Haití, ¿de camino a una transición democrática?
Crédito: Prensa Latina
Publicado en la sección Punto de Vista del Observatorio Político sobre América Latina y el Caribe del Instituto Superior de Relaciones Internacionales "Raúl Roa García".
A raíz del asesinato del expresidente haitiano, Jovenel Moïse, en 2021, la situación política, económica y social de Haití se ha deteriorado exponencialmente. Esto se debe al desarrollo de varios eventos que han acentuado la compleja y multidimensional crisis humanitaria que se venía presentando en el país, la cual es consecuencia, entre otros factores, de los altos niveles de violencia y el fortalecimiento de las pandillas. Se estima que, entre enero y abril del presente año, la cifra de asesinatos ascendió a 1550, los heridos a 820 y los secuestrados a 378. A este escenario de caos se suma la inseguridad alimentaria que sufren casi cinco millones de personas, debido, fundamentalmente, al elevado precio de los alimentos, la imposibilidad de su transportación y la paralización de las actividades productivas y comerciales en el país, derivadas del enfrentamiento a las pandillas.
En este contexto de profunda agitación política y social se produjo, el 11 de marzo de 2024, la renuncia del ex primer ministro, Ariel Henry. Como consecuencia de esto, se inició la conformación de un Consejo Presidencial de Transición (CPT), para dar cumplimiento a los Acuerdos de Montana[1]. Este ha sido un proceso desafiante y elemental para allanar el camino hacia la estabilidad y el restablecimiento del orden en el país caribeño, y ha implicado intensas negociaciones, tensiones y deliberaciones entre los diversos actores políticos y sociales haitianos, en búsqueda de un equilibrio representativo que refleje la diversidad de intereses y perspectivas presentes en la nación. Finalmente, luego de varias discusiones y ajustes, se logró establecer un Consejo, del que se espera sea clave en la restauración de la gobernabilidad y la preparación del terreno para decisiones cruciales en el ámbito político haitiano, además de liderar la transición política en la nación caribeña hasta el 7 de febrero de 2026.
Sin embargo, en el devenir de este proceso se han producido una serie de contradicciones que ponen en peligro el correcto restablecimiento de las instituciones haitianas. Además de ofrecer un análisis del proceso de conformación del Consejo Presidencial de Transición, el presente informe pretende exponer las principales discrepancias que atentan contra la democratización y el logro de la estabilidad política en el país.
El Consejo Presidencial de Transición quedó conformado por representantes de diferentes sectores políticos y sociales. Este órgano político está integrado por nueve miembros, de los cuales siete tendrán derecho a voto y dos trabajarán en calidad de observadores. El primer grupo está conformado por Smith Augustin (Partido EDE/RED y Compromis Historique), Louis Gerald Gilles (Colectivo de Partidos del 21 de diciembre), Fritz Alphonse Jean (Colectivo de Partidos del Acuerdo de Montana), Edgard Leblanc Fils (Colectivo de Partidos del 30 de enero), Laurent Saint-Cyr (Sector Empresarial Privado), Emmanuel Vertilaire (Partido Pitit Dessalines) y Leslie Voltaire (Partido Fanmi Lavalas[2]). Como observadores y sin derecho a voto aparecen Regine Abraham (Agrupación por la Concordia Nacional (REN) y Frisnel Joseph (Sociedad Civil). El 25 de abril de 2024, los miembros del Consejo Presidencial de Transición prestaron juramento en el Palacio Nacional, desde donde se trazará la ruta para intentar reordenar políticamente al país caribeño.
El Consejo Presidencial de Transición tiene la responsabilidad de encaminar el país hacia unas nuevas elecciones y lograr la estabilidad que los ciudadanos desesperadamente piden. En este sentido, algunos de los objetivos clave del recién instaurado Consejo incluyen: el restablecimiento de la seguridad pública, la facilitación de un diálogo nacional y el fortalecimiento de las instituciones democráticas mediante una reforma constitucional, la celebración de elecciones generales democráticas, creíbles y participativas, el restablecimiento del poder judicial, así como garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos y la recuperación institucional y económica del país. A esto se le suman dos procesos de vital importancia que deben ser cumplidos en el corto plazo. En primer lugar, la elección del máximo representante de esta entidad y, posteriormente, la designación de un nuevo primer ministro.
El 30 de abril de 2024, resultó electo como presidente del Consejo Presidencial de Transición Édgard Leblanc, representante del Colectivo de los Partidos Políticos del 30 de enero. Esta decisión se hizo efectiva tras ejecutarse lo planteado en un documento denominado “Mecanismo aplicable a la elección del presidente del Consejo Presidencial de la Transición”, que tiene como objetivo organizar las elecciones del presidente del Consejo. De esta forma, a partir del voto de 4 miembros, lo que representa la mayoría del Consejo, se hizo oficial la elección de Leblanc. Por su parte, la presidencia del CPT quedó compuesta por Smith Agustín, Emmanuel Vertilaire y Louis Gérald Gilles, representantes del Partido EDE/RED y Compromis Historique, el Partido Pitit Dessalines y Colectivo de los Partidos del 21 de diciembre, respectivamente.
Luego de la elección de Leblanc, los cuatro integrantes que pasaron a conformar la presidencia del CPT, designaron como primer ministro a Fritz Bélizaire[3]. Esta elección fue impugnada y denunciada por otros miembros del CPT, debido a que, si bien la mayoría de los miembros del Consejo Presidencial estuvo de acuerdo con esta decisión, algunos integrantes de este órgano consideran que la elección de Fritz es ilegítima.
Diversos sectores de la sociedad se han pronunciado con respecto a la supuesta ilegitimidad de este proceso. Según Leslie Voltaire, representante del Partido Fanmi Lavalas, la elección de Fritz Bélizaire viola el “Acuerdo del 3 de abril” sobre la elección del primer ministro de transición, puesto que, en este documento, se estipula que los nueve sectores involucrados en la formación del CPT debían enviar sus propuestas para ocupar el cargo primer ministro y Fritz fue elegido directamente por cuatro los asesores presidenciales del CPT. A su vez, el Partido Fanmi Lavalas, calificó la elección de Bélizaire de “conspiración” para “garantizar a las pandillas mantener el poder y continuar la tradición de corrupción”. Además, la Oficina de Monitoreo del Acuerdo de Montana denunció lo que describe como un “complot” para designar a Bélizaire. En este sentido, sus representantes aseguraron que: “las fuerzas mafiosas políticas y económicas han decidido tomar el control del Consejo Presidencial y del Gobierno para poder seguir controlando el Estado”.
Un elemento a tener en cuenta en el análisis de este proceso de restructuración a lo interno del país es el despliegue de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), auspiciada por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Con el objetivo declarado de apoyar a la policía haitiana contra la violencia de las pandillas, ocho países de África, el Caribe y Asia han expresado su disposición para aportar agentes que formarán parte del cuerpo de la Fuerza de Tarea Conjunta (CJTF). Según precisó una fuente de la ONU, estos países son Kenia, que se ofreció hace meses para liderar la misión, Benín, Chad, Bahamas, Jamaica, Barbados, Surinam y Bangladesh. De igual forma, esta fuerza ha contado con el financiamiento del gobierno de los Estados Unidos (EE.UU.), quien busca esconder su culpabilidad en la crisis actual, la cual se ha manifestado en la venta y el tráfico de armas originarias de EE.UU. con las pandillas que asolan Haití.
De oficializarse la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, la Policía Nacional de Haití (PNH) podría estar recibiendo refuerzos de tropas extranjeras desde el 26 de mayo, un hecho que hoy genera preocupación en la nación antillana. Ello es así porque, aunque a lo largo de la historia las sucesivas intervenciones organizadas por las Naciones Unidas, en Haití, han logrado cierto grado de estabilidad temporal, en el largo plazo han provocado consecuencias negativas para la nación caribeña. Como consecuencia, existe un profundo rechazo por parte del pueblo haitiano a las intervenciones de este tipo[4].
De manera general, y a pesar de los esfuerzos realizados para concertar un proceso de reconciliación social y política como vía para poner fin al caos y la violencia en Haití, nacen nuevas razones para pensar que puede estar a punto de fracasar una nueva utopía de estabilización en la nación caribeña. Los argumentos antes expuestos, muestran que este nuevo paso en el camino para superar la crisis haitiana, al menos a nivel institucional y de gobernabilidad, contiene signos de enfrentamiento entre las principales fuerzas políticas del país, en una puja visible por mantener cuotas de poder. En este contexto, el Consejo Presidencial de Transición, llamado a restaurar el orden interno, inicia su camino con paso poco firme, con acusaciones entre sus fuerzas y denuncias de complot.
La crisis haitiana vuelve a mostrar sus tercas realidades. La ineficacia de las instituciones políticas del país frente al reto vital de encauzar un proceso de gobernabilidad, no es resultado de fenómenos coyunturales. La larga y sangrienta crisis haitiana es la expresión de profundas premisas estructurales, económicas, sociales y políticas, que se pierden en la memoria histórica de este sufrido país. Más allá del indudable valor de los esfuerzos nacionales e internacionales por hacer avanzar este proceso de reconciliación y ordenamiento político en la nación, cabe preguntarse: ¿Cómo se sustentará económicamente este proceso en un país signado por una profunda pobreza y una desigualdad ancestral? ¿Cómo se logrará colocar la urgencia del país por sobre los intereses y aspiraciones de grupos, sectores y clases que afloran una vez más en esta experiencia? Y por último ¿Logrará la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, autorizada por las Naciones Unidas para pacificar el país, convertirse en un factor de cambio en la crisis haitiana, o su presencia se diluirá, ante la continuidad de los enfrentamientos y contradicciones políticas, en un nuevo capítulo de la crisis haitiana?
Bibliografía
La Voz de Galicia. (1 de Mayo de 2024). Obtenido de https://www.lavozdegalicia.es/noticia/internacional/2024/05/02/dividido-consejo-transicion-anuncia-nuevas-autoridades-haiti/0003_202405G2P20993.htm
Le Nouvelliste. (30 de Abril de 2024). Obtenido de https://lenouvelliste.com/article/247936/fritz-belizaire-premier-ministre-designe-deja-conteste
Le Nouvelliste. (27 de Abril de 2024). Obtenido de https://lenouvelliste.com/article/247899/regles-de-lelection-du-president-du-conseil- presidentiel-de-transition-prevue-pour-le-30-avril
Le Nouvelliste. (29 de Abril de 2024). Obtenido de https://lenouvelliste.com/article/247917/qui-sont-les-membres-du-conseil- presidentiel-de-transition
Le Nouvelliste. (30 de Abril de 2024). Obtenido de https://lenouvelliste.com/article/247926/edgard-leblanc-designe-par-4-membres-sur- 7-president-du-conseil-presidentiel-de-transition
Le Nouvelliste. (30 de Abril de 2024). Obtenido de https://lenouvelliste.com/article/247935/premiere-prise-de-parole-dedgard-leblanc- fils-president-du-conseil-presidentiel-de-transition
Le Nouvelliste. (30 de Abril de 2024). Obtenido de https://lenouvelliste.com/article/247931/securite-le-president-du-cpt-fait-deja-des- promesses
Prensa Latina. (30 de Abril de 2024). Obtenido de https://www.prensa-latina.cu/2024/04/30/consejo-de-transicion-de-haiti-ya-tiene-presidente/
[1] El Acuerdo de Montana, también conocido como The Montana Accord, es un movimiento que ha surgido como una solución a la profunda crisis multisectorial que Haití ha estado experimentando desde julio de 2018. Este acuerdo tiene como objetivo crear condiciones para la estabilidad nacional, con miras al retorno a la normalidad constitucional y al restablecimiento del orden democrático en el país. Algunos de los principios fundamentales del acuerdo incluyen el respeto a la soberanía del Estado republicano y democrático, el rechazo a la violencia como medio de expresión política, el compromiso con el diálogo para la resolución de conflictos, el respeto de los derechos humanos, la igualdad de género y la lucha contra la corrupción y la impunidad
[2] Es un partido político socialdemócrata en Haití. Su líder es el ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide. Partido opositor al ex primer ministro Ariel Henry.
[3] Ex funcionario del Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones y ex ministro de Juventud y Deportes.
[4] Fueron expresiones más recientes de la presencia de tropas enviadas por la ONU a Haití: las dilatadas Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití conocida como la MINUSTAH (2004 – 2017) y la Misión de Apoyo a la Justicia de las Naciones Unidas en Haití (MINUJUSTH), que estuvo activa desde el 2017 hasta el 2019.
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