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Conflicto

Percepciones sobre un conflicto anunciado

Otros autores: Nelson Roque
marzo 7, 2022   0
Artículo publicado en Dossier "Ucrania: Las claves de un conflicto en tiempos de desinformación"

Los estrategas acostumbran denominar los conflictos según sus propios intereses y peculiaridades del momento. Por ello abundan los apelativos de las guerras, que también revisten características propias, según la época, el lugar, los participantes y la implicación de fuerzas. Se suceden las denominaciones de guerras o conflictos púnicos, del Peloponeso, de los 30 y 10 Años, Gran Guerra Patria, de primera hasta cuarta generación, Guerra Fría, híbrida, relámpago, punitiva, internacional, no internacional (o interna), simbólica, tribal, religiosa, étnica, nacional, de liberación nacional, de baja intensidad, convencional y no convencional, espacial (guerra de las galaxias), cibernética o ciberguerra… hasta el infinito.

El mundo presencia uno de los momentos más peligrosos desde la Crisis de Octubre, porque están involucradas dos potencias nucleares, espaciales, mayores productoras de armas convencionales y no convencionales -Estados Unidos (EUA) y Rusia-, además de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), -la organización militar más extensa del planeta- y Ucrania. Se asiste a una peligrosa etapa de conflictividad, exacerbada por persistentes campañas mediáticas e informáticas.

El glosario de la conflictividad mundial resulta inagotable, porque la convulsión de las relaciones internacionales responde a propósitos geopolíticos en nuestro planeta, lo que permite percibir que no se afronta una casualidad de lamentables acontecimientos, sino la prosecución de objetivos definidos desde hace varios decenios, trazados por el imperialismo para expandir su dominación en el mundo.

Un análisis más especializado correspondería a estrategas, politólogos, historiadores, economistas y periodistas, razones por las que sería oportuno meditar si el actual transcurso del diferendo EUA-Rusia-OTAN-Ucrania se exacerbó por error, acción u omisión de unos y otros o fue programado a largo plazo, desde la desaparición del socialismo en Europa.

Una lectura detallada de las Estrategias de Seguridad Nacional y de sucesivas Doctrinas presidenciales estadounidenses insiste en el rechazo a Rusia “como amenaza particular para la seguridad de EUA y sus aliados”. En el período más reciente se añade la preocupación en la Casa Blanca y el Pentágono sobre el desarrollo económico y militar chino”. Otras Estrategias, como la británica y alemana enfatizan respecto a lo indispensable de contar con el apoyo de su aliado trasatlántico para afrontar las crecientes amenazas.

Continuar el estudio de otros documentos afines emitidos por la Unión Europea (UE), la OTAN y las Naciones Unidas (ONU) provee una percepción más realista sobre las actuales circunstancias. Por ejemplo, el Tratado de Lisboa, que rige la vida de la UE desde 2010, plantea que la defensa de los países que así lo acuerden, puede responder a los compromisos establecidos por estos con la OTAN. El objetivo se completa con el acuerdo ONU-OTAN suscrito por ambos secretarios generales en 2008, que autoriza la imbricación de ambas fuerzas en misiones para el mantenimiento de la paz. En este contexto se intuye el peligro que se cierne contra la humanidad y, particularmente sobre Europa y Rusia, si se avizora que las acciones para la preservación de la paz (objetivo esencial para la creación de la ONU) puedan ejecutarse por una organización militar, como la OTAN.

La historia enseña que un golpe inesperado, un acto fortuito, una acción autoprovocada o simplemente, relámpago puede cambiar su curso, en función de otros intereses, trazados estratégicamente. La explosión del Maine introdujo a EUA en la guerra independentista ganada por Cuba al colonizador español; el ataque en Glewitz, de la frontera polaca, sirvió de pretexto a los nazis para desatar la Segunda Guerra Mundial; el ataque a Pearl Harbor colocó a los estadounidenses en ésta; los bombardeos contra Haiphong multiplicaron los mecanismos bélicos contra Vietnam y el estallido de las Torres Gemelas de Nueva York facilitaron los conflictos punitivos contra Afganistán e incontables países con el pretexto de derrotar al terrorismo.

Las Revoluciones de Colores en los países ex soviéticos, el golpe de Estado contra Ucrania en 2014 (programado por EUA y sus principales aliados), los fallidos intentos de cambio de régimen en Belarús y Tayikistán evidenciaron la intención de transformar el escenario circundante a Rusia.

Con esos antecedentes no resultan creíbles los argumentos de EUA y sus principales aliados para que todas las culpas de la actual situación recaigan sobre Rusia, que durante dos decenios ha propuesto y reclamado la seguridad de sus fronteras y que la OTAN no amplíe ni fortalezca el cerco y la movilización por toda la región. La OTAN es multinacional, pero está comandada por EUA y la UE pretende convertirse en actor importante de la comunidad internacional, pero 22 de los 27 países comunitarios integran la OTAN, por lo que la esencia de su defensa y operaciones extrafronterizas dependen de ésta, cada vez con más fuerza.

El momento que afronta la humanidad percibe que cualquier llama mal lanzada, cualquier declaración de guerra, un incidente fronterizo, un disparo a destiempo o un fracaso de la mediación y la negociación podrían incendiar al mundo, porque las guerras de este siglo son primordialmente letales y duraderas. Pero sucede que la guerra empezó, sin desearla, precedida por uno de los ardides más frecuentes de las grandes potencias, agitando el terrorismo mediático y cibernético, que implica haber incitado durante meses la perspectiva de un ataque ruso contra Ucrania para intensificar el cerco contra Moscú y multiplicar las fuerzas, armas y equipos de la OTAN.

La opinión mundial está saturada de las amenazas previstas, los enfoques, justos o parcializados sobre las razones y sinrazones de Rusia o sobre los derechos y deberes ucranianos, en función de sus relaciones con occidente. El hecho es que la guerra ha estallado, los muertos son militares o civiles y cuando se perpetra el primer disparo o bombardeo –como en toda guerra- los proyectiles alcanzan a todos, irremediablemente.

Entre los argumentos rusos está defender a los 4 millones de personas de ese origen residentes en el Donbass, región que sufre genocidio, prohibición del idioma y la confiscación de bienes de la iglesia ortodoxa desde hace ocho años. En su explicación ante el Consejo de Derechos Humanos la delegación rusa explicó que “la operación especial iniciada el 24 de febrero tiene como finalidad desmilitarizar y desnazificar a Ucrania”. Por su parte, Ucrania y sus incitadores no cumplieron los acuerdos de Minsk, adoptados para desplegar un alto al fuego, contener las tensiones surgidas desde el golpe de Estado, alentada por el avance del boque militar noratlántico hacia las fronteras rusas y auspiciado por EUA y la UE. Ante el empuje militar ruso, el presidente ucraniano acudió a la UE “para que demuestre su apoyo hacia el país y solicitó más ayuda contra la invasión, porque sin ellos, Ucrania estará sola”.

Sin embargo, en el recién surgido, pero planificado conflicto, que no sería atinado clasificar desde su estallido, existen infinidad de actores y factores mencionados escasamente, que convendría identificar a partir de la geopolítica imperante en las relaciones internacionales del siglo XXI.

Estados Unidos y Rusia

Desde la desaparición del socialismo europeo y la disolución de la Unión Soviética se presenta el peor escenario en las relaciones entre EUA y Rusia, que han sido menos complejas durante las administraciones republicanas. La actual presidencia demócrata ha apelado a todas las prácticas de guerra no convencional e híbrida para aislar a Rusia y desacreditarla ante la opinión pública mundial, incluidas, entre otras, la multiplicación de las sanciones, el acercamiento a las fronteras mediante el avance de la OTAN, el despliegue del terrorismo económico, mediático y cibernético, la conciliación de planes con sus aliados trasatlánticos y el apoyo sistemático al gobierno ucraniano, iniciado esta vez con el golpe de Estado perpetrado en 2014 contra el gobierno anterior.

En un breve balance sobre las hostilidades y su repercusión internacional, el gobierno de Joseph Biden ha centrado su estrategia para mitigar el resultado negativo de la salida estadounidense y de sus aliados de Afganistán, un intento por mejorar su imagen internacional ante el creciente descrédito e influir internamente frente a las deficiencias en la ejecución de su política interna, que según las encuestas, arrojan el peor momento para las elecciones a corto y mediano plazos, sin solución a la vista de la inflación, el desempleo, la protesta social, la violencia ni la desigualdad.

En síntesis, el conflicto actual y el que se vislumbra, persigue objetivos geopolíticos estadounidenses, pero también brinda a Joseph Biden proyectar la imagen, ante republicanos y sus críticos entre los demócratas, de un presidente “más decidido”. El reciente discurso ante el estado de la Unión así lo demuestra, al utilizar la crisis en Ucrania como núcleo central para desviar la atención sobre los restantes problemas y magnificar el comportamiento de Rusia, difundiendo que no habrá enfrentamiento directo entre fuerzas rusas y estadounidenses, pero sí el envío de apoyo humanitario y armamentístico a los ucranianos.
Las más recientes y disímiles medidas adoptadas por EUA contra Rusia persiguen estrangular al gobierno de Moscú, con innegable repercusión sobre ese país. Se resumen: prohibir las transacciones en dólares estadounidenses con el banco central ruso y bloquear el fondo de inversión directa de ese país; el bloqueo de sobrevuelos de aerolíneas rusas sobre territorio estadounidense; las sanciones contra entidades militares rusas y bielorrusas; restricción a exportaciones tecnológicas que posibiliten la refinación petrolera y la expulsión de 12 diplomáticos de las Naciones Unidas “porque sus actividades no son acordes con la diplomacia” y el envío a Polonia de soldados de su ejército de reserva de 150 soldados ubicados en Puerto Rico por la unidad 432 de transportación, entre otras. En tal sentido, no es ocioso preguntarse si la reacción estadounidense podría calificarse como simples sanciones o como un bloqueo debido a su heterogeneidad y alcance.

La Unión Europea, la OTAN y otros actores

Las disensiones entre la UE y el gobierno de Donald Trump fueron circunstanciales, en rechazo a sus métodos ante los aliados trasatlánticos, no de principios, ni geopolíticos.

El mandato de Joseph Biden introdujo cambios en su táctica hacia los europeos, que concilian para un comportamiento internacional semejante, sin excluir los escollos, a partir de intereses regionales e históricos específicos. Y esos cambios se evidencian en el actual contexto. Las dudas iniciales de la UE para arreciar sus sanciones contra Rusia o involucrarse directamente en las hostilidades entre ésta y Ucrania han sido despejadas durante las últimas semanas, a pesar de la pérdida económica irreversible que derive de su acción, porque de todos los actores comprometidos en el reciente conflicto, el grupo regional estará entre los mayores perdedores, en los órdenes económico, militar y social.
Las primeras y más recias sanciones contra Rusia fueron emprendidas por los europeos, con protagonismo de Alemania, Francia, Reino Unido e instituciones comunitarias, a pesar de su dependencia del gas natural (30%), del 25% de su petróleo; de que aquella y Ucrania suministran el 13% del titanio mundial (indispensable para fabricar aviones) y el 30% del paladio, destinado a la producción de automóviles, teléfonos celulares y empastes dentales, que alcanzaron su clímax contra las transacciones con bancos rusos, la cancelación de activos para llevar a término el gasoducto Nordstream 2, la expulsión de 7 bancos rusos del sistema Swift y, particularmente, la desactivación o prohibición de señales de los principales medios de difusión aéreos y radiofónicos rusos en flagrante contradicción con los derechos propugnados a ultranza por la UE sobre la libertad de expresión y prensa.
Se unen a las sanciones, recientes pronunciamientos de la presidenta de la Comisión Europea ante el Parlamento Europeo sobre la “disposición a pagar el alto precio por la libertad”, relacionados con las consecuencias del grupo regional de las sanciones económicas aplicadas a Rusia” y que “las acciones de Moscú unieron más que nunca a la UE y sus aliados de la OTAN, que han avanzado más en materia de seguridad en seis días que en las últimas dos décadas”. Lo mencionado ratifica la tendencia a una mayor interrelación.

Iniciativas adicionales de la UE comprenden la suspensión de la cooperación científica con Rusia, anunciada por la comisaria de Innovación, Investigación, Cultura y Educación, que implica la suspensión de proyectos de cooperación, congelamiento de los pagos pendientes y alguna flexibilidad con los estudiantes ucranianos del programa Erasmus. Lo más determinante para reducir la capacidad rusa es el próximo debate en el Grupo de los 7, con amplia participación de la UE para impedir que Rusia burle las sanciones utilizando criptodivisas, que tendrá lugar durante la próxima presidencia alemana del G’7, que podría convertirse en el sitio ideal para sanciones múltiples coordinadas entre los países ricos.
Como ha sucedido históricamente, EUA será el menos perjudicado durante el conflicto: la avalancha migratoria recaerá sobre los europeos, que se calcula enfrentarán un alza superior de los precios energéticos y tasas inflacionarias que podrían superar el 6%, lo que triplica el objetivo del 2% trazado por el Banco Central Europeo (BCE).
La solicitud de ingreso a la UE por Ucrania fue favorecida con 637 votos (mayoría absoluta) en el Parlamento Europeo, primera instancia en los mecanismos de adhesión, cuya decisión final concierne al Consejo de la UE, que, de aprobarse en un corto plazo, sentaría un precedente sobre la candidatura a miembro. Sobran antecedentes sobre la dilación para el ingreso de Chipre y Turquía. De acelerarse el proceso, la UE aceptaría la inclusión de un miembro no afín a sus preceptos sobre “identidad cultural europea” y propendería a reconocer a un país “en crisis” desde 2014.

Desde el ángulo ucraniano, su reciente petición de ingreso a la UE sugiere que, ante los crecientes peligros afrontados debido a las acciones rusas en Donbas y a la movilización extrema de tropas de un bando y otro, no se puede asegurar su ingreso inmediato a la OTAN porque esto obligaría a la organización a participar directamente en los combates contra Rusia. Por ello, la opción de integrar la Unión Europea, podría proporcionar a Ucrania la probabilidad de que, amparada por la Política Europea de Cooperación y Seguridad (PESC), el grupo regional se comprometa a constantes suministros y logística para defender su territorio.
De los 27 miembros de la UE, los más implicados en la actual crisis son Alemania y Francia, por motivos no idénticos.
Alemania ha experimentado cambios históricos en la pretendida política exterior pacifista adoptada tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial. La era de acuerdos entre Berlín y Moscú durante el mandato de los cancilleres Gerhard Schröder y Angela Merkel ha sido transformada de súbito para un acelerado acercamiento de la política alemana a la estadounidense, que se ejemplifica en dos decisiones del nuevo canciller, Olaf Scholz: multiplicar súbitamente el presupuesto militar del país y boicotear la puesta en marcha del gasoducto Nordstream 2, básico para la electroenergía alemana.
Durante la sesión de emergencia sobre Ucrania celebrada el 1 de marzo en el Bundestag el canciller Olaf Scholz, de la coalición denominada semáforo anunció el incremento del presupuesto para la defensa, ascendente a 113 mil millones de dólares, que supera el 2% comprometido con la OTAN, además de una ayuda directa a Ucrania de 100 mil millones de euros adicionales y el suministro de mil misiles antitanque y de 500 tierra-aire Stinger. Lo máximo prometido por el gobierno alemán antes del inicio de la hostilidades era 5 mil cascos para los combatientesy a inicios de febrero había planteado que no suministraría armas a ese país, aunque no descartó el envío de más tropas a los países bálticos, particularmente a Lituania, sin que, según refrenda la constitución alemana, fuera autorizado por el tribunal de Karlsruhe, único facultado para la participación en conflictos internacionales, que ya habían transgredido durante las guerras en Afganistán e Irak.

El diálogo entre el canciller federal alemán y el presidente ruso se ha limitado a exhortar a Rusia para que frene inmediatamente los enfrentamientos en Ucrania, retire sus tropas y retome el diálogo. El comportamiento gubernamental indica que, ante la situación actual, se estimula el rearme del país para recuperar un papel medianamente protagónico en la esfera internacional.
La reacción ante las nuevas medidas no se ha hecho esperar. Parlamentarios de la extrema derecha (Alternativa para Alemania) y algunos Verdes y Die Linke (la Izquierda), (los dos últimos miembros de la coalición gubernamental) expresaron su rechazo a la decisión de incrementar los gastos para la defensa y la ayuda a Ucrania, recordaron que la OTAN fue la que se acercó a la frontera de Rusia, que hace 13 años había planteado una nueva arquitectura de seguridad en Europa y que la política del SPD, primero y de la CDU-CSU, después “había lanzado a Rusia a los brazos de China”, en alusión a la alianza entre ambos países.
Francia se empeña en actuar como mediadora en el conflicto, mediante un diálogo con el presidente ruso, que no la exime de aplicar las sanciones adoptadas por la UE en su conjunto y algunas propias. Ambas partes han acordado trabajar juntas para las garantías de seguridad planteadas por Moscú a la OTAN, que, según Emmanuel Macron, permitiría evitar la guerra y crear estabilidad, transparencia y confianza para todos”, que cifra sus esperanzas en un acuerdo para evitar la guerra a gran escala y que el planteamiento ruso de sus propias preocupaciones es legítimo, reclamando un “nuevo equilibrio” para proteger a los Estados europeos y apaciguar a Rusia”.

La mediación del presidente francés en el conflicto se apoya en el prolongado propósito, compartido –al menos hasta la crisis- con Alemania para una Europa de la Defensa y que para ello “gaste más con vista a ser una potencia independiente y soberana, porque su libertad no está garantizada” y la aseveración de que la “invasión a Ucrania señala un cambio de época, en la que la democracia no es considerada como un régimen incuestionable, por lo que Europa debe tomar decisiones históricas en su defensa”. Lo mencionado ocurre, además, en un período preelectoral cuando las acciones diplomáticas francesas pueden inclinar al electorado.

No obstante, el primer ministro y el titular de exteriores se han pronunciado acusando al presidente ruso de “haber mentido al presidente, a la comunidad internacional y a su propio pueblo y que la crisis desatada durará por mucho tiempo con grandes consecuencias para el futuro de Europa” y anunció que el gobierno teje un “plan de resiliencia” para mitigar los efectos negativos que traerán las medidas anti-Rusia en la economía local y contribuir a absorber su impacto en los hogares”.

Entre las medidas específicas francesas se encuentra el envío de 300 hombres y de armas a Ucrania, el traslado de su Embajada en Kiev hacia Lyiv y la prohibición de actos culturales y de artistas vinculados al gobierno ruso.

Las relaciones económicas bilaterales mejoraron, lo que incentiva el intercambio, decaído en el 15% durante el primer año de la pandemia y aumentado más del 70% en 2021.
Reino Unido anunció una ayuda adicional a Ucrania de 106,5 millones de dólares para enfrentar la crisis humanitaria del país europeo, lo que eleva el apoyo británico a 294,5 millones, de los que 160 millones son para ayuda y los otros 130 millones para impulsar la economía y evitar la dependencia del gas ruso. 
Un apretado resumen sobre la reacción de varios países arroja que Noruega proporcionará 226 millones de dólares en ayuda humanitaria y equipamiento militar a Ucrania Bulgaria, Polonia y Eslovaquia suministran 70 aviones de combate, (Bulgaria entregó a Kiev 14 aviones de ataque Su-25 y 16 cazas MiG-29, mientras que Polonia y Eslovaquia le suministraron 28 y 12 MiG-29, respectivamente) y Serbia anunció que no permitirá el transporte de armas a Ucrania por su territorio.

No parece casual que cuando Suecia retoma el debate sobre su ingreso a la OTAN, su estado mayor denuncie “una breve incursión cercana a la isla de Gotland en el mar Báltico y se produce una visita del secretario de Estado estadounidense por los países bálticos, Polonia y Moldavia. Otro detalle interesante es que Suiza (acogida a los acuerdos Schengen) y declarado país neutral desde 1815 decidió que adoptaría las sanciones tomadas por la UE contra rusos que participen en la guerra de Ucrania y congelará sus cuentas bancarias.

Otros dos miembros de la OTAN tienen un papel en el conflicto: Turquía, indirectamente envuelta en el conflicto ruso-ucraniano debido al uso de drones turcos por el ejército de Minsk y Canadá, que añade 25 millones de dólares adicionales a Ucrania, dos aviones de transporte aéreo táctico C-130, hasta 50 efectivos y equipos de protección.
Israel ha acogido el regreso de unas 4 mil personas residentes en Ucrania y plantea que alrededor de 180 mil personas podrían regresar, mediante la Ley del retorno y enviará cargamentos de ayuda de emergencia que incluyen abrigos, mantas, sacos de dormir y material médico, humanitarismo que no practica en el Medio Oriente.
Respecto a la OTAN, durante las negociaciones con la URSS para garantizar la reunificación de Alemania en 1990, los representantes estadounidenses aseguraron verbalmente al presidente Mijail Gorbachov que la organización no crecería hacia el Este. Sin embargo, en marzo de 1999 entraron a la organización la República Checa, Hungría y Polonia; en 2004: Bulgaria, los tres Estados del Báltico, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia; en 2009 Albania y Croacia, en 2017, Montenegro y en 2020 Macedonia de Norte.

En esos años, Moscú advirtió repetidamente sobre el peligroso acercamiento de la OTAN a sus fronteras, que desde 2010 comenzó a instalar un escudo antimisil apuntando hacia Rusia, concluido y que se refuerza sistemáticamente. Desde 2008 la OTAN había aprobado un plan para preparar la entrada futura de Ucrania y Georgia a la Alianza durante el gobierno instalado después de la “revolución naranja” de 2004.

​La división entre las provincias de Donetsk y Lugansk con el resto del país dio lugar a una cruenta guerra fratricida. El Kremlin apoyó logísticamente a las provincias separatistas y a la península de Crimea, mayoritariamente contra el golpe de Estado y que reclamaba pasar a formar parte de Rusia nuevamente, lo cual sucedió mediante un referéndum, cuyos resultados Moscú aceptó y proclamó la República de Crimea como territorio ruso.

Las relaciones Rusia OTAN continuaron su deterioro, tras el apoyo ruso a las repúblicas del Donbass y el paso de Crimea a la Federación –cuestión que Occidente no esperaba y condujeron a imponer a Rusia sanciones por EUA y la UE. Entonces la OTAN canceló definitivamente todo tipo de vínculo con Rusia y comenzó un aumento acelerado de las tropas alrededor de las fronteras rusas, que aumento de 13 000 efectivos a 45 000, incluyendo una fuerza de despliegue super rápida de 5 000 hombres movilizados recientemente por primera vez. Posteriormente la cantidad de tropas estadounidenses en diferentes países próximos a Rusia ha aumentado, así como el reforzamiento del escudo antimisil y la realización de maniobras militares alrededor de las fronteras de la Federación.

Rusia ha considerado siempre la expansión de la OTAN hacia sus fronteras como una amenaza a su seguridad, que en los últimos tiempos ha llegado a límites inadmisibles, obligándola a concentrar tropas en diferentes lugares dentro de su territorio, en especial cerca de la frontera ucraniana, para prevenir la sorpresa de un ataque. Ante la situación creada por Ucrania de intentar aniquilar a la población del Donbas, mediante bombardeos y artillería, Rusia decidió llevar a cabo una operación especial contra el ejercito ucraniano para impedirle continuar desgaste de las repúblicas separatistas.

Derecho y Organismos Internacionales

El grado de las tensiones y los actos promovidos por los principales gobiernos involucrados en la actual crisis, sugieren esbozar no solo la problemática presentada en las relaciones internacionales, sino sus implicaciones sobre la paz mundial y los principales aspectos inobservados o transgredidos del Derecho Internacional y de los mecanismos establecidos por las Naciones Unidas.
Entre las principales figuras del Derecho Internacional refrendadas como principios, propósitos y artículos específicos en la Carta de la ONU, en juego bajo las actuales circunstancias, abundan temas omitidos o adaptados y manipulados por las partes en conflicto, como son: la coexistencia entre los Estados, la solución pacífica de las controversias, la represalia, las sanciones, la amenaza y el uso de la fuerza y la autodefensa individual y colectiva. Las partes involucradas se acusan mutuamente y no están exentas de incumplir acuerdos de la comunidad internacional, incluso con la inobservancia de normas establecidas por el Derecho Internacional Humanitario, al incrementarse los daños contra la infraestructura y la población civil (no deseada, pero inevitable), con una negativa repercusión para la imagen de los principales países involucrados.
Al fracasar las mociones ante el Consejo de Seguridad para sancionar a Rusia, debido al veto ejercido por ésta y a la abstención de la República Popular China, el recurso de EUA fue promover una resolución en la Asamblea General, que logró por amplio margen, denunciar las acciones de Moscú, que podría repercutir sobre las posiciones rusas ante los organismos y la comunidad internacionales, aislándola, en lugar de garantizar su principal propósito, de rechazar el cerco promovido por EUA, la UE y la OTAN. Puede colegirse, que después de su fracaso en Afganistán, su presencia en Ucrania es un acontecimiento contraproducente para el ejercicio de su política exterior, con repercusión hacia su estabilidad, economía, política y seguridad internas.
Si se analiza el resultado de la reciente votación en la AGNU, con independencia de los errores rechazados de una resolución imperfecta e inacabada, 145 de los 193 Estados miembros de la ONU “deploraron la agresión rusa contra Ucrania y demandaron a Moscú finalizarla y retirar inmediatamente y sin condicione sus tropas del país vecino”. Por su parte, el secretario general de la ONU destacó que la Asamblea General ha enviado un menaje alto y claro: detener las hostilidades en Ucrania, silenciar las armas ahora y abrir la puerta al diálogo y a la diplomacia ahora”. 35 países se abstuvieron y 5 se opusieron, lo que deja un margen de 10 no votantes, distribuidos entre países en mora o ausentes. Es sabido que las resoluciones de la AGNU no son vinculantes, pero establecen un precedente acusatorio.
Con los antecedentes de que la Corte Penal Internacional de La Haya celebrará audiencias el 7 y 8 de marzo, para determinar si requiere adoptar “medidas provisionales contra Rusia, por su papel en la guerra contra Ucrania”, con la finalidad de investigar sus acciones; la reciente sesión en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra y las crecientes exhortaciones a la moderación y al apego a acciones diplomáticas para detener el conflicto, es de esperar que proliferen en el corto y mediano plazo, críticas y reclamaciones a Rusia en diversos organismos internacionales.

Primeros impactos

  • El curso de los acontecimientos muestra la fragilidad de la paz, que lejos de ocurrir en países de África, el Medio Oriente o América Latina, ocurren en territorio europeo, cuyos últimos antecedentes provienen de la Segunda Guerra Mundial y la guerra contra Yugoslavia.
  • EUA y sus principales aliados europeos aprovechan las actuales circunstancias para promover su principal objetivo geopolítico en el continente: desestabilizar y acorralar a Rusia.
  • Se incrementan los gastos militares, en los que domina Washington, con cifras multiplicadas en los últimos meses, que según el presidente ruso, en su país ascienden a 50 mil millones, frente a 517 mil millones en que incurre EUA.
  • Es difícil pronosticar si la cooperación ruso-china podría ser afectada por las implicaciones del anunciado conflicto, más allá de sus fronteras, con la consiguiente repercusión económica y militar, a partir de un debilitamiento ruso.
  • Una primera reacción se aprecia en el alza de los precios de la energía (con un 32% superior a finales de 2021); de los combustibles, de la inflación (multiplicada a nivel mundial desde la pandemia de COVID-19), las incidencias sobre los servicios públicos, la agricultura (particularmente maquinaria y compra de fertilizantes), el costo de los alimentos, del transporte aéreo y marítimo y los precios de los principales alimentos, en detrimento de los países menos desarrollados.
  • La cancelación de bancos y créditos y la expulsión de bancos rusos del SWIFT dispara las acciones del banco chino del sistema de pagos interbancarios, que unido al congelamiento de cuentas a Rusia, complejizan la situación. A la vez podría fortalecer el proyecto del bitcoin y auguran la perspectiva de que se restrinja la Ruta y la Franja de la Seda en los territorios cercanos a Rusia, resultado de las sanciones generalizadas contra Moscú
  • Fructifican las presiones estadounidenses para que bancos alemanes y la petrolera británico-holandesa Shell suspendan sus transacciones destinadas a la puesta en marcha del gasoducto Nordstream 2 y logren así el propósito estadounidense de que los países de la UE incrementen sus importaciones del gas de esquisto estadounidense, a un costo superior del 40%.
  • El gobierno alemán, al incrementar sus gastos para la defensa y la ayuda a Ucrania, involucrarse en un conflicto y desestimar la puesta en marcha del gasoducto, arriesga dificultades en su política interna, porque las medidas adoptadas elevarán los precios del combustible, de la energía eléctrica y productos de primera necesidad, con incidencia sobre la protesta de diversos sectores. El cambio de suministro obliga a reorientarse hacia la energía nuclear, rechazada fuertemente por la población y a acelerar las fuentes alternativas. Un segundo impacto consiste en mayor descrédito de un gobierno socialdemócrata, partido político en decadencia y la falta de cohesión entre la Izquierda, integrante de la coalición, con previsibles avances del partido extremista de derecha.
  • Francia se presenta como la mediadora más interesada en evitar la confrontación, mediante frecuentes consultas entre los presidentes ruso y francés, pero también multiplica sus sanciones contra Rusia. Durante su actual presidencia semestral de la UE y en pleno proceso electoral, el ejecutivo galo aspira a jugar un papel constructivo en el conflicto, que lo presente positivamente ante su país y en las relaciones internacionales.
  • Se desplaza más de un millón de ucranianos, sumados a la crisis migratoria afrontada por la UE desde 2008, dispuesta en este caso a recibirlos, particularmente en Polonia, Eslovaquia, Rumania y Hungría, lo que contrasta con el sostenido rechazo comunitario al resto de los desplazados provenientes de los continentes pobres, lo que indica selectividad y racismo que, desde 2016 ha provocado la pérdida de más de 15 mil migrantes de países africanos, fallecidos en el intento por arribar a la UE. En tanto, la ONU, agencias humanitarias y ONG han realizado un llamamiento a los donantes por 1 700 millones de dólares para apoyar a los afectados en Ucrania y a sus refugiados en la región.
  • La UE comienza a sancionar a militares bielorrusos por su posición junto a Rusia y anuncia nuevas medidas contra ese país.
  • La interrupción de compañías aéreas civiles, vuelos, corredores y sobrevuelos en o hacia y desde Rusia encarece los pasajes y complica la conexión intra e intercontinental, ante la necesidad de utilizar rutas más extensas. La exclusión y el bloqueo a medios de comunicación rusos entorpece el libre acceso a la información. En ambos casos son omitidas las regulaciones establecidas por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) y la Organización Mundial de Aviación (OMA), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la Organización de Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Las sanciones unilaterales en la esfera del transporte, las telecomunicaciones y el ciberespacio sientan un precedente negativo para extenderlas a otros países amenazados por EUA y la UE.
  • La votación en la AGNU de una resolución acusatoria contra Rusia reduce su capacidad diplomática en la defensa de su derecho a la autodefensa, lo que irradia en el contexto de organismos y agencias de las Naciones Unidas.
  • El actual conflicto repercute sobre las relaciones económicas (créditos, comercio, inversiones, turismo), establecidas con Rusia particularmente por varios países miembros del ALBA-TCP, Irán, China y Siria, entre otros, porque la situación reduce sus finanzas, la capacidad productiva y los suministros).

Selección bibliográfica

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Moncada y  Prensa Latina 17/1/22. Rusia espera respuestas de EEUU y OTAN a propuestas de seguridad
Sputnik Mundo.Putin: el despliegue militar en Ucrania de la OTAN supone una amenaza para la seguridad rusa 13/12/21
Süddeutsche Zeitung. Alemania Gobierno Federal-giro en política de defensa. 27 de febrero de 2022.

https://www.france24.com/es/europa/20220302-guerra-ucrania-rusia-economia-inflacion
Los riesgos económicos de la Eurozona tras las sanciones sin precedentes a Rusia 02/03/2022
El gurú financiero Jim Cramer afirma que la Reserva Federal de EE.UU. se enfrenta a una gran presión en medio del conflicto en Ucrania

https://actualidad.rt.com/actualidad/421999-analista-financiero-eeuu-afirma-fed

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-60557102
https://www.dw.com/es/aviones-de-combate-rusos-entraron-brevemente-en-el-espacio-a%C3%A9reo-sueco/a-60990001
https://www.france24.com/es/europa/20211118-putin-tensiones-europa-ucrania-eeuu Putin acusa a la OTAN de tomarse a la ligera sus «líneas rojas» 8/11/2021

https://cnnespanol.cnn.com/2022/02/28/guerra-rusia-ucrania-hoy-ultima-hora-noticias-orix-3/ Guerra Rusia – Ucrania: última hora y noticias de las negociaciones y la invasión.28/2/22

https://www.dw.com/es/alemania-condena-inescrupuloso-acto-de-rusia-contra-ucrania/a-60894406
Alemania condena “inescrupuloso” acto de Rusia contra Ucrania
https://es.news-front.info/2021/12/10/la-cuestion-de-ucrania-no-se-puede-resolver-simplemente-presionando-a-rusia-macron-de-francia/ La cuestión de Ucrania no se puede resolver simplemente presionando a Rusia : Macron de Francia10.12.2021
https://www.france24.com/es/europa/20220302-guerra-ucrania-rusia-economia-inflacion Los riesgos económicos de la Eurozona tras las sanciones sin precedentes a Rusia
02/03/2022

EFE. Bruselas. https://www.swissinfo.ch/spa/otan-alemania_el-nuevo-gobierno-alem%C3%A1n-defender%C3%A1-posici%C3%B3n-aliada-ante-rusia-por-ucrania/47179584 El nuevo Gobierno alemán defenderá posición aliada ante Rusia por Ucrania. 9/12/21
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-60557102 Rusia y Ucrania: el fin del pacifismo de Alemania y de la neutralidad de Suecia y Suiza por la invasión rusa 28 febrero 2022
https://www.france24.com/es/europa/20220301-guerra-ucrania-j%C3%A1rkov-convoy-kiev Guerra en Ucrania: Biden anunció que cerrará el espacio aéreo a aviones rusos 01/03/2022
https://www.20minutos.es/noticia/4930667/0/eeuu-pide-a-sus-ciudadanos-no-viajar-a-ucrania-por-una-posible-accion-militar-significativa-de-rusia/
EUROPA PRESS. Noticia. EE UU pide a sus ciudadanos no viajar a Ucrania por una posible «acción militar significativa» de Rusia 21/12/2021
RT. Estados Unidos y la OTAN responden a Rusia sobre propuestas de garantías de seguridad 26 enero 2022
https://www.infobae.com/america/mundo/2022/02/03/la-ue-y-la-otan-se-reunen-hoy-para-coordinar-su-respuesta-ante-la-amenaza-de-una-invasion-rusa-de-ucrania/ La UE y la OTAN se reúnen hoy para coordinar su respuesta ante la amenaza de una invasión rusa de Ucrania 3 febrero 2022

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-60557102. Primer Ministro, Boris Johnson opina sobre crisis.


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