentó al Consejo brindar la asistencia técnica para profundizar las instituciones democráticas y mejorar la eficiencia y la transparencia de la gobernanza del Estado de Palestina, crear un grupo de trabajo compuesto por ministros de Exteriores de los países árabes y europeos, que medien por la paz y enfatizó que el Estado de Palestina es el único interlocutor autorizado en la región.

Hungríafue el único país de la UE que votó contra el alto el fuego en Gaza y, adicionalmente rechazó imponer sanciones colectivas a colonos violentos, bloqueando el consenso.

Irlanda reconoció al Estado y anunció que acompañará a Sudáfrica en el caso de la CIJ contra Israel en su actuación en Gaza “por la violación flagrante del derecho internacional humanitario a gran escala”. En cambio, su voto fue negativo sobre el cese el fuego.

La primera ministra italiana durante la Cumbre celebrada en Bari favoreció “retomar la cuestión de dos pueblos y dos Estados como solución a largo plazo para el conflicto entre Israel y Palestina” y reafirmó “el compromiso diplomático europeo con la liberación de los rehenes y la protección de los civiles palestinos y extranjeros en la Franja de Gaza». Italia se abstuvo para el cese el fuego.

Países Bajosparticipa en la evacuación de los refugiados de Gaza hacia Chipre con barcos patrulla y se abstuvo en la votación para el alto el fuego; Polonia mantiene relaciones con las autoridades palestinas y ha visitado o acogido a dirigentes del Gobierno Autónomo Palestino en Ramala. Le reconoce la condición de Estado. Portugal se desmarcó de efectuar un reconocimiento inmediato conjunto de la UE al Estado palestino, aunque sugirió que lo haría en el marco de la ONU.

Después del reconocimiento por Suecia en 2014, explicado para “responder a los criterios del derecho internacional”, Estocolmo recién retomó el financiamiento de la UNRWA[4] para la ayuda humanitaria a Palestina, que había sido suspendido tras la imputación de que “algunos de sus trabajadores habían participado en los ataques de Hamás contra Israel”. Varios gobiernos solo figuran por su actuación ante actos específicos, por ejemplo: Austria, que emitió un voto negativo para el cese el fuego. Eslovaquia, Eslovenia, Malta y Rumania que reconocen a Palestina la condición de Estado.

Entre los países europeos no integrantes de la UE, destaca la posición de Noruega, Reino Unido, Rusia y Turquía, tres de ellos miembros de la OTAN: la primera oficializó su reconocimiento del Estado palestino y pidió el cese inmediato de las hostilidades entre Israel y Hamás en Gaza y la liberación de todos los rehenes”.

Reino Unido, histórico instigador del conflicto, propuso un plan de cinco puntos para finalizar la guerra, consistente en: una “pausa inmediata” en los combates para liberar a los rehenes de Hamás; establecer un “horizonte político” claro para la creación de un Estado palestino; formar un gobierno tecnocrático para Cisjordania y la Franja de Gaza; compromisos de Hamás para frenar los ataques contra Israel y liberar a los rehenes y exilio de los líderes de esa organización. Recién incorpora la probabilidad de reconocer al Estado palestino.

Rusia insta a ambas partes a pactar un alto el fuego y aboga por la solución de dos Estados, aprobada por la ONU en 1947, como “la única vía posible para lograr una paz duradera en la región”. Su reciente proyecto de resolución en el Consejo de Seguridad fue rechazado. Demandaba, además, “la liberación de todos los civiles, la creación de un corredor para suministrar alimentos, combustible y asistencia médica; no aludía al ataque de Hamás a Israel y condenaba los ataques israelíes contra los civiles y las acciones para imponer el bloqueo, violando el DIH”.

De las naciones europeas, Suiza es una de las más experimentadas en relación con el Medio Oriente. Acogió el Primer Congreso Sionista en Basilea, en 1897; autorizó en 1975 la apertura de una oficina de la OLP en Ginebra; experimentó atentados en territorio helvético y en enero de 2022 abandonó la iniciativa ginebrina para redefinir su estrategia hacia el Medio Oriente. A raíz del 7 de octubre condenó los atentados y su Consejo Federal declaró terrorista a Hamás. Se abstuvo ante la resolución para el alto el fuego.

Las relaciones entre Turquía e Israel han sido inestables durante el decenio, resultado —entre otros factores— del protagonismo de ambos países en el Medio Oriente. Desde el 7 de octubre, Ankara propugna: «un modelo de garantías» para apaciguar el conflicto, que pasa por «la solución de dos Estados; se ofrece como garante por Palestina; que esa población reciba ayuda humanitaria; el rechazo al bloqueo; la liberación de los rehenes; el cese de los ataques, bombardeos, ejecuciones y atrocidades de las fuerzas y colonos israelíes contra el pueblo de Gaza y contra los ataques contra civiles israelíes; favorece que la Organización de Cooperación Islámica lleve a cabo la lucha con una sola voz y un solo cuerpo y propone que el primer ministro israelita sea juzgado como “carnicero de Gaza y criminal de guerra”.

Resumen final

  • La profusión de documentos adoptados por la Asamblea General y los Consejos de Derechos Humanos y de Seguridad de la ONU no han podido garantizar durante 75 años la paz ni el respeto al Derecho Internacional Humanitario ni a los derechos humanos más elementales del pueblo palestino. Las resoluciones 181 de la Asamblea General y 242 del Consejo de Seguridad, ambas de 1967, son definitorias para solucionar el conflicto.
  • La repetida omisión y transgresión del Derecho Internacional, de preceptos de la ONU y de otros organismos internacionales respecto a Palestina y para evitar o eliminar el genocidio, reflejan la obsolescencia de la Carta, que permite la impunidad del principal agresor. El Movimiento de Países no Alineados, el Grupo de los 77 y China, ALBA-TCP, la Unión Africana y la Organización de Cooperación Islámica insisten sobre la urgencia de garantizar la paz y que Palestina sea reconocida universalmente.
  • La existencia de la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU resulta clave para el abordaje jurídico de la solución del conflicto israelo-palestino que, teniendo en cuenta su condición de precedente referencial, facilitaría en principio el consenso básico entre los actores árabes, individualmente, o en el marco de la Liga Árabe con la Unión Europea.
  • La presentación del caso contra Israel por Sudáfrica a la Corte Internacional de Justicia contribuye a concientizar al planeta sobre los crímenes de lesa humanidad contra los palestinos, aunque sean imprecisos los mecanismos para hacer cumplir la sentencia que se emita. En febrero del presente año, 52 Estados habían registrado su interés en presentar su valoración jurídica al tribunal.
  • Entre los problemas que la CIJ debe resolver se hallan: las consecuencias jurídicas de la permanente violación del derecho de autodeterminación de los palestinos frente a la ocupación; ¿cuál es el estatuto que la permite?; las consecuencias jurídicas para países involucrados (Francia, Reino Unido y Alemania por Europa) y el derecho del pueblo palestino a utilizar la fuerza armada para defenderse.
  • Lo anterior refleja una arista de la complejidad característica del conflicto israelo-palestino desde su génesis que, en el caso de Israel como potencia colonial, ha contado hasta el presente con el respaldo casi absoluto por miembros permanentes del Consejo de Seguridad, encabezados por EE.UU., reafirmado como garante principal del Estado judío y del sionismo. Su posición menoscaba la implementación del cuerpo jurídico alcanzado con el concurso de la comunidad internacional, para avanzar hacia la solución del conflicto mediante la creación del Estado palestino.
  • Sería previsible un estancamiento deliberado de la solución de la problemática israelo-palestina, ante un eventual triunfo electoral de Donald Trump, atendiendo a la prioridad que su administración le concediera a la implementación de los Acuerdos de Abraham, con vista a dictar un reconocimiento del Estado judío por parte del concierto árabe en su conjunto.
  • Un reciente cómputo arroja que 147 Estados de los 193 Estados miembros de la ONU favorecen la incorporación de Palestina como miembro pleno de la organización, más de los dos tercios de los votos requeridos por la Asamblea General. Sin embargo, la pirámide invertida estipulada en la Carta de la ONU, establece la prerrogativa del Consejo de Seguridad de proponer a la AGNU el debate para incorporar a un nuevo Estado como miembro de la Organización. Dada la correlación de fuerzas en el CS es previsible que Estados Unidos o Reino Unido (o ambos) repitan su derecho unilateral al veto.
  • Una incorporación palestina a la ONU viabilizaría el ejercicio de su independencia y la salvaguarda de su soberanía, lastradas actualmente al no poderse implementar la resolución 1514 que ha contribuido a finalizar el colonialismo en numerosos países.
  • Europa en su conjunto muestra algunas diferencias con las posiciones del actual gobierno estadounidense ante el genocidio. Los 27 países de la UE no actúan de modo monolítico respecto al cese el fuego, al genocidio propiamente ni a la solución del conflicto; realidades que anticipan la falta de consenso ante el desempeño de la PESC en función de una Posición Común.
  • El reciente resultado electoral en varios países europeos, tanto favorables a partidos de derecha o ultraderecha, como en bloques de izquierda (España, Francia, Austria, Bélgica, Portugal, Austria y Reino Unido) podría modificar su patrón de votos en las Naciones Unidas, fundamentalmente sobre el cese el fuego y el ingreso de Palestina en calidad de miembro pleno de la organización.

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trt.net.trDeclaraciones de Erdogan sobre el conflicto israelí-palestino copa la prensa internacional  Declaraciones de Erdogan sobre el conflicto israelí-palestino copa la prensa internacional, 02/07/2024.

trt.net.tr. Erdogan a Israel: «Gaza pertenece a los palestinos y lo seguirá así para siempre»

El País. Caño, Antonio «La ONU acepta a Palestina», 30 de noviembre de 2012.

www.bbc.com «Naciones Unidas desata la ira de Israel al aprobar con la abstención de EE.UU. una resolución que pide poner fin a los asentamientos judíos en territorios palestinos».


[1] Conocido como el Derecho de la Guerra y las Catástrofes.

[2] Subrayado de los autores, lo más influyente sobre la trayectoria europea.

[3] Formato de Munich: conformado por Egipto, Alemania, Francia y Jordania en 2020 para conciliar las opiniones diversas.

[4] ACNUR por siglas en español (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados).


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