Una mirada al escenario de la guerra en Ucrania
Este trabajo forma parte del Dossier "Impactos de la Operación Militar Especial en el entorno económico, político y militar de Rusia. Reflejo en la situación regional e internacional"
Recientemente la OTAN celebró una reunión de sus ministros de defensa, con el objetivo de tomar decisiones inherentes a su fortalecimiento defensivo y para incrementar el apoyo a Ucrania.
El secretario general de la Organización bélica, el noruego Jens Stoltenberg, ofreció informaciones y entrevistas a la prensa acreditada antes y después de producirse el cónclave donde estuvo presente, en primera fila el secretario de defensa estadounidense.
Inició su exposición, utilizando el método goebbeliano de repetir la mentira muchas veces tratando de convertirla en verdad: en este caso, diciendo que no existen indicios que de que el presidente Putin se esté preparando para la paz, sino todo lo contrario, que se prepara para una guerra más ofensiva y para realizar nuevos ataques. A partir de tal aseveración, expresó que es necesario proveer con nuevas armas, medios y municiones a las tropas ucranianas para rechazar la continuada ofensiva rusa.
Casi desde el principio de la Operación Militar Especial (OME) el gobierno ruso estuvo dispuesto a conversar, exigiendo al gobierno ucraniano el cese de sus ataques a las repúblicas separatistas del Donbas, hostigadas por Ucrania desde hacía ocho años, además, reconocerlas como repúblicas independientes y dejar sus provocaciones bélicas.
Estos términos no fueron aceptados por el gobierno ucraniano, quien continuó sus ataques, dando lugar a la continuación de las acciones combativas. A lo largo de la contienda el gobierno ucraniano, fatalmente asesorado por Estados Unidos y sus aliados se ha negado rotundamente a sentarse a la mesa de las negociaciones.
Stoltenberg, respondiendo a la pregunta de un periodista expresó que la OTAN no está en guerra con Rusia, así como ninguno de sus aliados son parte del conflicto; que lo único que todos ellos han hecho, es apoyar a Ucrania contra una guerra de agresión proveniente de Rusia -se repite la mentira-, que Ucrania es una nación libre y democrática, que tiene derecho a defenderse, que la autodefensa está contemplada en la Carta de las Naciones Unidas y que la OTAN apoya ese derecho de autodefensa sin formar parte del conflicto. Por supuesto que no es así.
El dirigente noruego planteó que el apoyo a Ucrania ha evolucionado en correspondencia con la evolución de la guerra, que al principio era muy importante entregar a Kiev armamento antitanque, después fue necesaria la artillería y los miembros de la organización entregaron diferentes sistemas avanzados de esta arma y fue necesario después, entregar sistemas artilleros más avanzados. En estos momentos la OTAN está entregando sistemas PATRIOT (misiles estadounidenses), SAMPT (misiles tierra aire franceses) y otros, como el NASAMS (misiles tierra aire noruegos).
El conflicto bélico que tiene lugar en Ucrania es una consecuencia de la política imperial de cerco y acoso contra la Federación de Rusia, que no cesa porque Estados Unidos considera que un país tan grande, con tantos recursos naturales, con tanto poder militar y con una política exterior independiente de la órbita estadounidense representa un peligro real para su hegemonía mundial y, por tanto, es un enemigo.
La OTAN, brazo armado de Estados Unidos en Europa, ha sido ejecutora sin par de esa política de cerco: ha agrupado en su membresía a muchos de los antiguos aliados de la Unión Soviética o ex miembros de ella; a una parte considerable de los países europeos, entre ellos los más ricos y poderosos y ha incrementado su poderío militar considerablemente, colocando sus tropas cada vez más cerca de la frontera rusa.
Ha desplegado un poderoso escudo antimisil que apunta a Rusia y ha colaborado desde el punto de vista militar a tensar las relaciones entre Moscú y otros países ex soviéticos como son Georgia y mucho más en Ucrania, el más grande de ellos y con mayor extensión fronteriza con el gigante euroasiático,
Aunque la Alianza Atlántica lleva años tratando de incorporar a Suecia y Finlandia -hasta hace poco “neutrales”- ha aprovechado la coyuntura del conflicto que tiene lugar en Ucrania para lograrlo, no sin oposición.
Con Suecia y Finlandia se cierra un gran cerco a Rusia por el Norte y su acceso al Ártico por esa vía. Allí, Rusia tiene un amplio dominio con una poderosa presencia militar y será un futuro escenario de próximos conflictos.
Desde varias semanas atrás, los miembros del bloque noratlántico se han puesto de acuerdo en incrementar armamento pesado, carros de combate de infantería y tanques para asegurar que Ucrania tenga las armas que, según ellos, necesita para recuperar los territorios ocupados por Rusia, liberarlos, ganar la guerra y mantenerse como nación independiente y soberana.
A pesar de lo planteado al inicio -que la OTAN no está en guerra con Rusia- Stoltenberg aseguró que, en realidad la guerra no había comenzado en febrero de 2022, sino en 2014: que desde esa fecha los miembros de la Alianza brindaron apoyo a Ucrania entrenando a sus fuerzas armadas, entregándole armamento y municiones para que fueran más fuertes en 2022 que en 2014, lo cual representó una gran diferencia con respecto al momento en que el presidente Putin decidió invadir a Ucrania.
Inicialmente el secretario del bloque armado declara que no está en guerra con Rusia y dos días después, confiesa que desde 2014 han estado preparando a Ucrania para asestarle un golpe demoledor a Rusia, a lo cual Moscú se adelantó.
Esta declaración ratifica que la OTAN, mientras rodeaba a Rusia, cerraba el cerco por el norte con Suecia y Finlandia armó y preparó minuciosamente a Ucrania bajo la dirección estadounidense.
De ahí que la resistencia ucraniana haya sido fuerte.
Dijo también, que lo más importante ahora era fortalecer a las tropas ucranianas con los medios y municiones que se están entregando, que el asunto de la aviación no era lo más urgente ahora, aunque se está valorando.
Agregó que una de las lecciones aprendidas en el marco de la guerra es fortalecer a los socios antes de que comiencen las acciones combativas, como se hizo con Ucrania, antes de la operación rusa, por lo que cobra importancia ayudar a otros vulnerables ante un virtual ataque del mismo enemigo.
Stoltenberg informó que el grupo de ministros de defensa de la Alianza Atlántica tomó la decisión de fortalecer la disuasión y la defensa de la Organización, que incluye una nueva planificación en este mundo cada vez más peligroso, con la actitud agresiva de Rusia -vuelve la mentira-, la persistente amenaza del terrorismo y la amenaza que constituye China.
Estados Unidos no está en condiciones de enfrascarse en dos grandes guerras a la vez: eso ya lo han reconocido en estrategias de seguridad anteriores. Mientras, la guerra en Ucrania sigue su curso, calientan a China poco a poco y preparan a sus futuros chivos expiatorios para cuando sea el momento oportuno.
Los ministros también decidieron las formas y vías para elevar la capacidad industrial que garantice el completamiento de armamentos y municiones, más demandados que nunca debido al apoyo sin precedentes hacia Ucrania.
Estados Unidos y la OTAN están aprovechando para modernizar su armamento que va perdiendo novedad poco a poco y ponen a funcionar el Complejo Militar Industrial para realizar el cambio. Todo ello representa jugosas ganancias para los fabricantes de armas estadounidenses y europeos.
Y aunque la cantidad de tanques y otra técnica que llegarán a Ucrania no representan una amenaza adicional para enfrentar a Rusia, se trata de la filosofía de aportar lo que tengan a mano para prolongar el desenlace de la guerra, que tiene lugar en Europa, quien más pierde desde el punto de vista económico, político, estructural y medioambiental con ella, además de profundizar la subordinación humillante hacia Estados Unidos. También se conoce que algunos han enviado mercenarios a luchar junto al ejército ucraniano
El cónclave noratlántico decidió tomar las medidas necesarias para proteger las infraestructuras submarinas. Esto se debe a la vulnerabilidad que han apreciado, tienen los cables y conductos subacuáticos, debido al reciente sabotaje al gasoducto Nord Stream. ¿No será por temor a la represalia? Aparte de que la vulnerabilidad de estas redes es cierta.
Todos estuvieron de acuerdo en la importancia de invertir más en la defensa y en hacer nuevos compromisos para después de 2024: durante 2022 se mantuvo el incremento del gasto militar de los miembros europeos y Canadá con un incremento total de 350 mil millones de dólares.
También se comprometieron a iniciar el apoyo a otros socios en riesgo ante Rusia, como Bosnia Herzegovina, Georgia y Moldova, aunque ya Georgia, desde 2008 recibe preparación militar de la OTAN, armamento; tiene un centro de preparación militar internacional de la Organización Atlántica en su territorio y maniobra con ella como un miembro más.
El Secretario General expresó que desde el comienzo de la agresión rusa a Ucrania los aliados de la OTAN han prestado una ayuda sin precedentes a este país, cercana a 120 000 millones de dólares en asistencia militar, humanitaria y financiera – según el presidente Putin en reciente discurso son 150 000 millones-, más de la mitad a cuenta de EUA, mientras Europa ha recibido cerca de 5 millones de refugiados ucranianos, han aplicado sanciones sin precedentes a Rusia y se han desacoplado de los abastecimientos con gas ruso.
Las consecuencias del conflicto en Ucrania para los países miembros de la OTAN radican en el incremento de los gastos militares de cada uno de ellos en detrimento del gasto social en sus respectivos países, los problemas económicos indirectos que se han derivado de las sanciones impuestas a Rusia, la inflación y las ganancias de Estados Unidos al suplir el gas ruso con su gas licuado a un precio aproximadamente 1,4 veces superior, con el consiguiente detrimento económico de los subordinados europeos.
Con el nivel de involucramiento en la guerra que Estados Unidos y la OTAN están alcanzando ponen en peligro de romperse la delgada membrana que separa la guerra convencional de la nuclear, porque bien claro lo expresa la estrategia de seguridad rusa, cuando plantea que, de verse en peligro la estabilidad o existencia del Estado, Rusia pudiera decidir el empleo del arma nuclear.
Existe el criterio de algunos estudiosos de que la victoria rusa está cercana y que Rusia nunca ha sido vencida, a pesar de las dificultades y de la fortaleza de sus enemigos. Hay que tener en cuenta que no estamos en la época de Napoleón, ni a principios del siglo XX, ni en los años cuarenta.
El poderío actual de cualquiera de los enemigos de Rusia es inconmensurable con los anteriormente referidos; el armamento convencional ha alcanzado tales niveles de precisión que puede causar, localmente estragos similares a los del arma nuclear sin los factores colaterales principales de ésta, como las radiaciones y otros.
Hay que tener en cuenta que la guerra se está desarrollando en Ucrania, pero no con ella solamente: es contra la mayor parte del mundo occidental, incluido Estados Unidos. La guerra nuclear es un escenario a tener en cuenta. Este criterio se corrobora con la decisión del gobierno ruso de suspender su participación en el Tratado SALT III.
________________
Bibliografía
Conferencia de prensa conjunta del Secretario General de la OTAN, con el Secretario de Estado de EUA, AntonyBlinken en Washington el 8 de febrero de 2023. https://www.nato.int/cps/en/natohq/news_211560.htm?selectedLocale=en
Declaraciones del secretario General de la OTAN previas a la reunión de los ministros de defensa en Bruselas (14 de febrero de 2023). https://www.nato.int/cps/en/natohq/opinions_211698.htm?selectedLocale=en
Breves declaraciones del Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg el 15 de febrero de 2023, después de la reunión de los ministros de defensa de la OTAN. https://www.nato.int/cps/en/natohq/news_211740.htm
Conferencia de prensa del del Secretario General de la OTAN, después de la reunión de los ministros de defensa de la OTAN. 15 febrero de 2023. https://www.nato.int/cps/en/natohq/opinions_211742.htm?selectedLocale=en
Discurso del presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin ante la Asamblea Federal Rusa. 21.02.23
Déjanos tu comentario