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La República de Corea y el intento de implementar la ley marcial

enero 27, 2025   0

Crédito: EFE

Introducción

A lo largo de la historia han sido múltiples los sucesos por los que se ha aplicado la ley marcial en diferentes países. Hay varios ejemplos de ello, este es el caso, de la propia Corea del Sur, en 1946, cuando el gobierno militar del ejército de los Estados Unidos en este país declaró la ley marcial como resultado de los disturbios de Daegu. Otro ejemplo es el de EE.UU. durante la Guerra Civil y con el paso del huracán Katrina; el de Armenia, país en el que se aplicó en septiembre de 2020: durante los enfrentamientos en Nagorno-Karabaj, debido a la escalada de la violencia en la región. En Australia, en el contexto de la Guerra Negra en Tasmania entre 1828 y 1832, se impuso la ley marcial para hacer frente a la creciente violencia entre colonos británicos y los aborígenes australianos. Hay muchos otros, como Brunei, Canadá, Egipto, Indonesia, Irán, Irlanda, Israel, Pakistán, Filipinas, etc. En todos los casos, a partir de la consideración de que hay situaciones que deben enfrentarse con urgencia.

Es que, en situaciones excepcionales, cuando la máxima autoridad de facto de un país estima que las estructuras de gobernanza tradicional no logran imponer el orden se recurre a esta herramienta con el fin de regresar a la estabilidad, ya sea por guerras, escaladas del conflicto y violencia, o por desastres naturales. Ciertamente, la ley marcial es una medida extrema de control y represión gubernamental en situaciones críticas y tiene tanto consecuencias que pueden ser positivas como riesgos, en el caso de ser usado para erradicar y suprimir la democracia y los derechos civiles. La imposición de restricciones severas que interfieren en la vida cotidiana de los ciudadanos, normalmente ha llevado a la imposición a ultranza de políticas en interés de las clases y oligarquías en el poder y, en consecuencia, a un clima de miedo, de represión y de desconfianza hacia las autoridades. Ello ha ocasionado daños duraderos en la cultura y la participación política de los ciudadanos, ya que estos tienden a refrenar el activismo o las discusiones públicas sobre temas considerados controvertidos, debido a que divergen o se enfrentan a políticas consideradas erróneas o injustas, lo que genera temor a repercusiones legales e incluso a arrestos arbitrarios. También condicionan la necesidad de utilizar medios violentos como única salida para tratar de imponer demandas por parte de las clases explotadas o de diversos grupos políticos dentro de las propias clases dominantes.

En el caso particular de la República de Corea, la ley marcial ha sido implementada en reiteradas ocasiones, como sucedió durante la Guerra de Corea, lo que se afirmó antes. Conocer sus características y los contextos en los que ha sido aplicada, así como las particularidades de cada etapa, resulta de suma importancia para interpretar lo ocurrido el 3 de diciembre de 2024, cuando el presidente Yoon intentó imponerla.

Este trabajo presenta un análisis de lo ocurrido en la República de Corea luego del intento de implementar la ley marcial y registra algunas de sus implicaciones.

Desarrollo

El pasado 3 de diciembre fue decretada por el presidente de la República de Corea la ley marcial, como régimen temporal para enfrentar una supuesta situación de urgencia en el país. De mantenerse, se habrían suspendido los derechos civiles habituales e incluido la aplicación de la justicia militar al público civil, temporalmente y de forma indefinida.

En la República de Corea esta ley está incluida en la Constitución y debe ser declarada por el presidente. Entre los elementos que la distinguen se encuentra la estricta prohibición de todas las actividades políticas. Esto incluye a la Asamblea Nacional, los partidos políticos, las asociaciones civiles y las manifestaciones, o cualquier acción que busque subvertir el orden establecido. También contempla el control estatal sobre los medios de comunicación masiva, por lo que toda publicación estará sujeta a ser autorizada. En el terreno laboral las huelgas, los paros y reuniones que alteren el orden social, también quedan estrictamente prohibidos. Durante la implementación de la ley marcial se establece que el personal médico tiene que reincorporarse a sus puestos en un plazo de 48 horas, de no hacerlo estaría sujeto a sanciones.

Según los artículos 9 y 14 de esta ley, los ciudadanos pueden ser detenidos, registrados y arrestados sin orden judicial con la posibilidad de ser, incluso, sancionados. Sin embargo, a esto no se someten los legisladores, quienes no pueden ser detenidos por el mandato de la ley marcial y el gobierno tiene que levantarla si la mayoría de la asamblea nacional lo pide en una votación, algo que finalmente ocurrió, y luego de 6 horas de su establecimiento el entonces presidente Yoon Seok-yeol anunció su derogación. El pleno de la cámara aprobó dar de baja a la medida con 190 votos a favor y ninguno en contra.

El Parlamento consideró que la justificación expuesta por el mandatario para implementar esta medida extrema careció de evidencias sólidas que justificara el caos político a que sometía al país.

En su discurso televisivo, al anunciar la implementación de ley marcial, el presidente aludió a la necesidad de aplastar las fuerzas antiestatales y proteger al país de las fuerzas comunistas de Corea del Norte. Ambos temas sumamente sensibles, sobre todo, si se tiene en cuenta se trata de la seguridad nacional y la estabilidad del país, que, técnicamente aún está en guerra con su vecino del norte. Sin embargo, todo apuntó a que más allá de las intenciones antes declaradas podrían existir razones no expresadas como la necesidad de terminar con los problemas internos que confrontaba el presidente con la oposición política que controla el Parlamento, lo que estaba haciendo prácticamente imposible llevar a cabo todas las políticas propuestas por Yoon, o, desviar la atención de los escándalos de corrupción a los que se le acusa, entre los cuales se encontraba involucrada su esposa.

Desde el inicio de su mandato, el gobierno encabezado por el presidente Yoon Seok-yeol se caracterizó por seguir una línea política inclinada hacia la derecha más radical en la que los vínculos con EE.UU. ocuparon un rol medular. Su alianza estratégica con este país y sus aliados, así como con asociaciones de integración como la OTAN, dieron un giro a la política exterior del país asiático, que cada vez más, se inclinaba a satisfacer los intereses de Washington.

Es cierto que tuvo logros importantes como mencionan Aise y González (2024) “unirse al Marco Económico Indo- Pacífico, IPEF, y a los Asociación  del Pacífico Azul, PBP, que incluye a Japón, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y Canadá, elevar los lazos con Vietnam, al nivel de Asociación Estratégica Integral, aumentar la participación en la Asociación Económica Regional, RCEP, promovido por la ASEAN y China, entre otros”.[1] Sin embargo, tales resultados no lograron mitigar la desaprobación cada vez más creciente del presidente cuyo nivel más bajo llegó a un 14%, luego que este aplicara la Ley Marcial.

El intento de llevar al país a ser gobernado por militares, llevó la desaprobación al extremo porque representaba, sin lugar a dudas, un retroceso en relación con los derechos alcanzados por el pueblo, luego de que el movimiento democrático tras muchas presiones, huelgas y manifestaciones, y por la fuerza, lograra establecer una democracia parlamentaria en 1987 dando fin a un largo período de dictaduras militares, durante las décadas de 1970 y de 1980. En estas etapas muy complejas se destacaron las figuras de Park Chung-hee y Chun Doo-hwan, y ocurrieron sucesos tristes como la masacre de Gwanju.

Estos son antecedentes históricos que explican el rechazo general a la imposición de la ley marcial por el actual depuesto presidente. Están presentes en la memoria de este país las trágicas implicaciones del gobierno de Park Chung-hee, quien, tras un golpe militar en 1961, fue elegido presidente en 1963 y reelegido en 1971. Se reconoce que, bajo su mandato, Corea del Sur experimentó un crecimiento económico sin precedentes, el llamado “Milagro del río Han”, lo que impulsó su popularidad hasta principios de los setenta, cuando esta empezó a decaer, entonces decidió declarar en 1972 la ley marcial y aprobar una nueva constitución autoritaria, que estaría vigente hasta poco después de su asesinato en 1979.

En mayo de 1980, en el propio inicio de su mandato, como resultado de otro golpe de estado, el entonces presidente surcoreano Chun Doo-hwan, también declaró la ley marcial, luego de lo cual los militares detuvieron a los principales líderes políticos de la oposición, se cerraron las universidades, se prohibieron actividades políticas y se restringió la prensa. Aquella imposición trajo el denominado levantamiento en la ciudad de Gwangju, a unos 330 kilómetros al sur de Seúl, donde se estima que el ejército asesinó a unos 600 civiles.

Para la República de Corea actual, sucesos como estos, que están acompañados de la implementación de una ley marcial, son inolvidables y también inaceptables, pues recuerdan etapas de intensa represión y socaban dos grandes logros de los que se enorgullecen muchos surcoreanos, el hecho de que, el país es catalogado como una de las democracias más efectivas de Asia, y el reconocido desarrollo económico alcanzado de forma acelerada. Solamente el intento de imponer la ley marcial el 3 de diciembre ya tuvo incidencia en la economía, que experimentó una caída del won de 2% en relación con el dólar. La volatilidad de la moneda, surcoreana ha sido sometida a fuertes fluctuaciones, que reflejan las preocupaciones de los inversores sobre las salidas de capital y un panorama de mercado debilitado.

La economía de Corea del Sur está controlada por los chaerbols un modelo empresarial basado en grandes conglomerados con la presencia en distintos sectores económicos. Es una alianza estratégica entre el estado y empresarios privados. Una particularidad de estos conglomerados empresariales es que, a pesar de su tamaño, son las familias fundadoras las que siguen controlando estas empresas. Sólo diez empresas son capaces de producir el 80% del PIB de la economía surcoreana. Entre las más importantes y conocidas se encuentran Samsung Group, Hyundai Kia Automotive Group, LG Group y Kumho.

Ante los graves acontecimientos acaecidos, rápidas y numerosas acciones han sido tomadas, tanto por estos grandes conglomerados como por el gobierno. Este último ha tenido como propósito implementar una serie de medidas para restablecer la estabilidad, incluyendo la ejecución anticipada del gasto presupuestario durante los primeros 6 meses del 2025 y la ampliación de las exenciones fiscales para fortalecer la confianza del consumidor. Además, el banco central ha señalado un enfoque flexible hacia la reducción de las tasas de interés, mientras que se han establecido planes de contingencia para gestionar la volatilidad del mercado en colaboración con socios internacionales.

A pesar, de lo antes expuesto, expertos como Gareth Leather (2024) plantea que: “La crisis política se desarrolla en un contexto económico difícil, por lo que, a largo plazo, la polarización política y la incertidumbre podrían frenar las inversiones en Corea”.[2] Aunque prevalece el criterio de que la República de Corea ha demostrado ser capaz de garantizar el orden de forma rápida y eficiente, por lo que los efectos económicos no serán catastróficos. Hecho este de suma importancia no solo para la República de Corea sino también para el mundo, ya que, lo ocurrido en el país asiático destaca la compleja interacción entre los desarrollos geopolíticos y la estabilidad económica. Al ser una de las principales exportadoras e innovadoras tecnológicas, la República de Corea desempeña un papel trascendental en la formación de los mercados regionales y globales, influyendo en el comercio, las estrategias de inversión y la dinámica de las cadenas de suministro. Ello evidencia la necesidad de lograr la estabilidad política.

¿Podría inferirse que, con la detención del presidente Yoon el pasado 15 de enero, se cierra un capítulo de inestabilidad política para la República de Corea y con ello, para el mundo?

Si bien detener al presidente, bajo la acusación de insurrección, es un paso de avance en medio de las múltiples incertidumbres que hoy rodean al país asiático, no es menos cierto que aún están lejos de lograr la estabilidad deseada. La insurrección es definida, según la legislación penal de Corea del Sur, como “cualquier intento de derrocar los órganos de gobierno establecidos por la Constitución o de imposibilitar por la fuerza el ejercicio de sus funciones”.[3] Por consiguiente, es un delito grave en extremo, del que se acusa al ex premier, que lo convierte en ser el primer dirigente surcoreano en funciones detenido para ser interrogado por investigadores criminales.

Su arresto ha generado gran conmoción tanto dentro del país como en la comunidad internacional. Para algunos es un paso hacia la restauración del orden constitucional, pero otros lo denuncian como irregularidades en el proceso judicial y ha dado lugar a un proceso de inestabilidad en el país que, aún hoy, no ha concluido.

Ante el desafío político actual no se puede descartar el hecho de que existe una polarización al interior de la República de Corea. Uno, de los ejemplos que lo evidenció fue la reunión de partidarios de Yoon cerca de la estación del metro Hangangjin, en su mayoría pertenecientes a un grupo cívico conservador, liderado por el pastor Jeon Kwang-hoon, y a la Unión por la Libertad, otra organización conservadora, quienes defendían la ilegalidad de la orden de detención al presidente. Aunque fue relativamente pequeña, comparada con la que ocurrió en las inmediaciones de la residencia presidencial, en la que sus participantes exigían el arresto inmediato de Yoon, y pidieron a la Oficina de Investigación de la Corrupción CIO que ejecutara rápidamente la orden.

A pesar de que los enfrentamientos entre ambos grupos no pasaron de gritos, descartar que en un futuro existan manifestaciones más grandes y violentas no sería del todo desacertado, sobre todo si se tiene en cuenta que los seguidores de Yoon representan la existente línea más dura y conservadora de la política. Algunas de las declaraciones de los manifestantes insistieron en que la detención del Premier podría socavar la alianza de seguridad de Corea del Sur con EE.UU. y Japón y perjudicar la seguridad del país frente a las amenazas de Corea del Norte, lo que identifica un rasgo importante de las posturas de la extrema derecha. A pesar de las diferencias culturales, este fenómeno puede esconder tendencias potenciales, que recuerden a las corrientes trumpista en EE.UU., bolsonarista en Brasil y otras, también de extrema derecha, que han crecido en América Latina y el mundo.

A modo general y sin llamarle conclusiones, pues es un tema que tiene muchas aristas para analizar y aún no se ha cerrado, puede afirmarse que el intento de implementar una ley marcial constituye la amenaza de un nuevo retroceso en la historia de la República de Corea que pone en peligro los grandes logros obtenidos por el pueblo de este país del extremo oriente.

Aunque no es mayoría, no debe ser despreciado el hecho real de que existe un sector comprometido con la línea más dura y conservadora que defiende políticas de desarrollo nuclear, antichinas, proimperialistas y que sin muchas consideraciones atacarían a la República Popular Democrática de Corea o apoyarían la creación de situaciones que justifiquen la escala de las tensiones del conflicto coreano.

Urge conocer las verdaderas causas que llevaron al presidente Yoon a asumir una política tan radical como el intento de implementación de la ley marcial, lo cual es catalogado por algunos medios de comunicación masiva como tentativa de Golpe de Estado. Qué fuerzas lo impulsaron y llegaron a ofrecer tal seguridad al presidente depuesto, al punto que la guardia presidencial nunca abandonó a Yoon y desconoció el nuevo mandato presidencial.

En medio de un escenario político en el que se disputan los espacios y un nuevo orden mundial se hace cada vez más presente, la inestabilidad política en la República de Corea no solo le brinda a EE.UU., uno de sus aliados más importantes, una justificación para intervenir en territorio surcoreano con una mayor cantidad de soldados, armamentos en general y hasta armamentos nucleares, sino también propicia su incidencia en la toma de decisiones en aspectos muy sensibles y de importancia medular como su relación con países vecinos, como la República China, la Federación Rusa y su vecina más cercana, la República Popular Democrática de Corea.

Una política soberana, sin intervención foránea, la sensibilidad, así como la agudeza y rapidez para solucionar la crisis política actual en la República de Corea, son fundamentales para, la protección de la economía nacional, el bienestar de su población y factor importante en la estabilidad regional y mundial.

Bibliografía

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  2. Bernis, Alfredo, 2009.  Los movimientos estudiantiles y la democratización política en Corea del Sur, 1987-2007. https://cdsa.aacademica.org/000-008/401.pdf?view.
  3. Constitución de la República de Corea. https://www.elpolitologo.com/wp-content/uploads/2015/11/Constituci%C3%B3n-Corea-del-Norte.pdf.
  4. De la Cal, Lucas, 2025: La policía de Corea del Sur utiliza escaleras para entrar en la fortificada residencia presidencial y detiene al presidente que declaró la ley marcial. https://www.elmundo.es/internacional/2025/01/15/6786ecffe9cf4aa3298b458d.html. Consultado 15 de enero de 2025.
  5.  Fernández Garrido, Jasely, 2018: “Dinámica de las relaciones internacionales de la península coreana”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (julio 2018). En línea: file:///C:/Users/Jaselys/Downloads/DialnetdinamicaDeLasRelacionesInternacionalesDeLaPeninsul-9718101.pdf.
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  7. García, Eduardo, 2024: Autogolpe en Corea del Sur: el presidente declara la ley marcial. https://www.descifrandolaguerra.es/autogolpe-en-corea-del-sur-el-presidete-declara-la-ley-marcial/. Consultado 7 de diciembre 2024.
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  10. Leather, Gareth, 2024: La crisis política de Corea del Sur afecta a su economía. consultado diciembre 2024 https://www.swissinfo.ch/spa/la-crisis-pol%C3%ADtica-de-corea-del-sur-afecta-a-su-econom%C3%ADa/88650814. Consultado diciembre 2025.
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[1] Aise Sotolongo, Jesús; González, Ruvislei, 2024. El nuevo canciller de la República de Corea y los desafíos de la política exterior. https://www.cipi.cu/el-nuevo-canciller-de-la-republica-de-corea-y-los-desafios-de-la-politica-exterior/. Consultado el 22 de diciembre.

[2] Leather Gareth, 2024. La crisis política de Corea del Sur afecta a su economía. consultado diciembre 2024. https://www.swissinfo.ch/spa/la-crisis-pol%C3%ADtica-de-corea-del-sur-afecta-a-su-econom%C3%ADa/88650814. Consultado diciembre 2025.

[3]  Sang-Hun Choe, 2025. Las claves de la crisis de liderazgo de Corea del Sur. https://www.nytimes.com/es/2025/01/15/espanol/mundo/corea-sur-crisis-politica.html. Consultado 20 de diciembre.


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