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Belt and Road Initiative

La relación de China con el Foro 17+1: la expansión de la Iniciativa Cinturón y Ruta de la Seda en Europa del Este

Otros autores: MsC. Juan Manuel Álvarez Tur. Ingeniero en Ciencias Informáticas, Máster en Estudios Sociopolíticos y Profesor Asistente en la Universidad de las Ciencias Informáticas
marzo 18, 2022   0

Introducción

Las relaciones China-Unión Europea (UE) revisten una gran importancia en el ámbito geoestratégico, en medio de una crisis civilizatoria atravesada por múltiples problemas: las desigualdades, la pobreza, el impacto tecnológico en las sociedades, la crisis del modelo político-económico neoliberal y crisis socioecológica.

En los últimos tiempos, China y la UE se han aproximado en temas importantes asuntos de la agenda global; entre ellos se destaca la común defensa del libre comercio, la globalización y el multilateralismo. A su vez, Beijing convoca a la UE para evitar que pueda sumarse a un hipotético frente antichino de las economías más desarrolladas (Ríos, 2019).

Las cumbres del Foro 17 + 1 se han efectuado de manera anual, desde 2012, refleja la importancia de ese espacio para los intereses de China para la ampliación del BRI en el espacio europeo: para China radica en el aumento de su interdependencia económica con la UE mediante una mayor penetración de sus productos en los mercados europeos: durante 2020, la cifra alcanzó un monto de € 586,737 millones (Dirección General de Comercio de la Comisión Europea, 2020).

Para, el 26 de abril de 2012, se lanzó la Cooperación entre China y los países de Europa Central y Oriental (CEEC) como una plataforma de cooperación interregional basada en la amistad y el deseo compartido de todos los participantes por una cooperación beneficiosa para todos y el desarrollo común. Desde entonces, la cooperación incluye la economía, el comercio, la cultura, educación, intercambio de jóvenes, agricultura, turismo, ciencia y tecnología, salud, intercambio de think tanks. También ha desempeñado un papel constructivo en la ampliación de las relaciones bilaterales entre China y los países de CEEC, a su vez el entendimiento mutuo entre China y la UE.

Con el proyecto Iniciativa de la Franja y la Ruta (en inglés: Belt and Road Initiative, BRI) anunciado en 2013 por el presidente chino Xi Jinping durante unas visitas institucionales en Kazajistán e Indonesia, el objetivo principal del proyecto es aumentar la interconectividad regional entre los países asiáticos para aumentar la integración económica de los mismos, al tiempo que incrementa la influencia china en la región.

De ahí, la plataforma 17+1 de China agrupa 17 países de Europa Central y Oriental, en la cual busca promover y desarrollar intercambios económicos y fomentar las inversiones en la región con China como principal promotor de la agrupación. Se constituyó el Foro 17+1, los países integrantes miembros de la UE son: Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Grecia, Hungría, Lituania, Letonia, Polonia, Rumania y la República Checa. Por otra parte, cinco países europeos del Foro no pertenecen a la UE; estos son: Albania, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte, Montenegro y Serbia.

Los 17+1 se celebran anualmente sus cumbres: Varsovia (2012), Bucarest (2013), Belgrado (2014), Suzhou (2015), Riga (2016), Budapest (2017), Sofía (2018) y Dubrovnik (2019), en esta última Grecia se unió a la agrupación, mientras que en 2021 Lituania abandonó el grupo, encuentro celebrado de manera virtual.

El proceso de institucionalización del Foro ha sido estructurado mediante la generación de diálogos sectoriales que aprovechan los coordinadores de las políticas de cooperación entre China y sus participantes europeos. Algunos de los principales mecanismos de cooperación son: la Asociación para la promoción del Turismo, con sede en Hungría; el Consorcio de Instituciones de Educación Superior, con sede en Serbia; la Cámara de Comercio Conjunta la cual radica en Polonia y China; el Centro de Asuntos Marítimos ubicada Gdansk una ciudad portuaria en la costa del Báltico de Polonia; la Asociación para la Cooperación en Agricultura en Sofía, Bulgaria); el Centro para la trasferencia de tecnología China-CEEC con sede en Eslovaquia la Asociación Interbancaria en Budapest y Beijing, entre otros mecanismos llegando a constituirse alrededor de 20.

La redefinición de la relación China-UE: cambios en las actitudes de los países de Europa del Este hacia China

A pesar de las diferencias políticas, económicas y culturales entre los países que integran el grupo 17+1, sin embargo, comparten aspectos que han motivado a China, incluirlos en su proyecto económico y destinar grandes sumas de recursos a la extensa Eurasia.

A inicio de la década de 2010, una nueva generación de dirigentes en los países del Grupo de Visegrado: como el segundo periodo de gobierno de Viktor Orbán, como Primer Ministro de Hungría (2010-actualidad), de Bronislaw Komorowski como Presidente de Polonia (2010-2015) y de Milos Zeman como Presidente de la República Checa (2013-actualidad).

Estos nuevos dirigentes comenzaron una etapa de apertura hacia las relaciones de cooperación económica y política con China en medio del contexto de crisis económica mundial; la cual, derivado una seria crisis financiera y bancaria en la eurozona, un incremento en el desempleo y los recortes presupuestales en miembros de la UE (la denominada austeridad), los representantes europeos fomentaron una redefinición de la relación bilateral China-UE.

Desde entonces, los gobiernos de estos tres países del Grupo de Visegrado han mostrado cierto liderazgo en las iniciativas de diálogo económico en China en el nivel regional. Como un antecedente del interés de China en Europa del Este, en agosto de 2009, durante una visita del Presidente serbio Boris Tadic a Beijing, concertaron establecer una asociación estratégica (Rocha Pino, 2009).

A partir de 2011, China inició una aproximación de sus relaciones de cooperación con los 16 países de Europa del Este y en junio de ese año se desarrolló el Primer Foro de Cooperación China-Europa del Este en Budapest con la participación en aquel momento del Primer Ministro Wen Jiabao; posteriormente, la idea de constituir un grupo de cooperación mediante la conformación 16+1, se da en el marco de la visita del expresidente de Polonia, Bronislaw Komorowski a Beijing para diciembre de 2011, en cual se acordó establecer un acuerdo de asociación estratégica.

La conformación del Foro 16+1 se organizó al año siguiente, durante el Segundo Foro de Cooperación China-Europa del Este, realizado en Varsovia, en abril de 2012. Durante el encuentro, el Primer Ministro Wen presentó a sus 16 contrapartes europeas un Plan de Acción de 12 puntos con la finalidad de avanzar en el proceso de institucionalización de la relación multilateral e incrementar las relaciones comerciales y de inversión entre China y Europa del Este, así como en otras áreas como el turismo, la educación y la cultura (Rocha Pino, 2019). Este encuentro en Varsovia se considera la primera Cumbre del Foro 16+1.

Con la construcción de nuevas carreteras, puertos o vías ferroviarias y la reducción de las barreras al comercio las compañías chinas podrían fortalecer de una manera directa su presencia en el continente. En este sentido, ambas partes ratifican en sus encuentros anuales líneas orientadas a fortalecer la cooperación en el desarrollo de infraestructuras y redes regionales de transporte.

Parte de la estrategia china, que la construcción de ferrocarriles y puertos dibuja un eje de conexión entre las áreas portuarias del mar Báltico, el Adriático y el mar Negro que determina puntos neurálgicos de apoyo a su corredor terrestre-marítimo. Beijing es consciente de la importancia estratégica de esta región para la BIR (Ríos, 2019).

En 2014, por ejemplo, China anunció un proyecto de tren de alta velocidad entre Atenas Belgrado y Budapest valorado en 3.000 millones de dólares con la intención de conectarlo una línea ferroviaria que uniría el puerto de El Pireo con Austria, primero que involucra a un miembro de la UE y el proyecto de autopista E763 en Serbia; están financiado en 85 % por capital chino (el Export-Import Bank of China ha otorgado préstamos a los gobiernos de Hungría y Serbia), dichos proyectos no son inspirados desde la UE. En Polonia resalta la ruta del ferrocarril Chengdu-Lodz, en operación desde 2013.

Así como otros proyectos de infraestructura, entre los que cabe destacar una planta de energía térmica en Bosnia-Herzegovina. En la agenda, China tiene previsto planes en materia de parques industriales en áreas como capacidad, energía, logística y agricultura (Ríos, 2019). Referente a inversión y comercio, se ha observado un gran avance en los últimos años, se pueden destacar algunos casos como la adquisición la compañía húngara BorsodChem por el grupo chino Wanhua Group, se han firmado varios acuerdos de adquisición de empresas europeas por parte de corporaciones chinas, como es el caso de la multinacional china dedicada a la construcción LiuGong y la metalúrgica polaca Huta Stalowa Wola S.A. Lo mismo ocurre entre China Railway Signal & Communication Corporation, dedicada a la implementación de proyectos logísticos, que adquirió el 51% de las acciones del grupo checo Inekon, dedicado a la fabricación de tranvías (Ávalos Marín, 2018).

En el campo económico, la cooperación de ambas partes continúa siendo sólida. Según las estadísticas aduaneras de China, en los tres primeros trimestres del año 2021, el valor total del comercio bilateral entre China y los países de CEEC alcanzó los 629.410 millones de yuanes (98.800 millones de dólares), un 27,2 por ciento más que el año anterior. Las exportaciones de China a los países de la CEEC totalizaron 461.050 millones de yuanes, un aumento del 25,3 por ciento, mientras que las importaciones de los países de la CEEC totalizaron 168.360 millones de yuanes, un aumento del 32,5 por ciento (Diario de China, 2021).

Por su parte, UE ha visto con cierta desconfianza la iniciativa promovida por Beijing en su nuevo espacio de influencia. Como he visto, de 17 países miembros 12 son del bloque comunitario y el resto son aspirantes a miembro de la UE. Por este motivo, la campaña comunicacional proveniente de Bruselas muestra a China como el que quiere “dividir y gobernar” el continente, a través de este Foro pretende reforzar sus intereses estratégicos en Europa.

Esta orientación e intensificación de los intercambios ha provocado una desconfianza en el eje franco-alemán de la UE, pues China en un Documento Estratégico sobre China en el que denominaban a Beijing como un “socio cooperativo y competidor económico” (Comisión Europea y Alto Representante de la UE para la Política Exterior y Asuntos de Seguridad, 2019).

Así, la UE también prepara ahora reglas más estrictas para regular las inversiones chinas, proponiendo pasar a controlar centralmente las inversiones extranjeras en los estados miembros de la UE, requiriéndose el examen y el consentimiento de Bruselas cuando una empresa estatal extranjera desea invertir en los puertos, infraestructura energética o las industrias de defensa de la UE. De consumarse esto, podría abrirse una fractura en la UE entre los viejos países centrales de la Unión y los del Este dando lugar a dos centros de gravedad, lo que podría agravar la crisis de la UE con capitales con las que ya mantiene diferencias importantes en materia de libertades democráticas, gestión de la inmigración, etcétera. Para los países de esta zona, las ventajas económicas que ofrece Beijing compensan los riesgos políticos (Ríos, 2019).

En la Séptima Cumbre del Foro 17+1 efectuada en el mes de julio de 2018 en Bulgaria en un contexto internacional derivado por las sanciones comerciales del gobierno de Donald Trump en contra China y otros países, el Primer Ministro Li Keqiang declaró en Sofía:

“China y los países de Europa del Este deberían salvaguardar conjuntamente la globalización económica y el libre comercio, mantener un sistema de comercio multilateral basado en normas, oponerse al unilateralismo y el proteccionismo, y promover enérgicamente la liberalización y la facilitación del comercio y la inversión […] el Foro 16 + 1 es una plataforma abierta, transparente e inclusiva que siempre sigue las normas internacionales comunes, incluidas las normas de la Organización Mundial del Comercio, y el pertinente marco legal y regulatorio de la UE».

Li Keqiang (Consejo de Estado de China, 2018).

Por su parte, en la Octava Cumbre del Foro, en abril de 2019, se oficializó la incorporación de Grecia al mecanismo de cooperación, como menciona Emilian Kavalski, la asociación de Grecia al grupo 17+1, China puede garantizar el aumento de la importancia de Europa del Este para China que se encuentra ligada con las inversiones de la empresa naviera china COSCO en el Pireo y la influencia china para las obras del tren de alta velocidad Atenas-Belgrado-Budapest que tienen que atravesar el territorio de Macedonia del Norte (Kavalski, 2019).

El 9 de febrero de 2021 se celebra de manera virtual la cumbre del Foro 17+1 debido a la pandemia. Con este mensaje se abría la novena cumbre entre China y los países de la CEEC: “En un mundo plagado de desafíos, el mecanismo de cooperación indudablemente inyectará un nuevo ímpetu y una mayor confianza en la recuperación, estableciendo el plan para un mayor desarrollo” (Sierra, 2021). A pesar que Xi Jinping fue quien presidió la cumbre -hasta ese momento era el primer ministro-, ese espacio de diálogo y cooperación multilateral, con una agenda principalmente económica, se encuentra en un momento de estancamiento y la edición de esa cumbre puesto de relieve el distanciamiento existente entre los dos bloques.

El debate se centró en un mayor compromiso para expandir y facilitar el acceso al mercado chino. Por un lado, el presidente polaco, Andrzej Duda, se manifestó “descontento” con la apertura económica de China, mientras tanto el Ministro de Exteriores lituano, Gabrielius Landsbergis, expresó días después que el 17+1 no “ha traído ningún beneficio” para su país, para mayo de ese mismo año abandona el grupo considerarlo de «divisivo». Entre tanto, la ministra de Asuntos Exteriores de Estonia, Eva Maria Liimets, expuso que Estonia prefiere tener una cooperación con China en el formato 27+1, es decir, junto con todos los estados miembros de la Unión Europea.

Esta desconfianza se puede ver, en las políticas adoptadas por algunos países del CEEC en relación a China. 13 de los 17 países de la iniciativa forman parte de la Clean Network promovida por Estados Unidos que busca salvaguardar las redes 5G de herramientas del estado de vigilancia del Partido Comunista Chino, como Huawei. Esta campaña se da después de poner en marcha el plan “Made in China 2025”, donde se aprueba varias iniciativas dentro de ellas el “Plan de Acción Internet Plus” que comienza en el 2015, con el propósito de completar la Internet móvil, la computación en la nube, el Big Data y el Internet de las cosas con la industria tradicional, para fomentar el desarrollo del comercio electrónico, las redes industriales y la banca por Internet (Navarrete; Vázquez, 2021).

En el marco del BRI, se encuentra la Ruta Digital donde los planes que se conviene entre China y otros países se da a través de paquetes que contienen financiación, la estructura y la construcción de la infraestructura, adoptando las normas técnicas chinas como base. Al recibir este paquete, los países dependerán de los fabricantes chinos durante décadas para el mantenimiento y la construcción de infraestructura compatible (Rühlig, 2020).

Entonces, el principal argumento de la administración Trump para los países que están considerando incluir equipos chinos en sus redes 5G se centró en cuestiones de seguridad por ser una tecnología de vigilancia. En pocas palabras, el miedo no detendrá la Ruta de la Seda Digital de China (Hillman, 2021). En un inicio varios países del grupo 17+1 se integraron a la Ruta Digital por sus capacidades que puede aportar al desarrollo tecnológico, sin embargo, la posibilidad de discriminar una tecnología por su origen y desaprovechar sus ventajas, en función de coacciones políticas es más evidente en el entorno europeo (Fabelo, 2022).

Entre tanto, varios de los proyectos de infraestructuras anunciados en el marco del BRI, como el tren de alta velocidad Belgrado-Budapest o la ampliación de la central nuclear de Cernavoda en Rumania, han sido retrasados o cancelados, producto al enfrentamiento de la pandemia Covid-19. El vice primer ministro de Montenegro declaró recientemente que están buscando “modelos alternativos de financiación” y reemplazar los préstamos chinos por unos “más favorables” para finalizar la autopista Bar-Boljare construida por la constructora China Road and Bridge Corporation (Sierra, 2021).

A pesar del estancamiento en que se encuentra la iniciativa, desde que se puso en práctica el mecanismo de cooperación en 2012, el comercio de China con los países de CEEC ha aumentado un 85%, es todavía un espacio de cooperación que tiende puentes entre Europa y Asia y complementa la cooperación entre la UE y China.

Las relaciones entre China y Serbia se han convertido en un punto de referencia para la cooperación de beneficio mutuo dentro del grupo 17+1. En ese marco se evidencia avance en los proyectos de economía verde, energía limpia, eficiencia energética, Internet Plus, comercio electrónico transfronterizo, big data, computación en la nube, ciudades inteligentes y 5G que sirve para el desarrollo sostenible del país, además se trabaja en conjunto para implementar la cooperación en infraestructura, economía digital, inteligencia artificial y biotecnología (CGTN, 2021).

Por último, el “factor Rusia” puede incidir en los propositos de China, por ejemplo Letonia, Lituania y Estonia, son más próximos a Estados Unidos por la amenaza militar que supone Moscú y la actual crisis de Ucrania. A pesar de esto, China y Estonia ampliarán cooperación en agricultura y economía digital, según se acordó entre el consejero de Estado y ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi y la ministra de Relaciones Exteriores de Estonia, Eva-Maria Liimets, en una reunión realizada de manera virtual en enero de este año. Además, ambas partes concertaron continuar conservando la comunicación, efectuar consultas diplomáticas y políticas y activar el proceso de firma para exportar productos lácteos y acuáticos silvestres de Estonia a China.

Consideraciones finales

Desde la creación del Foro 17+1 en 2012, China y los países de Europa Central y Oriental se abrió un nuevo espacio de cooperación de beneficio mutuo. A pesar de los efectos provocados por la pandemia de COVID-19, todavía existen intereses comunes para la cooperación entre China y los países de CEEC, como en el área de la conectividad, innovación científica y tecnológica, economía digital, desarrollo verde, agricultura y silvicultura.

China y los países de CEEC han tenido que enfrentar la pandemia de COVID-19 de manera conjunta, como la crisis de la cadena de suministro, el lento crecimiento económico, las interrupciones del comercio de importación y exportación, además se ha visto afectada la cooperación internacional.

Además, a medida que las relaciones entre China, Estados Unidos y la UE se tornan más complejas, los países de CEEC se están bajo una constante coacción por parte del gobierno norteamericano y sus aliados para afectar la cooperación entre China y los CEEC. Los cambios políticos en algunos países de CEEC también han derivado en inseguridades con respecto a su cooperación con China, sin embargo, las relaciones entre China y los CEEC siguen siendo consistentes y confiables a pesar de las dificultades en que se encuentran.

Para los países del CEEC, este escenario de enfretamiento de posiciones y una disputa de los sentidos en el plano simbólico, se hace necesario desmantelar una mentalidad de Guerra Fría y una lucha de poder bajo la influencia de la manipulación política para revertir en una cooperación práctica y evitar una situación de «perder-perder» dentro del Foro 17+1.

Durante la última cumbre del Foro 17+1 en febrero del 2021, China quiere impulsar una relación más activamente en la cooperación bilateral, multilateral y regional para alcanzar una real cooperación de beneficios compartidos y la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales, en ese escenario la cooperación entre China y los países del CEEC sigue desempeñando un papel importante en la diplomacia de China.

Referencias bibliográficas

*Este trabajo fue presentado como ponencia en el 12 Simposio Electrónico Internacional sobre Política China. 1-21 de marzo de 2022.

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