La oposición venezolana y las amenazas de la desunión
Publicado en la sección Punto de Vista del Observatorio Político sobre América Latina y el Caribe del Instituto Superior de Relaciones Internacionales "Raúl Roa García".
La coalición Plataforma Unitaria Democrática (PUD), que comprende a algunos de los sectores más radicales y mediáticos de la oposición venezolana, afronta actualmente importantes desafíos en sus aspiraciones de desbancar al gobierno bolivariano en las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio. Uno de ellos es mantener la unión entre sus principales miembros, lo cual resulta fundamental debido al peligro que representan las fracturas internas para su capacidad de disputarle el poder político a Nicolás Maduro. Otro desafío lo constituye el reto de seguir apostando por la vía electoral para el desarrollo de sus estrategias políticas, pues algunas de sus posiciones más radicales y de carácter conservador parecen estar presionando por que se reedite un escenario de confrontación con el gobierno venezolano por vías no institucionales.
Una de las principales urgencias ante el reto de mantener la unidad, es la necesidad de definir una estrategia para seleccionar una candidatura unificada con posibilidades de lograr una victoria en los comicios presidenciales. En este sentido, el panorama actual de la PUD refleja una disyuntiva entre seguir el camino planteado por la líder del partido Vente Venezuela, María Corina Machado, a sabiendas de que se encuentra inhabilitada[1] u ofrecer apoyo a otro candidato, a expensas de perder capital político. Si bien Machado se presenta como la figura con mayor poder de voto dentro de la coalición, su inhabilitación ha generado que determinados miembros de la Plataforma Unitaria se planteen cambiar la estrategia y apostar por una vía más pragmática. Esta última estaría relacionada con promover la candidatura de una figura con posibilidades reales de participar en los comicios, siendo Manuel Rosales, gobernador del estado del Zulia, quien se perfila como la principal opción.
En cuanto al segundo desafío mencionado, se inicia con la hipótesis de que el desconocimiento de la legalidad democrática en Venezuela por parte de la oposición, o sea, la vuelta al rupturismo tal y como se apreció entre 2014 y 2020, conllevaría a un aislamiento de dichos sectores antichavistas, y sería contraproducente para sus aspiraciones políticas.
El embrollo de María Corina
Uno de los principales problemas que se presentan a lo interno de la Plataforma Unitaria es la radicalización de la estrategia electoral de María Corina Machado. La líder del partido Vente Venezuela se ha valido de su poder, a lo interno de la organización y de cara al electorado, para realizar una personalización de las aspiraciones del antichavismo radical, en su figura. Ha intentado, con el apoyo de otros partidos, anteponer sus planes políticos sobre cualquier otra alternativa dentro de la coalición. Estos elementos generan amenazas significativas para la PUD, ya que suscitan contradicciones entre los sectores opositores involucrados y acercan la posibilidad de regresar a un escenario de ruptura democrática en Venezuela.
Machado, a pesar de su inhabilitación, la cual no reconoce y califica de “ilegal”, logró erigirse como principal candidata de la Plataforma Unitaria y alcanzó una considerable intención de voto[2] con vistas a las elecciones presidenciales. Su amplia victoria en las primarias opositoras, donde obtuvo el 92% de los votos, generó cierto consenso entre los partidos de la coalición, al menos formal, alrededor de su candidatura.
En este contexto, desde la oposición radical, se pusieron de práctica determinados mecanismos para presionar al Gobierno y a las instituciones venezolanas, con el objetivo de que cancelaran la inhabilitación. Ello estuvo acompañado de un discurso intransigente de María Corina en el cual, hasta hace dos semanas, sostenía que no aceptaba “segundas opciones” y que estaba abocada a cumplir con el “mandato divino” que el pueblo venezolano le otorgó en las primarias (Márquez, 2024).
Sin embargo, al llegar el período de inscripción de candidaturas, entre el 21 y el 25 de marzo, y al no existir posibilidades de que Machado pueda ser aceptada como candidata por el Consejo Nacional Electoral, la líder opositora se vio obligada a elegir una “sustituta”. El día 22, anunció la selección de Corina Yoris, señora de 80 años que cuenta con su “total confianza”, según palabras de la propia Machado, y que posee un largo recorrido académico pero nula trayectoria en la política (Quintero, 2024). La selección de Yoris, si bien representó un cambio en su estrategia electoral, significó la imposición de una figura completamente funcional a los intereses de Machado y evidenció su falta de confianza hacia otras figuras de la coalición con mayores posibilidades, como el ya mencionado Manuel Rosales.
Finalmente, y sin haber claridad sobre las razones en torno a ello, la inscripción de Corina Yoris no se hizo efectiva, por lo cual tanto Machado como sectores de la PUD lanzaron fuertes denuncias contra el gobierno de Nicolás Maduro y el CNE. Este escenario es utilizado por María Corina para elevar la radicalidad de su discurso en contra de la institucionalidad venezolana, lo cual aumenta el peligro de que determinados sectores de la oposición opten por desconocer la legitimidad del proceso electoral y promuevan una ruptura del orden constitucionalidad.
María Corina o Rosales. Abstencionismo o voto
La inscripción de Manuel Rosales como uno de los dos candidatos de la Plataforma Unitaria[3], realizada casi al cierre de la fecha tope fijada, lo posiciona como una opción de peso para comandar la candidatura de la coalición en los comicios presidenciales. Sin embargo, tanto María Corina Machado como un grupo importante de miembros de la PUD, que son partidarios de la estrategia política de la líder de Vente Venezuela, mantienen reservas hacia Rosales y, según últimas declaraciones, continúan presionando por que se inscriba a Corina Yoris.
En este sentido, existen importantes diferencias en las proyecciones y narrativas de ambas estrategias políticas, o sea, la llevada a cabo por Rosales y la de María Corina Machado, representada en Corina Yoris.
Rosales, gobernador del Zulia y presidente del partido Un Nuevo Tiempo (UNT), se caracteriza por poseer un discurso más moderado, que lo ha llevado a mantener cierta capacidad de interlocución con Nicolás Maduro. Su distanciamiento de las posturas más extremistas del antichavismo y el hecho de no haber promovido el rupturismo antidemocrático de la oposición entre 2014 y 2020, se convierten en elementos clave ante cualquier negociación que pudiera desarrollar con el Gobierno. Tales posiciones parecen ser respaldadas, dentro de la coalición, por partidos como Acción Democrática (AD), Fuerza Vecinal (FV) y Primero Justicia (PJ), a la que pertenece el archiconocido Henrique Capriles[4], quienes ven a Rosales como la opción más sensata para evitar mayores contratiempos de cara a las presidenciales. Por su parte, el propio Manuel Rosales ha declarado que su candidatura continúa al servicio de la coalición, mostrándose abierto a renunciar a ella si se logra un acuerdo en torno a un candidato con posibilidades de rivalizar el poder a Maduro (Martínez, 2023). Con ello deja claro, además, su rechazo al abstencionismo y a la criminalización del proceso electoral, los cuales considera contraproducentes para las aspiraciones de la oposición.
María Corina, por su parte, muestra posturas más extremistas y marcadamente ideologizadas, con un discurso antichavista más radical que Rosales. La líder opositora posee una mayor vinculación con las posturas golpistas de la oposición tradicional y con las estrategias de desestabilización promovidas desde Estados Unidos. Además de Vente Venezuela, entre los principales partidarios de una candidatura promovida por Machado se encuentran partidos como Voluntad Popular (VP) –en el cual todavía ejercen influencia Leopoldo López y Juan Guaidó-, Proyecto Venezuela y otros de menor dimensión, que muestran una mayor convergencia de intereses con dicha líder. Por tanto, si se tiene en cuenta que María Corina Machado, así como su “sustituta” Corina Yoris, tienen nulas posibilidades de participar en las presidenciales, se prevé que la estrategia política de la líder opositora pudiera implicar una apuesta por desconocer las elecciones, provocar el quiebre institucional y presionar a un escenario de “político dura” del gobierno estadounidense hacia Venezuela.
Tales disyuntivas a lo interno de la Plataforma Unitaria ya han generado fricciones durante esta última semana, que pudieran desembocar en una clara división. Estas se evidenciaron tras la inscripción de Manuel Rosales, la cual, al parecer, no fue bien recibida por Machado y sus partidarios, que vieron el hecho como una ruptura del supuesto consenso generado en torno a la líder de Vente Venezuela[5]. Se vislumbraron, también, el día 30 de marzo, cuando tres partidos que se han mostrado más proclives a apoyar a Rosales, como son Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Movimiento Por Venezuela, no permitieron la publicación de un comunicado de la Plataforma Unitaria que pretendía “denunciar las estrategias antidemocráticas” del gobierno de Maduro, marcando diferencias con el discurso extremista de María Corina.
Indudablemente, tanto una fractura dentro de Plataforma Unitaria como un abandono de la vía electoral complicarían de sobremanera las aspiraciones opositoras de generar un cambio de gobierno. Bajo esta perspectiva, cualquier procedimiento político que no implique una estrategia conjunta entre María Corina Machado y Manuel Rosales podría conducir a la división y el abstencionismo, escenarios que a priori beneficiarían únicamente a la candidatura de Nicolás Maduro. Solo un acuerdo entre ambas figuras en torno a un candidato “no inhabilitado” le permitiría a la coalición opositora explotar su tan pregonada, pero no demostrada, superioridad en la intención de voto del pueblo venezolano.
Bibliografía
Márquez, A. (26 de marzo de 2024). inhabilitación, política y elecciones. Obtenido de Misión Verdad.
Martínez, D. (27 de marzo de 2023). Manuel Rosales: Busquen una negociación, un candidato que pase trabas y le entrego la candidatura. Obtenido de Efecto Cocuyo: https://efectococuyo.com/politica/rosales-negociacion-candidato-trabas-entrego- candidatura-a-quien-quieran
Misión Verdad. (26 de marzo de 2024). Traiciones y debacle en la postulación de candidaturas opositoras.
Quintero, L. (22 de marzo de 2024). Tal Cual. Obtenido de Corina al cuadrado: Corina Yoris será la sustituta de Machado en las presidenciales.
Sarabia, I. (22 de marzo de 2024). Efecto Cocuyo. Obtenido de De Hasta el final a Con las Corinas: pasos clave que llevaron a María Corina al 22-M: https://efectococuyo.com/politica/maria-corina-machado-corina-yoris-hasta-el-final- con-las-corinas/
[1] En junio de 2023, la Contraloría General de la República le impuso una sanción de 15 años sin poder ocupar cargos públicos a María Corina Machado. Entre los argumentos esgrimidos por el órgano estatal, se señala su participación en la “trama de corrupción” de Juan Guaidó y los despojos del llamado gobierno interino al Estado venezolano, el haber solicitado la aplicación de sanciones y bloqueos comerciales contra el país, y su participación como representante de la República de Panamá ante la OEA en 2014 mientras fungía como diputada a la Asamblea Nacional de Venezuela. Dicha condena fue ratificada en enero de 2024 por el Tribunal Supremo de Justicia. (TeleSur, 2024)
[2] Existe poca claridad sobre los posibles porcentajes de aprobación de cada candidato de cara a las elecciones presidenciales. Sin embargo, la amplia mayoría de las encuestas coloca a María Corina Machado como la figura de mayor popularidad, con un importante margen sobre Nicolás Maduro. No obstante, se debe tener en cuenta que Machado no está habilitada para participar en dichos comicios.
[3] El otro candidato inscrito por la PUD, en lugar de Corina Yoris, fue el exdiplomático Edmundo González Urrutia.
[4] De hecho, el propio Henrique Capriles en 2023 renunció a sus posibilidades de postularse como
candidato a las primarias opositoras debido a que, al igual que María Corina Machado, sobre él también pesa una inhabilitación de la Contraloría General de la República. Con ello, ha marcado determinadas diferencias con respecto a la estrategia asumida por la líder de Vente Venezuela hacia el proceso electoral.
[5] Estas conjeturas pudieran corroborarse en declaraciones como las emitidas por la propia Corina Yoris, que calificó el acto como una “traición” por parte de Rosales.
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