La aprobación del presupuesto nacional de los Estados Unidos de América se deriva de un proceso en el cual, tras una propuesta inicial que elabora el gobierno, los dos componentes del Congreso de esa nación (el Senado y la Cámara de Representantes) realizan largas audiencias y debates para elaborar el documento final, que asignará al gobierno estadounidense los fondos para el desempeño de sus funciones