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Biden

Situación Actual de las Elecciones en los Estados Unidos

Otros autores: Lic. Denysse Fundora Agrelo, investigadora del CIPI
abril 16, 2024   0

El presente ciclo electoral en Estados Unidos ha sido atípico, sin primarias realmente competitivas dentro de los principales partidos políticos: el demócrata y el republicano. Hasta el momento, se están desarrollando de acuerdo a lo estimado, con el actual presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump como los potenciales nominados.

A las primarias republicanas se presentaron inicialmente 11 aspirantes, pero con excepción de la exgobernadora de Carolina del Sur y exrepresentante de la Administración Trump ante la ONU, Nikki Haley, todos se retiraron rápidamente tras las primarias iniciales ante la evidente y amplia preferencia del electorado republicano por Donald Trump. La temprana retirada del gobernador de Florida, Ron DeSantis, fue notable por la relevancia que logró en un inicio al erigirse como principal alternativa a Trump; sin embargo, esta atención fue desplomándose conforme se acercaba Iowa.

Trump ha ganado con facilidad prácticamente todas las primarias que han tenido lugar, incluyendo Carolina del Sur, donde Haley fue gobernadora. Arrasó el supermartes[1] y tiene asegurada la cantidad de delegados necesarios para garantizar su nominación. A pesar de su contundente triunfo en las primarias, estas pusieron en evidencia que existe un número no despreciable de electores republicanos de alrededor de un 15% que no le apoya.

Haley se retiró después del Supermartes, tras haber ganado solo las primarias de Vermont y Washington D.C. No obstante, debe quedar como la candidata a ser tomada en cuenta en primer lugar en caso de que, por alguna razón, Trump no pueda resultar nominado.

Por su parte, Biden también rebasó el margen de delegados que se requieren para lograr la nominación. Durante el supermartes, solo los votos no comprometidos en Minnesota y la victoria de un desconocido hombre de negocios que ni siquiera era precandidato en el caucus de Samoa, empañaron el triunfo de Biden.

Por los demócratas, también aspira a la nominación la escritora Marianne Williamson, mientras que el representante Dean Phillips, suspendió su campaña luego del supermartes. Ninguno ha obtenido delegados a la Convención. 

Al parecer solo factores relacionados con la avanzada edad o posibles problemas de salud por parte de Biden o Trump, sobre todo el primero, o resultados muy adversos en las causas judiciales pendientes por Trump, podrían cambiar estos pronósticos.

Sobre la posibilidad de que otro candidato surja como alternativa a Biden, lo cierto es que en la actualidad no existe la menor oposición a Biden por parte de algún líder del Partido ni del Comité Nacional Demócrata.

Algunas personas creen que, debido a su avanzada edad y estado de salud, Biden podría abandonar sus intenciones de reelegirse y dejar que otra figura más joven enfrente al candidato republicano en noviembre próximo. No existen evidencias sobre las intenciones del Presidente en este sentido, amén de que abandonar la nave en medio de la travesía sería fatal y podría crear una crisis dentro del partido.                     

Se ha estado especulando mucho últimamente en la posibilidad de que Biden abandone sus aspiraciones durante la Convención en agosto próximo, a celebrarse en Chicago, y conceda sus delegados a otra figura. Esto es posible, aunque no hay la menor señal de que vaya a suceder. Sin embargo, es una alternativa que no debe descartarse si los problemas relacionados con su avanzada edad continúan agravándose, o si por éste motivo u otro, un gran descalabro de noviembre comienza a aparecer como inevitable.

De suceder, no necesariamente la escogida tiene que ser la vicepresidenta Harris, quien en las encuestas frente a Trump tiene peores resultados que Biden. Puede ser cualquier otro. Hasta ahora los nombres que más se perfilan son los de los gobernadores Gretchen Whitmer de Michigan, Gavin Newsom de California y el senador Raphael Warnock de Georgia.

Encuestas Biden vs Trump

La encuesta de New York Times/Siena College del primer fin de semana del mes de marzo, Trump aventaja nacionalmente a Biden por 43-48%, mientras que un 47% dice desaprobar fuertemente el liderazgo de Biden.

Otras encuestas de semanas y días anteriores arrojaban resultados más parejos. NBC daba 42% a 47% a favor de Trump. YouGov/Economist Poll 43% a 44% por Trump. Marist College/PBS/NPR 47% a 48% favorable a Biden.

Una de Quinnipiac de mediados de febrero le da 4 puntos de ventaja a Biden. En esta el importante sector de los independientes le daba 2 puntos de ventaja al actual presidente.

Según Real Clear Politics, nacionalmente, a mediados de febrero, Trump aventajaba a Biden por 1.9 puntos, mientras el promedio entre el 21 de marzo y el 7 de abril daba a Trump un 0.2 de ventaja.

Cuando se incluye a los otros aspirantes (2 independientes y 1 del Partido Verde) la puntuación de Biden baja 1 punto. Otras encuestas que incluyen a estos otros candidatos demuestran que su presencia perjudica más a Biden que a Trump.

Una encuesta publicada el 9 de abril y conducida por The Wall Street Journal reflejó ventajas para Trump en seis de siete estados competitivos: Arizona, Georgia, Michigan, Carolina del Norte y Nevada. Es importante destacar que Biden ganó cinco de esos estados –saldo Carolina del Norte-. Además, la diferencia entre ambos candidatos cayó en algunos casos dentro del margen de error de la encuesta, de alrededor del 4%, lo cual refuerza el pronóstico de que se tratará de estados muy reñidos. Solo Wisconsin arrojó un empate de 46%.

Llama la atención que entre el 8 y el 13% de los encuestados permanecen indecisos, cifra superior al margen de victoria concedido a Trump en la encuesta. La actitud de este importante grupo de personas puede incidir significativamente en la elección, tanto si apoyan a uno de los principales candidatos, como si se abstienen o deciden apoyar a una tercera opción.

Por su parte, una encuesta de New York Times/Siena College publicada el 7 de abril registró una diferencia de tan solo un punto entre Trump y Biden a nivel nacional. De los encuestados, el 46% dijo estar dispuesto a votar por Trump, mientras el 45% lo haría por el actual presidente. El 8% restante no ha tomado una decisión al respecto.

La propia encuesta mostró que Biden está obteniendo el apoyo del 89% de los que votaron por él en 2020 y Trump, el 94%. Esta diferencia ha ido disminuyendo, como lo demuestra el hecho de que en febrero ambos candidatos estaban distanciados por 14 puntos.

Los Estados Claves

En el país existen 50 estados y el Distrito de Columbia (DC), y cada uno tiene una determinada cantidad de votos electorales en conformidad con el número de sus habitantes, cantidad que puede cambiar cada cierto tiempo acorde al aumento o disminución de éstos según el censo. Los censos poblacionales y de viviendas se realizan cada 10 años. El último se hizo en 2020.

A todo lo largo del siglo XX y lo que va del XXI, las preferencias electorales en muchos de los estados han ido sufriendo transformaciones. Una de las más significativas es la referida a los estados del sur que cambiaron de una clara preferencia por el Partido Demócrata a una por el Partido Republicano después que el primero se convirtió en el abanderado de la igualdad racial en la década del 60. Pero otras causas tales como la emigración de las zonas rurales a urbanas, el aumento en la proporción de ciudadanos con educación superior, el crecimiento de los sectores poblacionales no blancos, las emigraciones de latinos, asiáticos y otros a Estados Unidos, etc., también han influido. Incluso los cambios en algunos estados han ocurrido en períodos relativamente breves. Por este motivo los análisis y conclusiones del presente informe pretenden ser válidos para los momentos actuales y las elecciones presidenciales de 2024; nunca para etapas anteriores ni futuras.

Un factor también importante a tener en cuenta para estos análisis es la extrema polarización política que ha estado teniendo lugar en el país, tanto a nivel de los partidos como de los ciudadanos. En el Congreso, donde antes era fácil ver republicanos de tendencia liberal y demócratas conservadores, hoy no puede encontrarse un solo republicano a la izquierda del más conservador de los demócratas. El Partido Republicano (P.R.) se ha convertido en un partido extremadamente conservador al tiempo que el Partido Demócrata (P.D.) se ha movido a la izquierda, aunque menos drásticamente que el primero a la derecha. Entre los electores, si antes era común el voto cruzado, hoy resulta más difícil que un demócrata vote por un candidato republicano y viceversa. Esta polarización también se refleja en los estados donde, en muchos de ellos, los electores que favorecían a un partido lo hacen ahora de manera más rotunda y ferviente.

En relación con las próximas elecciones presidenciales, calculamos que de los 50 estados más el Distrito de Columbia DC), hay 19 estados y el DC que de manera segura o casi segura votarán por el candidato demócrata, y 25 estados que, igualmente, de manera segura o casi segura, votarán por el candidato republicano. Eso dejaría fuera a 6 estados, considerados pendulares claves que serán los que van a decidir quién será el próximo presidente de los Estados Unidos.

Los 19 estados considerados demócratas seguros o casi seguros y la cantidad de V.E. de cada uno son: California 54, New York 28, Illinois 19, New Jersey 14, Virginia 13, Washington 12, Massachusetts 11, Maryland 10, Colorado 10, Minnesota 10, Oregón 8, Connecticut 7, New México 5, Hawaii 4, Rhode Island 4, Maine 4, New Hampshire 4, Delaware 3 y Vermont 3. Además el Distrito de Columbia 3. Suman entre todos 226 V.E.

Los 25 estados considerados republicanos seguros o casi seguros y los V.E. de cada uno son: Texas 40, Florida 30, Ohio 17, North Carolina 16, Tennessee 11, Indiana 11, Missouri 10, South Carolina 9, Alabama 9, Louisiana 8, Kentucky 8, Oklahoma 7, Utah 6, Arkansas 6, Mississippi 6, Kansas 6, Iowa 6, Nebraska 5, Idaho 4, West Virginia 4, Montana 4, Alaska 3, South Dakota 3, North Dakota 3 y Wyoming 3. Suman entre todos 235 V.E.

Los estados que tenemos como “seguros” o “casi seguros”, tanto demócratas como republicanos, son en su inmensa mayoría “seguros”, y sólo un puñado de ellos “casi seguros”. En el caso del Partido Demócrata los considerados “casi seguros” son: Virginia, Colorado, New Mexico y New Hampshire. En el caso del Partido Republicano Florida, Ohio, Iowa y North Carolina. En estos momentos los que parecen menos seguros entre éstos son New Hampshire en el caso del P.D. y North Carolina entre los republicanos.

Los 6 estados considerados pendulares claves y cantidad de V.E. son: Pennsylvania 19, Georgia 16, Michigan 15, Arizona 11, Wisconsin 10 y Nevada 6. Suman 77 V.E.

Para ganar los republicanos necesitarían obtener 35 V.E. de entre los pendulares claves, mientras los demócratas necesitarían 44. De las diferentes combinaciones posibles la que parece más probable para los republicanos sería ganar Georgia y Arizona, necesitando entonces ganar también uno entre Pennsylvania, Michigan y Wisconsin.  En el caso de los demócratas sería ganar Pennsylvania, Michigan y Wisconsin que suman exactamente los 44 V.E. necesarios.

Arizona desde 1980 siempre ha votado republicano con excepción de 2020, mientras que Georgia también votó republicano desde 1984 con excepción de 1992 que lo hizo por Bill Clinton y 2020 por Biden. Por su parte Wisconsin desde 1988, y Michigan y Pennsylvania desde 1992, siempre votaron demócrata, con excepción de 2016 en que los tres votaron por Trump.

A partir de la extrema polarización política que se ha estado produciendo en el país en los últimos decenios, estimamos que los estados considerados como “seguros” van a votar por su partido sean cuales fueren las circunstancias que existan en el momento de las elecciones. Sin embargo, circunstancias especiales que se aparten de lo habitual como pudieran ser una acentuada recesión económica, un proceso inflacionario elevado, una guerra impopular, graves alteraciones a lo interno del país que pongan en peligro la seguridad de la nación o de sus ciudadanos, alguna situación especialmente comprometedora relacionada con alguno de los candidatos, o algún otro asunto de considerable gravedad, podría conllevar a que alguno(s) de los estados a los que tenemos como “casi seguros” vote por el candidato del otro partido.

Si Biden gana todos los estados “seguros” y “casi seguros”, y además Wisconsin, Michigan y Pennsylvania, alcanzaría exactamente los 270 votos electorales que necesita para ganar.

Nevada desde 1992 en presidenciales vota por los demócratas con excepción de 2000 y 2004 que votó republicano, además, es el estado donde este año algunas encuestas han arrojado la mayor ventaja de Trump (7.7%), así que los demócratas no pueden confiarse en una victoria allí el próximo noviembre.

New Hampshire, el menos seguro de los “casi seguros”, al que algunos incluso consideran pendular, vota demócrata desde 1992 con excepción del año 2000, y aunque Biden lo ganó en 2020 por margen de 7.35%, Hillary Clinton en 2016 lo retuvo azul frente a Trump por solamente un 0.4%, lo cual hace pensar que los demócratas no se pueden confiar a pesar de que las encuestas Biden-Trump desde septiembre hasta la actualidad, han sido ganadas todas por Biden, y Real Clear Politics le da un promedio de 8% por encima de Trump.

Sería en este supuesto caso de que los demócratas pierdan New Hampshire, que Nevada cobraría gran importancia para el P.D., pues sus 6 V.E. serían entonces imprescindibles para contrarrestar la pérdida de los 4 V.E. de New Hampshire y garantizar la victoria de Biden.

Resultados de otras encuestas importantes

Los resultados de algunas encuestas arrojan luz sobre situaciones y opiniones de los ciudadanos que con seguridad van a influir en la forma de votar de algunos, especialmente de aquellos que no están decididamente comprometidos a votar por algún candidato, como son un número no despreciable de independientes y algunos elementos más moderados, tanto demócratas como republicanos, con seguridad minoritarios, pero decisivos a la hora de determinar el ganador.   

– Según Real Clear Politics el promedio de encuestas sobre el importante índice de aprobación a la gestión de Biden entre el 21 de marzo y el 11 de abril fue de 40.7% positivo por 55.3% negativo para un promedio de -14.6%.

– Una encuesta del mes de febrero del New York Times/Siena College arrojó que el 65% de los electores registrados considera que la nación marcha en la dirección equivocada, incluyendo un 42% de los demócratas. Otra de la misma firma encuestadora de principios de abril lo sitúa en el 64%.

– Encuesta NBC de fines de enero mostró que Trump supera a Biden en importantes aspectos de interés ciudadano:

  • manejo de la economía: en 22%
  • controlar la inmigración: 33% (otra de Monmouth/UniversityPoll da 18%)
  • condiciones físicas y mentales para ejercer: 23%
  • manejar la criminalidad: 21%

Biden supera a Trump en temas como el aborto (12%) y el trato humano a los inmigrantes (17%).

– La misma encuesta de Quinnipiac arroja:

  • Ética: Biden 49% sí-47% no. Trump 29% sí-68% no.
  • Personalidad y temperamento: Biden 49% sí-50% no. Trump 37% sí-61% no.

– La misma de Quinnipiac, con relación al manejo por Biden de:

  • la economía: 42% aprueba-55% desaprueba
  • violencia, criminalidad: 32% aprueba-59% desaprueba
  • inmigración, frontera con México: 29% aprueba-63% desaprueba (otras encuestadoras dan cifras algo por encima de 70% de desaprobación)

Según NBC News, el 32% de los electores considera a la inflación como el asunto más importante, mientras el 27% estima que es el aborto. Los electores confían más en los republicanos para manejar la inflación por margen de 8 puntos, y a los demócratas por 10 puntos para manejar el tema del aborto.

Sobre las encuestas, es importante destacar que con frecuencia se observan diferencias notables en los resultados entre unas y otras. Además, es necesario ser cautelosos a la hora de interpretarlas y arribar a conclusiones. En este sentido, es importante poder diferenciar entre las firmas que las conducen, para considerar fundamentalmente los resultados de las más serias. Por último, en sentido general, debe otorgársele mayor credibilidad a las encuestas realizadas en los estados pendulares, aquellas cuyos resultados se repiten varias veces y se debe prestar atención a las tendencias.

La economía

La economía en los Estados Unidos ha estado dando señales de recuperación. Según el sitio especializado Cook Political Report, presenta un crecimiento del 3.3% en el cuarto trimestre de 2023, un mayor control de la inflación, un crecimiento sostenido de los puestos de trabajo y un crecimiento del índice de confianza del consumidor.

Sin embargo, los índices de satisfacción ciudadana en relación con la economía no mejoran, ni tampoco las opiniones sobre el manejo de ésta por parte del Presidente. Una encuesta del N.Y.Times/Siena College de abril 7 al 11arrojó que todavía casi el 80% de los electores estima que las condiciones económicas del país son regulares o malas.

Cook estima que la causa de que los números no suban en correspondencia a cómo ha mejorado la economía debe estar en otros factores, quizás relacionados con su avanzada edad, la política exterior, o tal vez que algunos electores hayan presionado el “botón de silencio” con relación a Biden y se han cerrado a escuchar mensajes positivos sobre él.

Habrá que seguir la evolución de la economía, sobre todo de la inflación, particularmente de los combustibles y alimentos, y de cómo manejan el tema el Partido Demócrata y la campaña de Biden, para ver si los números relacionados con las opiniones sobre el estado de la economía comienzan a mejorar en los meses venideros.

La inflación en el precio de los alimentos se mantiene y está pesando seriamente, sobre todo en las personas de ingresos bajos, entre las que hay una gran cantidad de latinos y afroamericanos, muchos de los cuales podrían negarle el voto a Biden por esta razón.  

La inmigración y la crisis en la frontera

A los pocos meses de asumir Joe Biden la presidencia de los Estados Unidos, se comenzó a producir en la frontera con México, una avalancha sin precedentes de inmigrantes. En diciembre de 2020, un mes antes de que Biden llegara a la Casa Blanca, 73 944 personas habían cruzado ilegalmente la frontera. En diciembre de 2023, fueron 302 034.

El 45% de los estadounidenses considera como una crisis la situación que existe actualmente en la frontera sur, y un 30% estima que es algo “muy serio”, mientras una reciente encuesta de PBS NewsHour, NPR y Marist encontró que solo el 29% aprueba la forma en que la Administración Biden ha manejado este asunto. Otra de Quinnipiac arrojó resultados similares. Si en 2020 el 28% de los estadounidenses pensaba que la inmigración debía decrecer, para junio de 2023 la cifra había alcanzado el 41%, y ha continuado aumentando.

El 7 de febrero del presente año fracasó en el Senado un proyecto de ley sobre inmigración y frontera que contemplaba el tema migratorio y ayudas económicas a Israel y Ucrania. Trump estuvo presionando públicamente a los republicanos para que se opusieran al proyecto ya que ve en el tema de la inmigración una oportunidad de campaña para las elecciones de noviembre.

Históricamente, los republicanos son percibidos por los estadounidenses más favorablemente que los demócratas en temas de seguridad en frontera.

Se ha estado especulando que Biden va a tomar medidas al respecto haciendo uso de sus facultades ejecutivas, pero de hacerlo, estas deberán ser muy bien calculadas para no crearse problemas con el ala radical de su partido.

La política migratoria de Estados Unidos continúa siendo un tema central en el debate político, especialmente en el contexto electoral. Las acciones de la Administración Biden en la frontera sur podrían, en parte, decidir su futuro en las urnas en noviembre próximo.

La agresión israelí a Gaza

Con relación al manejo de la guerra en Gaza por parte de la Administración Biden, el 31% de los electores lo aprueba y el 62% lo desaprueba. Otra encuesta de The Associated Press-NORC de febrero arroja que la mitad de los estadounidenses piensa que esta guerra ha ido demasiado lejos.

El 48% de los estadounidenses se opone a que los Estados Unidos envíen más ayuda militar a Israel y el 44% lo favorece. Los republicanos lo favorecen en un 63% y un 32% se opone. Los demócratas lo favorecen en proporción de 38% a 53%, y los independientes 38% a 55%.

Otra encuesta de New York Times/Siena College de diciembre arrojó que el 75% de los jóvenes entre 18 a 29 años, desaprueba el manejo de la agresión israelí en Gaza.

Aproximadamente 7 de cada 10 demócratas dicen que es extremadamente importante que los Estados Unidos ayuden a negociar un alto al fuego permanente.

En el estado de Michigan, uno de los que resultarían clave en estas elecciones, existe una importante comunidad de cerca de 200 000 personas de origen árabe que se opone a la política de Biden hacia el conflicto Israel-Palestina y ya en las primarias dieron una demostración de fuerza. Muchos de ellos han dicho que por este motivo no votarán por Biden, lo que de ocurrir podría significar la pérdida del estado para los demócratas.

Cada día crece el descontento y la oposición entre los estadounidenses por la forma en que el presidente Biden maneja el tema de la agresión israelí a Gaza. De mantenerse esta situación, la pérdida de votos entre miembros del ala radical del partido demócrata y los jóvenes, podría conducir a la derrota de Biden en noviembre próximo.

Los peligros para la democracia

El tema de los peligros que para la democracia en los Estados Unidos podrían significar cuatro años más de Trump en la Casa Blanca es algo que preocupa a un importante número de norteamericanos. De hecho, en algunas encuestas sobre las principales amenazas que enfrenta el país, aparece como la preocupación número uno para un 21% de estadounidenses, por encima de la economía (20%) y la inmigración (17%); y como primera para los demócratas y la segunda para los independientes, solo detrás de la economía.

Una reciente encuesta arrojó que los estadounidenses consideran a Biden en un 2% por encima de Trump en el tema de preservar la democracia. En realidad un 2% parece muy poco y debe estar dado quizás por la forma en que se realizó la pregunta.

El tema de la preservación de la democracia y los claros peligros que en este sentido representa Trump, será utilizado frecuentemente por la campaña de Biden y en especial el Presidente mismo, a su favor y en contra del aspirante republicano. Las numerosas evidencias sobre las amenazas de una reelección de Trump son importantes y relativamente recientes, como lo demostraron el no reconocimiento de su derrota en 2020 y los intentos por revertirlas, el asalto al Capitolio en enero de 2021, así como su gestión durante cuatro años frente a la Casa Blanca.

La edad de los candidatos

Una encuesta de New York Times/Siena College de la primera semana de marzoarrojó que un 73% piensa que Biden es demasiado viejo para ejercer la presidencia con efectividad, mientras que lo mismo piensa de Trump el 42%. Otras encuestas de ABC y Quinnipiac arrojan resultados similares. La última de principios de abril arroja un 69% que lo cree sobre la edad de Biden y un 41% sobre la de Trump. Ello confirma que alrededor de un 70% piensa que Biden está muy viejo para reelegirse, mientras que poco más del 40% piensa lo mismo de Trump. Una diferencia de alrededor de 30 puntos.

Aunque la diferencia de edad entre ellos es solo de 4 años, Biden es percibido como más deteriorado física y mentalmente. Resulta evidente que la imagen que ambos proyectan, a pesar de ciertos problemas de memoria que también Trump ha tenido, presentan a un Trump más saludable y dinámico. Además, a los electores no escapa que, de resultar electo, Biden terminaría ese segundo período con 86 años, mientras que Trump lo haría con la edad que tiene Biden ahora.

En el caso de Biden parece que este porciento tiende a reafirmarse con el paso de los meses y a convertirse en un verdadero factor de importancia capaz de poner en serio riesgo su triunfo.

Los otros candidatos

Fuera de los partidos Demócrata y Republicano, aspiran a la presidencia en noviembre los candidatos independientes Robert F. Kennedy Jr., sobrino del asesinado presidente John F. Kennedy e hijo del también asesinado hermano de John y ex Fiscal General, Robert Kennedy; y el profesor de filosofía Cornell West. Ambos han anunciado su compañera de fórmula: Nicole Shanahan y Melina Abdullah, respectivamente. También habrá algún aspirante por el Partido Verde. Se  presume será Jill Stein aunque lo decidirá la convención del partido en junio próximo.

Aunque hay un 60% de estadounidenses que no está considerando a Kennedy y un 75% que no considera a Stein y West, varias encuestas muestran que aproximadamente un 18% de electores se muestra insatisfecho con Biden y Trump, lo que constituye un importante número de electores que podrían alterar los resultados de cualquier elección votando por alguno de los otros tres candidatos o no saliendo a votar.

Varias encuestas indican que, cuando se miden las posibilidades de Biden y Trump con la presencia de los otros tres candidatos, las posibilidades de Trump mejoran entre 1 y 3 puntos en relación a cuando se miden solamente Biden vs. Trump.

Según encuestas del Real Clear Politics, Trump alcanza mejores resultados en 5 estados pendulares claves (Arizona, Nevada, Wisconsin, Michigan y North Carolina) cuando se enfrentan los 5 candidatos que cuando se enfrenta solamente a Biden. En Georgia no se producen diferencias, y en Pennsylvania es Biden quien se beneficia por 4 puntos con la presencia de los otros candidatos. Según algunos especialistas, la presencia de estos candidatos podría darle la victoria a Trump.

Una encuesta de Quinnipiac University de fines de marzo arrojó que en una carrera de sólo Trump y Biden, este último aventajaba a Trump en 3 puntos, mientras que con la participación de otros candidatos Trump lideraba por 1 punto, mientras Kennedy obtenía un 13% de los votos, Stein un 4% y West un 3%.

Los demócratas tienen buenas razones para estar preocupados por la posible presencia de otros candidatos. En 2016, la candidata del Partido Verde Jill Stein obtuvo más votos que el margen de votos por los que ganó Trump en Pennsylvania, Michigan y Wisconsin. Si los votos que obtuvo Stein en estos tres estados hubiesen ido a la casilla de Clinton, esta hubiera ganado los mismos y la presidencia del país. Ya antes, en el año 2000, el demócrata Gore había perdido la Florida frente a George W Bush por unos pocos votos, muchos menos de los que obtuvo el candidato del partido Verde, y como consecuencia, el partido demócrata perdió las elecciones y la presidencia.

Las minorías étnicas y los jóvenes

Para el año 2024 habrá elegibles para votar 36,2 millones de hispanos; 34,5 millones de afroamericanos; y 15 millones de asiáticos.

En las elecciones de 2020 Biden obtuvo el 92% del voto afro, pero varias encuestas muestran que en 2024 el Presidente ha perdido apoyo entre estos. Una encuesta del New York Times de noviembre arrojó que el 22% de electores negros en 6 estados claves pensaban votar por Trump en 2024. Una de NBC daba el 20% y otra de CNN el 23%. Según una encuesta reciente de Gallup, el apoyo de los negros al partido demócrata con relación al republicano ha bajado un 20%. El hecho de que estos porcientos se repitan muestra su validez actual, aunque pensamos que en el voto de noviembre estos porcientos no serán tan elevados.

En las elecciones de 2020, Biden obtuvo el 66% del voto latino, pero entre éstos también ha experimentado una fuerte caída que según algunos podría alcanzar entre el 14% y el 20%, cifra que también nos parece algo exagerada.

Una encuesta de la firma Quinnipiac de noviembre indica que el 40% de los negros y el 50% de los hispanos desaprueban el manejo del conflicto Israel-Palestina. El descenso es más marcado entre los electores jóvenes.

Los jóvenes constituyeron el 17% del electorado en 2020, y apoyaron a Biden por márgenes amplios, pero el apoyo de Biden a Israel en su agresión a Gaza le podría significar la perdida de una gran cantidad de votos en 2024. Una encuesta NBC de noviembre entre electores de 18-34 años arrojó que la aceptación hacia Biden había descendido y estaba solo ligeramente por encima de la de Trump.

Si la situación de Biden con los jóvenes no sufre un cambio favorable de importancia, numerosos votantes jóvenes optarán por abstenerse en las elecciones de este año.

Control del partido republicano por Trump

Muy en contra de lo que pudiera pensarse y de lo que hubiese sido hace 20 o 30 años a partir de la conducta de Donald Trump, todo lo ocurrido en las elecciones de 2020 con el asalto al Capitolio, la negativa a reconocer su derrota y los 91 cargos que enfrenta, Trump, en lugar de perder credibilidad y poder en el Partido Republicano, ha ido consolidando su control sobre el mismo. Según Cook Political Report, si en junio del pasado año el 49% de los electores republicanos consideraba que Trump debía ser el líder del partido, hoy es el 61%.

El control de Trump sobre el Partido Republicano ha estado avanzando y este año se ha consolidado bastante, amenazando con poner fin a lo poco de independencia que aún queda a lo interno del partido. Sus reclamos de lealtad han ido mucho más allá de lo normal, así como la totalidad de sus proyectos para rehacer el movimiento conservador a su imagen y semejanza.

El nuevo presidente del Comité Nacional del Partido Republicano (CNR), Michael Whatley, fue una propuesta de Trump, quien apoyó los falsos reclamos de este sobre el robo de que había sido objeto en las pasadas elecciones. Además, Trump logró que su nuera, Lara Trump, fuera nombrada copresidenta del CNR. Lara dijo que estimaba que los republicanos estaban de acuerdo en que el CNR pague parte de los honorarios legales de Trump. Para cerrar completamente su control sobre el CNR, Chris LaCivita, uno de los principales asesores de su campaña será el nuevo Jefe de Operaciones. Algunos miembros del staff del CNR que no expresaron creer que las elecciones de 2020 le fueron robadas a Trump han sido dejados cesantes y están siendo sustituidos por conocidos partidarios del magnate.

La influencia de Trump entre los congresistas republicanos ha ido en aumento, especialmente en la Cámara de Representantes, donde cuenta con el apoyo irrestricto de un gran número de representantes incluyendo el presidente (speaker).

Ante el anuncio del líder de la minoría republicana del Senado Mitch McConnell de que se retirará a fines de este año, con seguridad Trump hará uso de su enorme influencia entre los senadores de su partido para asegurarse de que el nuevo líder republicano en la Cámara Alta sea un hombre de su absoluta confianza.

Según el exgobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, “si lo líderes continúan cediendo ante las presiones de Trump, nos seguiremos moviendo en la dirección de un partido de Trump y no del Partido Republicano”.

Después de las contundentes victorias de Trump en las primarias a lo largo y ancho de todo el país, queda claro que hoy por hoy, incluyendo aproximadamente el 80% de sus bases, el Partido Republicano está prácticamente en sus manos. Incluso hoy en día el 71% de los republicanos continúa creyendo que Trump ganó las elecciones de 2020. Solamente un sector no despreciable de graduados universitarios de posiciones moderadas continúa fuera de su dominio.

Elecciones en el Congreso

El Senado    

El Senado en estos momentos está con mayoría demócrata de 51escaños a 49. En las elecciones de este año 33 escaños irán a la reelección, de ellos 21 demócratas, 2 independientes que votan con ellos, y 10 republicanos. Los 10 republicanos están en estados considerados republicanos seguros y ninguno parece tener problemas para reelegirse. Tampoco los 2 independientes que están en estados considerados demócratas seguros. Sin embargo, entre los 21 demócratas, hay 3 que están en estados considerados republicanos seguros y 6 en estados pendulares (Minnesota, Pennsylvania, Wisconsin, Nevada, Michigan y Arizona). 

Los cuatro primeros serán defendidos por los senadores titulares. Arizona tenía una senadora demócrata, que se separó del P.D, se declaró independiente y recientemente anunció que no buscará la reelección por lo que ahora se irá, a una elección abierta. En Michigan la senadora Debbiie Stabenow anunció que no buscará la reelección. También habrá elección abierta en el estado “demócrata seguro” de New Jersey donde el demócrata Bob Menéndez, sujeto a juicio por corrupción, anunció que no se presentará a defender el escaño.

Joe Manchin, senador demócrata por West Virgina, el más conservador de esa bancada, no buscará la reelección. West Virginia es uno de los estados más claramente republicano. Se estima como casi seguro que el escaño pase a control de éstos.

Los otros dos demócratas que deberán defender sus escaños en estados republicanos son Sherrod Brown, en Ohio y Jon Tester en Montana. Éste último fue electo por vez primera en 2006 y ha defendido su escaño con éxito por dos ocasiones, la última vez en 2018 por diferencia de 3.55%. El republicano que se le opondrá se conocerá el 4 de junio tras las primarias de ese partido.

Sherrod Brown también fue electo por vez primera en 2006 y ha defendido dos veces con éxito su escaño, la última vez en 2018 por diferencia de 6.84%. En esta ocasión su rival será Bernie Moreno, acaudalado hombre de negocios sin experiencia en política, que acaba de ganar las primarias con el respaldo de Trump. El hecho de ser Moreno un trumpista recalcitrante podría beneficiar a Brown.

Aunque tanto Brown como Tester han tenido éxito en la defensa de sus escaños por dos ocasiones, tanto Montana, como también Ohio desde hace algunos años, son estados muy republicanos, donde el otro senador y la totalidad de los gobiernos estaduales (el gobernador, la asamblea legislativa y ambas cámaras) son republicanos.

En los estados pendulares tenemos que en Arizona se enfrentarán el congresista demócrata Ruben Gallego y la republicana Kari Lake. El pasado año Lake aspiró a la gobernación del estado y perdió. Es una furibunda trumpista aunque últimamente pretende apartarse un poco de esa imagen. Una reciente encuesta de mediados de marzo de Emerson College daba a Gallego una ventaja de 4 puntos sobre Lake.

En Michigan las primarias, tanto demócratas como republicanas serán en agosto. En el caso de New Jersey, Bob Menéndez ha dejado entrever la posibilidad de aspirar como independientes. Las primarias demócratas y republicanas serán en junio, y todo parece indicar que el congresista Andy Kim saldrá vencedor en las del partido azul.

En Pennsylvania, el titular demócrata Bob Casey será retado por el republicano David McCormick. En encuesta de mediados de marzo de Emerson College, Casey superaba a su rival en 4 puntos. Casey fue electo por primera vez en 2006 y ha defendido dos veces con éxito su escaño; con ventaja de 9% en 2012 y de 13% en 2018.

En Wisconsin la titular Tammy Baldwin se enfrentará al aspirante republicano Eric Hovde. Baldwin no ha tenido índices favorables sobre su gestión. La encuesta de Emerson College le da sólo 3 puntos de ventaja sobre Hovde. Baldwin está considerada entre los congresistas más progresistas del país. Fue la primera mujer abiertamente gay en llegar al Senado. Electa por primera vez en 2012, defendió en 2018 con ventaja de 11% sobre su rival.

En Nevada la senadora Jacky Rosen, electa por vez primera en 2018, irá a su primera defensa si gana las primarias demócratas que serán en junio. También en junio serán las primarias republicanas.

En Minnesota, Amy Klobuchar deberá ganar las primarias demócratas en agosto próximo para aspirar en noviembre. Fue electa por vez primera en 2006, defendiendo con éxito en 2012 y 2018 con ventajas de 30% y 24% respectivamente. Las primarias republicanas también serán en agosto.

Considerando todo lo apuntado anteriormente: 3 escaños demócratas a defender en estados claramente republicanos y otros 6 en estados pendulares, contra todos los escaños republicanos defendidos en estados claramente favorables a ellos, se pronostica que el Partido Demócrata perderá la mayoría de la que hoy goza en el Senado Federal. En el mejor de los casos para ellos el Senado quedaría 50-50 si perdieran solamente West Virginia. Sin embargo, hay un porciento elevado de posibilidades de que pierdan al menos un escaño más.

La Cámara de Representantes

Los republicanos controlan la Cámara de Representantes en la actualidad por 218 asientos contra 213 los demócratas con 4 vacantes. Su ventaja es tan pequeña que con sólo 3 asientos que pasen de republicano a demócrata éstos tendrían la mayoría. Un gran número de representantes se retirarán; hasta ahora 23 demócratas y 21 republicanos.

Se estima que los estados de New York y California podrían ser decisivos, con 3 distritos en disputas por cada uno. Tanto en New York como en California, en los distritos donde la lucha no está definida, la balanza se inclina favorable a los demócratas. También en Ohio, Oregon y Michigan hay distritos en cerrada disputas, uno en cada uno de los estados. Sin embargo, un gerrymandering muy radical a favor de los republicanos, que tuvo lugar en North Carolina, ha prevalecido y como consecuencia, se estima que entre 3 y 4 distritos demócratas podrían pasar a republicano.

En total, los demócratas deberán defender 5 distritos que fueron ganados por Trump en 2020, mientras que los republicanos lo harían en 17 que fueron ganados por Biden.

En estos momentos donde la diferencia de asientos es mínima y las perspectivas para noviembre se presentan muy cerradas, al menos por ahora, resulta imposible pronosticar cual partido quedaría con mayoría para los próximos dos años, y parece que el partido que gane disfrutará de una mayoría bastante precaria

CONCLUSIONES

La información recopilada nos permite concluir que, en estos momentos, el expresidente Trump parece estar mejor posicionado para ganar las elecciones de noviembre. Sin embargo, restan aún siete meses en los que la situación actual puede cambiar.

Para un presidente en funciones que busca la reelección, tener bajos promedios de aceptación y una pobre valoración sobre su gestión es sumamente peligroso. Por otra parte, con el transcurrir de los años, los electores suelen ir olvidando las cosas negativas, manteniendo más frescas las positivas. Si cuando Trump abandonó la Casa Blanca hace cuatro años el nivel de aprobación a su gestión era de 34%, hoy los estadounidenses la sitúan en un 46% según Gallup, y mientras muchos aspectos negativos del expresidente, aparentemente han sido olvidados o han perdido importancia, lo más presente en ellos es que cuando la presidencia de Trump vivían mejor.

Una encuesta New York Times/Siena College del mes pasado halló que un 10% de estadounidenses que votaron por Biden en 2020 ahora dicen que lo harán por Trump, mientras que ninguno de los que votó por Trump piensa ahora votar por Biden.

Hay al menos 3 aspectos importantes de las políticas de Biden que aún pueden cambiar.

Uno es la situación con la inmigración ilegal descontrolada y la crisis en la frontera con México. Al no intervenir el Congreso debido a la negativa de los republicanos, el Presidente deberá hacerlo mediante órdenes ejecutivas. Si lo logra en medida satisfactoria y sin represiones o acciones radicales que lesionen sus vínculos con el ala radical de su partido, podrá revertir este aspecto negativo, e incluso utilizarlo contra los republicanos y específicamente contra Trump, quien públicamente exhortó a los miembros de su partido a oponerse al proyecto de ley que buscaba actuar en este sentido.

Otro sería el tema de la situación en Gaza. De alcanzarse un efectivo y prolongado cese al fuego que le permita a Biden adjudicárselo -aunque sea en parte-, enviar ayuda humanitaria importante a los palestinos y reiterar, aunque sea pura retórica, su apoyo a la existencia de un estado palestino, la situación relacionada con este tema cambiaría y le permitiría tratar de mantener a Michigan, así como a un mayor número de electores jóvenes, dentro del campo demócrata.

El tercer aspecto sería tratar de bajar la inflación en el tema de los alimentos, al tiempo que aumente la divulgación sobre cómo han mejorado los índices económicos.

Nada de esto se vislumbra fácil, pero tampoco es imposible.

Hay, sin embargo, dos aspectos importantes que conspiran en contra del presidente sobre los que nada puede hacer: su avanzada edad y los deterioros que le acompañan, así como la presencia de candidatos independientes y del Partido Verde que, según parece, perjudicarían más a Biden.

Trump, por su parte, tiene en contra las causas legales pendientes que podrían dañarle seriamente y que él está tratando por todos los medios de posponer para después de las elecciones. Además, existe un no despreciable sector de electores moderados, sobre todo independientes, pero también entre republicanos, que no va a votar por Trump. El tema del aborto no ha dejado de tener importancia desde que la Corte Suprema revirtió Roe vs Wade y Trump tiene posiciones contrarias al aborto, por lo que el tema deberá influir en alguna medida en su contra, sobre todo entre las mujeres.

En el Congreso los demócratas probablemente perderán la mayoría de que hoy gozan en el Senado, mientras la Cámara de Representantes aparece en estos momentos con posibilidades parejas para ambos partidos.

Muchos temas importantes deberán definirse en los próximos siete meses para poder tener una idea más clara de lo que pudiera suceder en noviembre.


[1] Se le conoce de esta manera al día del proceso de primarias que concentra la mayor cantidad de estados y, por tanto, otorga el mayor número de delegados a la Convención. En 2024 tuvo lugar el 5 de marzo.

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