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América Latina y Caribe

Alquimia política

agosto 14, 2023   0

La alquimia medieval practicada por químicos y exorcistas resurge en el continente europeo a la luz de la III Cumbre recién celebrada en Bruselas entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Al escenario concurrieron dirigentes gubernamentales de 27 Estados miembros de la UE y 33 de la CELAC, en representación de un tercio de la población mundial; de organizaciones y personalidades progresistas con voz en el paralelo Foro de los Pueblos y de los anunciados, pero escasos mercenarios, promotores de un caos instigado desde Washington, centro mundial de la subversión.

Para calibrar el alcance de los acuerdos adoptados en Bruselas es sugerente abarcar el espectro que signó la previa actuación de múltiples actores con objetivos definidos, públicos, pero también subrepticios y de factores entremezclados como son: la agenda de la Cumbre, la tradicional actuación del Parlamento Europeo; el afán por desarticular la colaboración de la Comisión Europea con Cuba;  la valiente solidaridad de organizaciones contestatarias; la instigación mercenaria contra la presencia cubana, venezolana y nicaragüense y los pretensos dictados de antiguas metrópolis y de los países más desarrollados sobre cómo las excolonias deberían comportarse en materia de democracia y derechos humanos.

¿Disenso o concertación?

A despecho de los avances alcanzados en la reciente III Cumbre de Bruselas, la institución legislativa de la UE había dictado su resolución más agresiva, injuriosa e instigadora desde hace un decenio cuando profirió sus primeras acusaciones contra Cuba.

Resultaría monótono reseñarlas resoluciones precedentes del Parlamento Europeo contra Cuba, los gobiernos latinoamericanos progresistas y del resto del mundo. Por ello conviene señalar que el documento del 12 de julio repitió anteriores acusaciones, recreó una antesala negativa para un desarrollo armónico y respetuoso durante la Cumbre, se distancio de los resultados de la reciente visita a La Habana del alto representante para la política exterior y seguridad de la UE y promovió la hostilidad entre sectores europeos gubernamentales, oficiosos, mediáticos, informáticos, ultraconservadores o supuestamente democráticos, haciendo el juego a los anticubanos de Florida, los apátridas, mercenarios y detractores de los partidos contendientes en las próximas elecciones de Estados Unidos.

Sin espacio para más, cabe citar las más recientes diatribas europeas en la reciente resolución, exagerando los “desaciertos” de Cuba, con premeditación y animadversión respecto a los supuestos conceptos sobre la democracia, la soberanía y los derechos humanos, según sentencian los inquisidores del Parlamento Europeo contra Cuba.[1]

La premura de los euro parlamentarios derechistas (quienes ocupan la mayoría  de los escaños), exhibieron  la pretensión de erosionar la cooperación y el diálogo emprendido entre la Comisión Europea y la Isla cubana cuestionar la posición cubana ante el conflicto ruso-ucraniano, en abierta transgresión del multilateralismo  y de principios de la Carta de la Carta  de la ONU sobre soberanía, igualdad soberana y no injerencia en los  asuntos de otros Estados.

El profuso documento, rechazado por organizaciones, instituciones y personalidades pretende dictar, una vez más:

“el respeto a obligaciones derivadas del Derecho Internacional sobre derechos humanos; la supuesta exclusión de la sociedad civil independiente de los fondos de cooperación de la UE; la reiterada petición de reformas en Cuba; la alusión a denuncias de las desprestigiadas Carta Democrática Interamericana y su Comisión (CIDH); el endurecimiento de la represión y violaciones de los derechos laborales y humanos por el régimen cubano; alarma sobre situación de disidentes y poblaciones vulnerables e incremento de feminicidios; encarcelación arbitraria y juicios injustos y -para seguir el alineamiento occidental ante el actual conflicto en Europa- críticas contra la profundización del régimen cubano de las relaciones con el régimen de Putin y la formación militar en Bielorrusia”.

Resultados de la III Cumbre

A pesar de los antecedentes citados[2], la III Cumbre celebrada entre la UE y la CELAC proveyó un marco propicio para ampliar el debate multilateral y bilateral. Ejemplos de ello fueron los diálogos de los presidentes cubano, brasileño y colombiano con homólogos europeos.

En resumen, la declaración final de la Cumbre abarcó el compromiso para renovar y esforzarse en una asociación birregional, basada en valores e intereses comunes y en estrechos lazos económicos, sociales y culturales; reforzar el diálogo y fomentar amplios contactos interpersonales; mitigar los efectos adversos del cambio climático el principio de la equidad y de las responsabilidades comunes, pero diferenciadas.

El amplio espectro de acuerdos abarcó compromisos para promover, proteger y respetar todos los derechos humanos y libertades fundamentales, la democracia y la celebración de elecciones transparentes y creíbles, la libertad de prensa, el multilateralismo inclusivo y la cooperación internacional; cimentados en los propósitos y principios de la Carta de la ONU; garantizar la universalidad y objetividad y no selectividad y evitar el doble rasero y politización de los derechos humanos; procurar la igualdad de género y los derechos de los pueblos indígenas; reconocer el inimaginable sufrimiento infligido a millones de mujeres y niños por el comercio  trasatlántico esclavo; incentivar la transformación  digital e impulsar la asociación birregional sobre fabricación local de vacunas, medicamentos y otras tecnologías y reforzar la resiliencia de los sistemas sanitarios para mejorar la prevención, preparación y respuesta a emergencias de salud pública, en apoyo del plan de autosuficiencia.

Una segunda lectura a la Declaración de Bruselas entre la CELAC y la UE permite identificar novedades. Por ejemplo, imprime mayor fuerza a la necesidad de finalizar el bloqueo anticubano, el rechazo a la reinserción de Cuba entre los Estados patrocinadores del terrorismo; el reconocimiento europeo a la ignominia del comercio esclavo; un mayor respaldo al conflicto de Las Malvinas, saluda la condición de América Latina como zona de paz y las conversaciones para una paz duradera en Colombia. Sin embargo, la UE no pudo abstenerse de aludir al actual conflicto en Europa, lo que provocó reticencias y la negativa de un país centroamericano a suscribir la Declaración, que unido a los intentos parlamentarios para demonizar a Cuba marcaron sombras sobre un diálogo que avizora un contexto más favorable entre la UE y la CELAC.


[1]Resolución del Parlamento Europeo sobre el estado del Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación entre la UE y Cuba a la luz de la reciente visita del alto representante a la isla. 22 de julio de 2023 (2023/2744(RSP)).

[2]Bruselas, 18 de julio de 2023 (OR. en) 12000/23 COLAC 98 NOTA De: Secretaría General del Consejo A: Delegaciones Asunto: Declaración de la Cumbre UE-CELAC de 2023.


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