La OTAN, instrumento armado del imperio (II)
En el artículo anterior (I) se expresó que en trabajos posteriores se analizaría un grupo de interrogantes acerca de esta organización bélica. En el caso actual la pregunta es la siguiente:
Últimamente se difunde en los medios la existencia de contradicciones entre algunos miembros importantes de la Alianza. ¿Pudiera esta situación originar la desaparición de la organización armada?
Aunque todos los miembros de la OTAN han participado en la aprobación del Concepto Estratégico de la Organización, participan en sus Consejos y Cumbres, en los ejercicios y maniobras y, en general, apoyan la política noratlántica, cada uno de ellos tiene determinados intereses nacionales que pueden no estar en total correspondencia con los de la Alianza.
Por ejemplo, durante un largo período de la misión de la OTAN en Afganistán, varios países fueron renuentes —atendiendo a condiciones propias: económicas, la disponibilidad de movilización de las tropas, prohibición constitucional, criterios contrarios al incremento, y la situación política negativa que se crea en las diferentes poblaciones—, a enviar mayor cantidad de personal, a pesar de la insistencia estadounidense; no obstante, al final lo hicieron por la presión sostenida de EUA y de su aliado principal y fiel seguidor, el Reino Unido.
Sin embargo, recientemente se produjo la salida precipitada de las tropas de la OTAN de ese país por una decisión unilateral, tomada por el miembro principal de la Alianza y obligadamente secundada por el resto de los aliados, que ha sido motivo de criticas y discrepancias internas entre el presidente estadounidense, el Secretario General del bloque Atlántico y otros miembros de la Organización.
En general existe el criterio de que Estados Unidos (EUA) actúa según sus intereses cuando tiene situaciones complicadas, desconociendo el criterio o la situación de sus socios a diferencia de cuando necesita de ellos, como se recordaba anteriormente.
A continuación, se expresan, en lo fundamental, varias contradicciones bilaterales entre algunos países miembros de la Organización así como, las comunes a todos.
Se emplea el término “contradicciones” en su sentido más amplio para caracterizar desencuentros, discrepancias o desavenencias motivadas por conflictos de intereses en el contexto de las relaciones político-diplomáticas y militares, hacia el interior de las partes y entre ellas también.
Reino Unido. Siempre ha sido el socio principal de EUA en la Organización Atlántica, dispuesto a apoyar la estrategia estadounidense y sus iniciativas. Las principales contradicciones surgieron en el marco de la administración Trump por las posiciones opuestas, hasta el momento, en el acuerdo nuclear con Irán y por el aumento de aranceles que EUA ha implantado.
Francia. Después de un largo período fuera de la estructura militar de la OTAN se reincorporó plenamente a la Alianza en 2009, año del 60 aniversario de la Organización. Su nueva entrada se realizó con renovados bríos y fue uno de los aliados que más tropas aportó a la campaña en Afganistán.
Francia históricamente ha abogado porque la Unión Europea (UE) tenga una mayor independencia desde el punto de vista militar, y propone la creación de un ejército europeo, fuera de los marcos de la OTAN, lo cual es una fuerte contradicción con EUA. El actual presidente francés convoca a los demás miembros de la UE a valorar la forma de lograr este propósito.
Conjuntamente con el Reino Unido y con el apoyo estadounidense protagonizó, en representación de la OTAN, la genocida campaña aérea que propició la caída del gobierno de Muanmar el Gadafi en Libia y su posterior asesinato. Mantiene una actitud agresiva en el caso de Siria coincidiendo en general con EUA, pero de manera aparentemente independiente.
Los países del Este, en general, abogan por un mayor protagonismo de la OTAN y de EUA, incluso por más ayuda de éste último en cuanto a financiamiento militar, mayor presencia física estadounidense en sus respectivos territorios, especialmente los tres del Báltico y Polonia.
Recientemente EUA, Reino Unido y Australia alcanzaron un acuerdo militar denominado Aukus, por las siglas en inglés de los involucrados, para fortalecer la presencia militar en el Indo Pacifico contra China. Entre otras decisiones tomadas, Australia canceló un contrato de compra a largo plazo de submarinos franceses y en su lugar comprará otros de propulsión atómica a EUA. La molestia del gobierno francés por esta decisión ha alcanzado altos niveles y ha pronunciado fuertes declaraciones al respecto.
Aunque Australia no es miembro de la OTAN es uno de sus principales “Socios por el Mundo” y en definitiva son aliados. Además, Francia no comparte el nivel de conflictividad con China que EUA promueve.
Alemania. Es el país más poderoso de la UE desde el punto de vista económico. Dentro de sus intereses de seguridad no ha sido proclive a la intervención armada y sí a las misiones de paz. En los últimos años ha comenzado a considerar la posibilidad de llevar a cabo dichas misiones cuando sea necesario, según sus intereses; participa y aporta tropas y recursos a las misiones que cumple la Organización Trasatlántica. Estuvo entre los principales contribuyentes con asesoría y personal militar a la campaña de Afganistán.
Junto a Francia siempre ha abogado por una mayor independencia para la UE desde el punto de vista de la seguridad y una menor dependencia de la OTAN, aunque no se opone a su existencia y a seguir participando en ella.
Durante el mandato del presidente Obama se produjeron fuertes discrepancias al descubrirse las acciones de espionaje del gobierno estadounidense contra sus aliados, en particular en Alemania. Este es un diferendo hasta el momento, sellado, porque ambos han participado juntos en muchas misiones de este tipo.
Desde que el presidente estadounidense Donald Trump llegó a la Casa Blanca, arremetió fuertemente con Alemania: primero, porque su gasto militar estaba muy por debajo del promedio previsto (1,24 % del PIB); en segundo lugar, llegó a declarar que Alemania era traidora y cautiva de Rusia por los negocios que tiene con ese país, entre ellos, el relacionado con el gas (gasoductos North Stream). A la llegada del presidente Biden al despacho oval, este último tema tomó fuerza de nuevo, pero sus presiones no lograron detener la marcha de la construcción del North Stream II que recientemente fue terminado exitosamente. Esto no borra la contradicción existente, más bien, la agudiza.
Turquía. Es el segundo país en cantidad de efectivos militares, después de EUA dentro de la OTAN. Lleva muchos años aspirando a ingresar a la UE en algún momento. El bloque comunitario no ha dado vía libre a su ingreso ni se avizora que lo haga. Esta situación provoca recelos por parte de la dirigencia turca, sentimientos de discriminación y reacciona en consecuencia. Discrepa con los aliados de la OTAN, a su vez miembros de la UE, que no han dado su voto para permitirle la entrada a la Unión y por la discriminación religiosa contra los musulmanes en varios países miembros de la Organización Trasatlántica.
Turquía tiene fuertes discrepancias con EUA desde el gobierno de Barack Obama porque el presidente turco considera que EUA estuvo detrás del fallido golpe de Estado en su contra. En lo relativo al golpe, Alemania también ha sido impugnada de sospechosa por tener entonces sus tropas en la base de la OTAN de Incirlik, territorio turco, instalación que estaba prevista en el plan para apoyar dicho levantamiento militar. Alemania se vio obligada a retirar sus tropas de dicha base.
Los países miembros de la UE, la mayoría también de la OTAN han criticado fuertemente al presidente turco por la “limpieza” realizada en las fuerzas armadas con métodos que se consideran poco ortodoxos, lo cual ha generado un clima de hostilidad entre ellos y Turquía. Alemania impugna a Turquía por la ausencia de libertad de prensa y el incumplimiento de los derechos humanos en general.
Turquía mantiene reiteradas discrepancias con Grecia por asuntos relacionados con Chipre: dos países de la Alianza envueltos en un conflicto no resuelto. También ha tenido encuentros con EUA por el apoyo de éste último a las tropas kurdas que se mantienen actuando en Siria, a quienes Turquía considera terroristas y enemigos directos y los acusa de haber instigado el fallido golpe de Estado contra el presidente Erdogan.
EUA, principalmente, y algunos miembros de la Organización Atlántica no ven bien el relativo acercamiento de Turquía a Rusia y, además, por la compra a el país eslavo de los complejos coheteriles S-400, así como el negocio del gas que ambos acordaron desde hace tiempo y se proponen incrementar.
Todos los miembros de la OTAN, que lo son de la UE, tienen contradicciones con EUA por sus diferencias sobre el acuerdo nuclear con Irán, por la salida de EUA del acuerdo de París sobre el cambio climático, por el incremento de los aranceles a los productos de la UE por la parte estadounidense.
Hay también diferencias de criterios entre los Aliados sobre cómo conducir las relaciones OTAN-Rusia, a partir de dos posiciones diferentes: enfrentar o dialogar; hubo discrepancias en su momento en cuanto a la manera en que EUA provocó la crisis ucraniana, apoyada después por la UE.
Existen grandes diferencias económicas entre los miembros de la Organización. Por ejemplo, el PIB de Alemania es 15,6 veces mayor que el de Grecia; el del Reino Unido es 14,5 veces el de Hungría; el de Francia supera 12 veces el de Portugal.
Sin embrago los respectivos PIB de los tres grandes relacionados son similares. La participación en ejercicios y maniobras es mucho más difícil de sobrellevar por los más débiles económicamente y el armamento que se exige comprar cuesta lo mismo para todos.
La mayor parte de los miembros de la OTAN tienen discrepancias (no todos al mismo nivel) con EUA porque en la mayoría de los casos sus gastos militares están por debajo del 2% de los respectivos PIB, exigencia aceptada por los aliados.
Desde el año 2012, el entonces Secretario General de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen en su informe anual de 2011 advertía que solo tres países cumplían con el requisito consensuado del gasto militar de un 2% del PIB y el 20% de éste en la compra de armamento mayor, la investigación y el desarrollo y se refería a las dificultades económicas que se confrontaban debido a la crisis económica existente.
Tanta fue la insistencia estadounidense, en la persona del presidente Barack Obama, que los Aliados trasatlánticos acordaron en 2014 detener cualquier disminución en los gastos militares y esforzarse por cumplir las directrices aprobadas.
Desde que Donald Trump asumió la presidencia, incluso antes de ser electo, arremetió contra la OTAN acusándola de obsoleta y que sus miembros le robaban el dinero a EUA y otras críticas.
En una reunión previa a la Cumbre de la OTAN entre el entonces presidente estadounidense Donald Trump y los demás miembros de la Organización Atlántica, éste llegó a plantear que los europeos “debían aumentar el gasto para enero de 2019 o EUA seguiría solo”; dando a entender que EUA podría retirarse del Tratado del Atlántico Norte en la referida fecha, si sus demandas no eran aceptadas por los socios de la alianza.
Los miembros europeos de la OTAN prometieron alcanzar las cifras previstas para sus gastos militares en el más breve plazo posible, con lo cual apaciguaron al entonces jefe de la Casa Blanca. El presidente Biden devolvió la confianza hacia la OTAN que Trump había retirado pero no cambió las exigencias ni su actuación unilateral como se expresó anteriormente, en el caso de Afganistán.
EUA quiere que Europa gaste más en materia militar con la condición de que el 20% del gasto se destine a los sistemas de armamento más sofisticados, que son, mayoritariamente estadounidenses. Es decir, que Europa siga necesitando a EUA en términos de capacidades militares. Ello explica en parte la insistencia relativa al gasto militar.
El presidente Trump también presionó a los países miembros de la OTAN, a definirse individualmente en relación con su política exterior, como es el caso de trasladar su embajada a Jerusalén, apostando a que, a la larga, algunos países aliados lo sigan, con la consiguiente división entre ellos.
No obstante lo planteado, EUA y la OTAN están obligados a cooperar estrechamente en los terrenos de la seguridad y la defensa, por las fuertes interrelaciones estratégicas, político-militares y económicas existentes entre las partes: todos necesitan de todos y a la larga, haya discrepancias o no, se ponen de acuerdo para actuar, según los intereses comunes.
Así lo hicieron en Yugoslavia, Irak, Afganistán, Libia, Siria y en el abrumador cerco establecido desde antes de 2014 contra Rusia, posteriormente ampliado. Los miembros de la OTAN forman parte de la coalición organizada por EUA para, supuestamente, combatir al terrorismo en el Medio Oriente.
Los miembros de la Alianza que pertenecen a la UE han apoyado las sanciones de EUA contra Rusia y han estado de acuerdo con las impuestas por el bloque europeo.
Desde el año 2020 se realiza una gigantesca maniobra militar de varios meses de duración entre EUA, Canadá y los aliados europeos, denominada “Defender Europa” que implica el traslado de gran cantidad de tropas, fuerzas y medios desde el continente americano hacia Europa, su desplazamiento a través del continente en maniobras continuas con las fuerzas armadas de cada país europeo visitado o varios a la vez , mayormente cerca de las fronteras rusas y el posterior regreso de las tropas hacia América, singular demostración de fuerza para todos.
En lo que se refiere a la exigencia del gasto militar, en el próximo trabajo se demostrará que el mismo significa una enorme ganancia para el Complejo Militar Industrial estadounidense.
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