Implicaciones geopolíticas regionales de las inestabilidades en Bangladesh (julio-agosto 2024)
Crédito: Rajib Dhar (AP)
El traslado del centro de la geopolítica y la geoeconomía desde la zona atlántica hacia el Indo-Pacífico ha supuesto que regiones que antes no eran relevantes, obtuvieran una importancia estratégica, principalmente para las potencias regionales y globales. En este sentido, la centralidad de la cuenca del Océano Índico es primordial no solo para el desarrollo de estas potencias, dígase India, China, los países de la ASEAN y el propio Estados Unidos, sino que también para el desarrollo de naciones que nunca han tenido un papel protagónico a nivel regional y mundial, tal es el caso de Bangladesh. Y es que, si bien la mayoría del tráfico comercial y energético que mantiene el desarrollo de estos países se mueve por el Océano Índico y pasa necesariamente por la Bahía de Bengala, la ubicación geográfica de Bangladesh en el vértice de esta Bahía, lo ponen en una situación geopolítica compleja, es decir, geográficamente en el centro de las rutas marítimas críticas y geopolíticamente en el centro de grandes potencias.
Las recientes protestas estudiantiles que estallaron a inicios del mes de julio de 2024 en Bangladesh desembocaron en un movimiento social que propició la renuncia y huida del país de su primera ministra Sheikh Hasina, estadista que llevaba 15 años en el poder político. Tales hechos han sumido al país en un panorama de inestabilidad social sin precedentes en donde los pedidos por la eliminación del sistema de cuotas gubernamentales se radicalizaron y fueron empleados por las fuerzas opositoras y extremistas como un método para lograr el cambio de régimen. La violencia de los hechos y la inestabilidad en lo interno de Bangladesh han encendido las alarmas de los actores regionales que tienen intereses en el país y en la zona bengalí. India, como actor más cercano, mira con preocupación cómo esta situación recientemente generada ha cambiado diametralmente sus vínculos con el gobierno de Dacca. Por su Parte, China, Pakistán, Estados Unidos y países europeos mantienen la cautela ante los hechos ocurridos y la conformación de un gobierno provisional en la nación surasiática.
La génesis de la inestabilidad en el Bangladesh del 2024
El sistema político de Bangladesh por constitución está conformado por un parlamento que según el partido vencedor en las elecciones puede elegir a su primer ministro, jefe del gobierno, y a un presidente con funciones limitadas y representativas. El poder político recae en su totalidad en el primer ministro. La independencia del Bangladesh en 1971 y toda su historia reciente ha estado influenciada por el proceso de partición de India y Pakistán en 1947 que a su vez determinó la partición de la región de Bengala, en el noreste indio en dos territorios: Bengala Occidental y Bengala Oriental. El primero como estado de la India y el segundo denominado Pakistán Oriental y parte de Pakistán tras su independencia. Debido a las profundas disparidades entre las dos regiones pakistaníes, en el lado Oriental se produjo un movimiento independentista que desembocó en una guerra de liberación de 9 meses en 1971 con apoyo de las fuerzas indias. “Entre 1975 y 2011, Bangladesh sufrió al menos 29 golpes y contragolpes militares. También estuvo sometido a un régimen militar directo entre 1977 y 1981 y entre 1981 y 1990” (Sajjad, 2024).
El regreso de la democracia al país en 1991 estuvo caracterizado por la alternancia en el poder político de dos organizaciones partidistas principales: Liga Awami (LA), dirigida por Hasina, y el Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP), bajo las órdenes de Khaleda Zia. Si bien existen otras organizaciones políticas dentro del espectro partidista interno, en un sentido estricto, el bipartidismo ha caracterizado por más de 30 años la vida política de Bangladesh. Desde el año 2009, el liderazgo de la LA y la gestión de Hasina, si bien ha sido duramente criticada por la persecución política y la ilegalización de sus oponentes, la corrupción en las altas esferas gubernamentales, las restricciones a las libertades políticas y de expresión y el empleo de sus poderes gubernamentales para perpetuarse en el poder, los 15 años que estuvo en el poder han marcado un panorama de cierta estabilidad económica, social y en política exterior.
El Bangladesh de Hasina ha experimentado un importante crecimiento y desarrollo económico. “El país logró mantener una tasa media de crecimiento del PIB del 6% durante la última década y su pobreza disminuyó del 12% en 2008 a más del 5% en 2022. Su PIB aumentó de 100 000 millones de dólares en 2009 a 460 000 millones de dólares en 2022” (Shivamurthy, 2024). Dada esa trayectoria se ha planteado que en un corto plazo el país pase a ser considerado como un país mes adelantado y con ingresos medios, y en la próxima década como una nación medianamente industrializada. El crecimiento económico experimentado durante la administración de la LA no se tradujo en estos 15 años en un bienestar económico para la generalidad de los bangladesíes. La falta de oportunidades, las altas tasas de desempleo entre los jóvenes y la inflación permanente, se juntan con los escándalos de corrupción gubernamental, nepotismo, autoritarismo y persecución a los opositores y a los cuestionamientos en contra de la gestión del país, para desembocar en el estallido social que se ha mantenido desde el 10 de julio de 2024.
Desde su victoria en 2008, la Liga Awami ha erosionado la democracia del país. En 2011 el gobierno puso fin a un acuerdo que permitía que una administración interina de 90 días, integrada por tecnócratas, organizara elecciones y supervisara las transferencias de poder (…) El acoso y la detención de activistas, figuras de la oposición y defensores de los derechos humanos se han vuelto más frecuentes. Mientras tanto, se ha criminalizado cualquier crítica al gobierno, incluidas las publicaciones satíricas y en las redes sociales.
(Sajjad, 2024)
Las protestas estudiantiles de julio y principios de agosto de 2024 estallaron debido al resentimiento histórico por un sistema de cuotas gubernamentales que asegura el 56% de los puestos en el gobierno para varios grupos, entre ellos el 30% para los descendientes de los luchadores por la libertad que contribuyeron en la guerra de independencia de 1971 (Sajjad, 2024). Además, las nuevas reformas de pensiones anunciadas fueron objeto de huelgas de profesores y estudiantes universitarios ante las reducciones salariales que esto implicaba. Todo ello se conjugó para reflejar un malestar social mucho mayor. Las protestas pacíficas de los estudiantes por la eliminación de las cuotas y la instauración de la ubicación laboral por méritos se radicalizaron por un discurso público en el que la primera ministra se refirió a los manifestantes como “rajakarr”, término empleado en 1971 para referirse a los colaboradores pro-pakistaníes.
El movimiento de no cooperación total y el levantamiento popular masivo constituyó la radicalización de los pedidos estudiantiles de la eliminación del sistema de cuotas. Ante el cierre de las universidades, el toque de queda y el corte de los servicios de internet y el enfrentamiento violento con los estudiantes por parte de la Liga Chhatra de Bangladesh, brazo armado de la LA, y el apoyo de la policía y del Batallón de Acción Rápida, en más de 30 días de disturbios de contabilizan en total alrededor de 11 000 detenciones (Alam y Pathi, 2024), 440 muertes, entre ellas más de una docena de oficiales del orden público y 32 menores de edad (Yee y Miraj Ripon, 2024). El 21 de julio, ante la presión popular, el Tribunal Supremo de la nación redujo las cuotas hasta el 5%, sin embargo, ello no constituyó un aliciente para las protestas, al contrario, bajo la supervisión de los partidos opositores, el BNP, el Jamaat-i-Islami y el Partido Jatiya, el discurso y las peticiones escalaron hacia la renuncia del gobierno, hecho que se produjo el lunes 5 de agosto de 2024 con la huida de la primera ministra Hasina hacia territorio indio.[1]
La cantidad de movilización vista en las calles de Dhaka apunta a una actividad bien pensada y planificada en lugar de una protesta orgánica surgida de la frustración debido a las políticas gubernamentales. La primera ministra Hasina había estado en el C-130 de la Fuerza Aérea de Bangladesh. Además, afirmaron que el jefe del ejército de Bangladesh, el general Waker-Uz-Zaman, pospuso su discurso tres veces para asegurarse de que Hasina saliera sana y salva y de que no se le considerara como alguien que la ayudaba. Más tarde, el general Zaman se dirigiría finalmente a la nación y afirmaría que se formaría un gobierno provisional.
(Sharma, 2024)
Desde la renuncia de Hasina el lunes y hasta la fecha en Bangladesh se reportan numerosos enfrentamientos armados, principalmente llevados a cabo por las fuerzas extremistas del grupo islamista Jamaat-i-Islami. Los estudiantes y el público en general han intervenido para evitar que los logros obtenidos en sus reclamos sociales y políticos sean manipulado y transformados en una ola de violencia y radicalización extremista, por lo que han tenido que defender tanto a las minorías étnicas como a los lugares de culto de dichas minorías, especialmente la hindú. Ante las declaraciones públicas de las fuerzas del orden de crear un gobierno provisional, el presidente del país ordenó la disolución del parlamento y la creación de un gabinete que supervise un posterior proceso electoral sin fecha. Los líderes estudiantiles propusieron como principal figura del gabinete provisional al Premio Nobel bangladesí Muhammad Yunus[2] en un esfuerzo por crear una representación política democrática, inclusiva y alejada de la corrupción. Mientras tanto, los líderes del Partido Nacionalista de Bangladesh y Jamaat-i-Islami compiten por puestos en el gobierno interino (Sajjad, 2024).[3]
La renuncia de Hasina y la instauración de un gobierno provisional significa el comienzo de un período de inestabilidad política en Bangladesh en un contexto en que, si bien la inflación era elevada y los pronósticos de crecimiento el PIB eran inferiores a años anteriores, el país se dirigía a transformarse en una nación de ingresos medios. La situación interna en Bangladesh hace pensar inevitablemente y salvando las diferencias, en los acontecimientos ocurridos en Sri Lanka en el año 2022. El proceso bangladesí actual provoca diferentes y complejas interrogantes: ¿qué fuerzas políticas integrarán el gobierno provisional y cuál será la que predomine? ¿Cuál será el rumbo interno y externo de dicho gobierno? ¿Cuáles serán los impactos inmediatos en el panorama regional? ¿Realmente este movimiento estuvo originado y alentado desde posiciones internas o existió influencia desde el exterior?
Implicaciones geopolíticas regionales de la inestabilidad bangladesí
La estabilidad política que el régimen de Hasina le otorgó a la región de la Bahía de Bengala y al vecindario inmediato nororiental de la India se encuentra en riesgo y es vigilado muy de cerca tanto por las autoridades de exteriores y fronterizas de la India como por las potencias que poseen intereses dentro del país y en su zona inmediata. La postura inflexible de su gobierno de tolerancia cero contra los grupos insurgentes refugiados en Bangladesh, que con frecuencia causaban disturbios en los territorios vecinos del noreste de la India, ayudó especialmente a Nueva Delhi. Igualmente, el país constituyó un territorio de amortiguación de la situación migratoria de los refugiados rohingyas procedentes de Myanmar y un Estado que balanceó de manera inteligente las tensiones sino-indias a lo largo de la frontera en disputa.
Ante los sucesos acontecidos el pasado 5 de agosto y las anteriores protestas sociales y violencia desencadenada en las calles del país, muchos especialistas y medios regionales y mundiales han especulado sobre la influencia de actores externos en el proceso movilizador y en cómo podría el gobierno provisional influir en las relaciones con los socios tradicionales. Se ha especulado sobre la posible actuación del gobierno y embajada de los Estados Unidos[4] en los sucesos recientes debido a varios factores. Primeramente, por el historial de apoyo e influencia que el gobierno estadounidense ha brindado tras bambalinas al estallido de movimientos sociales, revoluciones de colores y cambios de régimen en varios puntos del orbe. En segundo lugar, por la postura de los representantes norteamericanos frente a la situación democrática del país y el pedido explicito de celebración de elecciones transparentes durante los procesos electorales de 2014, 2018 y 2024. Y, en tercer lugar, por las tensiones ya tradicionales entre Hasina y los funcionarios de EE.UU. por múltiples referencias a la celebración de elecciones inclusivas, y por cuestiones personales derivadas de un posible relacionamiento entre las autoridades norteamericanas y el asesinato de su padre, el jeque Mujibur Rahman y de otros 15 miembros de su familia en 1975. “A pesar de su abrumadora presencia diplomática en Bangladesh, el establishment estadounidense nunca encontró una cálida bienvenida por parte de Hasina” (Bhattacherjee, 2024).[5]
La negativa del gobierno de Hasina de alinearse al QUAD, al IPEF y a la estrategia del Indo-Pacífico estadounidense estuvo recalibrada por la creación de sus propios mecanismos de política exterior que lograron eficientemente equilibrar sus relaciones externas con todos sus socios estratégicos: India, China y Estados Unidos. La doctrina de “amistad con todos y malicia hacia nadie” expone la intención del país de trabajar con sus socios más importantes, principalmente para la consolidación de dos temas importantes: el desarrollo interno del país y la equidistancia en las confrontaciones regionales entre las grandes potencias fronterizas. En abril de 2023, Bangladesh publicó una Perspectiva del Indo-Pacífico centrada en la paz y el desarrollo y que promueve los principios del respeto a la soberanía nacional, la igualdad entre los países, la independencia política y la no interferencia en los asuntos internos. “Fortalecer la confianza mutua y forjar la cooperación al tiempo que se promueve el diálogo y el entendimiento con el objetivo de garantizar la paz, la prosperidad y la estabilidad es uno de los objetivos de la Perspectiva Indo-Pacífica de Bangladesh” (Islam, 2021).
En el caso de otras teorías conspirativas referentes a la situación de las protestas y la renuncia de Hasina, los medios indios se han hecho eco de la posible interferencia de los servicios de inteligencia pakistaníes y de China.
Si Hasina caía, significaba que el BNP había vuelto. Si el BNP había vuelto, significaba que Jamaat había vuelto. Si Jamaat había vuelto, significaba que el ISI (Servicio de Inteligencia Interino) había vuelto. Si el ISI había vuelto, significaba que la presencia de seguridad de China era aún más intensa. Y si Dacca tenía un gobierno que dependía internamente de los islamistas y externamente de Pakistán, significaba que el noreste indio era aún más frágil.
(Jha, 2024)
Incluso se ha afirmado que el ala estudiantil Islami Chhatra Shibir (ICS) del partido de línea dura bangladesí Jamaat-i-Islami, recibió financiación a principios de año por entidades chinas que operan en Pakistán, y la vigilancia de la inteligencia india ha revelado que el ICS trabaja en estrecha colaboración con grupos terroristas pakistaníes que actúan frecuentemente en la frontera entre India y Bangladesh (Shekhar, 2024).
Y es que a la luz de los recientes acontecimientos cabe preguntarse qué actor es el que más se beneficia de un cambio de régimen y del ambiente inestable de la zona. La respuesta más lógica y a priori es China y Pakistán, pero no existen prueban al respecto. Para India, la inestabilidad generada en Bangladesh significa un escenario no previsto y que se une a un vecindario de por sí hostil a sus intereses: Pakistán como rival histórico, un ascenso tímido de las hostilidades en la región de Cachemira, un gobierno más inclinado a China en las Maldivas, Sri Lanka con una deuda china impagable y una inseguridad latente, y Afganistán con un gobierno talibán con el que China tiene relaciones crecientes. El regreso al plano político en Bangladesh de los partidos nacionalistas y antes prohibidos y perseguidos significaría el regreso de posturas anti-indias y pro-chinas. El delicado equilibrio diplomático que el gobierno de Hasina mantuvo durante tanto tiempo en sus relaciones entre India y China corre el riesgo de desviarse a favor de Beijing.
Bangladesh es estratégico para India en varios sentidos: es un punto clave dentro de la comunicación entre el noreste de la India y la India central, así como con las naciones del sudeste asiático. Tras la visita de Hasina a India entre el 21 y 22 de junio de 2024, la India obtuvo los derechos operativos de una terminal en el puerto de Mongla, el segundo puerto marítimo más grande de Bangladesh después de Chittagong,[6] en medio de la creciente influencia china en el Índico.[7] La potencial interrupción de las relaciones y acuerdos indo-bangladesíes, implicaría una pausa en los intercambios comerciales bilaterales que son bastante dinámicos, un freno al intercambio energético entre Nepal, Bután, Bangladesh e India, una paralización de las negociaciones de un acuerdo de libre comercio entre las naciones que integran el BIMSTEC (Iniciativa de la Bahía de Bengala para la Cooperación Técnica y Económica Multisectorial), y el estancamiento de las intenciones indias de gestionar puertos estratégicos en la Bahía de Bengala e iniciar así una proyección portuaria en calara competencia al Collar de Perlas chino.
Para China, la inestabilidad obviamente podría generar efectos adversos en los más de 30 proyectos que ha estado implementado en el país dentro de su Iniciativa de la Franja y la Ruta. Una posible crisis económica generada por este contextos político y social, podría conllevar a un endeudamiento de la nación a favor de China y una mayor concesión de programas de infraestructura estratégicos, principalmente en el sector de las comunicaciones, el trasporte y la logística portuaria. Por su parte, para EE.UU. si bien no es conveniente un país inseguro en una zona en franca disputa geopolítica con China, además de un agravamiento de las relaciones con la India, una de sus puntas de lanza en su competencia anti-china, el cambio de régimen podría contribuir a la creación de instituciones políticas y prácticas más inclusivas, transparentes y democráticas acordes con los requerimientos que tanto solicitaban al gobierno anterior. Indudablemente un gobierno más inclinado a China, como se perfila por las actitudes y proyecciones históricas de los principales actores políticos internos, no es un escenario favorable a los intereses estadounidenses en la zona del Índico.
Consideraciones finales
La inestabilidad actual que se experimenta en el panorama social y político en Bangladesh se produjo debido a la incapacidad del gobierno de darle respuesta efectiva a las demandas de la población. El agotamiento de un sistema de más de 15 años en el que, si bien generó crecimiento económico sin precedentes, estabilidad interna y regional y coherencia en política exterior mediante la práctica de una proyección independiente, no fue lo suficientemente capaz de incluir a los más de 170 millones de habitantes.
El sistema de cuotas gubernamentales, diseñado e implementado para perpetuar el partido dominante en el poder, en este caso a la Liga Awami y a su dirigente Hasina, constituyó el detonante de un movimiento estudiantil contestatario. La eliminación del sistema de cuotas gubernamentales fue el detonante de protestas estudiantiles para instaurar las ubicaciones por mérito en un contexto en el que casi 35 millones de jóvenes o no tienen trabajo o poseen un salario deficiente. Los reclamos estudiantiles fueron empleados por las fuerzas de la oposición interna, perseguidas e ilegalizadas, para radicalizar los pedidos y generar un clima de violencia y malestar social aún mayor, agravados por la negativa del gobierno a llegar un entendimiento.
La insostenibilidad del contexto social por parte del gobierno bangladesí conllevó a la precipitada salida del poder de Hasina y a un cambio de régimen que todavía no logra definir las fuerzas integrantes. No obstante, es de esperar que el BNP y el Jamaat-i-Islami, como organizaciones extremistas y opositoras, ocupen roles destacados dentro de la arquitectura gubernamental provisional hasta una definición de la fecha de elecciones parlamentarias. El resurgimiento de estas facciones radicales amenazas con un ambiente regional desfavorable para India como socio tradicional que necesita a Bangladesh para asegurar su frontera noreste y la comunicación multisectorial con el Sudeste Asiático. A su vez, la posible postura a favor de China socava el equilibrio regional que Dacca ha implementado por más de 15 años con las potencias que la circundan.
El seguimiento de los sucesos que se producen en Bangladesh es de vital importancia, no solo para los especialistas del área, sino para los que abordan los temas de la transición intersistémica y de la confrontación estratégica sino-estadounidense. Bangladesh abrió un potencial foco de tensiones entre los principales actores de la zona. El hecho de que geográficamente Bangladesh esté en medio una zona crítica para la geopolítica mundial y el cambio en todo su diseño interno y externo, determina que en un futuro inmediato pueda ubicarse o no en uno de los núcleos de la geopolítica global.
Referencias bibliográficas
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Bhattacherjee, Kallol (2024). Strained U.S.-Hasina ties in focus, as opposition calls for “long march” on Dhaka. The Hindu. https://www-thehindu-com.cdn.ampproject.org/c/s/www.thehindu.com/news/international/strained-us-hasina-ties-in-focus-as-opposition-calls-for-long-march-on-dhaka/article68487439.ece/amp/
Gupta, Shishir (2024). PM Modi chairs high-level meet on Bangladesh unrest. Hindustan Times. https://www.hindustantimes.com/india-news/pm-modi-chairs-high-level-meet-on-bangladesh-unrest-101722870940008.html
Islam, Md Shariful (2021). The growing importance of Bangladesh in the Indo-Pacific. The Daily Star. https://www.thedailystar.net/opinion/views/news/the-growing-importance-bangladesh-the-indo-pacific-3474976
Jha, Prashant (2024). In Dhaka, a massive foreign policy challenge for Delhi. Hindustan Times. https://www.hindustantimes.com/india-news/in-dhaka-a-massive-foreign-policy-challenge-for-delhi-101722869291310.html
Kathju, Junaid (2024). Port wars: India’s Bangladesh deal seen as bid to curb China’s maritime ambition. South China Morning Post. https://www.scmp.com/week-asia/politics/article/3271542/port-wars-indias-bangladesh-deal-seen-bid-curb-chinas-maritime-ambition
Sajjad, Tazreena (2024). Bangladesh’s protests explained: What led to PM’s ouster and the challenges that lie ahead. The Conversation. https://theconversation.com/bangladeshs-protests-explained-what-led-to-pms-ouster-and-the-challenges-that-lie-ahead-236190
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Shekhar, Raj (2024). China, ISI Orchestrated Trouble To Install A Regime Inimical To India: Intel Officials. The Times of India. https://timesofindia-indiatimes-com.cdn.ampproject.org/c/s/timesofindia.indiatimes.com/world/south-asia/china-isi-orchestrated-trouble-to-install-a-regime-inimical-to-india-intel-officials/amp_articleshow/112298889.cms
Shivamurthy, Aditya Gowdara (2024). A Post-Hasina Bangladesh Doesn’t Seem Like A Great Friend For India. NDTV World. https://www.ndtv.com/opinion/for-india-a-post-sheikh-hasina-bangladesh-doesnt-seem-like-a-great-friend-6275022
Suri, Rishi (2024). Professor Muhammad Yunus and the future of Bangladesh. Global Order. https://www.globalorder.live/post/professor-muhammad-yunus-and-the-future-of-bangladesh Yee, Isaac y Miraj Ripon, Tanbirul (2024). Bangladesh prime minister flees to India as anti-government protesters storm her residence. CNN. https://edition.cnn.com/2024/08/05/asia/bangladesh-prime-minister-residence-stormed-intl/index.html
[1] Hasina llegó a la base aérea de Hindon en el estado indio de Uttar Pradesh a bordo de un avión de transporte C-130 y se reunió allí con el asesor de seguridad nacional indio Ajit Doval (Gupta, 2024).
[2] La comprensión que tiene el profesor Yunus de los desafíos económicos de base y de las soluciones lo coloca en una posición privilegiada para abordar las desigualdades socioeconómicas que prevalecen en Bangladesh. Su liderazgo priorizaría el crecimiento inclusivo, asegurando que el desarrollo económico llegue a todos los niveles de la sociedad, no sólo a la élite urbana. Al fomentar el espíritu emprendedor y la autosuficiencia a nivel comunitario, Yunus podría catalizar una distribución más equitativa de la riqueza y los recursos, sentando las bases para el desarrollo sostenible. Su enfoque del desarrollo se basa en la creencia de que cada individuo merece la oportunidad de llevar una vida digna. Esta perspectiva coincide estrechamente con las aspiraciones de muchos bangladesíes que buscan un gobierno que priorice el bienestar de sus ciudadanos por encima de los logros políticos. Ha sido un defensor de las prácticas de desarrollo sostenible, haciendo hincapié en la importancia de las empresas sociales y las iniciativas respetuosas del medio ambiente. Su estrategia en materia de relaciones internacionales probablemente se centraría en el diálogo, la cooperación y el respeto mutuo, lo que realzaría el papel de Bangladesh como actor clave en los asuntos regionales y mundiales. Su énfasis en la paz y la diplomacia mejoraría la reputación de Bangladesh en el escenario mundial, abriendo puertas a mayores alianzas y apoyo internacionales (Suri, 2024).
[3] A pocas horas de la huida y renuncia de Hasina, se ordenó la liberación de la líder del BNP y archirrival de Hasina, Khaleda Zia, condenada a arresto domiciliario por corrupción. Ello, plantea preocupaciones adicionales sobre la dirección, composición e intención de un gobierno interino (Shivamurthy, 2024).
[4] Estados Unidos es el mayor emisor de remesas a Bangladesh y el mayor importador de prendas de vestir, el que más ha contribuido a la crisis de los refugiados rohingyas en el país y un donante destacado de vacunas anti COVID-19 durante la pandemia.
[5] En mayo de 2024, Hasina acusó a EE.UU. de aspirar a tener una base naval en la isla de San Martín, frente a las costas de Chittagong (Bhattacherjee, 2024).
[6] Aunque los detalles del acuerdo no son del todo públicos, la adquisición india en Mongla es el tercer intento exitoso de la India de operar puertos de ultramar en los últimos años, después de Chabbar en Irán y Sittwe en Myanmar. La gestión de la terminal portuaria de Mongla aumentará la influencia de la India sobre lugares marítimos clave en los lados occidental y oriental del Océano Índico y reforzará su papel en la seguridad regional. Esto será fundamental para mejorar el comercio bilateral con Bangladesh. En segundo lugar, permitirá que la zona noreste de la India, que no tiene salida al mar, tenga oportunidades de comercio marítimo mediante un acceso alternativo al puerto de Calcuta, evitando el estrecho y congestionado corredor de Siliguri, y las inversiones en el puerto de Mongla darían a la India otro punto de apoyo en la Bahía de Bengala y en la región más amplia del Océano Índico, que se está convirtiendo cada vez más en un escenario de competencia geopolítica (Kathju, 2024).
[7] En la actualidad, las empresas chinas participan en 17 puertos del océano Índico, de los cuales han construido 13 y tienen participaciones en ocho proyectos. La región del océano Índico es fundamental para la iniciativa de la Ruta Marítima de la Seda de China. Beijing está realizando inversiones sustanciales en puertos que van desde los 78 millones de dólares en Yibuti hasta los 1.600 millones de dólares en Gwadar, Pakistán (Kathju, 2024).
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